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HOMENAJE AL CURA DE SAN ILDEFONSO POR SU LUCHA pra que la homosexualidad fuera reconocida como un derecho INALIENABLE

'José Antonio Moreno Rodríguez: uno de los fundadores del Frente de Liberación Gay de Granada (FLGG) (y II)'

Política - Alfonso Martínez Foronda - Sábado, 2 de Septiembre de 2023
Alfonso Martínez Foronda homenajea con esta segunda parte de la biografía al cura de San Ildefonso y a todos aquellos que lucharon para que la homosexualidad sea reconocida como un derecho inalienable del ser humano. Un artículo que te recomendamos.
José Antonio Moreno Rodríguez en la Residencia de mayores de Armilla en agosto de 2010.
Foto de Alfonso Martínez Foronda.
José Antonio Moreno Rodríguez en la Residencia de mayores de Armilla en agosto de 2010.
Si no tuviste la oportunidad de leer la primera parte o quieres volver a hacerlo: 'José Antonio Moreno Rodríguez, el cura de San Ildefonso (I)'

Mucho había llovido en España desde que el 28 de junio de 1969 se produjera una redada en el club Stonewall Inn de Nueva York, a consecuencia de la cual se produjeron manifestaciones espontáneas y violentas como reacción al acoso policial. Unos días antes había muerto Judy Garland –la Dorothi de El Mago de Oz- y, a partir de entonces, el “Soy amigo de Dorothi” era la contraseña de una persona homosexual para contactar con otra. Desde el año siguiente la Marcha del Orgullo Gay se convirtió en una cita anual y en un fenómeno que se fue extendiendo por todo el mundo. Pero aquí, en la dictadura,  los homosexuales eran “peligrosos”, estaban estigmatizados, la homosexualidad estaba considerada como un “patología” y la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social del 5 de agosto de 1970 –una nueva versión de la famosa Ley de Vagos y Maleantes de 1933 y 1954- caía implacable sobre ellos. Y en España, donde todo llegaba más tarde -como el mayo del 68-, y más en Granada, todavía a mediados de los setenta no se oía nada sobre la liberación homosexual, aunque en 1972 Armand de Fluviá y Francino, junto a otros compañeros fundaron el Movimiento Español de Liberación Homosexual que empezó a editar el boletín mensual Aghois.  

Era una etapa en la que se empieza a deconstruir el aislamiento impuesto y sus cuerpos, cada vez menos recluidos, se exponían al exterior, pero todavía sin visibilizarla socialmente

Eran unos primeros pasos, porque todavía en Granada, y a la salida de la dictadura, la homosexualidad era un asunto personal del que se empezaba a hablar en círculos reducidos de amigos y que reflejaba la necesidad de romper la incomunicación. Era una etapa en la que se empieza a deconstruir el aislamiento impuesto y sus cuerpos, cada vez menos recluidos, se exponían al exterior, pero todavía sin visibilizarla socialmente. José Antonio Moreno, en esos primeros años de la transición política, recuerda que empieza a visibilizar su homosexualidad entre los círculos parroquiales en que se movía:

“… y de eso tiene la culpa un muchacho de la comunidad cristiana y que tenía tanta complicidad conmigo que un día que salí a ligar viene y me dice que nos vayamos fuera. Nos fuimos por la carretera de Loja… y me dice que era homosexual. Yo le dije que muy bien. Y eso se decía en la parroquia. Yo para él era San José Antonio. Y luego me iba con él a Loja en otro tiempo. Y otro día, nos fuimos y le dije: “Hace un año me dijiste que eras un maricón, pues ahora yo te dijo que yo también soy maricón, solo que veinte años antes que tú. Y tuve que parar el coche, abrazarnos y besarnos… Figúrate".
Joaquín Vázquez Ruiz de Castroviejo. Foto de Matilde Córdoba, cedida por el Archivo Miguel Benlloch.

