MEMORIA DEMOCRÁTICA

'Joaquín Sabina: entre dos Estados de Excepción (y II)'

Ciudadanía - Alfonso Martínez Foronda - Domingo, 17 de Abril de 2022
Segunda entrega del extraordinario reportaje del escritor e investigador Alfonso Martínez Foronda sobre la figura de Joaquín Sabina y su vinculación al movimiento estudiantil de Granada, que nos acerca a la lucha antifranquista en una etapa clave, los últimos años de la dictadura.
Entrevista a Sabina en Rota (Cádiz) en 2012. En la imagen, Joaquín Sabina, Alfonso Martínez Foronda y Luis García Montero.
Archivo Alfonso Martínez Foronda.
Entrevista a Sabina en Rota (Cádiz) en 2012. En la imagen, Joaquín Sabina, Alfonso Martínez Foronda y Luis García Montero.
“El Estado de Excepción olía a caspa. El franquismo entero era un estado de excepción, pero no lo sabíamos porque no teníamos elementos comparativos”.

Joaquín Sabina

El año de 1970 fue uno de los más duros en las postrimerías del franquismo en muchos lugares de España. En Granada, tendremos que lamentar las detenciones durante la Semana Santa de una decena de militantes de las Comisiones Obreras Juveniles, las de otros estudiantes que se movilizaron contra aquéllas (Joaquín Bosque Sendra, Pilar Bustamante Martínez, Miguel Ángel Linares Valverde, Antonio Aragón Orellana, Mateo Revilla Uceda, José Sánchez Esteva, Pedro Limiñana Cañal, Javier Terriente, entre otros), algunos de los cuales fueron torturados y, para finalizar el semestre, la trágica huelga de la construcción de julio de 1970 con el asesinato de tres albañiles y decenas de heridos de bala, por no dejar a un lado los centenares de despidos, otra forma de represión, junto a las listas negras. Y, para continuar el año de lucha, al iniciarse el curso escolar 1970/71, nuevas movilizaciones con huelgas en varias Facultades, la entrada de la policía en los recintos universitarios, el cierre de las mismas por las autoridades académicas -siendo rector Federico Mayor Zaragoza- y, el 3 de diciembre de ese año, las protestas contra el Proceso de Burgos en el que se condenó a la pena de muerte a nueve miembros de ETA, de los dieciséis encausados. La oposición antifranquista, y entre ella el movimiento estudiantil, no apoyó a ETA, lógicamente, sino que se opuso, como también lo hizo la Iglesia -dos sacerdotes estaban procesados- a le pena de muerte. El año de 1970 fue todo un  círculo acción-reacción que tensionaría la vida académica y que iría radicalizando a ciertos sectores universitarios.

Informe de represión en la Universidad de Granada, en el curso 1969-1970. Archivo Alfonso Martínez Foronda.
Informe de los presos políticos en Granada por el Departamento de Información del Distrito. Archivo Alfonso Martínez Foronda.

Un caso inaudito en Granada y que, como veremos, estará relacionado con Joaquín Sabina, es el lanzamiento de sendos cócteles molotov

Un caso inaudito en Granada y que, como veremos, estará relacionado con Joaquín Sabina, es el lanzamiento de sendos cócteles molotov. El primero, se lanzará el 9 de diciembre de 1970 -cinco días antes de que se decretase el Estado de Excepción- contra el Banco de Bilbao (Reyes Católicos) y que, excepcionalmente, había partido la idea de dos o tres militantes del PCE que defendían el incremento de acciones de comandos y que habían intentado, sin éxito, poner en pie una especie de Comité de Defensa de Acciones de Masas. Una acción individual, ajena al propio PCE, algo absolutamente alejado y totalmente ajeno al planteamiento que este tenía de la acción de masas que debía discurrir por la acción pacífica sin fisuras. Esta cuestión, debatida entre algunos de los militantes, fuera de los cauces orgánicos, fue rechazada, aún así, por la mayoría de quienes la supieron, aunque esos pocos siguieron adelante con el apoyo de otros estudiantes próximos a ese partido, convencidos que eso les daría “méritos” para ser aceptados en la organización. Uno de ellos fue Joaquín Sabina, al que habían negado su entrada en el PCE por su vida privada un tanto disoluta. De hecho, él mismo afirmaba en una entrevista que con esa acción “quería sentirme un héroe por un día. Se ligaba lanzando cócteles molotov como el que tiré al Banco de Bilbao. Era un gilipollas y quería meterme en todos los tinglados”. (El País, 9 de noviembre de 2019). Pero fue un fracaso, además, por la impericia de sus protagonistas cuando hicieron un intento frustrado en unas canteras cercanas a Cumbres Verdes. De hecho, la Brigada Político Social (BPS) da cuenta en un informe que ese “cóctel”, que no llegó a estallar, era solo una botella de “un quinto de cerveza” con líquido inflamable. Cosa de aficionados.

