Las grietas en la gestión de la Junta de la crisis de la pandemia
El domingo 21 de junio el Gobierno andaluz de derechas asumió el mando único en la gestión de la pandemia del coronavirus. Lo había pedido con insistencia durante el estado de alarma que acabó ese mismo día, con la misma insistencia que criticó la acción del Gobierno de la nación durante el confinamiento.
Pasados ya más de 70 días, es tiempo de analizar la gestión andaluza, de la que tanto se vanagloria el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, el vicepresidente Juan Marín y el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre. También el consejero de Presidencia Elías Bendodo, principal hostigador de la oposición y del Gobierno de la nación desde la Junta. Uno de sus mantras habituales es la acusación a socialistas de estar tumbados a la bartola, lo que aplicado a Granada y a la administración periférica del Gobierno andaluz, no deja ser una mordaz ironía ante la ausencia pública en su largo verano del delegado del Gobierno, Pablo García, y del delegado de Salud, Indalecio Sánchez-Montesinos.
Juan Marín y jesús Aguirre, tras un reciente Consejo de Gobierno. Portavoz del Gobierno andaluz
Pero en contra de la propaganda oficial, replicada por medios afines, y hasta pagada por la propia Junta, la realidad es tozuda y la difícil gestión de la crisis en Andalucía está plagada de grietas
Pero en contra de la propaganda oficial, replicada por medios afines, y hasta pagada por la propia Junta, la realidad es tozuda y la difícil gestión de la crisis en Andalucía está plagada de grietas, comenzando por la falta de personal.
Estas son las principales deficiencias detectadas por sindicatos, profesionales y asociaciones de pacientes en una crisis que, lejos de remitir, sigue en aumento hasta ser definida ya como la “segunda oleada”, prevista inicialmente para otoño, pero que irremediable se ha adelantado, como así lo definió el consejero Aguirre.
Medidas cuestionables
Al primar descaradamente el turismo y la hostelería, para evitar el derrumbe de la principal industria andaluza, la Junta aplicó manga ancha y tardó en reaccionar para volver a limitar aforos y el ocio nocturno. Antes, pese a su resistencia, se vio obligada a decretar el uso obligatorio de la mascarilla en toda la comunidad.
Pese a aumentar los brotes y el riesgo masivo en localidades, la Junta decidió no confinar a poblaciones, lo que en un ejercicio de responsabilidad sí pidieron alcaldes
Pese a aumentar los brotes y el riesgo masivo en localidades, la Junta decidió no confinar a poblaciones, lo que en un ejercicio de responsabilidad sí pidieron alcaldes.
La convocatoria del presidente andaluz a los alcaldes de las ocho capitales andaluzas fue criticada, incluso por sectores del PP, al considerar que en una reunión para evaluar las medidas de ocio nocturno y hostelería, deberían de haber estado presentes regidores de municipios costeros de peso.
Jesús Aguirre, en el Parlamento andaluz. Portavoz del Gobierno
Falta de rastreadores
Comenzó el ‘mando único’ andaluz con tan solo tres rastreadores en la provincia de Granada, un número evidentemente insuficiente en la tierra que fue la más castigada durante el confinamiento. La Junta corrigió la cifra al alza, pero en su penosa comunicación institucional no definió el número. Posteriormente, elevó la cifra considerablemente con trampa al incluir al personal de los centros de salud, ya sobrecargados de por sí.
Tras criticar el último paquete de medidas ofrecidas por el Gobierno a las comunidades autónomas, estados de alerta a la carta y rastreadores miliares, Bendodo anunció este sábado la solicitud de 360 rastreadores militares para incoporrarse a Andalucía, tras avanzar hace díaso la contratación próxima de más, entre ellos, farmacéuticos, veterinarios, fisioterapeutas y documentalistas, lo que inevitablemente confirma la escasez de ellos.
Además del insuficiente número, hay quejas sobre peticiones de confinamiento a personas relacionadas con positivos, que llegan tarde o no incluyen a todas, para evitar largas cadenas.
El consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, aseguró que ese comité de trabajo será un grupo externo al que se le encomienda que haga un balance de la gestión y propuestas de mejora. “Les hemos pedido que evalúen lo que estamos haciendo y cómo implementar mejoras ante los meses que vienen”, señaló. Desde la Junta insisten en que ese grupo será “totalmente independiente” y estará formando por expertos y técnicos de fuera de la administración.
En concreto, según la información trasladada desde el Gobierno, estará formado por miembros de las tres Reales Academias de Medicina y Cirugía de Granada, Sevilla y Cádiz, miembros de los consejos andaluces de los colegios de médicos, enfermería y veterinaria, profesores de la Escuela Andaluza de Salud Pública, miembros de la Sociedad de Medicina Familiar de Andalucía, representantes de enfermería de enlace para las residencias, profesionales de reconocido prestigio y experiencia en el ámbito gestión, miembros de la Sociedad Andaluza de Enfermería Comunitaria y miembros de la secretaria general de I+D +i en Salud.
Demoras en comunicar los resultados de PCR
Una de las principales quejas en la gestión de la pandemia, es el retraso en la comunicación de los PCR. De una semana, en el mejor de los casos, hasta 10 días, si las pruebas no han sido recogidas directamente en la capital, y nunca inferior a cuatro días en Granada, cuando los resultados se conocen en unas cinco horas.
Un médico de atención primaria, al teléfono. Portavoz del Gobierno andaluz
La demora complica a los que permanecen confinados a la espera y se encuentran en una situación laboral anómala, sin parte de baja, ni justificante por escrito para la empresa del aislamiento. Para los autónomos es una nueva cruz en el largo padecimiento por la pandemia
La angustia de los pacientes crece por esta tardanza, solo justificada no solo por la carencia de personal específico para las comunicaciones, tanto para los que luego son positivos, como para los negativos, que guardan un excesivo aislamiento innecesario, que alerta a su red de amistades, sino también por personal de laboratorios.
