'Manuel Ruiz Castañeda, el alcalde republicano que nunca pudo volver a Láchar'

Blog - Foro de la Memoria - Elisabeth Pardo Martín y Tony Álvarez - Sábado, 10 de Julio de 2021
Elisabeth Pardo y Tony Álvarez recomponen la vida de Manuel Ruiz Castañeda, el último alcalde de Láchar antes del golpe de estado de los fascistas, porque, como dicen los autores, "recordar su historia es reivindicar nuestra memoria como pueblo y como clase".
Manuel Ruiz Castañeda.
Imagen aportada por los autores.
Manuel Ruiz Castañeda.
Esta historia está extraída del libro 'Buscando la redención. Las luchas por la tierra en Andalucía: Reforma agraria, lucha de clases y represión franquista en Láchar (Granada)', cuyos autores son Tony Álvarez y Elisabeth Pardo. Obra publicada en abril de 2021 por la editorial Atrapasueños con la colaboración de la Diputación de Granada y el Ayuntamiento de Láchar.

La ilusión desenfrenada que generó la proclamación de la II República, sin embargo, no estuvo exenta de conflictos en Láchar. Las elecciones de abril de 1931 aún estaban regidas por la Ley Electoral de 1907, en cuyo artículo 29 exponía que en aquellas circunscripciones donde se presentaran el mismo número de candidatos que de puestos a elegir –una única candidatura— serían proclamados automáticamente. Un “polémico” artículo 29 piedra angular del caciquismo y del fraude electoral que presidió todo el periodo de la Restauración. Precisamente este artículo fue aplicado en Láchar resultando “electos” los candidatos del antiguo orden que se resistía a perecer. Entre ellos se encontraba Antonio Avilés del Moral, administrador del Duque de San Pedro de Galatino y hombre de su confianza, que precisamente ejerció como Alcalde de Láchar durante la Dictadura de Primo de Rivera.

Láchar no estuvo al margen de este fenómeno. Ante la frustración por la aplicación del artículo 29, una cantidad ingente de vecinos se congregaron en la Sala capitular del Ayuntamiento para que los cargos “electos” no tomaran posesión

La alegría desbordada ante la naciente República conllevó que en numerosos puntos de la provincia los líderes sindicales y obreros “ocuparan” sus puestos en las corporaciones locales entre vítores y odas a la República acompañados de grandes masas de trabajadores. Láchar no estuvo al margen de este fenómeno. Ante la frustración por la aplicación del artículo 29, una cantidad ingente de vecinos se congregaron en la Sala capitular del Ayuntamiento para que los cargos “electos” no tomaran posesión. Hasta en tres ocasiones paralizaron la posesión de cargos llegando incluso a sustraer el libro de actas del Ayuntamiento. [1]

Manuel Ruiz Castañeda. Recordar su historia es reivindicar nuestra memoria como pueblo y como clase.

Como mostraron los resultados globales de estas elecciones, el influjo del caciquismo y del fraude electoral más descarado estaba muy presente principalmente en las zonas rurales. Ante esta tesitura el gobierno provisional republicano convocaba “elecciones parciales”. En Granada de los 201 municipios habían de celebrarse elecciones en 140, lo que pone de relieve la magnitud del fraude en las elecciones de abril (López, 1990: 223).

Las “parciales” de mayo significaron que el consistorio municipal iba a estar presidido por los líderes sindicales locales, que a partir de ese momento comenzarán la lucha desde dos planos, desde la movilización y desde la Institución

Las “parciales” de mayo significaron que el consistorio municipal iba a estar presidido por los líderes sindicales locales, que a partir de ese momento comenzarán la lucha desde dos planos, desde la movilización y desde la Institución.

En sesión plenaria fue elegido como Alcalde por mayoría absoluta Manuel Ruiz Castañeda, como tenientes de Alcalde, José Fernández Serrano y Juan Nieto Gallego, regidores síndicos Manuel Funes Miranda, y Manuel Rodríguez Almagro, siendo los demás regidores: Enrique Aranda Heredia, Armando Pardo Fernández, Eduardo Gutiérrez Ramos y Francisco Fuentes Granados.

Todo este periodo en Láchar, desde mayo de 1931 a 1934 con la llegada del conocido como “bienio negro”,  tendrá en la figura de Manuel Ruiz Castañeda su líder más destacado. Un gran orador y figura sindical que incluso traspasaba el pueblo de Láchar. Existe constancia, por ejemplo, de mítines donde participó con personalidades como Fernando de los Ríos.

