El grupo socialista en el Ayuntamiento de La Calahorra ha mostrado su oposición a la implantación de una macrogranja porcina en el municipio y ha pedido al gobierno local (PP) que "atienda el clamor popular que existe contra este proyecto".

El portavoz del grupo socialista en el citado Consistorio, Augusto Rosillo, ha criticado este miércoles la actitud del alcalde, Alejandro Ramírez (PP), al considerar que "en todo este tiempo ha mentido a los vecinos de la localidad al mantener una doble postura al respecto".

"Mientras que se ha dedicado a decirle a la ciudadanía que no estaba de acuerdo con esta macrogranja, ha ido dando pasos adelante por la vía administrativa para hacerla posible", ha explicado para incidir en que el propio regidor "realizó una pintada contra este tipo de explotaciones ganaderas en El Marquesado en la puerta del Silo, mientras una de sus concejalas daba órdenes de quitar una pancarta en las escaleras de subida al castillo".

"Oscurantismo"

Rosillo, que ha afeado al alcalde su "oscurantismo" en este asunto, ha subrayado que La Calahorra "debe ser conocida por sus fortalezas medioambientales y patrimoniales y aprovechar las mismas para contribuir a su desarrollo, en lugar de optar por modelos que en absoluto son sostenibles como el que representa la instalación que se plantea".

El socialista se ha preguntado "dónde se encuentra el diputado provincial del PP y alcalde de Cogollos de Guadix, Eduardo Martos, que en la comarca ha mantenido un papel muy activo en contra de este tipo de iniciativas y allá donde gobierna un compañero suyo mantiene un completo silencio".

Tras denunciar que el alcalde y su equipo de gobierno "no hayan informado con nitidez sobre este proyecto", Rosillo ha lamentado además que se esté planteando la instalación de una planta de biogás, "sin el debido conocimiento que merece la Corporación Municipal en su conjunto y la población". "Exigimos al gobierno local del PP máxima transparencia y que sea sincero con las y los vecinos de La Calahorra", ha concluido.

Las macrogranjas, tanto nuevas como ampliación de las existentes, se extienden por Granada, especialmente por el noreste de la proivncia, pese a los graves daños ambientales que generan. 

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