Lecciones de una pandemia, por Daniel López Acuña
Daniel ha sido miembro de la OMS desde 1986 y director de Acción Sanitaria en situaciones de crisis en la OMS, Asesor de la directora general de la OMS, director de Desarrollo de Sistemas y Servicios de Salud de la OPS y, en la actualidad, es consultor y profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Una de las personas más influyentes en esta pandemia con una presencia muy importante en los medios de comunicación.
Y en su conferencia nos contó cosas como:
Hemos pasado 2 años muy duros, dos años de penurias, con un gran impacto sanitario, social y económico.
Ha habido 516 millones de contagios, 6,2 millones de defunciones (la OMS dice que podrían ser casi 15 millones), 12 millones de casos en España y 104.000 defunciones (mortalidad alta y excesiva por las tendencias de mortalidad que ha habido)
Ha habido 516 millones de contagios, 6,2 millones de defunciones (la OMS dice que podrían ser casi 15 millones), 12 millones de casos en España y 104.000 defunciones (mortalidad alta y excesiva por las tendencias de mortalidad que ha habido).
Además, ha habido gran sufrimiento, ha afectado la actividad económica y social, ha generado problemas de movilidad, con daños colaterales de especial trascendencia
Eso nos lleva a la necesidad de identificar lecciones, ver aciertos y errores. Es necesario extraer lecciones para futuras pandemias.
Y nos planteó 10 lecciones aprendidas:
-
Lección número 1:
En un mundo globalizado, donde el trasiego de personas es enorme, una epidemia severa se extiende a una velocidad inimaginable. Ello requiere de acciones drásticas para contener su diseminación, las cuales son tanto más eficaces cuanto más tempranas.
Necesitamos tener más capacidad anticipatoria, más instrumentos jurídicos de carácter vinculante, mejor preparación pandémica, mejores planes de contingencia y una mejor gobernanza internacional, regional y nacional
Por tanto, necesitamos tener más capacidad anticipatoria, más instrumentos jurídicos de carácter vinculante, mejor preparación pandémica, mejores planes de contingencia y una mejor gobernanza internacional, regional y nacional.
Hay que invertir más en recursos humanos, tecnológicos y organizativos dedicados a la prevención y anticipación de emergencias sanitarias internacionales.
-
Lección número 2:
La evolución de la pandemia ha revelado que los paradigmas clínicos y epidimiológicos en los que estaban basadas las recomendaciones técnicas para controlar la diseminación de enfermedades transmisibles respiratorias quedaron desbordados y han tenido que ser revisados, a veces a marchas forzadas.
Desde la transmisión no solo por cotícelas, sino también por aerosoles, pasando por la recomendación sobre el uso de mascarillas y, muy especialmente, el hecho de que existe una enorme transmisión silenciosa por personas infectadas que son asintomáticas
Desde la transmisión no solo por cotícelas, sino también por aerosoles, pasando por la recomendación sobre el uso de mascarillas y, muy especialmente, el hecho de que existe una enorme transmisión silenciosa por personas infectadas que son asintomáticas, lo cual obliga a hacer muchas más pruebas diagnósticas para detectar tempranamente, así como fortalecer los rastreos y aislamientos.
Esto no se comprendió en un principio y ha tardado mucho tiempo en ponerse en práctica.
-
Lección número 3:
La pandemia nos ha mostrado la enorme fragilidad de las personas mayores de 75 años, antes del advenimiento de la vacuna.
A ello, se ha sumado la tremenda vulnerabilidad que suponen las residencias geriátricas, donde se han generado un altísimo número de contagios y una elevada proporción de fallecimientos.
Es necesario blindar de manera eficaz las residencias geriátricas y para modificar rápidamente los modelos de atención sociosanitaria
Es necesario blindar de manera eficaz las residencias geriátricas y para modificar rápidamente los modelos de atención sociosanitaria.
-
Lección número 4:
Se ha producido una considerable presión asistencial, llevando a colapso asistencial con graves consecuencias sobre la atención de las personas afectadas por covid-19 y sobre personas con otras patologías, produciendo desatención, falta de oportunidad en procedimientos diagnósticos, intervenciones quirúrgicas y atención médica y de enfermería.