Todo este periodo en Láchar, desde mayo de 1931 a 1934 con la llegada del conocido como “bienio negro”,  tendrá en la figura de Manuel Ruiz Castañeda su líder más destacado. Un gran orador y figura sindical que incluso traspasaba el pueblo de Láchar. Existe constancia, por ejemplo, de mítines donde participó con personalidades como Fernando de los Ríos

Los primeros meses de gobierno republicano de izquierdas son muy intensos en Láchar. Una de las primeras medidas es que el pleno acuerda dejar de pagar medicamentos a la Guardia Civil y sus familiares por no estar obligada la corporación a ello. Se realiza una bolsa de trabajo para intentar paliar el paro forzoso donde se inscriben en un primer momento hasta 193 trabajadores locales sin tierra. La lucha contra el único propietario de las tierras de Láchar fue agónica. Hablamos de Julio Quesada Cañaveral, Conde de Benalúa, Duque de San Pedro de Galatino, Grande de España, amigo íntimo de Alfonso XIII y señor de Láchar. Denunció Manuel Ruiz innumerables veces en público la actitud de resistencia y boicot de la Casa Cañaveral[2] ante los avances de la República, así como en cartas escritas por Julio Quesada se refería a Manuel Ruiz como “ese demonio de alcalde.”[3]

Manuel Ruiz Catañeda, el cuarto por la derecha, y otras personas del gobierno municipal.

En este contexto de lucha de clases, se producen varias ocupaciones a las fincas de Julio Quesada que conllevará detenciones entre los obreros locales.[4] Otra punta de lanza de la lucha de los obreros de Láchar era la reactivación de la fábrica azucarera. En septiembre de 1931 Manuel Ruiz y Juan Nieto, en nombre de la Sociedad Obrera La Redención, envían una carta al Subdelegado de Gobierno pidiendo la incautación de la azucarera por parte del Estado. La terminología marxista empleada en el documento no parece puramente retórica, hay un convencimiento en los trabajadores locales en que el futuro del pueblo y de la comarca pasa por la nacionalización de los medios de producción. El futuro pasa por la expropiación de la tierra y la estatalización de una fábrica que se encuentra parada, ellos entienden, por intereses capitalistas. En esta misma línea ideológica es interesante la denuncia sobre el progresivo desmantelamiento de la fábrica que dificultaría su reactivación, además de señalar la “doble vara” de medir en cuanto a las acciones de los obreros y las acciones de la burguesía y terratenientes.[5] A pesar del beneficio que hubiera conllevado para Láchar y para la comarca la fábrica nunca se reactivó.

La llegada del periodo conocido como bienio negro supuso un etapa de retrocesos, persecución y represión muy perjudicial para las clases trabajadoras, donde los líderes sindicales sufren una fuerte represión, entre ellos Manuel Ruiz Castañeda que es encarcelado en varias ocasiones

En definitiva este primer periodo en la República estuvo repleto de movilizaciones y acciones por parte del movimiento obrero local para intentar llevar a efecto los avances republicanos que confrontó duramente con la Casa Cañaveral. La llegada del periodo conocido como bienio negro supuso un etapa de retrocesos, persecución y represión muy perjudicial para las clases trabajadoras, donde los líderes sindicales sufren una fuerte represión, entre ellos Manuel Ruiz Castañeda que es encarcelado en varias ocasiones.

Las elecciones generales de febrero de 1936 son ganadas ampliamente por el Frente Popular. Tras las políticas represivas y contrarreformistas del periodo radical-cedista, el hito de volver al gobierno con una coalición de izquierda mucho más amplia que la de 1931 –de hecho la más amplia en la historia electoral de nuestro país—iba a suponer cambios en la orientación y en la bases de apoyo de dicha coalición, pasando de una postura reformista dentro de una democracia burguesa a encaminarse a la conquista de una verdadera República de los Trabajadores. Sin embargo todos estos sueños y anhelos son bruscamente truncados.