Con esa experiencia, irán conectado con otros, formando un grupo que hablaban de sus problemas, compartían inquietudes y rompían soledades, pero todavía no hay nada organizado, hasta que conectan con ellos dos personajes claves en el movimiento gay de Granada: el lojeño Miguel Benlloch Marín y el estudiante de Derecho, y paisano suyo, Joaquín Vázquez Ruiz de Castroviejo (1955). Pero antes de seguir, quisiera dejar constancia que parte del relato de la historia de las primeras organizaciones gays en Granada se lo debo a dos documentos de Miguel Benlloch, “Mirar al frente” y “El detective” (Archivo de Miguel Benlloch) y que me ha facilitado Joaquín Vázquez, íntimo amigo de Miguel. Con ellos y la entrevista a José Antonio Moreno, básicamente, podemos reconstruir los primeros pasos de la creación en Granada del Frente de Liberación Gay (FLGG). 

BENLLOCH MARÍN, Miguel. Nacido en Loja (Granada) en 1954. Estudiante de Historia. Es uno de los primeros militantes en Granada del Movimiento Comunista  y uno de los fundadores de su organización juvenil en Andalucía, Juventudes Andaluzas Revolucionarias (JAR). Fue uno de los fundadores, junto al cura José Antonio Moreno Rodríguez y Joaquín Vázquez Ruiz de Castroviejo del Frente de Liberación Gay de Granada, que acabaría integrándose en el Frente de Liberación Homosexual de Andalucía (FLHA) y que apareció públicamente en Granada el 1º de mayo de 1979.  En la madrugada del jueves 6 de marzo de 1980, cuando militantes del MCA pegaban en el centro de la ciudad de Granada carteles con las fotografías de Adolfo Suárez y Martín Villa, en protesta por lo acaecido en el referéndum por la autonomía andaluza (“Se buscan para que el pueblo andaluz los juzgue”), fueron detenidos 13 de esos militantes y conducidos a comisaría, entre ellos Miguel Benlloch, (Diario Ideal, 7.3.80, p. 15). A la mañana siguiente prestaron declaración ante el juez y quedaron en libertad provisional. En toda Andalucía fueron detenidos 23 militantes en la misma campaña por lo que aparecieron nuevos carteles pidiendo su libertad lo cual llevó a la detención de otros 33 militantes. Impulsó  los movimientos de liberación homosexual en Andalucía así como los movimientos Anti-OTAN en Granada y la Coordinadora  de Organizaciones Pacifistas en Andalucía. Se dedicó a la promoción cultural (fundación de la sala Planta Baja, creación de la productora BNV…) y desarrolló posteriormente una intensa actividad artística de tipo performativa y poética que cuestionaba las categorías y códigos patriarcales dominantes. Dos de su relatos, “Mirar al frente” y “El detective”, son fundamentales para la comprensión de la homosexualidad y la historia de la misma en Granada. Falleció en Sevilla el 12 de septiembre de 2018.  (VV.AA.: “La cara al viento”, 2012: 369, 692, 783); MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SANCHEZ RODRIGO, Pedro, Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración). En la imagen, Miguel Benlloch Marín. Foto de Gracia Gámez, cedida por el Archivo Miguel Benlloch.

En los primeros años de la transición, afirma Benlloch, apenas hay visibilidad de movimientos de liberación gays y solo se movían en Granada algunos miembros del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), que emulaba a su homónimo francés, creado en 1971. Benlloch, que estaba en Filosofía, recuerda:

“… como anécdota la del día que un compañero de curso, que siempre llevaba a su vera un remolino de gente, se presentó con una camiseta muy ajustada en la que, con  tela de vichy de cuadritos de diferentes colores, se dibujaba un tren infantil con los ribetes de los vagones bordados con hilos variados que surgían sobre la máquina del tren como humo negro; un bigotito y pelo engomado delimitaban su cabeza, dándole a todo el conjunto, sin apenas nada, un desencaje carnavalesco que me hizo sentirlo como uno de los míos. Era miembro del FHAR (Frente Homosexual de Acción Revolucionaria) en Granada, un grupo que tomaba el nombre de otro francés y que se caracterizaba por sus acciones paródicas y carnavalescas, chicos vestidos como chicas o abuelas con disfraces grotescos, a veces tomados en sus rafias albaizyneras por casas abandonadas, que se paseaban con desmesura del AlbayzÍn a Plaza Nueva o por el Sefru, un bar presidido por un váter con santo, refugio de la otredad granadina. Sería 1977 o 1978 cuando sacaron el cartel en lila con la imagen borrosa del suicidio de una lesbiana, era el primer cartel visibilizador, reivindicativo y denunciador de la opresión y represión de las conductas homotrópicas”. (Mirar de frente, de Miguel Benlloch, en Archivo Miguel Benlloch).

