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Puebla de Don Fadrique, Castilléjar, Benamaurel y Ferreira, los emplazamientos

Las macrogranjas se extienden por el noreste de la provincia de Granada

E+I+D+i - M.A. - Domingo, 11 de Junio de 2023
Tres proyectos para construir nuevas explotaciones, una de ellas porcina y dos avícolas, se someten a examen para obtener autorización ambiental, junto a una cuarta solicitud que plantea una ampliación de una instalación ya existente. Te informamos.

Entre mayo y julio, seis macrogranjas -avícolas y porcinas- se someten a examen para obtener autorización ambiental en la provincia de Granada. Tres corresponden a nuevos proyectos y los otros tres, a modificaciones en explotaciones ya existentes, en uno de esos casos, para su ampliación. 

Sus promotores defienden la actividad económica y el empleo que generan, pero el modelo es rechazado por organizaciones ecologistas y ciudadanía, que cuestionan su impacto

Se localizan en el noreste de la provincia de Granada, un territorio donde grandes empresas del sector están concentrando sus instalaciones, cuestionadas por organizaciones en defensa del medio ambiente, como Ecologistas en Acción o Greenpeace, y que suscitan también recelos y rechazo en la ciudadanía, por su impacto medioambiental y las condiciones de los animales. Sus promotores esgrimen la actividad económica y el empleo que generan en su defensa y lo presentan como el "impacto positivo" para 'compensar' las molestias que provocan estas grandes explotaciones, cuyo modelo es el que se cuestiona.

En este contexto y con grandes explotaciones ya en funcionamiento, la Junta de Andalucía tramita una solicitud de Cefusa para instalar una nueva explotación porcina en Puebla de Don Fadrique, donde esta compañía murciana -ligada a la marca El Pozo- ya posee otra instalación. Esta misma empresa ha pedido modificaciones en la planta que ya tiene en esa localidad y también en la de Castilléjar. Esas modificaciones se hacen para instalar calderas de biomasa que sustituirán a las de gas natural -por el "elevado precio" de este y la "irregularidad" en el suministro.

En cuanto a la ampliación, corresponde a un particular, y se trata de una instalación ubicada en Ferreira. 

Las otras dos nuevas explotaciones avícolas que se quieren levantar en esa zona, en Castilléjar y Benamaurel, son proyectos de la empresa navarra Agotzaina. 

Repasamos a continuación detalles de esos proyectos: 

  • Nueva macrogranja porcina en Puebla de Don Fadrique impulsada por Cefusa

En el paraje Cortijo Nuevo, en una finca denominada Los Cerricos, la empresa murciana quiere levantar una "explotación porcina de recría de reproductoras" con capacidad para 4.200 cerdas de cebo y 6.600 lechonas de cría. El proyecto incluye cuatro naves y otras instalaciones necesarias para el funcionamiento de la explotación, como balsas para purines o un lazareto para la desinfección de animales enfermos. En total ocupará 14.483,18 metros cuadrados y el plazo previsto para su construcción es de 12 meses. 

Detalle del proyecto de la explotación. 

Cefusa sostiene que la distancia a poblaciones, la orografía y las características de los vientos "reduce" los malos olores "a las inmediaciones de la explotación"

El núcleo de población más cercano a la futura explotación es Bugéjar, 2,46 kilómetros de distancia y "se trata de un núcleo de población prácticamente deshabitado, con unos 7 habitantes que residen de forma permanente en él". La explotación porcina más cercana pertenece a la misma empresa y se encuentra a más de 6 kilómetros de distancia y se encuentra "en fase de tramitación una granja de selección genética ubicada en Paraje Las Tiesas, que se encuentra a 3,8 kilómetros de distancia", detalla la compañía para justificar que cumple con los requisitos en cuanto a las distancias respecto a poblaciones y otras explotaciones. 

"Las lechonas procederán de granjas de selección genética propiedad de la empresa, con un peso aproximado de 6 kilogramos tras el destete, entrando a la nave de recría donde serán alimentadas hasta alcanzar un peso de 20-25 kilogramos, momento en el que serán trasladadas a las naves de cebo, de donde saldrán, una vez alcanzado el peso adecuado (entre 100-120 kilos), hacia granjas de producción de lechones de la propia empresa. El periodo de transición dura entre 5-7 semanas y el de cebo entre 14-15 semanas, por lo que teniendo en cuenta los periodos de vacío sanitario se finalizarán unos 2,5-3 ciclos de cebo anuales". 

Entre los detalles, el proyecto sometido a información pública explica que "las deyecciones de los animales son recogidas en unos fosos de hormigón del interior de las naves, desde aquí se canalizan mediante tubería enterrada bien hacia la balsa de recepción previa al separador de purines, en caso de que se vaya a hacer separación o directamente hacia las balsas de almacenamiento situadas en el exterior, las cuales tendrán capacidad suficiente para almacenar la producción de tres meses". 

