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La fosa de Nigüelas confirma la brutalidad de la represión franquista en la provincia de Granada

Blog - Foro de la Memoria - Paco Vigueras - Sábado, 17 de Julio de 2021
Paco Vigueras, periodista y vicepresidente de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación, nos ofrece un extraordinario reportaje sobre el proceso de exhumaciones en la fosa de Nigüelas y su resultados, con impactantes imágenes, cedidas por la Asociación Científica ArqueoAntro.
Imagen del proceso de exhumación en la fosa de Nigüelas.
Todas las imágenes han sido cedidas por la Asociación Científica ArqueoAntro para este reportaje.
Imagen del proceso de exhumación en la fosa de Nigüelas.
  • Los arqueólogos encuentran el cráneo de un joven, entre 14 y 16 años, casi un niño, con un tiro en la nuca

  • En la fosa podrían estar también los restos del maestro de Alhendín, Ángel Matarán, y su hijo Alfonso, de 19 años

La represión franquista en Nigüelas se caracterizó por una violencia extrema, tal y como demuestran los restos de nueve víctimas, encontrados en una fosa común de este municipio granadino. Los arqueólogos de la Asociación Científica ArqueoAntro, dirigida por Miguel Mezquida, localizaron este enterramiento ilegal, gracias a los testimonios orales de algunos vecinos.

Tuvieron que abrir una zanja de diez metros de longitud y más de metro y medio de profundidad, en el recinto del cementerio, para dar con lo que llaman una “fosa abierta”, a la que iban arrojando cuerpos, unos encima de otros. La fosa fue alterada durante la dictadura para hacer enterramientos comunes y los restos de algunas víctimas fueron trasladados a un columbario del camposanto, donde han permanecido hasta ahora.

Han recuperado nueve cuerpos, pero sospechan que quedan más víctimas por desenterrar. No han podido abrir la fosa completa, pues se ha agotado el presupuesto, y han tenido que taparla, hasta el año que viene, cuando reciban otra subvención

Han recuperado nueve cuerpos, pero sospechan que quedan más víctimas por desenterrar. No han podido abrir la fosa completa, pues se ha agotado el presupuesto, y han tenido que taparla, hasta el año que viene, cuando reciban otra subvención. Miguel Mezquida, director arqueológico, se queja: “Es lamentable que estemos trabajando con esta precariedad de recursos, pues el presupuesto nos llega con cuentagotas, a pesar de que abrir una fosa y exhumar a las víctimas debe ser una prioridad para un Estado de Derecho”.  

El antropólogo Javier Iglesias afirma que algunas víctimas eran muy jóvenes, entre 18 y 19 años, y fueron fusiladas en 1936, al comienzo de la guerra civil. Sin embargo, el momento más desgarrador para este equipo científico fue cuando encontró en el columbario un fragmento de cráneo, perteneciente a un joven de 14 a 16 años, casi un niño, con un orificio circular en la nuca. Es decir, un tiro de gracia, ejecutado con pistola a corta distancia, y varios impactos de  bala en las piernas.

Trabajos de la exhumación cedidas por la Asociación Científica ArqueoAntro.

El historiador Alfredo Ortega nos dice: “Este macabro hallazgo nos da una idea de la crueldad extrema que utilizaron la Guardia Civil y los pistoleros de Falange para reprimir a los vecinos de Nigüelas y otros pueblos de la comarca”. Ortega señala también que, entre las víctimas, hay un hombre adulto, que fue asesinado cuando intentaba escapar por el tejado de su casa, donde los pistoleros se presentaron de madrugada para detenerlo. Según este investigador, otras víctimas fueron detenidas cuando trabajaban en la sierra y ejecutadas por pertenecer a la Sociedad Obrera El Abuelo, sindicato que formaba parte de la FETE-UGT.

El hallazgo de esta fosa común ha creado muchas expectativas en los familiares de las víctimas, que han vuelto a tener la esperanza de recuperar los restos de sus seres queridos para darles una sepultura digna. Es el caso de la familia de Antonio Sáenz, agricultor de 40 años, que fue denunciado por un vecino, por estar afiliado a la Sociedad Obrera El Abuelo

El hallazgo de esta fosa común ha creado muchas expectativas en los familiares de las víctimas, que han vuelto a tener la esperanza de recuperar los restos de sus seres queridos para darles una sepultura digna. Es el caso de la familia de Antonio Sáenz, agricultor de 40 años, que fue denunciado por un vecino, por estar afiliado a la Sociedad Obrera El Abuelo. La Guardia Civil lo detuvo, le dio una paliza en el cuartelillo, lo fusiló y arrojó su cuerpo a una fosa común, que podría ser la que acaban de encontrar. La familia espera confirmar su identidad mediante la prueba de ADN que los científicos le harán próximamente. “En caso de que se confirme, queremos enterrarlo junto a nuestra abuela. Ha estado 85 años desaparecido y ha llegado el momento de que padre e hija puedan reencontrarse de nuevo. Llevamos mucho tiempo esperando este momento. Será un acto muy emotivo y una forma de hacer justicia -dice Purificación Guerrero, bisnieta de Antonio Sáenz-.