Cuando Miguel Benlloch y Joaquín Vázquez llegan a Granada en 1979 –ambos habían hecho la mili en Madrid-, y dado que el Movimiento Comunista consideraba que era necesario crear esa estructura, conectarán con José Antonio Moreno a través del cura obrero José Antonio Parra García, que también era militante del mismo partido y amigo del cura de San Ildefonso

Pero ese grupo tuvo poco recorrido. Podríamos decir que el origen de la creación del Frente de Liberación Gay de Granada será la confluencia entre el grupo en el que estaba José Antonio Moreno y la participación de Benlloch y Joaquín Vázquez. Ambos militaban en el Movimiento Comunista, de  orientación maoísta y que desde los primeros años de la transición debatía sobre la necesidad de crear estructuras paralelas y específicas de mujeres, pero al mismo tiempo, ese debate también provocó que la homosexualidad fuera una prioridad del partido. Cuando Miguel Benlloch y Joaquín Vázquez llegan a Granada en 1979 –ambos habían hecho la mili en Madrid-, y dado que el Movimiento Comunista consideraba que era necesario crear esa estructura, conectarán con José Antonio Moreno a través del cura obrero José Antonio Parra García, que también era militante del mismo partido y amigo del cura de San Ildefonso. Miguel Benlloch establece como fecha 1978 –es improbable porque estaba haciendo el servicio militar-, pero bien antes de irse a la mili o recién licenciado de ella, el contacto entre Miguel, Joaquín Vázquez y José Antonio Moreno se establece.

Hablaron sobre ellos, qué hacer, cómo buscar a otros, cómo irrumpir en la calle o quién aparecería en público como maricón, “una palabra que –como afirma Miguel Benlloch- nos había estigmatizado durante años, el insulto que expulsaba el cuerpo y lo llevaba a un lugar de desposesión, vacío de derechos y sujeto a la arbitrariedad” de la ley de peligrosidad social que el franquismo había creado contra los comunistas, masones y judíos. Hay que recordar que ni el indulto de finales de 1975, ni la amnistía de 1976 benefició a los homosexuales y que esa Ley no se derogaría hasta 1983, un año después de la llegada de los socialistas al poder.

Primera aparición pública Frente Liberación Gay de Granada, Miguel Benlloch, Joaquín Vázquez y Juan Antonio Peinado junto a la pancarta «No a la discriminación sexual en el trabajo», manifestación 1º de Mayo, Granada, 1980. Foto: autor desconocido. Archivo de Miguel Benlloch.

De esos contactos sale la idea de crear el Frente de Liberación Gay de Granada (FLGG), a lo largo de 1979. Esa organización seguía la estela del Movimiento de Liberación Homosexual y el FHAR. El que se llamase “Frente”

De esos contactos sale la idea de crear el Frente de Liberación Gay de Granada (FLGG), a lo largo de 1979. Esa organización seguía la estela del Movimiento de Liberación Homosexual y el FHAR. El que se llamase “Frente”, como señala Miguel Benlloch, emulaba a las organizaciones plurales que luchaban por la independencia y descolonización de muchos lugares en los años sesenta, pero también pretendía reflejar la suma de concepciones políticas que había en cada organización, indicando, como señala Miguel Benlloch, “que la lucha de los homosexuales no solo estaba unida a la lucha del pueblo sino que opinaban y actuaban en los incipientes movimientos pacifistas, ecologistas o sindicales”. (Mirar de frente, de Miguel Benlloch, en Archivo Miguel Benlloch). Su actividad en esa primera andadura fue importante. Por ejemplo, editaron el primer boletín titulado Somos, para compartir parte de la incipiente producción teórica de la organización y que tenía forma de hoja parroquial y que alcanzaría un total de cuatro números hasta junio de 1981; luego Gay Andalus o Guirigai. O celebraron una mesa redonda con motivo del “orgullo” que congregó a numerosas organizaciones de izquierda; o dieron charlas, venta de libros sobre la libertad y disidencia sexual o el ocio ligado al transformismo, entre otras. Una actividad que tuvo muy buena acogida fue las jornadas “La homosexualidad en el cine” que, a finales de 1979, había organizado Juan Planta, otro miembro de FLGG dentro de la planificación del Cine Club Universitario.