Todo ello ha generado una mortalidad excesiva. Necesitamos fortalecer los sistemas públicos de salud.
-
Lección número 5:
Las llamadas medidas no farmacológicas son fundamentales para disminuir los contagios y sus consecuencias en la población.
Los toques de queda amplios, los cierres tajantes y los confinamientos severos son medidas que bajan la incidencia y reducen el número de fallecimientos. Además, terminan por ser medidas, y más si se aplican con prontitud, que permiten restablecer con más prontitud, la actividad económica y social. Este tipo de medidas deben ser acompañadas de apoyos económicos y mecanismos de rotación social.
-
Lección número 6:
Esta pandemia ha supuesto luces y sombras. Por un lado, hubo cooperación científica internacional, que permitió, la secuenciación del genoma del virus y desarrollar con prontitud pruebas diagnósticas sensibles y específicas, además de vacunas en tiempo récord. Sin embargo, las vacunas siguen siendo un bien escaso y no accesible en todos los países. Ello está permitiendo oportunidades para que el coronavirus siga circulando y eventualmente mutar.
La ausencia de mecanismos efectivos de gobernanza sanitaria mundial sigue pasando una pesada factura.
-
Lección número 7:
Urge concebir la seguridad sanitaria mundial como buen público global que requiere la colaboración multilateral. Se requieren instrumentos y medios para hacerla posible, como pruebas diagnósticas, EPIs, respiradores, y medicamentos específicos o en investigación.
Todos estos instrumentos deben ser aplicados y distribuidos con criterios de equidad.
Es necesario fortalecer la salud pública y la atención primaria
-
Lección número 8:
Nuestras sociedades no han internalizado que en este tipo de situaciones, lo individual es colectivo y lo colectivo es también individual. Un ejercicio de responsabilidad es al mismo tiempo individual y social. Nos hemos quedado cortos en el compromiso de protegernos y proteger a los demás.
No hemos sabido poner en práctica una comunicación y una pedagogía social para revertir la tendencia basada en la reticencia a cumplir con las restricciones
No hemos sabido poner en práctica una comunicación y una pedagogía social para revertir la tendencia basada en la reticencia a cumplir con las restricciones.
El reto en materia de educación para la salud, información y sensibilización es aún una asignatura pendiente.
-
Lección número 9:
La prolongada duración de la pandemia ha generado un gran impacto psicosocial que ha afectado a la salud mental de las personas, generando la fatiga pandémica.
Esto hace más difícil apelar a la resistencia, la paciencia y la disciplina necesarias para proseguir la lucha contra la pandemia.
Es necesario prestar atención prioritaria a este problema, con soluciones imaginativas.
-
Lección número 10:
Las decisiones de las autoridades sanitarias para enfrentar la pandemia, afectadas en gran medida por la “fatiga pandémica”, no se han apoyado suficientemente en las recomendaciones de los profesionales expertos.
No se ha construido el diálogo y el consejo informado, además de la cogobernanza necesaria, mediante la participación de quienes puedan asesorar con mayor objetividad, con espíritu crítico y sin sujeción a posicionamientos político-electorales
No se ha construido el diálogo y el consejo informado, además de la cogobernanza necesaria, mediante la participación de quienes puedan asesorar con mayor objetividad, con espíritu crítico y sin sujeción a posicionamientos político-electorales.
La confrontación político-partidista ha entorpecido la lucha contra la pandemia. La pandemia ha agrandado la brecha de las desigualdades en Salud. Son necesarias políticas que se orienten a la equidad.
En definitiva, para Daniel López-Acuña, la pandemia no ha terminado y el trabajo no ha sido rematado todavía. La pandemia no está aún doblegada. Lo peor que podemos hacer es banalizarla. Quedan muchas incertidumbres de cara al futuro inmediato.
Es posible actuar si se quiere. Conviene reforzar el carácter científico de las decisiones a adoptar. Es imprescindible trabajar con paciencia y humildad. Es importante reaccionar a tiempo y rectificar el rumbo. Es necesario recuperar la salud pública y la atención primaria.
Ojalá aprendamos estas lecciones. Está en nuestras manos.