La demora complica a los que permanecen confinados a la espera y se encuentran en una situación laboral anómala, sin parte de baja, ni justificante por escrito para la empresa del aislamiento. Para los autónomos es una nueva cruz en el largo padecimiento por la pandemia.
Consulta a especialidades
Bien es sabido que la pandemia suspendió las intervenciones quirúrgicas y aplazó las consultas a especialistas. Retomada la nueva normalidad, las listas de espera se han disparado, para el que el SAS ha emprendido un segundo plan de choque, tras fracasar el primero, con un contrato millonario a la sanidad privada, en lugar de contratar a más personal sanitario para la pública.
La demora en las consultas a especialistas se han disparado, en un momento en el que los pacientes con otras patologías no Covid precisan de mayor atención, precisamente, por su desatención durante el confinamiento.
El acceso a especialistas está muy complicado. El SAS emplea la excusa de que las agendas están aún cerradas para evitar dar citas próximamente. Pacientes no saben cuándo serán atendidos y deben confiar en que llegue una carta con la cita o una llamada telefónica.
Atención Primaria, al límite
De este asunto, El independiente de Granada, ha publicado exhaustivas informaciones (la última, Consecuencias de la 'bunkerización' de la Atención Primaria, el pasado 26 de julio), pero lejos de solucionarse la atención en los centros de salud sigue en franco deterioro, pese a los esfuerzos de los profesionales sanitarios.
Centro de Salud de Bola de Oro. P.V.M.
La no sustitución de las bajas del personal, por vacaciones o enfermedad, el sobreesfuerzo de los profesionales sanitarios, que a sus tareas le han añadido las funciones de rastreadores, están a punto de colapsar los centros de salud, a las puertas de la llegada de la gripe común que, habitualmente, sobrecargan los consultorios
La no sustitución de las bajas del personal, por vacaciones o enfermedad, el sobreesfuerzo de los profesionales sanitarios, que a sus tareas le han añadido las funciones de rastreadores, están a punto de colapsar los centros de salud, a las puertas de la llegada de la gripe común que, habitualmente, sobrecargan los consultorios.
La atención a pacientes sigue siendo telefónica, y muy rara vez presencial, con la paradoja de que en breve los docentes acudirán a los colegios e institutos para dar clases presenciales.
Los guardas de seguridad que disponen no todos los consultorios son los encargados de relacionarse con los pacientes. Es frecuente tener que contarle a alguien que no es médico la dolencia que te lleva al consultorio.
Con todo ello se pierden todos y cada uno de los valores que impulsó la reforma de la Atención Primaria: primero, el de la accesibilidad; el segundo, el de la confidencialidad, puesto que hay que explicar, y a veces con detalle, a todo aquel que pregunte el motivo de la consulta, y, por último, el trabajo en equipo de los profesionales.
Si lo que desea es un parte de baja, la odisea se complica, puesto que debe visarlo el médico de familia.
Ocultación de datos
Sirva como ejemplo que, según fuentes sindicales, tan solo en los dos hospitales de Granada capital suman más fallecidos que los 296 decesos comunicados por la Consejería de Salud y Familias al Ministerio de Sanidad en su último parte oficial.
Los distintos portales de información de la Junta de Andalucía suministran datos que no coinciden, sobre todo en lo relacionados con casos positivos confirmados en la provincia de Granada.
Hay constancia de brotes, confirmados por los propios alcaldes con datos fidedignos, que les obliga a pedir a sus conciudadanos a asilarse, que no aparecen en la información oficial de la Junta que ya ha cambiado hasta en cuatro veces la forma de trasladar los datos, y, en cada una de ellas, disminuyendo la transparencia
Hay constancia de brotes, confirmados por los propios alcaldes con datos fidedignos, que les obliga a pedir a sus conciudadanos a asilarse, que no aparecen en la información oficial de la Junta que ya ha cambiado hasta en cuatro veces la forma de trasladar los datos, y, en cada una de ellas, disminuyendo la transparencia.
Lo último y más controvertido es que ya solo una vez a la semana la Junta informa de los brotes por provincias y lleva semanas sin publicar los extraordinarios de BOJA con la información detallada.
Residencia de mayores
Una de las armas arrojadizas contra el Gobierno de Pedro Sánchez y el vicepresidente Pablo Iglesias, la gestión de las residencias de mayores, no están incluidas en la información oficial y nada se sabe de ellas, salvo lo que la prensa indaga. Se han dado casos en los que piden confirmación oficial de brotes en residencias, desmentidas por la Junta, y que con el tiempo son confirmadas.
De competencia exclusivamente autonómica, la Junta a mediados de agosto impuso medidas restrictivas a las residencias, pero siempre lo atribuyó a la prevención. Sin información oficial, la gestión en este ámbito es escasamente transparente.
Salud no responde
Y de lo más criticado y probablemente el principal error es la gestión mediante el teléfono de la sanidad pública andaluza para prácticamente cualquier relación con el paciente.
Ya es difícil contactar con el call center de Salud responde, generalmente comunica, o se complica la llamada al ralentizar el servicio con marcar un número en función de la necesidad de la persona que contacte porque en la mayoría de los casos no hay respuesta satisfactoria.
Si se trata de pedir cita en el centro de salud, la solución propuesta es llamar al propio centro de salud, cuyo número facilitan, pero que es un imposible
Si se trata de pedir cita en el centro de salud, la solución propuesta es llamar al propio centro de salud, cuyo número facilitan, pero que es un imposible.
No hay soluciones inmediatas para casos frecuentes y de fácil solución, como renovar medicamentos para enfermos crónicos.