Boletín número 1 del Frente de Liberación Gay de Granada, titulado “Somos” y que apareció en junio de 1980. Cedida por Archivo Miguel Benlloch.
Miembros del Frente de Liberación Gay de Granada. Cedida por el Archivo Miguel Benlloch.
Panfletos del Frente de Liberación Gay de Granada. Cedidos por el Archivo Miguel Benlloch.

La necesidad de coordinar las distintas organizaciones hizo que se crease en mayo de 1981 el Frente de Liberación Homosexual de Andalucía (FLHA), donde se integra el de Granada

Pero, en 1980, Joaquín Vázquez se traslada a Sevilla a trabajar en el despacho laboralista de CCOO y, allí, crea el Frente de Homosexual de Sevilla ese mismo año. De forma paralela se van creando otros similares en Málaga, La Línea de la Concepción o Córdoba. La necesidad de coordinar las distintas organizaciones hizo que se crease en mayo de 1981 el Frente de Liberación Homosexual de Andalucía (FLHA), donde se integra el de Granada. Se unieron a otros como FLHOC de Madrid, el FAGC de Catalunya, el MAGPV del País Valencià o el EHGAM de Euskadi y todos ellos dieron lugar a la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español  (COFLHEE) y que, durante varios años, fue el referente organizativo y reivindicativo de las organizaciones de homosexuales.

Eslogan de la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE), “Lo nuestro sí que es mundial”, aprovechando el mundial de fútbol en España en 1982. El eslogan lo intentó Miguel Benlloch. Cedida por Archivo Miguel Benlloch. Cedida por Archivo Miguel Benlloch.

“La casi totalidad de organizaciones que integraban la COFLHEE, entre las que se encontraba el FLHA, contrariamente a lo que se ha dicho, estaban impulsadas y en su mayoría lideradas por militantes de partidos de extrema izquierda, grupos autónomos, organizaciones de acción directa o católicas"

Hay que notar, como señala Joaquín Vázquez, que “la casi totalidad de organizaciones que integraban la COFLHEE, entre las que se encontraba el FLHA, contrariamente a lo que se ha dicho, estaban impulsadas y en su mayoría lideradas por militantes de partidos de extrema izquierda, grupos autónomos, organizaciones de acción directa o católicas. En sus inicios, las personas que militábamos en unas y otras organizaciones ni estábamos encandilados con las ilusiones que nos ofrecía el fin del franquismo ni aún habíamos sucumbido a la desilusión ante la evidencia de las escasas posibilidades con las que contaba el futuro que habíamos imaginado. Todavía en aquellos momentos para nosotros la lucha antifranquista y por los derechos homosexuales era sinónimo de lucha revolucionaria".

Durante sus primera andadura, el FLHA, fue muy activo en varias provincias, aunque no todos sus militantes actuaban en el exterior con la misma disponibilidad. Precisamente, fue en San Ildefonso donde se reunió la Coordinadora de Frentes Homosexuales de Andalucía. Miguel Benlloch recuerda que:

“Cuando agarró el micrófono del altar y comenzó a cantar por Amanda Lear ya habían subido las escaleras del dorado retablo barroco al menos quince o veinte de los que participaban en la reunión de la Coordinadora de Frentes Homosexuales de Andalucía. La reunión había tenido lugar en los salones parroquiales de la Iglesia San Ildefonso de Granada, y al finalizar se nos propuso por el párroco, miembro del Frente y uno de sus fundadores, ver la Iglesia, enséñanoslo todo. Yo le dije “¿sabes lo que haces?” y él me respondió “para mis hermanos todo”, y abrió la puerta del retablo por el que, sorprendidos por la propuesta, fuimos subiendo entre gritos y risas los 21 maricones, desplegándonos por las tres alturas del retablo del siglo XVII, gritando a los de abajo por las hornacinas donde se encontraban las imágenes de San Miguel, San Rafael, Santa Catalina, Santa Inés, San Antón, San José, San Pedro y Pablo, mostrando nuestros cuerpos vivos junto a los acartonados vestidos de los santos del gran escultor Risueño. Cantábamos canciones, desplegando la pluma reivindicativa mientras sonaba desafinado y chirriante el órgano, sobre la puerta de entrada de la Iglesia, asaltado por la turba que ejemplarizaba con su acción sobre el templo el desprendimiento de una serie de valores y, por tanto, la liberación del cuerpo como lugar de sabiduría frente a los valores cristianos. Un nuevo cuerpo imparable que desbrozaba las ataduras de la sexualidad”. (Mirar de frente, de Miguel Benlloch, en Archivo Miguel Benlloch).

