“Si lo hubieran fusilado, no habría sufrido tanto”
Fabián Mesa García
Esta es la historia de Fabián Mesa, un tejero del pueblo granadino de Gabia la Grande, que murió en plena posguerra, en el año 1944. Estaba casado y con cinco hijos.
Movido por su ideología socialista, fue el primer presidente de la Juventud Socialista de su pueblo, directivo de la UGT y concejal por el Frente Popular en las elecciones de febrero del 36
Movido por su ideología socialista, fue el primer presidente de la Juventud Socialista de su pueblo, directivo de la UGT y concejal por el Frente Popular en las elecciones de febrero del 36.
Cuando estalló la guerra, le esperaba el final trágico que los fascistas preparaban para alguien como él, y estaba previsto llevárselo en uno de tantos camiones de la muerte que pasearon por el pueblo, para su fusilamiento. Así, fue detenido en su casa en septiembre del 36, pero cuando lo llevaban sujeto, Fabián zarandeó a sus raptores y escapó calle abajo, pues “tenía muy buenas piernas”.
Cuando quisieron reaccionar, le habían perdido de vista. Fabián tuvo tiempo de pasar por casa de su suegra, para que avisara a su mujer de que se tenía que ir del pueblo para que no lo fusilaran.
Tras hacer noche en el Cortijo de la Jara, a mitad de camino, llegó descalzo y empapado al pueblo de Escúzar, donde se encontró con varios paisanos
Como tantos otros amenazados, se fue a la comarca del Temple, donde estaba la zona roja, para escapar de una muerte segura. Tras hacer noche en el Cortijo de la Jara, a mitad de camino, llegó descalzo y empapado al pueblo de Escúzar, donde se encontró con varios paisanos.
Durante la guerra sirvió como soldado y cabo en las Unidades de Obras y Fortificaciones del Ejército Republicano en Motril, Iznalloz, frente de Teruel y Valencia, donde le cogió el final de la guerra. Allí se entregó, obteniendo un salvoconducto para su evacuación a Gabia Grande.
Pero enseguida se corrió la voz de que estaba allí y es detenido de inmediato, y encarcelándolo en el calabozo municipal
Su familia lo creía muerto, pues fue de los últimos republicanos en volver al pueblo. Pero enseguida se corrió la voz de que estaba allí y es detenido de inmediato, y encarcelándolo en el calabozo municipal.
A los pocos días, su hijo Manuel hacía la primera comunión, muy triste, porque su padre no podía acompañarle en ese momento tan importante para él. Tras tomar la Comunión, vestido de balilla, fue a la cárcel para que lo viera su padre. El secretario, como favor personal, le deja irse con la familia a su casa, con la condición de que volviera a la noche; pero al poco de marcharse, llegó el Municipal a casa de Fabián, avisando que tenía que volver “más que de bulla”, que lo estaba esperando el Teniente de la Guardia Civil.
Al llegar Fabián a la cárcel, delante de su mujer y su hijo, es amenazado con una pistola por el Teniente. Este le dice que le va a pegar ahora mismo cinco tiros en la cabeza, y por las súplicas de su mujer y su hijo, no lo ejecuta en ese momento
Al llegar Fabián a la cárcel, delante de su mujer y su hijo, es amenazado con una pistola por el Teniente. Este le dice que le va a pegar ahora mismo cinco tiros en la cabeza, y por las súplicas de su mujer y su hijo, no lo ejecuta en ese momento.
De la cárcel de Gabia pasa a la del Padul, en el palacio conocido como la “Casa Grande”. Su esposa y su hijo Manuel iban todas las semanas “a llevarle ropa y comida”, aprovechando que allí trabajaba un vecino del pueblo, que los dejaba pasar a verlo, dentro de la nave que usaban como cárcel para los presos republicanos.
Todos los días llamaban a unos cuantos, y ya, los propios presos, sabían que esos no volverían. Así vivió Fabián con esta incertidumbre mientras estuvo preso en el Padul.
De allí lo llevaron en julio del 39 a la temida prisión de Santiago de Compostela, donde terminaría de cumplir su condena.
En la sentencia, de 23 de septiembre de 1939, se le considera autor del delito de excitación a la rebelión, condenándolo a la pena de seis años y un día de prisión mayor, que comenzaban a contar desde su ingreso en la prisión de Santiago de Compostela el día 24 de julio de 1939, siendo conmutada por Resolución Ministerial a propuesta de la Comisión Provincial de Examen de Penas de Granada por la condena a tres años de prisión, con fecha 14 de octubre de 1940.