Javier Iglesias, director antropológico de la excavación, anima a otras familias a hacer lo mismo: “Hago un llamamiento a todas la familias de la comarca para que se pongan en contacto con la Asociación Científica ArqueoAntro

Javier Iglesias, director antropológico de la excavación, anima a otras familias a hacer lo mismo: “Hago un llamamiento a todas la familias de la comarca para que se pongan en contacto con la Asociación Científica ArqueoAntro. Queremos hacer las pruebas de ADN, lo antes posible, para dar nombre y apellidos a los restos que hemos encontrado. Lo que más deseamos es entregárselos a sus familiares para que puedan darles el entierro digno que se merecen”.

En la fosa, también es probable que estén los restos del maestro de Alhendín, Ángel Matarán, fusilado junto a su primogénito Alfonso Matarán, también maestro. El benjamín de la familia, Fernando Matarán, tenía cinco años cuando fueron fusilados. Estuvo tres veces en Nigüelas buscando sin éxito la fosa donde, según algunos testigos, habían sido arrojados por la Guardia Civil. Todo parece indicar que se trata de la misma fosa que los arqueólogos han localizado ahora, en el cementerio de este municipio granadino.

Impactantes imágenes cedidas por la Asociación Científica ArqueoAntro del proceso de exhumación.

La familia Matarán espera impaciente la identificación genética, por parte del laboratorio que dirige José Antonio Lorente en la Universidad de Granada, para confirmar si son o no los restos de Ángel y Alfonso. También Francisco Matarán  vive con emoción este momento: “Tenía siete años -me dice- cuando mataron a mi padre y a mi hermano mayor, y nunca perdonaré a quienes me quitaron su cariño y su apoyo, cuando más lo necesitaba”.

Ángel Matarán, maestro fusilado por quitar los crucifijos de la escuela

El maestro Ángel Matarán fue fusilado, junto a su hijo Alfonso, el 13 de agosto de 1936, acusado por los franquistas de mantener una actitud antirreligiosa. Así informó el diario Ideal del incidente producido en Alhendín, durante una fiesta religiosa: “Se ha celebrado una misa al final de la cual ha salido una procesión con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Espiración. Asistió el pueblo en masa”.

“Al pasar frente a las escuelas, se observó que el maestro don Ángel Matarán cerraba los balcones de su clase, como si quisiera significar ante los niños un gesto contra el acto religioso. Esto produjo gran indignación en quienes le observaron, y al finalizar la procesión se comentaba en grupos, que fueron creciendo hasta tomar el aspecto de un verdadero motín, en el que participaban casi todas las personas presentes en el pueblo”

“Al pasar frente a las escuelas, se observó que el maestro don Ángel Matarán cerraba los balcones de su clase, como si quisiera significar ante los niños un gesto contra el acto religioso. Esto produjo gran indignación en quienes le observaron, y al finalizar la procesión se comentaba en grupos, que fueron creciendo hasta tomar el aspecto de un verdadero motín, en el que participaban casi todas las personas presentes en el pueblo”. 

El maestro también fue acusado de retirar los crucifijos de su escuela, tal y como ordenaba una circular del Ministerio de Instrucción Pública para conseguir una enseñanza laica. Durante una misa, el párroco de Alhendín lanzó una soflama contra Ángel Matarán, provocando la reacción violenta de los vecinos ultracatólicos, que asaltaron la escuela, según informó Ideal: “La multitud se dirigió hacia las escuelas, puso en ellas los crucifijos y expulsó de su clase al señor Matarán, que hubo de salir corriendo, perseguido por los chicos, algunos de los cuales le arrojaban piedras. La Guardia Civil del puesto de Alhendín intervino rápidamente, y aunque no pudo llegar a tiempo de evitar las manifestaciones de hostilidad contra el maestro, logró restablecer la calma. Ésta es ya completa a la hora de telefonear”

Ángel Matarán tenía 49 años y su hijo Alfonso apenas contaba 19, cuando fueron fusilados. A partir de ese momento, esta familia de maestros tuvo que esconderse en el Albaicín y la madre, Justa de Vicente, que también era maestra, fue apartada de la enseñanza, acusada de ser viuda de un “maestro rojo”. Gran parte de la familia acabó exiliándose en Argentina, pues no soportaba el ambiente de represión y miseria que había en Granada.