Esta descripción de Miguel mostraba que, sin contar con un gran número de militantes, su impacto social fue destacado, captando a parte de la sociedad en diferentes campañas, mesas redondas, charlas o entablando vínculos con distintas organizaciones políticas y sindicales

Esta descripción de Miguel mostraba que, sin contar con un gran número de militantes, su impacto social fue destacado, captando a parte de la sociedad en diferentes campañas, mesas redondas, charlas o entablando vínculos con distintas organizaciones políticas y sindicales. Sus referentes fueron pocos, y como afirma Joaquín Vázquez, “casi únicamente algunos manifiestos del FHAR (Front Homosexuel d'Action Revolutionnaire) que imaginaban la lucha por la liberación homosexual como indisolublemente unida a la destrucción del estado burgués, así como a los comportamientos machistas y homófobos presentes en los partidos y organizaciones de izquierda y extrema izquierda”.

El FHLA, que se declaraba independiente  de todo partido político, solidario con otros movimientos u organizaciones de carácter marginal –feministas, ecologistas, objetores de conciencia, etc- y unitario, definía como objetivos generales:

1º) La consecución de una sexualidad libre y sana –con la consiguiente liberación de la homosexualidad- que permita el desarrollo de la personalidad y felicidad del individuo.

2º) La consideración del deseo homosexual como un elemento más de la sexualidad básica del ser humano.

3º) Eliminación de categorías arbitrarias, tales como: “heterosexual-homosexual”, o de “roles” o papeles sexuales como “masculino-femenino”, “macho-hembra”, sujeto “activo-sujeto pasivo”, “dominante-dominado”.

4º) Superación del gueto homosexual.

5º) Creación de relaciones humanas libres y alternativas a las de familia o matrimonio.

Aún así, el FLHA, como tantas organizaciones pioneras, no tenía una estructura muy desarrollada, funcionaban en asambleas de las que surgían comisiones para trabajar en diferentes realidades, ni tenían sedes específicas, ni presupuesto...

En sus primeros años de existencia, se editaron a nivel regional folletos con la resolución del Consejo de Europa de 1 de Octubre de 1981, en la que se reconocía el derecho a la homosexualidad; se consiguió consensuar un comunicado con el diversos partidos de izquierda y el propio FLHA, en el que se comprometían a apoyar la despenalización de la homosexualidad y la derogación de cualquier disposición discriminatoria; se participó en la Marcha a Rota contra la OTAN; se emitió un comunicado contra la visita del Papa; se organizó una mesa redonda con partidos políticos, de cara a las elecciones de octubre de 1982, donde vencería el PSOE de forma contundente; y se editaron almanaques de bolsillo evocando la figura de Lorca. Aún así, el FLHA, como tantas organizaciones pioneras, no tenía una estructura muy desarrollada, funcionaban en asambleas de las que surgían comisiones para trabajar en diferentes realidades, ni tenían sedes específicas, ni presupuesto para realizar tareas más consistentes. En fin, era una organización precaria. Pero también, reflexiones sobre la propia realidad de los Frentes, que no desbordaban los límites de la concepción binaria de los géneros y que buscaban, bajo su aparente radicalidad, la ampliación de la norma, ser reconocidos, normalizados.

Miguel Benlloch, que fue un visionario de esta nueva “realidad” lo resume así:

“Las organizaciones homosexuales, llamadas ahora gais con un vocablo amable de define en cierta medida el fin del asilvestramiento y la entrada al orden, toman el camino de la reforma y sellan los límites de la liberación sexual en LOS PAÍSES QUE HAN LEGALIZADO LA HOMOSEXUALIDAD”. (Miguel Benlloch, “El Detective”, íbidem).