13.200 metros cúbicos al año de purín bruto y 647 toneladas de estiércol

Las balsas tendrán unas dimensiones de 35x35 metros y una profundidad de 3,00, siendo el volumen útil de cada balsa de 1.755,21 metros cúbicos, teniendo en cuenta que hay que dejar un resguardo de al menos 50 centímetro para evitar desbordamientos. Se instalarán 2 balsas iguales, por lo que tendremos un volumen útil total de almacenamiento de 3.510,42 metros cúbicos, suficiente para almacenar la producción correspondiente a tres meses. Según los cálculos de la compañía, se generarán unos 13.200 metros cúbicos al año de purín bruto; 12.545 a balsas; además de 647 toneladas al año de estiércol sólido. 

El agua necesaria para el funcionamiento de la granja, según los datos recogidos en el proyecto, es fundamentalmente el que necesitan los animales. Procede de un aprovechamiento de aguas subterráneas existente y para utilizarlo la empresa ha solicitado el cambio de uso de parte del agua agrícola a ganadero. Es el agua uno de los aspectos en el que estas empresas hacen hincapié, no solo por el consumo, sino por el posible impacto de la actividad industrial en su contaminación, motivo de alerta y principal preocupación ciudadana. 

Cefusa sostiene que, dado que los vientos predominantes y su velocidad hacen que "el efecto de transporte de partículas en suspensión y olores se reduce a las inmediaciones de la explotación". La orografía, añade, "hace un efecto barrera frente al transporte de contaminantes". 

Imagen de Greenpeace de una instalación de esta empresa en Granada, que forma parte de un minucioso e impactante trabajo de la organización para radiografiar las macrogranjas titulado 'Viaje al interior de las macrogranjas'. 

Como en otros proyectos, en la nueva macroganja para la que solicita autorización en Puebla de Don Fadrique, sus promotores admiten que el rechazo social es uno de los mayores impactos, por aspectos como los malos olores o la proliferación de insectos. Pero a renglón seguido defienden como "impacto positivo" el empleo. En este caso, aseguran que "se crean al menos 10 puestos de trabajo directo que se cubrirían con trabajadoras y trabajadores de la zona y que tendrían carácter permanente". "También se favorecerá de manera indirecta a empresas y autónomos dedicados a actividades de servicios ya que en la granja se realizarán tareas de mantenimiento periódicas que requerirán externalizarse", agregan.

El plazo para presentar alegaciones a la Autorización Ambiental integrada se abrió el 4 de mayo y estará abierto hasta el 16 de junio. 
  • Ampliación de una granja porcina en Ferreira que duplica capacidad

En Ferreira, en el Marquesado del Zenete, se tramita la ampliación de una granja porcina, que pasará de 2.400 plazas a 5.000. En este caso es una explotación porcina de cebo en la que se lleva a cabo el engorde de cerdos para producción de carne. Los lechones llegan con un peso de entre 18 y 20 kilos y cuando alcanzan entre 100 y 105, la empresa que los suministró les da salida en el mercado.

La finca, detalla el proyecto, dispone de red de agua procedente de un depósito que se abastece de un pozo propio. 

La producción anual de purines se fija en 10.750 metros cúbicos al año, calculado en una producción de 2,15 metros cúbicos/año por cerdo

La producción anual de purines se fija en 10.750 metros cúbicos al año, calculado en una producción de 2,15 metros cúbicos/año por cerdo. Hay dos balsas para almacenar purín y, según se detalla en el proyecto, su promotor "cuenta con superficie de cultivo suficiente para poder distribuir todo el purín que se genere en la la explotación". Para hacerlo, precisa, tendrá en cuenta medidas protectoras como no aplicarlo en fincas a menos de 500 metros de suelo urbano o no transportar la cuba de purines por núcleos urbanos.

La propiedad defiende que es un proyecto "innovador" y que "hay una importante previsión de creación y mantenimiento de empleo a medio y largo plazo de un modo directo e indirecto para la localidad de Ferreira, lo cual -añade- ya justifica el interés social de la actividad". 

Reconoce que el olor es el impacto "más directamente perceptible" de todos los que se producen en una explotación ganadera. Y, aunque apunta que es una cuestión "subjetiva", admite la necesidad de abordarlo "puesto que es la principal fuente de molestias a las poblaciones cercanas" a este tipo de instalaciones. 

