Los municipios merecen respeto
Que el próximo domingo 28 de mayo se celebran elecciones municipales lo sabe todo el mundo. Y, aunque no todos, coinciden con autonómicas en Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Illes Balears, La Rioja, Madrid, Murcia, Navarra, y en la Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.
La obstinación de la derecha en convertir el 28M en unas elecciones generales anticipadas, es una falta de respeto a los 174 municipios y las seis entidades locales autónomas de la provincia, cuya ciudadanía tiene el derecho y las formaciones el deber de explicarles con detalle el proyecto para cada municipio, para cada pueblo, para cada anejo
También es notorio que el 19 de junio de 2022 se celebraron en Andalucía las últimas elecciones autonómicas, en las que el PP logró una victoria histórica, tan aplastante como la forma de gobernar de Juan Manuel Moreno al frente de la Junta, por primera vez, con mayoría absoluta, tras la coalición con Cs y el apoyo parlamentario de la ultraderecha, en el anterior mandato.
Pero ¿lo sabe también el PP? La obstinación de la derecha en convertir el 28M en unas elecciones generales anticipadas, es una falta de respeto a los 174 municipios y las seis entidades locales autónomas de la provincia, cuya ciudadanía tiene el derecho y las formaciones el deber de explicarles con detalle el proyecto para cada municipio, para cada pueblo, para cada anejo.
El denodado esfuerzo de centrar la campaña en el Gobierno de España, de las listas de Bildu, con etarras o sin ellos, cuando deberían ser los municipios el objeto de debates, deja en evidencia, no solo la ausencia de proyectos municipalistas generales y concretos, sino también el preocupante uso de los ayuntamientos como meros instrumentos de poder para alcanzar La Moncloa.
El denodado esfuerzo de centrar la campaña en el Gobierno de España, de las listas de Bildu, con etarras o sin ellos, cuando deberían ser los municipios el objeto de debates, deja en evidencia, no solo la ausencia de proyectos municipalistas generales y concretos, sino también el preocupante uso de los ayuntamientos como meros instrumentos de poder para alcanzar La Moncloa
No hay comparecencia donde el PP se olvide de citar con saña al sanchismo, con la imprescindible cooperación de su ruidoso coro mediático. Desde antes mucho de la precamapaña, y en campaña. ¿Sanchismo?, como si con ello quisieran avergonzar al PSOE, con un concepto inventado por su potente maquinaria de propaganda, más propio de partidos y sistemas autoritarios, que abre la puerta a una degradación de los valores constitucionales y con el que quieren centrar el debate en un espacio en el que la realidad no le da la razón.
Ya marcaron el rumbo en el primer día de campaña en un mitin de apoyo a Marifrán Carazo, tanto Moreno, como el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. En un exceso, sólo justificado para hacer méritos ante la secretaria general del PP y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, presente en un acto en Santa Fe, el presidente provincial del PP, Francisco Rodríguez, dijo: “Los candidatos del PSOE deberán explicar a las víctimas de ETA en Granada si apoyan los pactos de Pedro Sánchez con Bildu”.
No citaron que el PP alcanzó cerca de 130 acuerdos con Bildu en el Parlamento vasco, acercó presos etarras a las cárceles vascas y negoció con ETA, cuando gobernó
No citaron que el PP alcanzó cerca de 130 acuerdos con Bildu en el Parlamento vasco, acercó presos etarras a las cárceles vascas y negoció con ETA, cuando gobernó. No es difícil de comprobar en un repaso por hemerotecas.
Tampoco que el ahora portavoz en el Senado, Javier Maroto, cerró acuerdos con Bildu cuando fue alcalde de Vitoria, y pensaba que Bildu “pretendió la paz desde el principio”.
A veces, empeñarse en algo, puede salir torcido
A veces, empeñarse en algo, puede salir torcido.
Ya habrá tiempo de debatir sobre el Gobierno de España. Seguro que, desde la misma noche del 28 de mayo, cuando se conozcan los resultados.
Pero ahora es tiempo de municipalismo.