El segundo cóctel, lanzado el día 18 de diciembre, cuando ya se habían producido las primeras detenciones en el Estado de Excepción, saldría de la mano de un grupúsculo del PC-ml

El segundo cóctel, lanzado el día 18 de diciembre, cuando ya se habían producido las primeras detenciones en el Estado de Excepción, saldría de la mano de un grupúsculo del PC-ml -que había iniciado su andadura en Granada pocos meses antes y que procedían de los Comités Antiimperialistas, creados a comienzos de ese año- y lo estallaron en el Banco Hispano Americano. En este caso, este partido no rehuía ese tipo de prácticas violentas y formaba parte de su concepto de lucha antifranquista.

Ese Estado de Excepción fue durísimo y algunos de los detenidos fueron aislados en celdas y torturados, como el caso de Joaquín Bosque Sendra y otros, como  la de Paco Portillo, fue atroz

La cuestión es que la BPS, que entonces no tenía identificado a este grupo, atribuyó al PCE ambos artefactos y, de hecho, cuando se producen las detenciones del Comité Universitario del PCE en esos primeros días del Estado de Excepción, que se inició el 14 de diciembre con una duración de 6 meses, la BPS incriminará  por terrorismo a seis militantes del mismo, la mayoría de los cuales ya tenía antecedentes policiales, pero ninguno de los cuales tenía nada que ver con esa acción ni con la anterior. Ese Estado de Excepción fue durísimo y algunos de los detenidos fueron aislados en celdas y torturados, como el caso de Joaquín Bosque Sendra y otros, como  la de Paco Portillo, fue atroz. Resumiendo, el balance total de detenidos y buscados en los primeros meses -entre mediados de diciembre de 1970 y marzo de 1971- fue de 65 militantes antifranquistas granadinos, mayoritariamente del PCE y de las CCOO. Y es significativo que el Fiscal pidiera para esos supuestos “terroristas” del PCE nade menos que 7 años de prisión, más otros 2 por asociación ilícita y, en dos casos, como el de Joaquín Bosque y Juan Jesús Barrios López, un total de 18  y 17, años respectivamente.

Informes cifrados de detenidos en el Estado Excepción del Comité Central del PCE, en febrero 1971. AHPCE.

¿Por qué se le atribuyó a Joaquín Sabina el lanzamiento de esos cócteles?

¿Por qué se le atribuyó a Joaquín Sabina el lanzamiento de esos cócteles?  El caso es que Sabina había pasado las navidades de 1970 en su pueblo natal, Úbeda, y aunque sabía de las detenciones de algunos compañeros, no pensó que podría ser detenido a pesar de que había sido fichado en el Estado de Excepción de 1969. Ya había tomado la firme decisión de no hacer el servicio militar, que le tocaba pocos meses después, en Palma de Mallorca, y estuvo unos días dudando de cómo podía evitarlo. Nada, por tanto, relacionado con ninguna persecución política, como luego se vendió como leyenda urbana.

Joaquín Sabina, durante el servicio militar.

Según Sabina, el azar hizo que conociera a Mariano Zugasti, que al saber de sus intenciones, le ofreció su pasaporte desinteresadamente

