Los “idus” de junio socialistas

La frase "cuídate de los idus de marzo" se hizo famosa a través de la obra de Shakespeare, “Julio César”, donde se traduce una advertencia que recibe el dictador. El propio César la ignora, y muere el 15 de marzo, los “idus” de ese mes. Hoy en día, la expresión se usa para advertir sobre un período o evento peligroso, donde se espera un cambio importante o un evento que podría tener consecuencias significativas. Parece que al PSOE, esos “idus” le han llegado en junio y al iual que César no parece estar haciendo caso de las escandalosas advertencias que le están llegando vía Cerdán, Ábalos y Koldo.
Es verdad que este Gobierno ha sido acosado por tierra, mar y aire desde el minuto uno después de su constitución
Es verdad que este Gobierno ha sido acosado por tierra, mar y aire desde el minuto uno después de su constitución; es verdad que la “Brunete” mediática, judicial y económica no le ha dado un respiro y es verdad que quien más, quien menos, reconoce su buen hacer el temas económicos, aunque no necesariamente esa bonanza le llegue a todo el mundo.
Siendo verdad todo lo anterior, el tsunami provocado por los dos últimos secretarios de organización, nombrados personalmente por Pedro Sánchez, y el manijero aizkolari iruñés, han tirado por tierra, y sepultado por mucho tiempo, todo lo bueno conseguido por los socialistas en décadas.
No hay derecho a que tres miserables, corruptos, puteros, zafios e insaciables, vayan a sepultar el principal capital de un partido que hasta esta calamidad llevaba a gala sus más de 120 años de honradez. Ni Juan Guerra, ni los GAL, ni Luis Roldán, ni Mariano Rubio, ni los ERE, le habián provocado al PSOE la brutal cornada que han producido estos tres astifinos morlacos.
Quienes en pueblos y ciudades de este país se han dejado literalmente la vida, la libertad y la hacienda en defensa de todo lo que significaban las siglas PSOE, no se merecen este bochorno
Quienes en pueblos y ciudades de este país se han dejado literalmente la vida, la libertad y la hacienda en defensa de todo lo que significaban las siglas PSOE, no se merecen este bochorno. Ni Fernando de los Ríos, ni Agustina González, ni Fernández Montesinos, ni Alejandro Otero, Francisco Menoyo, Virgilio Castilla, Maria Lejárraga, Juan Tapia, Pedro Fornell, Angel Gómez, o el doctor Álvarez; ni Manuel Pezzi, Antonio Camacho, Antonio Jara, Jesús Quero, Pepe Moratalla, Ángel Díaz Sol, Vida Soria, Rafael Estrella, María Izquierdo, Antonio Claret García, Antonia Aránega, Paca Pleguezuelos, Pepe Entrena, Paco Cuenca y tantos y tantos socialistas honrados a carta cabal, se merecen el bochorno de escuchar a esos tres canallas repartir el dinero que debería haber ido a mejorar la sanidad pública, la educación, las pensiones, o la dependencia. Ninguno y ninguna de ellos merece escuchar como esos tres puteros se repartían las mujeres, con las que solazarse después de sus fechorías.
A falta de más audios, que seguro continuarán abochornándonos, el daño hecho al PSOE es irreparable y además no sabemos por cuanto tiempo. Por eso es fundamental dejarse de tacticismos, abandonar cálculos personalistas y demostrar lo que la ciudadanía de este país está esperando desde la semana pasada: responsabilidad política, gallardía, coraje y contricción.
Ante hechos de semejante gravedad no basta con pedir perdón ¡Solo faltaba! Es necesario una absoluta catarsis empezando por una autocrítica que, a lo que parece, está muy lejos de realizarse.
El máximo responsable de esos nombramientos tiene nombre y apellidos: Pedro Sánchez Castejón, y aunque nadie en este cenagal nauseabundo pudiera relacionarlo con ningún tipo de irregularidad, solo por el inmenso error de nombrar a los golfos, como Ábalos y Cerdán, como secretarios de organización del partido, no tiene otra salida digna que la de su dimisión irrevocable, porque si no sabía las trapacerías que cometían sus manos derechas, malo y si las conocía, mucho peor.
Muchos votantes de izquierda podrán pensar que sin Sánchez, el camino hacia la Moncloa de la derecha y la ulrraderecha está más que abonado, es posible, pero de lo que parece hay poca duda es que con Sánchez, ese camino no sólo será un paseo triunfal de Feijóo y Abascal, sino que sumirá al PSOE en una travesía del desierto que puede llevarle a su desaparición como ya ocurrió en Italia, o en Francia.
La "salvación" del PSOE como herramienta imprescindible para que este país pueda volver a tener algún día políticas de izquierdas, pasa inexorablemente por la salida de Pedro Sánchez del Gobierno y de la secretaría general del partido
La "salvación" del PSOE como herramienta imprescindible para que este país pueda volver a tener algún día políticas de izquierdas, pasa inexorablemente por la salida de Pedro Sánchez del Gobierno y de la secretaría general del partido. Se puede discutir el como, pero de ninguna manera el qué y el quien. Se puede plantear el "suicidio" de convocar inmediatamente unas elecciones, o posponer esa convocatoria para más adelante, pero en ningún caso debería dilatarse el anuncio de Pedro Sánchez, de que abandona la secretaría General del partido y la presidencia del Gobierno y con él, esa especie de guardia pretoriana que durante meses nos ha hecho creer que todo lo que apuntaba contra el PSOE era fruto de una conspiración judeomasónica.
Si el PSOE quiere sobrevivir a estos "idus" de junio, bien haría en someterse a una profundísima autocrítica que modifique de raíz sus formas de entender el partido y su relación con la sociedad acreditadas desde hace unos años hacia acá.
Los y las socialistas de verdad no se merecen menos; la izquierda y los progresistas de este país no se merecen menos; el feminismo no se merece menos y los y las españolas decentes tampoco se merecen menos… Fue bonito mientras duró, pero el "Manual de resistencia" se acaba con Koldo, Ábalos y Cerdán.