Campaña contra la violencia digital
inicios y primera detención por su activismo por las libertades y la democracia

'Arturo González Arcas, del cristianismo comprometido al activismo universitario (I)'

Política - Alfonso Martínez Foronda - Sábado, 12 de Agosto de 2023
Alfonso Martínez Foronda nos ofrece, en su gran serie, una excepcional biografía sobre otro destacado luchador por las libertades, ejemplo de compromiso social y activismo en las postrimerías del franquismo en la UGR y que luego proseguirá en su carrera política desde el andalucismo.
Arturo González Arcas.
Fotografía de Alfonso Martínez Foronda, 2007.
Arturo González Arcas.

Nace el 21 de mayo de 1948 en la Cuesta de Gomérez, 12 (8 Duplicado por aquellas fechas). Será el cuarto de seis hermanos. Y nace allí porque su padre, Antonio González Cañas, motrileño, había sido detenido, procesado y encarcelado en 1937 cuando entraron las tropas franquistas en Motril. Entonces, su madre, Angustias, se viene a la capital con sus dos hijos y para ganarse la vida, mientras su marido está encarcelado, tendrá que dedicarse a coser. Al principio en una casa alquilada en las Vistillas y, después, en otra casa alquilada donde vivía su madre, abuela de Arturo, en la Cuesta de Gomérez.

Antonio González Cañas, padre de Arturo González. Foto cedida por Arturo González Arcas.
GONZÁLEZ CAÑAS, Antonio. Nace en 1903 en Motril (Granada), donde reside. Casado con Angustias Arcas Martín, oficial segundo del Ayuntamiento. Padres de seis hijos.  Forma parte de una sumaria contra cincuenta y cinco vecinos de esta población, acusados de apoyar a la República. (Véase Causa 921/37 AJTM). Su causa se inicia el 31 de julio de 1937 y es procesado por “Auxilio a la rebelión”. Según el testimonio de sentencia, fue Secretario del Comité de Abastos que, por orden del Ayuntamiento, se encarga de comprar y requisar alimentos para asegurar el abastecimiento de la población. Fue escribiente en otros asuntos (es ilegible) del Comité Revolucionario. Fue condenado a 12 años y 1 día de reclusión en Consejo de Guerra celebrado en Granada el 24 de agosto de 1937. Posteriormente, la Comisión Central de Examen de Penas se le conmutará por la de 3 años de prisión menor. (Causa 921/37 AJTM). Por Orden de 6 de agosto de 1940 se le concede la libertad condicional, en conexión con el de redención de penas por el trabajo, junto a otros cuatro presos de la Prisión Provincial de Granada, a propuesta del Patronato Central para la Redención de las Penas por el Trabajo, y previo acuerdo del Consejo de Ministros (BOE del 12 de septiembre de 1940, p. 6351). Una vez depurado, y al salir de la cárcel, vivirá en Granada –a donde se había venido su mujer con sus dos hijos, entonces-, y tendrá que ocuparse en múltiples trabajos. Morirá en enero de 1968. Además, fue uno de los represaliados en Granada –de los casi once mil expedientes- que fueron sancionados por la Comisión Provincial de Responsabilidades Políticas y/o la Comisión Provincial de Incautación de Bienes, derivado de sus responsabilidades políticas, 1936-1945. (Véase Incautación de bienes). (Gómez Oliver, 2015). Aparece en una relación de 265 expedientes instruidos por el Juzgado de 1ª Instancia de Motril el 22 de noviembre de 1939, que afectan a la comarca, sobre Responsabilidades Políticas y que se envía al Juez Instructor de Responsabilidades Políticas de Granada. Se le abre expediente de responsabilidades políticas por testimonio de sentencia condenatoria, pero al no ser mayor de 6 años de prisión no ha lugar la incoación de expediente y el 25 de septiembre de 1943 se archivan las diligencias. (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25999, Pieza 6 y Caja 25880, Pieza 70; MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro (Coords.), Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración).
Angustias Arcas Martín, madre de Arturo González. Foto cedida por Arturo González Arcas.