Al producirse el golpe de Estado, los dirigentes del movimiento obrero local tuvieron que huir al exilio, como el caso del alcalde republicano Manuel Ruiz Castañeda, que pudo escapar hacia Alhama de Granada, donde participó en la creación de las Milicias de Granada. Más tarde pasaría a Baza, donde formó parte de la Compañía Ernesto Fernández del Batallón Granada nº 1. En septiembre de 1936 ascendió a Capitán. Ascendió de Sargento de artillería –que desempeñó en África—a Teniente del arma profesional, el 1 de Diciembre de 1936.[6] Posteriormente ascendería a Jefe de Milicias y al crearse en marzo de 1937 la 93 Brigada Mixta de la 22 División del Ejército de Operaciones del Sur, dirigió el 372 Batallón de la misma, ascendido a Mayor en junio de ese mismo año, combatiendo en los frentes andaluces. Se le concedió la Medalla del Deber, entre otros hechos,  por su labor al frente de la 93 Brigada Mixta como comandante accidental de la misma en la toma del Peñón de la Mata, en 1938. A finales de 1938 fue destinado a la 95 Brigada Mixta de la 60 División del XVIII Cuerpo de Ejército en Cataluña, tomando parte en las operaciones del Sector Sur del Ebro (Cherta) y Tortosa. Manuel Ruiz llegó a ser Jefe de División en el ejército republicano.

Finalizada la guerra se exilió en Francia, siendo internado en el campo de concentración de Agde. Se trata de un campo de internamiento francés levantado por las autoridades francesas para internar a los refugiados españoles que se exiliaron de España tras el final de la Guerra Civil y la derrota del bando republicano en los primeros meses de 1939

Finalizada la guerra se exilió en Francia, siendo internado en el campo de concentración de Agde. Se trata de un campo de internamiento francés levantado por las autoridades francesas para internar a los refugiados españoles que se exiliaron de España tras el final de la Guerra Civil y la derrota del bando republicano en los primeros meses de 1939. El campo de Agde, en el Departamento de Hérault, se acabaría conociendo como “campo de los catalanes,” pues la mayoría de los refugiados españoles internos en el campo fueron de origen catalán. Se construyó para acoger unos 25.000 hombres, la mayoría combatientes republicanos de la guerra civil española procedentes de otros campos franceses, que estaban llenos. Se puso en marcha, al igual que el campo de Bram, para reducir el número de refugiados españoles internos en los campos de los Pirineos Orientales (Argeles, Saint Cyprien y Barcares). El 28 de febrero de 1939 el general Menard, al cargo de todos los campos franceses, notificaba al Prefecto de Hérault la creación del nuevo campo de Agde. Ese mismo día llegaban los primeros refugiados españoles que, dirigidos por dos compañías de ingenieros procedentes del campo de Saint-Cyprien, comenzaron a construirlo. El 15 de mayo de 1939 estaba listo el campo para acoger a los internos, que llegaron a ser unos 24.000 refugiados distribuidos en 250 barracas. Entre junio y septiembre de 1939 el campo se fue vaciando de refugiados, unos fueron repatriados a España, otros fueron reclutados por las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) y otros por la Legión Extranjera. En 1940, con la ocupación nazi de Francia, el campo de Agde fue reutilizado para internar a unos seis mil refugiados de diferentes países, incluidos judíos. A finales de 1944, ya con Francia liberada, el campo se cerró definitivamente.[7]

Ficha de Manuel Manuel Ruiz Castañeda, recogida del Archivo Histórico de la Fundación Pablo Iglesias.

Precisamente el 7 de julio de 1939 Manuel Ruiz, junto con sus hermanos Cecilio y Antonio, embarcaron rumbo a México. Entretanto le iniciaron en Granada un expediente de Responsabilidades Políticas[8] el 9 de octubre de 1943, pero no añade mucha información ya que afortunadamente no pudieron apresarlo.

Sus familias partieron de Láchar el 16 de julio de 1945 a las 20:00 horas, rumbo a Granada, de ahí rumbo a Madrid en tren, y de Madrid a Vigo, desde donde embarcaron rumbo a México. Manuel Ruiz residió en Morelia y en México DF, donde falleció el 11 de enero de 1965.[9]

El que fuera uno de los grandes líderes del movimiento obrero local, voluntario en el ejército republicano llegando a alcanzar la graduación de Jefe de División, pudo huir a México y salvar su vida, pero nunca más pudo volver a su pueblo ni a su país. Recordar su historia es reivindicar nuestra memoria como pueblo y como clase.
Si quieres ver la presentación del libro 'Buscando la redención. Las luchas por la tierra en Andalucía: Reforma agraria, lucha de clases y represión franquista en Láchar (Granada)', puedes verla en el siguiente enlace de Facebook del Ayuntamiento de Láchar:  Presentación libro: "Buscando la redención"

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Citas bibliográficas:

[1] Archivo municipal de Láchar. Libro de Actas para las sesiones del Ayto. posesionado el día 18 de Abril de 1931 a virtud de órdenes terminantes del Excmo. Sr. Gobernador Civil: Acta del 18 de abril de 1931. Caja 309 Legajo 1.