O el propio Joaquín Vázquez que, siguiendo esta línea argumental, considera que:

“Los actuales movimientos LGTBI, [se han convertido] en uno de los principales refuerzos de la unidad familiar. No solo es en el conservadurismo o en el integrismo religioso, sino también en la heterodoxia familiar (matrimonios gais, familias monoparentales, maternidad subrogada…) donde la institución, que estaba en crisis, se vigoriza y hace fuerte.

(…) nos fuimos disolviendo poco a poco porque poco a poco iban siendo aisladas y reducidas nuestras reivindicaciones, quizá algo inevitable en aquellas luchas que ya nacen fragmentadas. Posiblemente este carácter particularizado, identitario, constitutivo de los Frentes fuera lo que a Miguel [Benlloch] le incomodaba, lo cierto es que su distancia militante con los movimientos homosexuales en general y con el FLHA en particular se produjo muy tempranamente”. (Joaquín Vázquez, “Cuerpos vivos en acción”).

A mediados de los ochenta, podemos concluir que el FLHA comenzará su declive por causas que exceden este artículo: la pandemia del SIDA, la derrota en el referéndum de la OTAN que demostraba que el régimen se consolidaba y no había alternativas para la izquierda extraparlamentaria

En todo caso, más allá de estas reflexiones de dos de los dirigentes de las organizaciones de homosexuales en Andalucía, a mediados de los ochenta, podemos concluir que el FLHA comenzará su declive por causas que exceden este artículo: la pandemia del SIDA, la derrota en el referéndum de la OTAN que demostraba que el régimen se consolidaba y no había alternativas para la izquierda extraparlamentaria. En ese sentido, por ejemplo, algunos de sus dirigentes, como Joaquín Vázquez, dejará su militancia homosexual. Y Miguel Benlloch, incluso, se cuestionará su propia homosexualidad. Algunos autores consideran, en fin, que para 1988 el FLHA estaba prácticamente inactivo.

Documento del Frente de Liberación Gay de Andalucía. Cedidos por el Archivo Miguel Benlloch.

Lo apartan del sacerdocio

La figura pública de José Antonio y su militancia en el FLHA de Granada era un reto inadmisible para la Curia. Habían decidido quitarlo de en medio para evitar escandalizar a los feligreses. Un cura maricón, como él dice, era demasiado. Y cuenta que un día, ya en 1984 vino “la cosa seria”. Lo llamó un cura amigo y le dio un recado duro: que el Arzobispado tenía una denuncia contra él por perversión de menores. Y eso eran palabras mayores. Recuerda que llamó a Miguel Benlloch para contarle lo que pasaba y que éste sugirió sacar un papel con todos los curas de Granada que se acostaban con tíos. Pero eso era una batalla que implicaría a otras muchas personas y no servía para avanzar en derechos. Así que, lo mejor, era parar. Y para no perjudicar a nadie más, José Antonio le pidió al Arzobispo un año sabático. Y éste vio el cielo abierto porque lo quitaba de la circulación.

Talla realizada por José Antonio Moreno, inspirada en el cuadro de Sánchez Cotán que hay en la Iglesia de San Ildefonso y que regaló a Nicolás Morcillo. Foto cedida por Nicolás Morcillo.

Un mes antes, lo citó el Arzobispo de Madrid y le dio el papel donde dejaba claro que estaba expulsado, en la práctica, del sacerdocio

Se fue a un monasterio en La Oliva (Navarra) –confiesa que le gusta el gregoriano-, donde trabajaba cuatro horas al día y, luego, reflexión. Pero entre el frío y que estaban aislados del mundo, aunque fue para un año, no llegó a los nueve meses. Un mes antes, lo citó el Arzobispo de Madrid y le dio el papel donde dejaba claro que "quedaba, en la práctica, retirado del sacerdocio". Aunque eso sí, le quedó una pequeña paga de 4.000 pesetas de la Curia por los servicios prestados.