Tras pasar unos meses en libertad condicional, es liberado definitivamente el día 31 de diciembre de 1943, aunque ya se encontraba enfermo, producto de las torturas y la violencia física a la que fue sometido durante su estancia en prisión, por las que murió en enero de 1944, con sólo 41 años, y con su esposa embarazada de su quinto hijo
Tras pasar unos meses en libertad condicional, es liberado definitivamente el día 31 de diciembre de 1943, aunque ya se encontraba enfermo, producto de las torturas y la violencia física a la que fue sometido durante su estancia en prisión, por la que murió en enero de 1944, con sólo 41 años, y con su esposa embarazada de su quinto hijo.
No lo llegaron a fusilar, pero pasó más que si lo hubieran fusilado. Quizás hubiera sido lo mejor, y se hubiera evitado tanto sufrimiento. El propio médico del pueblo le dijo a su esposa, que gracias a Dios que murió, pues lo que estaba era enfermo de tanto sufrir.
Su idea era marcharse a Valencia con su familia, cuando se solucionara todo, pues había estado allí luchando y conocía la ciudad, pero al final, no pudo cumplirse su deseo: La guerra y todo lo que trajo consigo se llevó su vida por delante.
Testimonio de Manuel Mesa Díaz, hijo de Fabián Mesa García
"Mi padre era Fabián, de la familia de “los Talones”. Pertenecía a una familia humilde y pobre, compuesta por el matrimonio y seis hermanos. Aprendieron a leer y a escribir, gracias al esfuerzo de sus padres y a los buenos maestros que había en Gabia en esa época.
"Estuvo trabajando en la fábrica de harinas, con su hermano Juan, que emigró a la Argentina. Se casó con Carmen Díaz, y tuvo cinco hijos, cuatro en vida: Lourdes, Manolo, Carmen (que murió siendo una niña) y Encarna, y Fabián, que nació seis meses después de morir su padre"
Estuvo trabajando en la fábrica de harinas, con su hermano Juan, que emigró a la Argentina. Se casó con Carmen Díaz, y tuvo cinco hijos, cuatro en vida: Lourdes, Manolo, Carmen (que murió siendo una niña) y Encarna, y Fabián, que nació seis meses después de morir su padre.
Mi padre era de ideas socialistas, y por sus conocimientos llegó a ser Administrativo en el Cortijo de la Jara. Dirigió el Sindicato de Trabajadores, creando una sociedad para quedarse con La Jara. Fue Concejal del Ayuntamiento con el Frente Popular.
En el año 1936, cuando se produjo el levantamiento, los socialistas fueron perseguidos. Los iban llamando a sus casas para que fueran al cuartel de la Guardia Civil a declarar. A mi padre lo llamaron y lo detuvieron, y por mediación de su cuñado “Colacho”, lo dejaron libre. Pero a la semana volvieron a llamarlo: él estaba en “las cuatro esquinas”, buscando el jornal y la Guardia Civil subía por la calle Concejo (Zacatín), en dirección a su casa. Un amigo lo avisó y él se fue hacia las Eras, regresando a su casa cuando los guardias se habían marchado. Se despidió de su mujer y se dirigió hacia el barrio de la Churra, coincidiendo con una pareja de la Guardia Civil (que no lo conocían físicamente), y una mujer llamada Micaela tuvo la precaución de saludarlo evitando mencionar su nombre: “¿Niño, dónde vas?” y él le contestó: “ahí voy”, evitando que la guardia civil lo detuviera en el acto. Continuó andando hacia la Alpolaca y se encontró con el entonces Alcalde “Antoñico Dorotea”, una buena persona, que iba a regar. Fabián le dio las buenas noches y Antoñico le contestó: “Que Dios te guíe por buen camino”. Tomó dirección a las Viñas, siguió hacia la Carrera del Galgo[1], hasta llegar a Escúzar, donde estaba la zona roja. Llegó descalzo y empapado. Allí se encontró con Diosdado “El Colorao”.
"Se despidió de su mujer y se dirigió hacia el barrio de la Churra, coincidiendo con una pareja de la Guardia Civil (que no lo conocían físicamente), y una mujer llamada Micaela tuvo la precaución de saludarlo evitando mencionar su nombre: “¿Niño, dónde vas?” y él le contestó: “ahí voy”, evitando que la guardia civil lo detuviera en el acto"
Desde estos acontecimientos hasta 1939 cuando acaba la guerra, perdemos el contacto físico con él. Después nos cuenta que estuvo en la Guerra Civil, por la zona de Valencia.
Cuando acaba la Guerra, viene de los últimos, -ya lo creíamos muerto-, y enseguida se corre la voz de que está aquí, siendo detenido a los dos días, metiéndolo preso en la cárcel de Gabia.
A los pocos días, yo hacía la Primera Comunión, muy triste porque mi padre no podía verme ni acompañarme en ese momento. Tras tomar la Comunión, vestido de balilla, fui a la cárcel con mi madre, para que mi padre me viera. Miguel, el Secretario, como favor personal, le deja irse con nosotros a nuestra casa, con la condición de que volviera a la noche; pero al poco de marcharse, llegó Mateo el Municipal, avisando que tenía que volver más que de bulla, que lo estaba esperando el Teniente de la Guardia Civil.
