La memoria escrita de Güevéjar
A Antonio Ruiz Cánovas, alguacil del Ayuntamiento de Güevéjar que trabajaba también de jornalero cuando su salud se lo permitía para completar su exiguo salario, lo fusilaron en los primeros días del golpe militar en 1936. No fue el único de su familia, muy golpeada por la represión. Su cuerpo nunca fue recuperado. Fue asesinado por los golpistas en la Cuesta de las Cabezas. Las obras del pantano ya habían empezado. Resulta impensable plantearse que se podrían recuperar sus restos.
Lo cuenta en una conversación con El Independiente de Granada su nieto, Luis Ruiz Ruiz, un maestro ahora recién jubilado que ha dedicado siete largos años a investigar lo sucedido en Güevéjar, su pueblo, el pueblo de su abuelo. Siete años de investigación que se han recogido en una publicación que salvaguarda la memoria de una de las localidades que fue "uno de los núcleos más importantes de represión de la comarca".
"No se trata de venganza ni nada parecido, se trata de recoger la historia tal y como fue. No he visto nada de odio, pero sí lágrimas de un dolor interior" en los mayores a los que pudo entrevistar para poner a salvo sus testimonios. Muchos de ellos no han llegado a ver el libro porque han fallecido. Un dato que evidencia la importancia de sus recuerdos y experiencias para salvaguardar la memoria.
Es un valioso trabajo que plasma la historia de la localidad durante la II República, la Guerra Civil y la represión franquista
Luis Ruiz Ruiz quería acercarse a la historia de su abuelo y, a través de él, ha recopilado un valioso trabajo que plasma la historia de la localidad durante la II República, la Guerra Civil y la represión. "Yo quería ver el mundo que vio mi abuelo", afirma durante la conversación para describir el resultado de su trabajo. Con esta publicación, editada con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad y el área de Cultura y Memoria Democrática de la Diputación, Güevéjar completa su historia. Antes, otro maestro del pueblo, Adriano Gómez, ya recopiló distintas etapas históricas -hasta 1900-. Y ahora recupera su Memoria Histórica y Democrática.
El libro arranca con los antecedentes históricos que precedieron a la II República, para no olvidar el contexto en el que se sucedieron los hechos documentados en la publicación.
Por su delicada salud, Antonio no marchó con el grupo que se trasladó a Iznalloz. Permanece entre la loma del Regajo y el cortijo Currano que cultiva, "observando con sigilo las idas y venidas de los sublevados hacia Calicasas y su conquista, así como los bombardeos que se producen en la capital y alrededores". Las mujeres de los huidos se las arreglaban para entregarles comida y pudo ser así como le descubrieron.
"Un pelotón, del que forman parte al menos cuatro hombres, marcha a pie y apresa a Antonio en el campo. Maniatado, es conducido desde el Cerro del Regajo por el sendero que llega hasta la fuente que hay cerca de la acequia de Albolote junto al actual cortijo (no existía en aquella fecha), al pie de la colina. Allí pide de beber (es verano) y es golpeado violentamente por un escuadrista con la culata del fusil, mientras añade la frase: "El agua que has de beber, la has bebido ya!". Arrestan a otro. (...) Una vez encerrados, son maltratados. Permanecen entre dos y cuatro días. La madrugada del 19 de agosto, miércoles, los dos son trasladados en un camión por la carretera de Granada-Jaén hasta la Cuesta de las Cabezas. Van custodiados por varios escuadristas. Allí son fusilados. Con ese castigo se sanciona a Antonio por su convicción republicana, los comentarios contra vecinos conservadores o la religión y especialmente por su sonada intervención en un mitin de Ramón Ruiz Alonso en enero del 36, comentada extensamente por los diarios".
Se refiere a la respuesta que dio al discurso de Ruiz Alonso. Antonio Ruiz Cánovas diría -según recoge El Defensor y explica el libro-: "Todo eso está muy bien. Pero yo sigo cobrando diez y siete reales de jornal". Y Ruiz Alonso contestó: "Pues a denunciar al patrón".
