'Fue hace 50 años'
Era finales de julio de 1970. Mi padre y yo, que vivíamos en Badalona (Barcelona) fuimos de viaje a Granada, por asuntos familiares ya que todos mis antepasados son de ahí.
Cada año viajábamos en tren y en él llevábamos una moto con la que recorríamos diversos pueblos, especialmente Colomera de donde era mi madre y Campotejar de donde era mi padre.
Nos llevamos una gran sorpresa cuando vimos miles de obreros en las calles de la capital. Eran de la construcción. De pronto cientos y cientos de ellos comenzaron a correr tras la policía nacional, lanzándoles ladrillos que tenían amontonados en cada bocacalle, donde otros compañeros los aprovisionaban. Era un espectáculo dantesco pues nunca había visto a los grises corriendo delante de los manifestantes.
Marchamos de Granada sin saber nada más. Viajamos hasta Campotéjar y visitamos a amigos y familiares lejanos. Ya anochecido tuvimos una visita desagradable. Un conocido de mi padre nos informaba de que la guardia civil del pueblo quería interrogarnos en el cuartelillo, de tan terrible recuerdo para mi padre que había sido torturado por ellos
Marchamos de Granada sin saber nada más. Viajamos hasta Campotéjar y visitamos a amigos y familiares lejanos. Ya anochecido tuvimos una visita desagradable. Un conocido de mi padre nos informaba que la guardia civil del pueblo quería interrogarnos en el cuartelillo, de tan terrible recuerdo para mi padre que había sido torturado por ellos, delante de dos sacerdotes y en 1938 había sido condenado a 12 años y un día de prisión por ser “desafecto al régimen”, pues fue Comisario Político del Partido Comunista. En su sentencia dice que era una buena persona y que no había cometido delito alguno. Que por el contrario, había salvado la vida de varios vecinos de derechas, por lo que en el pueblo se le quería y respetaba por parte de gentes de diversa ideologías. Ese vecino, acompañado de uno de los salvados por mi padre, aseguraron a la Benemérita que nada teníamos que ver con la manifestación y que daban su palabra por nosotros. En ese momento la única militancia de mi padre era vender periódicos del PCE y del PSUC, Mundo Obrero y Treball y no había conexión alguna con el PCE de Andalucía. Y yo no había comenzado todavía a luchar clandestinamente.
No sólo mi padre había sido un luchador y por tanto represaliado, sino que además yo soy nieta de Juan Garrido Donaire, “Ollafría”, hombre de la sierra admirado en la zona. Su mujer, mi abuela Leonor, fue cruelmente torturada y había sido condenada a 8 años de prisión por ser su esposa. Murieron en el exilio, en Bélgica. Y mi madre y sus 5 hermanos también fueron represaliados desde niños. Por tanto debíamos ser personas peligrosas.
La guardia civil decía, como vimos luego también en la prensa, que los “alborotadores atacaron a la policía, que tuvo que defenderse, habiendo resultado muerto un policía nacional”, lo que no era cierto.
No dormimos en toda la noche, asustados por lo que podía pasar en el cuartelillo y de madrugada marchamos del pueblo, tal como nos habían aconsejado. Cuando estábamos a varios kilómetross del pueblo, ya tranquilizados, nos sorprendió el alto de una pareja de la Benemérita. Creían que nuestra moto era pequeña y que no podíamos viajar en ella dos personas. Se confundían, pero nos dieron un buen susto.
No fueron los obreros quienes agredieron a la policía sino que ésta cargó y abrió fuego contra los manifestantes, matando a 3 obreros, de 21, 27 y 43 años. (Los asesinatos quedaron impunes)
Han pasado 50 años y acabo de leer un magnífico artículo de un historiador amigo, Alfonso Martínez Foronda, que explica la verdad: En Granada durante años se preparó esa huelga de la construcción, (la primera en Granada desde la Guerra Civil) especialmente por CCOO, sindicato clandestino entonces. Se exigía un salario base de 240 ptas día, subida lineal, rechazo al trabajo a destajo, jornada de 8 horas y no tener que trabajar todos los fines de semana. Hicieron huelga unos 7.000 obreros y al menos 5.000 fueron a la manifestación, tranquilos, sin preveer lo que se avecinada pues desde los mandos de la represión franquista se ordenó acabar con la lucha. No fueron los obreros quienes agredieron a la policía sino que ésta cargó y abrió fuego contra los manifestantes, matando a 3 obreros, de 21, 27 y 43 años. (Los asesinatos quedaron impunes). Hubo decenas de heridos y sindicalistas detenidos. Los obreros que tiraban ladrillos sólo se defendieron tras la matanza. La dureza de la lucha no fue en balde. Consiguieron el mejor Convenio Colectivo de la época.
Al volver a Badalona me afilié a CCOO.
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes del Foro de la Memoria:
- Magdalena Ordóñez, una voz de la memoria
- El terror y la dictadura. Seis razones para seguir luchando
- La fosa común del Cementerio de San José de Granada: Lugar de Memoria Histórica Democrática de Andalucía
- 'La odisea del niño José García Puente (De Güéjar Sierra a Quéntar). Reportaje del diario Solidaridad Obrera 27 de septiembre de 1936'
- Luis Fajardo, el alcalde que escribió una carta desde la cárcel, antes de ser fusilado
- La historia de la familia Miranda, masacrada por el fascismo
- Manuel Valor Cara, de la cuesta del Pino al campo de concentración de Albatera
- Carmen López Iglesias, superviviente de la Desbandá
- 'Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada'
- El Fuerte del Horror. Torturas y ejecuciones extrajudiciales en Carchuna y Castell de Ferro en julio de 1947
- La lucha de un hijo para que no se olvide a su padre, el concejal Juan Fernández Rosillo
- Natividad Bullejos, una mujer libre
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