Al llegar Fabián a la cárcel, delante de su mujer y su hijo, el que les habla[2], es amenazado con una pistola por el Teniente. Este le dice que le va a pegar ahora mismo cinco tiros en la cabeza, y por las súplicas de su mujer y su hijo, no lo ejecuta en ese momento.
"Todos los días llamaban a unos cuantos, y ya los propios presos, sabían que esos no volverían. Así vivió Fabián con esta incertidumbre, mientras estuvo preso en el Padul"
De la cárcel de Gabia pasa a la cárcel del Padul, a la Casa Grande[3]. Junto a mi madre, Carmen, todas las semanas íbamos a llevarle ropa y comida. En la cárcel del Padul estaba de soldado “Miguel el del correo”, que nos dejaba pasar a verlo.
Todos los días llamaban a unos cuantos, y ya los propios presos, sabían que esos no volverían. Así vivió Fabián con esta incertidumbre, mientras estuvo preso en el Padul.
De aquí lo llevaron a Santiago de Compostela, dejándolo libre sobre el año 1942, saliendo ya enfermo de la cárcel, donde fue sometido a numerosas torturas y violencia física.
Todo esto me lo contó mi padre, un día que íbamos andando desde el Cortijo del Marqués en Albolote, para trabajar al Cortijo de Santa Catalina, en término de Chimeneas, que era de los mismos dueños, por las mismas tierras que pisó durante la Guerra.
Antes de los dos años, falleció, en enero de 1944, a los 41 años de edad, con su esposa embarazada.
No lo llegaron a fusilar, pero pasó más que si lo hubieran fusilado. Quizás hubiera sido lo mejor, y se hubiera evitado tanto sufrimiento. El propio médico de Gabia, Francisco Martín Sierra le dijo a su esposa, que gracias a Dios que murió, pues lo que estaba era enfermo de tanto sufrir"
Notas:
______________________________________________________________________________________
- [1] Larga recta del camino, hoy carretera, que conduce a la Malahá.
- [2] Contando este pasaje de su vida, a Manuel, con la emoción a flor de piel, se le hace un nudo en la garganta y no puede contener las lágrimas.
- [3] Manuel se pone en contacto con éste autor, para saber si aquella cárcel sigue en pie, pues le gustaría ver aquel lugar una vez más, aquel lugar al que iba semanalmente a ver a su padre preso. Manuel podrá cumplir este deseo, pues la Casa Grande, un palacio del Siglo XVI convertido en monumento histórico artístico, que sirvió de cárcel de presos republicanos, abre los lunes por las mañanas para visitas.
______________________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________________
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
______________________________________________________________________________________
Puedes leer aquí los reportajes de la nueva temporada del Foro de la Memoria:
- 'Gerda Leimdörfer y Gretel Adler: huir de la Alemania nazi para hallar el terror en la Granada franquista'
- '¡¡Adiós madre!!'
- 'Las fosas de La Desbandá'
- Valentín Pinto Tomás, el ‘distinguido’ comunista fusilado en Víznar
- Los ‘rusos’ de Gabia Grande’, el sueño roto de la colectividad agraria de la Jara
- Manuela Canalejo Rubio, asesinada por guardar una bandera republicana
- Jacoba y 'Cristobicas' de Láchar. La historia de la represión perpetua
- Desde Granada a Berlín, un recorrido por la Memoria
- En las entrañas de las fosas de Salar: el terror y la cruel represión contra los guerrilleros antifranquistas
- 'Jacinto Pérez Herrera y su memoria'
- Rosario 'la Fregenala', la modista republicana del Realejo asesinada en Víznar
- El comandante Antonio Ramos Herrero, el granadino que dio su vida por ‘salvar’ Madrid
- Enrique Muñoz Arévalo, un alcalde que luchó por salarios dignos para los trabajadores de Santa Fe-El Jau
- 'Antonio Rosales, Enrique Santaella y Juan Lorente. Los enfermeros de la Diputación de Granada asesinados en Víznar'
- Joaquín García Labella, jurista y político, asesinado en las tapias del cementerio de San José
- José Aragón Torres, una vida arrebatada por los golpistas con sólo 23 años y un recuerdo imborrable en su familia
- La historia y ejecución de José Daniel Miranda Lara, ejemplo de compromiso
- La fosa de Nigüelas confirma la brutalidad de la represión franquista en la provincia de Granada
- 'Manuel Ruiz Castañeda, el alcalde republicano que nunca pudo volver a Láchar'
- 'Josefita Palma, la dama de blanco'
- En homenaje a Manuel Rodríguez Gámez, 'El Romo'
- 'Armando Pardo y Antonia González. Del silencio a la reparación de su memoria'
- En memoria de los abuelos de Las Gabias