José Antonio, muere el 31 de octubre de 2017. Al cura de San Ildefonso, a Miguel Benlloch –que también nos dejó un año más tarde-, a Joaquín Vázquez y a todos aquellos que decidieron dar un paso para el reconocimiento de la homosexualidad como un derecho inalienable del ser humano

De vuelta a Granada se va a vivir a un piso del Obispado en el barrio del Zaidín y allí continuará su labor, colaborando con la Asociación de Vecinos Zaidín-Vergeles, llegando incluso a formar parte de su directiva. Finalmente, la necesidad personal de un retiro temporal lo llevan de nuevo a la Alpujarra, primero a Yegen y después a Valor. Allí volverá a colaborar con los grupos culturales y artísticos creando grupos de teatro y de trovos alpujarreños. Es en esa etapa cuando se afilia y desarrolla una intensa actividad de apoyo al sindicalismo de CCOO. Y, al terminar la entrevista, nos confesó –sin confesionario- que cuando alguna vez pasó por San Ildefonso y vio el retrato de Escribá de Balaguer, le dio vergüenza. Y apostillaba: “¿Os acordáis? Siempre que hablaba había niño guapo [a su lado], porque los ricos siempre son guapos”.

Y, en su etapa final, ingresará en la Residencia de Mayores de Armilla donde, mientras pudo mantenerse en activo, volverá a colaborar en actividades culturales y artísticas, creando un coro y un grupo de teatro, ayudando también en los talleres de terapia ocupacional del centro. José Antonio, muere el 31 de octubre de 2017. Al cura de San Ildefonso, a Miguel Benlloch –que también nos dejó un año más tarde-, a Joaquín Vázquez y a todos aquellos que decidieron dar un paso para el reconocimiento de la homosexualidad como un derecho inalienable del ser humano. Y, desde luego, no debemos perder la perspectiva histórica porque estamos sufriendo un retroceso –en este como en otros derechos- que debemos parar. A todos ellos, a todas ellas, nuestro reconocimiento.

Pero, para cerrar este artículo, a modo de homenaje a mi querido Miguel Benlloch,  con el que compartí militancia política, quiero reproducir un parte del texto “El detective” que muestra una Granada de los años setenta en la que se movían los militantes homosexuales y que, con el paso de los años, le llegó a pensar que la “identidad hacía rayas” y que en él creaba múltiples interferencias:

“… 75 años después, allí en Granada, el Sacromonte granadino, un cerro convertido en monte sagrado por la aparición de los libros plúmbeos, a finales del siglo XVI, era una fiesta continua, las cuevas, puestas en valor por el turismo, se habían ido convirtiendo en el centro de la noche de Granada; miles de personas las abarrotaban, cuevas tablao de flamenco, cuevas discoteca, cuevas con actuaciones de travestis y transformistas donde se mezclaba el flamenco, la copla, los romances, ante un público mixto de matrimonios y homosexuales de todos los pelajes dispuestos a oír al Curro Albaicín en poemas de exaltación del Federico García Lorca por fin hecho carne, descendido a la tierra donde nació y murió asesinado, o a ver las atrevidas e insinuantes actuaciones de la Kiki, el dueño transformista o travesti o vaya usted a saber, que mientras cantaba chirriante una especie de cuplé que decía entre otras cosas  «repasando el otro día el diccionario de francés, la mar se dice lamé», simulaba  introducirse una gran pito en la boca.  Allí también estaban los bares que frecuentábamos los activistas de los Frentes, la Zíngara, el bar de la Encarna o El Chorrojumo, nombre de un personaje del siglo XIX «performado» para turistas. Allí las mariquitas «intelectualas» arrojadas en los brazos de cualquiera nos contábamos  nuestras irrupciones en la vida pública con aquellos disfraces de viudas de velos negros, que las desaforadas se habían puesto correteando por el Sacromonte después de asaltar las casas de los cármenes abandonados del barrio del Albaycín e introducirse en un velatorio de gitanos en el camino alto del  Sacromonte, de donde salieron como alma que se lleva el diablo nada más aparecer de luto riguroso en la cueva de La golondrina y un gitano, trasc, trash, trac sacarles la navaja.  La veda estaba abierta y los pájaros salíamos a cantar por doquier con el nuevo y variado plumaje donde la normalidad era estar dentro del armario y no como nosotros poniéndonoslo tal y como Benedicto XVI dicen que dijo cuando por primera vez abrió los armarios vaticanos y exclamó «me lo pongo tó». Entonces, la masculinidad y sus estereotipos  había desaparecido de lo que realmente era un maricón con sus variantes de plumera, lánguida, deslenguada, ocurrente o «intelectuala» y las raras, que venían a ser lo mismo. Llevábamos motes femeninos como el de aquel que de nariz tan aplastada le llamábamos «La portazos» o aquel otro que como siempre estaba en la calle dando vueltas le apodábamos «La 11», que era el número del autobús de circunvalación de Granada.  En el Sacromonte ya no se cabía los fines de semana y la autoridad comenzó a ordenar, que es imponer, y el Sacromonte, a base de cierres, bajó de los cielos y descendió a la ciudad. Nuevos locales específicos se abrían para nosotros, como el 41 o Estudio 5 donde un día me encontré travestido y actuando a quien días atrás había llevado a casa como gitano guapo para pasar la noche. Yo ya me imaginaba algo cuando por la mañana, cuando me levanté, me encontré que me había dejado la casa como los chorros después de una fiesta de cumpleaños que yo había dado el día de antes y en la que él no había estado. Pasados unos años lo encontré con traje y un bigote de usar y rasurar,  paseando en un carrito, junto a su compañera, a sus dos hijos.” (Miguel Benclloch, “El detective”, íbidem).

