'Un suicidio cada tres días en Granada en 2020, un 26,4% más que en el 2019'
Al inicio se decía que la cuarentena podía producir estrés post traumático, confusión, ansiedad, frustración e ira que tenían efectos duraderos. Y nos hablaban también de estrés económico, de aislamiento social y soledad percibida, …: La tormenta perfecta.
La pandemia causará angustia y dejará a muchas personas en situación vulnerable a problemas de salud mental y comportamiento suicida
La pandemia causará angustia y dejará a muchas personas en situación vulnerable a problemas de salud mental y comportamiento suicida.
En la tercera ola, un metaanálisis en 21 países, nos dijo que estaban estables o incluso habían disminuido.
Hubo 3.941 fallecidos en España, con un aumento del 7,4%. En Granada, han sido 110 suicidios, 1 de cada 3 días con un incremento del 26,4% con respecto al 2019
En cambio, en 2020, vimos que hubo 3.941 fallecidos en España, con un aumento del 7,4%. En Granada, han sido 110 suicidios, 1 de cada 3 días con un incremento del 26,4% con respecto al 2019.
La ideación suicida, intentos y autolesiones han aumentado durante la pandemia. Hemos pasado del 5,81 al 11,84%.
El aumento de suicidio no es inevitable. Se requiere un enfoque colaborativo de todo el sistema.
Y habla de pacientes vulnerables: pacientes con trastorno mental grave, que ha tenido intentos de suicidio recientes, duelos traumáticos, mayores solos aislados, supervivientes, profesionales sanitarios, sobrevivientes covid 19 y la gente que está en situación de exclusión social.
Y está claro que el dolor (transformista mentales, enfermedad, aislamiento social, pérdidas -duelo-, sentimiento de carga, resentimiento,..) produce desesperanza (indefensión) y también sufrimiento y ello puede llevar a intentos de suicidio por unas pérdidas de conexión a la vida por sentimiento de pertenecía frustrada, un sentimiento de carga, una pérdida de sentido de vida o pérdidas de apoyo social.
Terminó Miguel su magnífica conferencia con tres grupos de conclusiones:
1. Históricas
2. Científicas
3. Experienciales
Y ahí empezó Pedro. Y empezó diciendo que el suicidio es una solución eterna, para lo que a menudo, no es más que un problema personal, en sus 10 claves para acompañar en riesgo de suicidio.
Y además para tener un comportamiento suicida, no hace falta tener un trastorno mental
A partir de ahí habló Pedro del estigma de considerar a alguien que piensa en la opción de quitarse la vida, se le estigmatiza al considerarlo como “un loco”, pero también es verdad que no se ve a la persona como un delincuente, un pecador.
Y además para tener un comportamiento suicida, no hace falta tener un trastorno mental.
El suicidio es la pandemia silenciosa que se cobra más vidas de jóvenes que el covid. Y en España hay como mínimo 11 suicidios al día, 1 suicidio cada 2 horas y 15 minutos. Hay 314 suicidios en menores de 30 años, con un total de 3.941 suicidio ((2.930 hombres y 1.011 mujeres) con un incremento del 7,4% respecto al año anterior. Junto a ello, hay 39.410 intentos.
Y la clave es no negarlo ni responder a los tópicos tipo: si de verdad quisieras hacerlo, no me lo estarías contando; no hay mal que cien años dure; de todo se sale ;...
Y la clave es no negarlo ni responder a los tópicos tipo: si de verdad quisieras hacerlo, no me lo estarías contando; no hay mal que cien años dure; de todo se sale ;...
Y en ello, hablaba Pedro de no buscar “quitarle“ las ideas suicidas cómo JUZGAR (“no digas esa barbaridad”, “no estarás pensando en ninguna tontería?”), DAR CONSEJOS (“sal más”, “distráete”), COMPARAR (“otros lo pasan peor”), LLEVAR AL COSTO DEL SUICIDIO (“que va a ser de tu familia?”), CAMBIAR DE TEMA, LLEVAR A LO POSITIVO (“tienes toda la vida por delante”), COMENTARIO MANIPULADOR O DISTRACTOR (“si te suicidas no volverás a ver a tus hijos”).
Por tanto, intentar aplazar la decisión, es mucho más realista que intentar quitarle ideas suicidas, además de evitar entrar en una confrontación sobre la legitimidad de su sufrimiento
Por tanto, intentar aplazar la decisión, es mucho más realista que intentar quitarle ideas suicidas, además de evitar entrar en una confrontación sobre la legitimidad de su sufrimiento. Junto a ello, es necesario facilitar el desahogo, evaluar el nivel de riesgo y sobre todo NO DEJAR NUNCA UNA PERSONA SOLA, para quedarnos con la vida. Y además no hacer promesas que no podamos cumplir, sin tener prisa para resolver la situación, sembrando y encontrando puntos de anclaje: quién sería la persona por la cual vale la pena vivir?
El suicidio, terminó diciendo Pedro, no es culpa de nadie pero es responsabilidad de todos. No tener prisa, recabar información, escuchar y permitir el desahogo, y sobre todo ganar tiempo, son claves ante una persona en riesgo de suicidio. Y la clave es saber cómo actuar y ayudar a una persona que ha pensado en quitarse la vida, saber cuáles son las señales de alarma y tener claro lo que no se debe hacer.
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