Sus padres, de distintos orígenes –ella procedía de una familia monárquica y católica-, él de una familia campesina, nunca le hablaron a Arturo de la guerra y cuando alguna vez se interesó por el tema, su madre le contestó: “Tu padre nunca ha hecho nada malo. Y se acabó la historia. No tienes que saber nada más"

Sus padres, de distintos orígenes –ella procedía de una familia monárquica y católica-, él de una familia campesina, nunca le hablaron a Arturo de la guerra y cuando alguna vez se interesó por el tema, su madre le contestó: “Tu padre nunca ha hecho nada malo. Y se acabó la historia. No tienes que saber nada más". Pero la guerra, como a tantas familias, condicionó y mucho la vida familiar. Como su padre tiene que ganarse la vida al salir de la cárcel –la función pública como a tantos depurados le fue vedada-, cuando Arturo tiene cuatro años su padre encuentra trabajo en Jaén y allá que va toda la familia. Arturo ingresa allí en una escuela unitaria y a los seis años vuelta a Granada con medio curso sin hacer. Y, de nuevo en Granada, ya son seis hermanos, lo llevan a una Escuela Graduada de Niños de la Placeta Ramírez –las niñas están en el Grupo Mariana Pineda en la calle Cárcel Alta- donde comenzará sus primeras letras en aquella escuela nacional católica. Recuerda a D. Juan “El de los Bigotes”, que era Caballero Horquillero de la Virgen de las Angustias y que todos los días empezaba cantando el Himno Nacional, el de la letra de Pemán, el rezo al entrar en el aula, el Ángelus a las 12, las flores a María en el mes de mayo, el santo rosario por la tarde y, en medio, la leche americana con aquel cacillo hecho con la lata de leche condensada y que llevaban los niños atados con un cordelillo.  Claro que el queso de los americanos que se lo quedaban los maestros… Y, por si aquello se quedaba corto, en el siguiente curso pasará por las manos de D. Andrés Gómez Castaños, Jefe Provincial o Local del Movimiento, que los aleccionaba en aquello que se llamaba Formación del Espíritu Nacional. ¿Qué sería aquello del “espíritu nacional”?

Ficha de escolaridad de Arturo González Arcas, en la Unitaria de Jaén en 1953. Documento cedido por Arturo González Arcas.

Sin saberlo a ciencia cierta, Arturo sospecha que su padre, viendo ese derrotero ideológico de la escuela, pese al esfuerzo económico que supone, se lo lleva a la Academia de El Sagrado Corazón, en la calle Ballesteros, al lado de las Mercedarias

Sin saberlo a ciencia cierta, Arturo sospecha que su padre, viendo ese derrotero ideológico de la escuela, pese al esfuerzo económico que supone, se lo lleva a la Academia de El Sagrado Corazón, en la calle Ballesteros, al lado de las Mercedarias, situada en actual Palacio de los Condes de Castillejo, hoy en estado de abandono. En algún momento fue la sede de la Comisión Depuradora del Magisterio, tras el inicio de la guerra civil. Entonces, era una academia privada, pero con enseñanza oficial, donde se les preparaba para el ingreso en Bachillerato y luego, allí mismo, hacían el Bachillerato y el PREU. Arturo quiso ir al Padre Suárez, pero no lo admitieron y todavía hoy intuye –no tiene certezas- que la admisión en aquel Instituto estaba sesgada implícitamente por criterios clasistas. El caso es que esa Academia era de D. Aniceto Martínez Conesa –venía de Cartagena, probablemente depurado- y en ella impartían clase profesores como Pedro Píriz Diego, Quintín Tavera Baz o Mateo Alemany.  Curiosamente, algunos de estos profesores habían sido depurados porque habían sido procesados y encarcelados. ¿Lo envió allí su padre porque coincidiera con algunos de ellos en la prisión provincial? Todo puede ser, pero sus biografías señalan una realidad triste en la Granada de la época. Quiero traer aquí la de dos de sus profesores:

PÍRIZ DIEGO, Pedro. Nació en Granada en 1908, en la calle Elvira. Hijo de Pedro Píriz Alejo y Mercedes Diego Viñas y hermano de María del Carmen y Eudoxia Píriz Diego, también represaliadas. Eudoxia fue alumna aventajada e íntima amiga de Alejandro Otero con el que colaboró en Ginecología y Obstetricia y acabó dejando su profesión en la posguerra marginada por la sociedad granadina. Pedro cursó el Bachiller en el instituto recién inaugurado en Gran Vía, con nueve matrículas de honor. Se licenció en Ciencias en la Universidad de Granada, promoción 1926-30. Paralelamente, hizo Dibujo Lineal en la Escuela de Artes y Oficios (entre 1926-29). El 26 de febrero de 1930 se constituyeron las diferentes Juntas de Gobierno de las diferentes Asociaciones Profesionales que integraban la Federación Universitaria Escolar (FUE           ). Pedro Píriz fue elegido Presidente de la Facultad de Ciencias. (El Defensor de Granada, 27 de febrero de 1930). Después pasó a la Universidad Central a hacer el doctorado (1931-33). El 18 de julio de 1932 se celebró la Asamblea de la Asociación Provincial de Magisterio, afecta a la UGT, presidida por Juan Carreño Vargas*. En la misma se eligió su nueva Junta Directiva y a Pedro Píriz como representante de la Asociación Provincial en el Consejo Universitario, junto a Carmen de la Higuera.* (El Defensor de Granada, 19 de julio de 1932). Fue profesor universitario y discípulo del catedrático Jesús Yoldi Bereau, con quien preparaba cátedra. Yoldi fue alcalde republicano de Granada en 1932; este hecho acabaría llevándolo al pelotón de fusilamiento en octubre de 1936. Su alumno Pedro Píriz fue depurado y apartado de todo cargo público por su pertenencia a la FUE y su relación con Yoldi. A partir de entonces tuvo que ganarse la vida dando clases en colegios privados (Vistillas de los Ángeles), Academia Santo Domingo y varias academias más; hasta que en la recta final del franquismo se le permitió dar clases en un centro público de Armilla, donde se jubiló. Falleció en enero de 1991. (El Independiente de Granada, 8-4-2018). (Pozo Felguera, 2018); MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro (Coords.) Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración).
TAVERA BAZ, Quintín. Nace en 1908. Vecino de Granada (Granada). Bibliotecario. Hijo del Bibliotecario Anselmo Tavera Hernández y hermano José María,* también fue represaliado. Quintín obtuvo la plaza en las primeras oposiciones que hubo a nivel nacional para el Cuerpo Auxiliar de Archivos, Bibliotecas y Museos y fue destinado a la Biblioteca Popular de Granada. Tomó posesión del cargo el mismo día de la inauguración el 16 de enero de 1933. Fue depurado y en 1946 se le restituye en su cargo. (Expedientes de depuración del Cuerpo Facultativo de Archiveros 1939/40). (Pares.mcu.es). Impartió clase en la Academia del Sagrado Corazón en los años sesenta y en 1973 fue el Director Técnico de la misma. MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro (Coords.), Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración).

Hasta que no termina el PREU –será en 1966-, como otros muchachos adolescentes de la época, sus inquietudes lo llevaron a las pocas organizaciones que existían en la ciudad. Pasó, sin afiliarse, por la OJE –entonces estaba en la Plaza de los Campos, actual Comisaría-, porque alguien lo convenció de que allí podía hacer aeromodelismo –a él le iban las manualidades-, pero aquel ambiente no le gustaba – a su padre menos- y lo dejó. Luego sus padres –más su madre- lo llevan a los jesuitas –en torno a 1960- y allí conocerá al Padre Ferrer. Para los que no están familiarizados con las Congregaciones hay que recordar que el mito para los estudiantes de Bachillerato era San Estanislao de Kotska y, para los universitarios, San Luis Gonzaga y a ambos se les conocía como “los estanislaos” o los “luises”, respectivamente. Pero tampoco cuajó en esos momentos porque Ferrer los adoctrinaba con la esa religión recalcitrante y entre eso y que las excursiones a la sierra no eran lo suyo, acabaría abandonándolo. También estuvo un tiempo con los boys scouts y más de lo mismo. Y, por fin, uno o dos años antes de acabar el Bachillerato entrará en contacto con algunos miembros de la Juventud de Estudiantes Católicos (JEC) como José Luis Leyva Campaña –que a su vez era amigo de José María Lozano Maldonado- o Francisco López Pastor, entre otros. Y allí conocerá a quien empieza a politizarlo, Pepe Granados, ya que la JEC mantenía un compromiso cristiano más pragmático y era un movimiento cristiano antifranquista. Y claro, estuvo allí poco tiempo, porque su Consiliario Nacional, Monseñor Guerra Campos, la dinamitó cuando comprobó que se le iba de las manos. Y, de nuevo, volverá a la FECUM, antes de iniciar la Universidad, pero ya con otra perspectiva.

Acta de la Comisión Central de Examen de Penas relativa al padre de Arturo, Antonio González, por la que se le conmuta la pena de 12 años y 1 día a 3 años de prisión menor. Documento cedido por Arturo González Arcas.
Arturo González Arcas, en la clásica fotografía escolar, ya en Granada. Foto cedida por Arturo González Arcas.
Ficha de Arturo González, en la Congregación Mariana de San Estanislao, del 19 de mayo de 1960. Foto cedida por Arturo González Arcas.
Fachada donde estuvo la Academia de El Sagrado Corazón, en la calle Ballesteros, al lado de las Mercedarias, situada en actual Palacio de los Condes de Castillejo, donde estudió el Bachillerato Arturo González. 
Fotografía de Eudoxia Píriz, del libro de Enriqueta Barranco. 