- Víznar abre el camino de las exhumaciones de víctimas del franquismo, una digna reparación aún pendiente
- Eugenio Ruiz Rueda, luchador por mejorar la vida de los demás
- Brígida Pardo López, en su memoria y honor
- 'Teodoro Fernández Martínez, catedrático de la Escuela de Arte de Granada, una vida iniciada en Cantoria y segada en el Barranco de Víznar'
Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria:
-
Nietas de la Memoria, los efectos del franquismo sobre las mujeres españolas
-
'Cambio de Rumbo', II Parte: Por qué perdió la guerra la República, por Francisco Vigueras
-
Arqueología de la Posguerra, patrimonio en desmemoria en la sierra de Loja
-
Antonio García Ordóñez, último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada
-
En memoria de Torcuato Olivencia Jiménez, fusilado en las tapias del cementerio de Guadix
-
Familia Robles Ramos, tres fusilados y el dolor de no conocer su paradero
-
Así eliminó el franquismo a los periodistas leales a la República
-
Rafael Guervós Cantano, maestro de primeras letras, legado vivo de integridad moral y profesional
-
Concepción Gallardo, de miliciana en Loja a silenciada por el franquismo
-
La familia López Mingorance, símbolo de la masacre del Carrizal
-
José Raya Hurtado, el viejo socialista que proclamó la República
-
Luis Fajardo, el alcalde que escribió una carta desde la cárcel, antes de ser fusilado
Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:
- Antonio García Ordóñez, último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada
- La historia de la familia Miranda, masacrada por el fascismo
- Manuel Valor Cara, de la cuesta del Pino al campo de concentración de Albatera
- Carmen López Iglesias, superviviente de la Desbandá
- 'Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada'
- El Fuerte del Horror. Torturas y ejecuciones extrajudiciales en Carchuna y Castell de Ferro en julio de 1947
- La lucha de un hijo para que no se olvide a su padre, el concejal Juan Fernández Rosillo
- Natividad Bullejos, una mujer libre
- Salvador Vila y Miguel Unamuno: vidas paralelas
- La memoria escrita de Güevéjar
- Luis López García 'Jorovive'
- El abuelo estaba bajo el almendro
- Antonio Pretel Fernández, de Granada a la Unión Soviética
- Depuración de maestros republicanos, uno de los episodios más infames de la represión franquista
- Paulina Odena García. 'Lina Odena'
- Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual y alcalde
- Recordando a Matilde Cantos Fernández, una feminista 'avant la lettre'
- Agustina González López, La Zapatera, fusilada por romper moldes
- En Honor, Memoria y Justicia de José Alganza Granizo
- José Becerril Madueño, defensor de una avanzada educación pública de calidad, al servicio de Baza
- Pedro Domínguez Mazo, el escultor bilbaíno fusilado en Víznar
- Ángel Matarán y Justa de Vicente, maestros de la República
- Diana y Libertad, las mujeres que se vieron obligadas a cambiar de nombre por la represión franquista
- Las Tres Rosas de Chimeneas
- Menoyo Baños, semblanza del ingeniero militar comprometido con la República
- Últimas horas de Federico en el Gobierno Civil, lugar de violencia, terror y represión
- Dióscoro Galindo, el maestro cojo fusilado junto a Federico García Lorca
- La anhelada reparación para los catorce de Pinos Genil
- Constantino Ruiz Carnero
- La búsqueda de Rosalía
- Eufrasio Martínez, el periodista que cambió la pluma por el fusil para defender la legalidad de la República
- Los hermanos Quero, iconos de la lucha contra el Régimen
- Rosario Bustos Prados, memoria de La Desbandá
- Los nietos de guerrilleros de la Alpujarra se movilizan para hallar sus cuerpos y dignificar su memoria
- Cúllar desentierra la memoria de sus represaliados
- Agustín Gómez Bonilla, el carpintero de El Fargue
También te pueden interesar los siguientes artículos y reportajes:
- Doctor Norman Bethune, héroe de La Desbandá
- 'No, 'Chim' Seymour no estuvo en Almería'
- Los niños y niñas de La Colonia de Almuñécar y La Desbandá. El caso del maestro y piloto republicano Francisco Arroyo Adarve
- José Jiménez de Toro, un guardia civil fiel a la II República Española
- Carmen Alcántara Hidalgo, la mujer que se tomó la adversidad con buen humor
- Los hermanos Esparrell, víctimas de La Desbandá
- El Fuerte sin memoria. El rescate de los prisioneros asturianos del presidio de Carchuna en mayo de 1938
- Homenaje a los maestros y maestras de Primeras Letras republicanos