Bibliografía:

  • Juan-Ramón BARBANCHO y Pablo MORTERERO: Lo personal es político. Historia del activismo homosexual en Andalucía, Cádiz, Diputación de Cádiz, 2019.
  • BENLLOCH MARÍN, Miguel: “Mirar al frente” y “El detective”, en Archivo Miguel Benlloch.
  • Geoffroy HUARD: Los antisociales. Historia de la homosexualidad en Barcelona y París, 1945-1975, Madrid, Marcial Pons, 2014.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso; SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro; RUEDA CASTAÑO, Isabel; SÁNCHEZ RODRIGO, José María; CONEJERO RODRÍGUEZ, Miguel y RODRÍGUEZ BARREIRA, Óscar: La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-1981), Vol. I y II, Córdoba, El Páramo, 2012.
  • Diego MENDOZA ALBALAT: Mirando al sur. Una historia (incompleta) de los activismos de la disidencia sexual y de género en Andalucía, Tesis doctoral, Universidad de Granada, 2021, pp. 184-192.
  • Antonio QUITIÁN (et all), Curas obreros de Granada, Ayuntamiento de Alcalá la Real (Jaén), 2005.
  • Piro SUBRAT: Invertidos y rompepatrias. Marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el Estado español (1868-1982), Editorial Imperdible, 2019, pp. 440-441.
  • Joaquín VÁZQUEZ RUIZ DE CASTROVIEJO, “Cuerpos vivos en acción”
  • Archivo Histórico del Gobierno Civil de Granada: Informe de la Jefatura Superior de Policía, Brigada Regional de Información Social, R.S. nº 1806 del 10 de junio de 1977. Archivo Histórico del Gobierno Civil de Granada, Caja 1.211, Asunto: reuniones; Solicitud con registro de entrada en Gobierno Civil de Granada nº 034197 del 2 de junio de 1977 y minuta del Secretario General del 12 de junio nº 36678 destinada a la solicitante –Magdalena Martín Entrena-. Archivo Histórico del Gobierno Civil., Caja 1.211, Asunto: Reuniones; Servicio de Información de la Guardia Civil, 241ª Comandancia, nota informativa, confidencial, nº 406 del 18 de junio de 1974, Caja D.C. Generales de Orden Público, Provincia; Información secreta remitida por el Estado Mayor de la Capitanía General de la IXª Región Militar, S-Rfa número 32409 del 19 del 6 de 1974, enviado a Gobierno Civil, Caja D.C.  Generales de Orden Público, Provincia, A-C.
  • Diario Ideal: 2 de mayo de 1976; Venceremos  del 1 de septiembre de 1976, p. 4.
  • La Voz  del 1 de septiembre de 1976, p. 3
  • Entrevista a José Antonio Moreno Rodríguez, en Fondo Oral de CCOO de Andalucía.
  • https://ccp-gr.blogspot.com/2017/11/en-recuerdo-agradecido-jose-antonio.html
  • https://adrianjosecuasolo.blogspot.com/2019/09/jose-antonio-moreno.html
  • http://adriano-antinoo.blogspot.com/2021/02/historia-frente-de-liberacion.html
Alfonso Martínez Foronda es licenciado en Filosofía y Letras, profesor de Secundaria e históricamente vinculado al sindicato CCOO, en el que ocupó distintas responsabilidades, como investigador ha profundizado en el movimiento obrero y estudiantil.

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