Llame usted mañana (La odisea de la desatención al cliente)
La educación liberal y la segregación por sexo
Solo las personas que han recibido educación son libres. Epicteto
La democracia en la Atenas de Pericles
'La felicidad es dada por la libertad, y la libertad por el coraje'. Pericles, Elogio fúnebre.
Democracia participativa, una aproximación radical (y Parte II: La práctica)
La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Abraham Lincoln
Democracia participativa, una aproximación radical (Parte I: La teoría)
Todo lo que hagas por mí sin mí será contra mí (Sabiduría popular del África Central)
El conocimiento científico
Lenguajes diferentes imponen al mundo estructuras diferentes. “La estructura de las revoluciones científicas”. Thomas Kuhn
En busca del tiempo vivido
A partir de cierta edad hacemos como que no nos importan las cosas que más deseamos. Marcel Proust.
Sartre y el sentido de la vida
'Como todos los soñadores confundí el desencanto con la verdad'. Jean-Paul Sartre
La posverdad y la democracia directa
'Los atenienses, como los demás, donde se trata de competencia en las construcciones y en las artes, estiman que pocos son capaces de dar consejos, y si uno que está
Kierkegaard y las elecciones de la vida
Esos condicionales, esos “y si hubiera hecho esto y no aquello” que parecen llenar las tumbas que adornan las encrucijadas de nuestra vida.
Páginas
Francis Fernández
Nací en Córdoba, hace ya alguna que otra década, esa antigua ciudad cuna de algún que otro filósofo recordado por combinar enseñanzas estoicas con el interés por los asuntos públicos. Quién sabe si su recuerdo influiría en las decisiones que terminarían por acotar mi libre albedrío. Compromiso por las causas públicas que consideré justas mezclado con un sano estoicismo, alimentado por la eterna sonrisa de la duda. Córdoba, esa ciudad donde aún resuenan los ecos de ése crisol de ortodoxia y heterodoxia que forjaría su carácter a lo largo de los siglos. Tras itinerar por diferentes tierras terminé por aposentarme en Granada, ciudad hermana en ese curioso mestizaje cultural e histórico. Granada, donde emprendería mis estudios de filosofía y aprendería que el filosofar no es tan sólo una vocación o un modo de ganarse la vida, sino la pérdida de una inocencia que nunca te será devuelta. Después de comprender que no terminaba de estar hecho para lo académico completé mis estudios con un Master de gestión cultural, comprendiendo que si las circunstancias me lo permitirían podría combinar el criticado sueño sofista de ganarme la vida filosofando, a la vez que disfrutando del placer de trabajar en algo que no sólo me resultaba placentero, sino que esperaba que se lo resultase a los demás, eso que llamamos cultura. Y ahí sigo en ese empeño, con mis altos y mis bajos, a la vez que intento cumplir otro sueño, y dedico las horas a trabajar en un pequeño libro de aforismos que nunca termina de estar listo. Pero ¿acaso no es lo maravilloso de filosofar o de vivir? Tal y como nos señala Louis Althusser en su atormentado libro de memorias “Incluso si la historia debe acabar. Si, el porvenir es largo.”