En memoria de los abuelos de Las Gabias
Sus casos, con su trayectoria vital y el trágico final, están recogidos junto al de otras víctimas del franquismo en el libro 'Historias desenterradas. Las Gabias 1936', escrito por el autor de este reportaje, que publicamos en la antesala de la apertura de la fosa del cementerio de Padul, un trabajo que coordina la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, con un equipo de la Universidad de Granada.
La documentación recopilada por Manuel Izquierdo Rodríguez apunta a que, al menos en el caso de su abuelo Alejandro, pudo ser enterrado en esa fosa tras su asesinato.
Félix Izquierdo Torres
Conocido como Félix “El Liche”. Nació el día 12 de diciembre del año 1900.
Tomó parte en la Guerra del Rif o Guerra de Marruecos, participando activamente en la ocupación de varias ciudades del norte de Marruecos, hasta su licenciamiento, que tuvo lugar el día 31 de diciembre de 1924, pasando a la reserva y fijando de nuevo su residencia en Gabia Grande
Se da la circunstancia de que seis años antes, en octubre de 1894, sus padres Cristóbal y Casilda, tuvieron un hijo, al que pusieron de nombre Félix, pero éste falleció a los 21 días de vida, y en su recuerdo, dieron el mismo nombre a este otro hijo varón, que, como su hermano, tuvo igualmente un triste final, aunque 36 años después.
En noviembre de 1921 fue destinado como soldado a la Comandancia de Artillería de Larache (Marruecos)[1], donde estuvo sirviendo durante más de tres años. Tomó parte en la Guerra del Rif o Guerra de Marruecos, participando activamente en la ocupación de varias ciudades del norte de Marruecos, hasta su licenciamiento, que tuvo lugar el día 31 de diciembre de 1924, pasando a la reserva y fijando de nuevo su residencia en Gabia Grande.
Según la documentación obrante en su expediente militar, en octubre de 1931 solicitó un certificado de servicios al coronel jefe del Centro de Movilización y Reserva de Granada, pues tenía proyectado ingresar en la Guardia Civil, y necesitaba dicho certificado para unirlo a la instancia correspondiente.
Fue concejal y teniente alcalde del Partido Socialista (Frente Popular) en el Ayuntamiento de Gabia Grande desde abril de 1931 hasta el comienzo de la guerra
Al parecer, al final no consiguió su objetivo, pues Félix estuvo trabajando como tejero. En verano hacía tejas y ladrillos a mano, en el tejar que llevaba en el Pago Martes, junto a su hermano Manuel, también concejal, y en invierno, trabajaba como encargado del Molino.
Fue concejal y teniente alcalde del Partido Socialista (Frente Popular) en el Ayuntamiento de Gabia Grande desde abril de 1931 hasta el comienzo de la guerra.
Era presidente de la Sociedad Obrera de Oficios Varios “La Libertad” y miembro de la filial agraria de dicha sociedad. Asimismo era Vocal de la Comisión de Agricultura del Ayuntamiento de Gabia Grande y en el año 1936 era el presidente del Partido Socialista local.
En una ocasión, que había una reunión en la Sociedad, con la presencia de Fernando de los Ríos, se presentaron “Rafalico Plaza” y el Capitán Nieto, y Félix, que entonces era el Presidente y tenía un fuerte carácter, salió a la puerta y les dijo que allí no se les había perdido nada, echándolos de allí. Este episodio no pasó desapercibido para “Rafalico”, que luego se tomó cumplida factura.
Cuando el levantamiento militar en Granada, citó a todos los miembros del partido en la sociedad, en su nueva y flamante sede de la Estación de Tranvías, y se dirigió al Cuartel junto a varios compañeros, para ver la actitud de la Guardia Civil
Alto, corpulento e inteligente, con gran don de palabra; era un hombre valiente y de grandes ideales de izquierdas. Cuando Paulino presentó la dimisión como concejal, Félix se hizo cargo del reparto del trabajo, reuniendo a todos los trabajadores del campo en la plaza del Ayuntamiento y desde el balcón, iba nombrando los grupos de trabajo, indicando a cada uno la faena que le correspondiera ese día: siembra, escarda, siega, riego, etc.
Cuando el levantamiento militar en Granada, citó a todos los miembros del partido en la sociedad, en su nueva y flamante sede de la Estación de Tranvías, y se dirigió al Cuartel junto a varios compañeros, para ver la actitud de la Guardia Civil.