Los arqueólogos buscan más fosas en Nigüelas

Paradójicamente, la fosa que han localizado los arqueólogos no es la que buscaban. En el cementerio de Nigüelas hay una segunda fosa común que no han logrado encontrar todavía, a pesar de que está muy bien documentada por el historiador Alfredo Ortega. Se trata de una fosa de 1947, con víctimas de la postguerra, procedentes de pueblos de la Alpujarra, como Órgiva, Bubión, Capileira o Almegíjar, que fueron trasladadas al río Torrente, próximo a Nigüelas, y fusiladas”.

El expediente que el régimen franquista abrió para justificar el crimen decía así: “El capitán de la Guardia Civil , Rafael Caballero Ocaña, a las 23 horas del día 5 de octubre, tuvo noticias de la aparición de un grupo de guerrilleros en la Sierra de Dúrcal que marchaba con dirección a la Sierra de Lanjarón. Con esta información, marchó el citado oficial con la Fuerza a sus órdenes al río Torrente, lugar estratégico, oculto y de paso obligado de una a otra sierra, desplegando en los márgenes de dicho río grupos de guardias, de forma que quedaron taponados todos los pasos”.

Impresionantes instantáneas del proceso de exhumación cedidas por la Asociación Científica ArqueoAntro.

El servicio de emboscada se mantuvo hasta que, a las 5:30 horas del día siguiente, vio acercarse varias siluetas de hombres… cuando le tuvo a pequeña distancia y vio que se trataba de hombres armados, le fue dada la voz del alto a la Guardia Civil, a lo que contestaron con varios disparos de escopeta. Repeliendo la agresión seguidamente; cayendo dos de los bandoleros a los primeros disparos, emprendiendo los restantes la huida y siendo seguidos por la Fuerza. Resultando cuatro más muertos y logrando desaparecer dos  más”.

El historiador Alfredo Ortega, que ha investigado el caso, considera que esta versión oficial es un montaje de la Guardia Civil. Según el testimonio de cinco familiares de las víctimas, los vecinos fusilados en el Río Torrente no eran guerrilleros ni fueron detenidos en la Sierra. Los guardias hicieron una redada por la noche, los detuvieron en sus casas y los trasladaron al Río Torrente, donde fueron ejecutados de forma extrajudicial

Sin embargo, el historiador Alfredo Ortega, que ha investigado el caso, considera que esta versión oficial es un montaje de la Guardia Civil. Según el testimonio de cinco familiares de las víctimas, los vecinos fusilados en el Río Torrente no eran guerrilleros ni fueron detenidos en la Sierra. Los guardias hicieron una redada por la noche, los detuvieron en sus casas y los trasladaron al Río Torrente, donde fueron ejecutados de forma extrajudicial. Más tarde,  pusieron armas junto a los cadáveres para hacer creer que eran guerrilleros. “Por tanto –afirma Ortega-, el enfrentamiento de la Guardia Civil con la guerrilla nunca existió, fue un simulacro”.

Este episodio ha sido documentado por el historiador José María Azuaga Rico, en su libro Tiempos de lucha, Granada-Málaga: represión, resistencia y guerrilla, 1939-1952, que incluye el testimonio del hijo de una de las personas ejecutadas. Azuaga nos dice que al menos dos víctimas eran familiares de guerrilleros y los mataron como represalia. Y entre las víctimas, un hombre de 60 años, padre de un guerrillero, que fue ejecutado al no poder matar a su hijo, que había huido a la sierra. Según Azuaga, en la segunda mitad del año 47 se intensificó la represión contra toda persona que pudiera tener la mínima relación con los conocidos popularmente en el Valle de Lecrín como los tíos de la sierra.

La excavación arqueológica en el cementerio de Nigüelas acaba de empezar. La Asociación Científica ArqueoAntro sospecha que, además de las fosas de 1936 y 1947, hay otra con víctimas fusiladas un año más tarde, en 1948, cuando se produjo la tercera oleada de la brutal represión franquista en esta comarca granadina. 
Paco Vigueras es periodista y vicepresidente de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación.

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Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.

Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita. 

En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada. 
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Puedes leer aquí los reportajes de la nueva temporada del Foro de la Memoria:

Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria:

Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:

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Imagen de Paco Vigueras

Periodista, biógrafo de Constantino Ruiz Carnero y portavoz de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.