El obrero, tras una reflexión, prosiguió: "Sí, claro. Este señor que se llama obrero lleva razón. Él con las mil pesetas que ha cobrado hasta hace poco, mes a mes, puede renidr una jornada de discursos aceptables. Con mil pesetas puede alimentarse bien. Está fuerte. Y vocifera fuerte. Yo, con diez y siete reales, mujer y cinco hijos, no tengo margen más que para un panecillo. y con un panecillo este señor, que se titula obrero, quiere que yo rinda una jornada de doce horas que me impone mi patrono, que es además cedista. Estoy tuberculoso. He llevado dos años de hambre y en estos dos años este señor no me ha dicho una sola vez que denuncie a mi patrono. Esto hay que rumiarlo más despacio".
Lugares de la Memoria
"Lugares para la 'Memoria' además del Cementerio de Granada, son las Eras Altas, tristemente conocidas. Otras zonas de los alrededores como el Cerro de la Mina, La Ventilla de Pulianas, Los Peñascares, Picado de la Rata, Camino de Calicasas en el río Bermejo, la Fuente de los Lecheros, en un radio amplio dentro de los límites del pueblo, también lo son. La Cuesta de las Cabezas en el río Cubillas es el lugar más alejado que se conoce como lugar de respeto a las víctimas, junto a Víznar".
Cavaron su fosa y se abrazaron antes de morir fusilados
Así explica el autor en el libro los lugares en los que están documentados fusilamientos. Como también recoge detalles que sobrecogen. En 1999, en un hallazgo de fosas en el municipio, aparecieron dos cuerpos en una de ellas. Estaban abrazados. De ahí surgió la idea de que eran padre e hijo. Pero las evidencias documentales, como expone Luis Ruiz Ruiz en la publicación, descartaron esa idea. "Lo que resulta obvio es que dos personas fueron ejecutadas juntas en las Eras Altas y previamente obligadas a meterse con vida en la fosa cavada por ellos mismos (hecho bastante probable, abrazádose segundos antes de ser disparados".
Es uno de los duros pasajes de una publicación que, como Ruiz indica, también recoge otros "tiernos y entrañables", pero siempre "apasionante".
Restos óseos localizados recientemente en las Eras Altas. l.r.r.
Antes del concienzudo trabajo desarrollado por este investigador local, los datos oficiales hablaban de siete represaliados de Güevéjar. Pero la investigación ha constatado que fueron 24 los vecinos y vecinas asesinados (23 recogidos en la publicación y el número 24 conocido tras la edición). Pueden ser más, hasta 36, pero Luis Ruiz Ruiz destaca que estos 24 están documentados. Con nombres y apellidos
Sus vidas, sus familias o la manera en la que fueron apresados figura en el trabajo, fruto de muchas visitas a archivos, hemerotecas y largas entrevistas con personas mayores que vivieron como niños lo sucedido tras el golpe de 1936, muchos de ellos familiares, cuyos testimonios son inéditos al no haber sido recogidos nunca antes.
Nicolás Chacón, a sus 83 años, fue uno de ellos. Según explica a este diario Luis Ruiz Ruiz, este hombre recuerda con claridad cómo su madre, llorando, lo subió al autobús -de línea, el de Cogollos/Granada- en el que se llevaron detenido a su padre para que le diera un beso. Iba custodiado por dos falangistas y sentados junto al chófer de 'La Marranita', como se conocía al vehículo, por su aspecto redondeado.
Como él, José Escalona le relató cómo, con 9 años, cubrió una trinchera para cultivarla y encontró una caja con espoletas que explotaron. Perdió tres dedos.
El libro fue presentado en Güevéjar a finales de septiembre. La alcaldesa de la localidad, María del Carmen Araque, pone el acento en la rigurosa investigación llevada a cabo por Luis Ruiz Ruiz en su trabajo y en la importancia de "seguir con la historia de Güevéjar", sumándose esta publicación a la ya mencionada de Adriano Gómez. En declaraciones a El Independiente de Granada, Araque incide también en que recoge "los hechos más dolorosos", y al respecto destaca la necesidad de "conocerlos". Y para resumirlo, recuerda unas palabras del escritor Arturo Pérez Reverte que fueron mencionadas durante la presentación: "hoy somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos".
La publicación 'II República, Guerra Civil y Represión en Güevéjar (Granada)' puede encontrarse en la Biblioteca del municipio .
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
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