Al ser uno de los cabecillas de la izquierda en Gabia Grande, sabía que iban a ir a por él. Estuvo doce días escondido en unos cañaverales, pero le dijeron que podía salir, que no le iba a ocurrir nada. Ese mismo día, el 4 de agosto, al poco tiempo de llegar a su casa, lo arrancaron de los brazos de sus hijos, que lo abrazaban llorando
Al ser uno de los cabecillas de la izquierda en Gabia Grande, sabía que iban a ir a por él. Estuvo doce días escondido en unos cañaverales, pero le dijeron que podía salir, que no le iba a ocurrir nada. Ese mismo día, el 4 de agosto, al poco tiempo de llegar a su casa, lo arrancaron de los brazos de sus hijos, que lo abrazaban llorando. El, muy tranquilo, les dijo que volvería pronto, pero no volvió nunca más. Fue apresado y llevado en el primer camión de la muerte que salió de Gabia Grande, junto a Chotica, Pajarillo y José Maldonado. Paradojas del destino, fue fusilado en la madrugada del día 5 de agosto de 1936, el día de la Virgen de las Nieves, la patrona de su pueblo.
Murió con 35 años y dejó huérfanos a tres hijos, Felix, que contaba con 8 años, Manolo, que solo tenía 3 años, y Antonio, que se encontraba aún en el vientre de su madre, Manolica “La Carbonera”, que tuvo que montar una tienda de carbón para poder sacar adelante a su familia y poner a trabajar a sus hijos desde muy pequeños.
Su fallecimiento no se encuentra inscrito en ningún registro civil, pues su mujer renunció a cualquier paga que viniera del régimen franquista, por lo que fue dado por desaparecido por el régimen, como a tantos otros.
Sólo aparece la anotación de su defunción en el Libro de Defunciones del Archivo Parroquial, donde sólo aparecen 19 de los 31 vecinos fusilados de Gabia, inscritos al finalizar la guerra, en Julio de 1939, de oficio, por el cura D. Nicolás Ruiz.
[1] Filiación militar de Félix Izquierdo Torres. Archivo General Militar de Guadalajara.
Alejandro Rodríguez Delgado
Conocido como Alejandro “El Ranilla”, por su corta estatura, fue fusilado la noche del día 12 de agosto de 1936, justo dos días antes de cumplir los 42 años de edad, pues nació el día 14 de Agosto de 1894.
Su madre murió muy joven, con sólo 23 años, dejando a 5 hijos huérfanos, que tuvieron que trabajar desde niños para poder salir adelante.
Aunque sus ideales eran de izquierdas, nunca tuvo ningún cargo político. Le gustaba estar informado de las noticias de España, que le leía su mujer, pues él no pudo ir al colegio y no sabía leer ni escribir.
Estaba casado con Josefa Ortega Serrano, conocida por Josefica “La Gazapa”, y dejó 8 hijos menores huérfanos: Isabel, la mayor, que contaba con 17 años, Pedro (15), Pepe (13), Nieves (11), Josefa (7), Amelia (5), Paula (3) y Encarnita Rodríguez Ortega, con sólo un año. Ellos tuvieron que seguir trabajando en el campo para llevar algo a casa, y las niñas tuvieron que ir a pedir y a servir a casas de pudientes.
Trabajaba en todas las facetas del campo. Era nivelador de fincas, el único que había en Gabia, por lo que no le faltaba el trabajo, pues nivelaba las fincas a todos los labradores del pueblo
Trabajaba en todas las facetas del campo. Era nivelador de fincas, el único que había en Gabia, por lo que no le faltaba el trabajo, pues nivelaba las fincas a todos los labradores del pueblo. También era podador, regador y labraba algunas tierras, con la ayuda de sus hijos mayores.
En el año 36, tenía arrendados 11 marjales de tabaco[1] -que nunca llegó a cobrar ni él ni sus herederos, al confiscarle sus bienes- y 3 marjales con olivos y habichuelas en el Romancín[2]. En otra parcela de 5 marjales de tabaco que labraban junto al Puente de los Vados y que terminaron de cultivar sus hijos mayores, Pedro y Pepe, de 15 y 13 años, cayó un avión alemán a finales de agosto del 36 y se llevó la mayor parte del tabaco.