[2] Archivo municipal de Láchar. Libro de Actas desde 26-05-1931 al 16-03-1933. Acta de 17-01-1932. Libro nº 294.

[3] Carta del Duque San Pedro de Galatino enviada a Miguel Rodríguez Acosta el 24 de marzo de 1933 extraída de CORRAL, A. (1980), Duque San Pedro de Galatino, Diputación de Granada, pp.196-197

[4] El Defensor de Granada (5-IX-1931).

[5] Carta de Manuel Ruiz y Juan Nieto en nombre de la Sociedad Obrera La Redención publicada en El Defensor de Granada (18-IX-1931).

[6] D.O  Nº 37 del 12 de Febrero de 1937.

[7] Portal de Archivos Españoles (PARES).

[8] Archivo de la Real Chancillería de Granada. ES.18087.ARCHGR/003ATGR/D0987//C25671-022

[9] Se puede consultar una pequeña biografía de Manuel Ruiz Castañeda en el archivo de la Fundación Pablo Iglesias: https://www.fpabloiglesias.es/archivo-y-biblioteca/diccionario-biografico/biografias/8824_ruiz-castaneda-manuel

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Elisabeth Pardo Martín. Nacida en Láchar (Granada) en 1989. Estudio CFGS de Administración y Finanzas, pero su verdadera vocación era la historia. Se graduó en Historia por la Universidad de Granada en 2018 y ha concluido en 2020 la doble titulación de Máster de Formación para el profesorado (MAES) y el Máster de Historia de Europa a América Poderes, cultura y sociedad. Mientras realizaba sus estudios ha sido voluntaria en la II y III campaña de excavación arqueológica en Lanteira (Granada) y en la I campaña de excavación arqueológica en Mójacar (Almería) con el proyecto Memola de la Universidad de Granada.

Ha participado en las II Jornadas de Jóvenes Investigadores sobre Temas Andaluces en 2019 presentando una parte de las primeras investigaciones sobre la II República y la represión en Láchar. Ha publicado en el diario El Salto ‘La lucha por la tierra en Andalucía: El caso de Láchar en la II República’ junto a Tony Álvarez. Como parte de la evaluación del I Seminario de Pensamiento Descolonial, Estudios Andaluces y Epistemologías del Sur de Europa en 2019 le publicaron en el diario El Salto ‘Brujas y moriscas: feminidades contra la dominación’ en la sección de feminismo poscolonial. Es descendiente de víctimas y represaliados de la Guerra Civil entre los que se encuentran sus bisabuelos Armando Pardo y Antonia González.

Tony Álvarez López. Nació el 4 de mayo de 1987 en Láchar (Granada). Graduado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad de Granada en el año 2014. Máster en Estudios Latinoamericanos: Cultura y Gestión en la Universidad de Granada en el año 2016. Descendiente de represaliados por la dictadura, activista social y militante de izquierdas. Junto con Elisabeth Pardo presentaron un artículo científico titulado ‘Recuperando nuestra memoria. Las luchas por la tierra en Láchar’ en las II Jornadas de jóvenes investigadores andaluces que fue publicado por la Universidad de Granada. Ha escrito numerosos artículos sobre análisis político e histórico en medios digitales como El Salto Diario, Kaos en la Red y Ahora Granada, entre otros: ‘José Carlos Mariátegui: el maestro desconocido’, ‘La II República como sustrato democrático’, ‘Apostando por una verdadera democracia participativa’, ‘Gobernar desde la izquierda’ ‘El 4D y el nacionalismo andaluz’. 

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Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.

Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita. 

En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada. 

 

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Imagen de Elisabeth Pardo Martín y Tony Álvarez

Elisabeth Pardo Martín es historiadora.

Tony Álvarez López es politólogo.