El pasado 31 de mayo se abrió el plazo para alegar, que finalizará el 12 de julio. 
  • Dos explotaciones avícolas de Agotzaina en Castilléjar y Benamaurel

La empresa navarra solicita autorización para poner en funcionamiento una granja avícola en la finca Fuente Amarga, en Castilléjar, y otra en Las Tobas en Benamaurel. 

Detalle del emplazamiento de una de las explotaciones.

Con capacidad para 72.000 y 87.000 gallinas ponedoras, respectivamente, la producción de huevos al día será de 43.200 en Castilléjar y de 54.000 en Benamaurel

El primero se tramita para una explotación de aves de puesta en régimen de camperas con una capacidad de 72.000 gallinas ponedoras. En total, las naves y edificaciones ocuparán una superficie de 4.875 metros cuadrados. El segundo solicita una capacidad para 87.000 gallinas ponedoras. En total, las naves y edificaciones ocuparán 6.525 metros cuadrados. 

En el caso de la explotación avícola de Castilléjar, los números dan una idea de la dimensión: las 72.000 gallinas de la granja pondrán a diario 3.600 docenas de huevos, lo que significa que la producción diaria de huevos será de 43.200. 

Según los cálculos de la empresa, generará al año 1.080 toneladas de estiércol. 

El proyecto que se somete a examen ambiental recoge, entre otros muchos aspectos, como el consumo del agua, también las condiciones de los animales. Detalla al respecto que "la densidad de aves no deberá ser superior a nueve gallinas por metro cuadrado de superficie utilizable". "En las naves donde se encuentran las gallinas -agrega- los niveles de ruido no superan de manera continua los 70 dBA y estarán expuestas a una luz de intensidad mínima 40 lux durante al menos 8 horas al día. Los animales podrán descansar y levantarse normalmente y siempre podrán ver a otras gallinas".

Como detalla la propia empresa, "los potenciales impactos de una explotación intensiva avícola consisten en afecciones a las aguas superficiales y subterráneas, emisiones al aire, contaminación de suelos, ruido y generación de residuos. Los efectos reales de la instalación serán mínimos dado que se adoptarán las prácticas de manejo necesarias para que no aparezcan o, en caso de ser inevitables, se minimice el consecuente impacto sobre el medio".

Así, "la fuente principal de estos impactos, con excepción del ruido, se concreta en los estiércoles generados por la actividad animal; por lo que una correcta gestión de estos permite a la explotación minimizar o evitar en su totalidad los posibles impactos sobre el suelo y las aguas. Respecto a esto, no se produce en ningún caso vertido directo de residuos ya que los estiércoles generados en la instalación serán sometidos a un proceso de digestión biológica en la balsa y estercolero existentes en la instalación".

Este proceso, indica, permite su aprovechamiento como abono agrícola, "no sobrepasándose en ningún caso el límite de 210 kilos de nitrógeno por hectárea y año" fijado por la normativa. 

En cuanto a las emisiones al aire, "la explotación emite emisiones difusas a la atmósfera, ya que no existen emisiones al suelo ni al agua".

"Dos trabajadores a tiempo parcial que desarrollan su jornada durante 4 horas diarias, sin periodos de inactividad establecidos, como es característico de este tipo de explotaciones"

Respecto al personal, "la explotación cuenta con dos trabajadores a tiempo parcial que desarrollan su jornada laboral durante 4 horas diarias, sin periodos de inactividad establecidos, como es característico de este tipo de explotaciones".

La otra explotación, en Las Tobas, la finca de Agotzaina en Benamaurel, el proyecto lógicamente sigue los mismos argumentos detallados en la de Castilléjar, pero los números son mayores, al tener mayor capacidad (87.000 gallinas ponedoras). 

Eso se traducirá en 4.500 docenas de huevos diarios, que son 54.000 huevos al día. O 1.350 toneladas de estiércol al año. 

Hay aspectos que, como advierte la empresa, no se evalúan en la tramitación de la Autorización Ambiental Integrada -a la que corresponden todos estos datos-, como el impacto ambiental que los gases que se generan, que se realiza en el Estudio de Impacto Ambiental. Entre esos gases cita el amoniaco, el metano o el óxido nitroso. 

Las medidas correctoras, señala la compañía, se presentarán en el Estudio de Impacto Ambiental, si bien ya avanza algunas en un documento que aporta -en ambos proyectos- bajo el epígrafe: "Mejoras técnicas disponibles". Van desde controlar la composición de la comida de las aves para reducir el nitrógeno total excretado a utilizar técnicas para minimizar los malos olores. Cita por ejemplo el mantenimiento de animales y superficies secas y limpias, especialmente las zonas de descanso de las gallinas. 

En ambos casos, el plazo para presentar alegaciones se abrió el 7 de junio y se mantendrá hasta el 20 de julio. 

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