Estando en el Cortijo de la Jara, fue aconsejado por algunos amigos, para que se fuera a la zona del Temple y se salvara, pero Alejandro no temía por su vida, pues tenía la conciencia muy tranquila, y se quedó junto a su familia.
El día 12 de agosto estaba segando trigo en una finca del padre de su primo Crisóstomo. Lo llamaron para que fuera al Cementerio de Gabia a enterrar a un grupo de 13 cadáveres procedente de Santa Fe, que fueron fusilados la noche anterior. Según cuentan, Alejandro comentó mientras enterraban los cuerpos: “lo que estamos haciendo con estos hombres, lo harán con nosotros mañana”.
Así fue, tuvieron la delicadeza de dejarlo ir a cenar a su casa; pero apenas unas horas después, fueron a buscarlo una pareja de jóvenes voluntarios de la guardia civil, conocidos como Somatenes[3], que lo llevaron al Cuartel de la Guardia Civil “a prestar declaración”. Su hijo Pedro quiso darle el sombrero, pues siempre lo solía llevar puesto, pero la pareja le dijo que no le iba a hacer falta.
En el Cuartel lo retuvieron durante una hora, junto a otros compañeros como Joseíco Carlista y Paulos, y los sacaron amarrados, llevándolos en un camión con dirección a Armilla, camino del Suspiro del Moro, aunque se cree que sus cuerpos pudieran encontrarse en El Padul, tal y como consta en su partida de defunción
En el Cuartel lo retuvieron durante una hora, junto a otros compañeros como Joseíco Carlista y Paulos, y los sacaron amarrados, llevándolos en un camión con dirección a Armilla, camino del Suspiro del Moro, aunque se cree que sus cuerpos pudieran encontrarse en El Padul, tal y como consta en su partida de defunción.Cerca del cuartel, su hijo mayor, Pedro, escondido, presenciaba la escena. Se escucharon voces que decían, “¿Cómo os vais a llevar a este hombre, con el montón de criaturas que tiene en su casa?”, pero parece que era un mal momento para tener compasión.
Tal y como aparece en el Libro “Los últimos Días de Lorca” y en el anuncio nº 3216, del Boletín Oficial de la Provincia de Granada de 20 de Noviembre de 1936, le fueron intervenidos todos sus bienes por su pertenencia al Frente Popular, de acuerdo con el expediente[4] abierto contra él con fecha 10 de septiembre de 1936.
En el expediente para la incautación de sus bienes -estando ya fallecido-, se incluyen los informes del cura párroco, de la Guardia Civil, del jefe de la Falange, del Ayuntamiento y de dos testigos, cuyo contenido no puede alejarse más de la realidad de un hombre totalmente volcado en su trabajo y ajeno a la vida política
En este expediente instruido para la incautación de sus bienes -estando ya fallecido-, se incluyen los informes del cura párroco, de la Guardia Civil, del jefe de la Falange, del Ayuntamiento y de dos testigos, cuyo contenido no puede alejarse más de la realidad de un hombre totalmente volcado en su trabajo y ajeno absolutamente a la vida política, quizás para justificar su aniquilación, pues estos informes coinciden en señalar que se trata de “un elemento militante del llamado Frente Popular, que se destacó por sus ideales marxistas, interviniendo en todos los actos y manifestaciones, colaborando con los más extremistas, por lo que se distinguió en huelgas, excitando los ánimos de sus convecinos, levantando cuadrillas y haciendo trabajos al tope[5], ignorando su paradero, pues desapareció a los primeros días de iniciarse el Glorioso Alzamiento Salvador de España ….”. En informe del Ayuntamiento de Gabia Grande de 11 de noviembre de 1940 incluido en el expediente, por primera vez se reconoce su muerte, pues se hace constar “que fue eliminado en los primeros meses del Glorioso Movimiento Nacional por sus ideas marxistas y ser destacado elemento del Frente Popular”.
Por otra parte, con fecha 27 de Marzo de 1942[6], el Tribunal de Responsabilidades Políticas de Granada sentenció a Alejandro al pago de una sanción de 200 pesetas, por haber estado afiliado al Socialismo, requiriendo a los herederos al pago de la sanción en caso de que éste hubiera fallecido. Por ello, el 23 de junio de 1.943 se cita a su esposa Josefa Ortega, para que haga efectivo el pago de la sanción impuesta. “Josefica” manifiesta que “no puede hacerlo, por carecer de metálico y de bienes, porque los únicos bienes que poseía, consistentes en el importe de 7 marjales de tabaco y el fruto de aceituna de 3 marjales, le fueron intervenidos por el Juzgado de Intervención de Bienes en el año 1936, sin que haya recibido su importe”. Esta sanción de 200 pesetas sigue “dando tumbos” hasta el día 21 de febrero de 1958, en que por la insolvencia de los imputados, se acuerda el indulto de dicha sanción económica.