Durante esas navidades, posiblemente unos días antes de Nochevieja, Sabina se había venido a Madrid para despedirse de su novia entonces, Lesley Bennum, que estaba realizando una tesis de literatura y se iba a Edimburgo. Según Sabina, el azar hizo que conociera a Mariano Zugasti, que al saber de sus intenciones, le ofreció su pasaporte desinteresadamente. Sin embargo, según el testimonio de Bernabé López García, el pasaporte falsificado se lo procuró el contacto con Jesús Martínez López, compañero de curso de Fanny Rubio y hermano del escritor Andrés Sorel, dirigente del PCE, entonces. Sea como fuere, cambió artesanalmente la foto y, con Lesley, emprendieron viaje en tren, primero a París y, posteriormente, en avión hasta Londres y Edimburgo. En su huída, que nada tuvo que ver con un exilio político como se ha vendido en ciertas ocasiones, permitió a la policía atribuirle la autoría de los cócteles molotov y, de hecho, en algún diario provincial apareció la noticia de la huída de un “famoso terrorista vasco de Jaén”. Una noticia estrambótica que también le vino bien a los detenidos en Granada pues, de alguna forma, dejaban de ser ellos los acusados del lanzamiento de los cócteles. Pero ese no fue el motivo por el que los acusados de terrorismo quedaran exonerados. Fue más simple que eso y, de nuevo, el franquismo, sus estructuras judiciales, prevaricaban a placer. Ese expediente (Sumario 21/71) durmió el sueño de los justos y se archivó porque uno de los estudiantes detenidos, Agatángelo Soler, fue separado del expediente colectivo porque su padre (camisa vieja y creador de Falange, alcalde de Alicante, Consejero Nacional del Movimiento, Procurador en Cortes) tenía una estrecha amistad con el fiscal del Tribunal Supremo, Fernando Herrero Tejedor. Y, posiblemente, por ello, ninguno de los encartados –a pesar de los cargos que había contra ellos- llegó al TOP, ni fueron juzgados. Algo parecido pasó en Sevilla por la detención de algunos estudiantes, hijos de reconocidas personalidades hispalenses. Cosas del franquismo.

Rueda de prensa de Joaquín Sabina y Lesley Bennun recogida en The Sun, el sábado, 16 de enero de 1971.

Volviendo a Joaquín Sabina, dado que en Inglaterra no tenía existencia legal, ni la más mínima posibilidad de recuperarla, y después de permanecer durante dos semanas escondido, tuvo que buscar la fórmula de que se les permitiera asilo político

Volviendo a Joaquín Sabina, dado que en Inglaterra no tenía existencia legal, ni la más mínima posibilidad de recuperarla, y después de permanecer durante dos semanas escondido, tuvo que buscar la fórmula de que se les permitiera asilo político. No podría atribuirse la autoría de los cócteles, ni tampoco la justificación de exiliado por militancia comunista, así que, aconsejado por el padre de Lesley, un abogado blanco sudafricano, buscaron la ayuda de un diputado inglés, que lo defendió y logró asilo como “un republicano demócrata”. En 1973 quiso volver a España, pero la orden de detención de su posible vuelta llegó a oídos de su padre -recordemos que era el Jefe de Policía de Úbeda-, que alertó a su hijo del peligro que corría si pisaba suelo español.

Allí, surgió esa leyenda y allí se quedó hasta su vuelta a España, ya en 1977 durante la Transición, pero lo paradójico es que, al final, no se libró de la verdadera causa de su huída, la mili, que la tuvo que hacer en 1978 en Mallorca y de forma íntegra. Luego en Madrid, la Mandrágora y, como todos sabemos, el éxito.

Bibliografía:

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso; SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro; RUEDA CASTAÑO, Isabel, La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-1981), Vol. I y II, Córdoba, El Páramo, 2012.
  • MARTÍNEZ FORONDA,  Alfonso;  SÁNCHEZ RODRIGO Pedro y BAENA LUQUE, Eloísa, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía. 1963-1976. Fundación de Estudios Sindicales. Archivo Histórico de CC.OO.-A y Junta de Andalucía. Córdoba, 2014.
  • Archivo Histórico de la Universidad de Granada. Secretaría General del Rectorado. Asociaciones de Estudiantes (1969-1971).
  • Archivo Histórico del Partido Comunista de España (AHPCE). Intelectuales y Movimiento Estudiantil.
  • TOPDAT, Archivo Histórico de CCOO-A.
  • Colección Oral de CCOO de Andalucía. Entrevistas a Joaquín Martínez Sabina, Jesús Carreño Tenorio, Joaquín Bosque Sendra, Francisco Portillo Villena, Pepe cid de la Rosa, Socorro Robles Vizcaíno, Joaquín Bosque Sendra, Javier Terriente Quesada y Bernabé López García.
Alfonso Martínez Foronda. Licenciado en Filosofía y Letras, profesor de Secundaria e históricamente vinculado al sindicato CCOO, en el que ocupó distintas responsabilidades, como investigador ha profundizado en el movimiento obrero y estudiantil.

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