En realidad, y a pesar de lo recogido en los expedientes citados, tanto sus familiares como las personas vivas que lo recuerdan, coinciden en señalar que era un trabajador totalmente al margen de la política; que el verdadero motivo de su señalamiento fue el encuentro que tuvo meses antes con Laureano Reyes, (falangista reconocido y cuñado del Secretario del Juzgado de Paz Juan Anaya), al que agredió con un paraguas y ésta fue su verdadera sentencia de muerte: “¡cuando vuelvan las derechas, te vas a enterar!”.
Fue fusilado la noche del 12 al 13 de agosto de 1936 y después de muerto, le abrieron expediente para imponerle una sanción económica de 200 pesetas y quitarles a su viuda y sus ocho hijos todo lo que tenían, menos la casa, porque, por suerte, no estaba a nombre suyo, sino que era de su mujer
Y así fue lo que ocurrió, tal y como les he contado: Fue fusilado la noche del 12 al 13 de agosto de 1936 y después de muerto, le abrieron expediente para imponerle una sanción económica de 200 pesetas y quitarles a su viuda y sus ocho hijos todo lo que tenían, menos la casa, porque, por suerte, no estaba a nombre suyo, sino que era de su mujer. Esto fue lo que impidió que se quedaran en la calle y que sus ocho hijos no pasaran a ser ocho números de cualquier hospicio u orfanato, como ocurrió en tantos otros casos.
Su fallecimiento se encuentra inscrito fuera de plazo, el día 31 de Julio de 1943, en el Registro Civil de Las Gabias, al Tomo 31, Folio 70 vto., nº 32, constando como causa de su muerte “heridas sufridas por metralla”.
La publicación de este reportaje en el Foro de la Memoria se produce en la antesala de la apertura de la fosa del cementerio de Padul, un trabajo que coordina la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica con un equipo de la Universidad de Granada.
El proyecto ha sido financiado por Ministerio de la Presidencia, Relaciones con la Cortes y Memoria Democrática, con 23.111 euros y contará también con otra ayuda de 10.000 euros, en este caso solicitada por el Ayuntamiento de Padul con fondos procedentes de la FEMP, según los datos recabados por El Independiente de Granada en la AGRMH.
Según las previsiones del equipo multidisciplinar que trabajará en esta fosa, se prevén exhumar "un mínimo de 80 restos, si bien algunos testimonios elevan el número a más de 100".
El trabajo en Padul se pone en marcha tras concluir la primera fase en el Barranco de Víznar, donde han sido recuperados los restos de ocho víctimas del franquismo.
Como en Víznar, el objetivo es la exhumación de restos y su posterior identificación.
El equipo responsable del proyecto está integrado por un doctor en Historia Contemporánea; dos doctores en Arqueología; tres máster en Antropología Forense; una documentalista; un sociólogo; además de personal voluntario y auxiliares contratados por el Ayuntamiento de Padul.
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Citas bibliográficas:
[1] Una parcela de 7 marjales en término de Granada, en el Cortijo de Morón, Pago del Tercio, propiedad de Antonio Torres Ruiz y otra de 4 marjales en Gabia Grande, Pago del Arache, propiedad de Rufina Ruiz Molinero.
[2] Paraje de la vega de Híjar, propiedad de D. José Muller, vecino de Granada.
[3] Cuerpo de colaboradores armados de la Guardia Civil establecido en 1936 para reforzar la rebelión militar.
[4] Expediente nº 29/1936 del Gobierno Militar de Granada, para la intervención de bienes del Frente Popular abierto a Alejandro Rodríguez Delgado. Archivo de la Real Chancillería de Granada. (Caja 25906. Pieza 019)
[5] Se llama así a aquellas situaciones conflictivas que se generaban cuando los trabajadores se presentaban en trabajos para los que no habían sido avisados, obligando a los patronos a su contratación.
[6] Expediente 2317/36 del Tribunal de Responsabilidades Políticas. Archivo de la Real Chancillería de Granada. (Caja 25906. Pieza 019).
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En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
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