Los prolegómenos de su primera detención durante el Estado de Excepción de 1969

Arturo era de Ciencias y le hubiera gustado estudiar Biológicas, pero no había en Granada e inicia sus estudios en la Facultad de Farmacia –lo más parecido a Biología- en 1966/67. Sus primeros contactos con el movimiento estudiantil son de Farmacia, donde conocerá al Presidente de las Asociaciones de Estudiantes (AE), Manuel Serrano González, que había asistido a la I Reunión Coordinadora Preparatoria (estructura previa al que debía ser el Congreso de Estudiantes Universitarios para crear el futuro Sindicato Democrático) que se había celebrado en Valencia el 2 de febrero de 1967 y en la que fueron detenidos una treintena de estudiantes de toda España. Serrano se salvó, pero detuvieron a los otros dos representantes de la UGR, Manuel Vílchez de Arribas y Leopoldo del Prado Álvarez. Esos son sus primeros recuerdos de la lucha antifranquista y la represión que se derivaba de ella, aunque los representantes de Farmacia, en la mayoría de los casos, nada tenían que ver con el movimiento estudiantil.

Pero, cursando segundo, en enero de 1968, fallecerá su padre, única fuente de ingresos familiar. A perro flaco, todo son pulgas. E, ipso facto, deberá dejar los estudios y ponerse a trabajar contribuir al mantenimiento de a la familia

Pero, cursando segundo, en enero de 1968, fallecerá su padre, única fuente de ingresos familiar. A perro flaco, todo son pulgas. E, ipso facto, deberá dejar los estudios y ponerse a trabajar para contribuir al mantenimiento de a la familia. A través de un familiar trabajará en la empresa AGNI, un almacén de estufas y frigoríficos cerca de la Estación de Andaluces. Allí estará hasta que termine el curso y, afortunadamente, -Dios aprieta, pero no ahora- en julio de ese mismo año aparece, por primera vez, la convocatoria de las llamadas “becas salario”. (BOE número 167, orden del 11 de julio de 1968). Eran becas dotadas bien económicamente y dedicadas a aquellos estudiantes con especiales dificultades económicas. Así que la solicita y se la conceden, pero no podía ser para Farmacia, ya que una de las condiciones era que se otorgaban a quienes iniciaban una carrera. Nueva decisión, que le llevará a matricularse en Filosofía y Letras. Es el curso 1968/69.

El intenso primer semestre de 1968 mezcló las críticas a la guerra de Vietnam, con los ambivalentes sentimientos hacia la primavera de Praga cuando los tanques rusos invadieron Checoslovaquia

Y comienza en uno de los cursos decisivos del movimiento estudiantil. El intenso primer semestre de 1968 mezcló las críticas a la guerra de Vietnam, con los ambivalentes sentimientos hacia la primavera de Praga cuando los tanques rusos invadieron Checoslovaquia, pero, sobre todo, cuando los estudiantes granadinos oían, con cierta envidia, los ecos del mayo francés a través de las ondas clandestinas de la Pirenaica o de Radio París, porque los medios del régimen fragmentaban o tergiversaban las noticias. Hacía pocos meses que habían sido detenidos Bernabé López García y Curro Rubio por poner en los parabrisas la palabra “Libertad” y París se quedaba muy lejos, porque aquí –como afirma Manuel Vílchez- eso ni “era imaginable” y porque mientras allí se pedía lo imposible, desde la libertad, aquí se estaba luchando, simplemente, por conquistarla y, todo aquello les parecía muy alejado de su realidad. Aquí, como afirma Arturo González Arcas, se estaba en el “apogeo del la, la, la” y “la mayor discusión nacional era si Serrat era un antipatriota porque quería cantar en catalán o si Massiel era estupenda por llevarnos al triunfo de Eurovisión”. (Entrevista a Arturo González Arcas, en AHCCOO-A).  

Ese era el ambiente con que se inicia el primer trimestre del curso 68/69, que supondrá un salto cualitativo y cuantitativo en el activismo estudiantil

Ese era el ambiente con que se inicia el primer trimestre del curso 68/69, que supondrá un salto cualitativo y cuantitativo en el activismo estudiantil. Y, para empezar, se presentará a Delegado de curso y saldrá elegido y, al poco, cuando se deciden los cargos dentro de la Junta de Facultad, Arturo será el responsable del Departamento de Información de su Facultad, al tiempo que Bernabé López García sería responsable de Estudios Universitarios en la Facultad y Jefe del Departamento de Información en el Distrito. Un cargo desde el que inicia un camino que le llevará a la comisaría y al TOP. Concretamente, a los pocos días, el día 6 de octubre de 1968, sábado, se produce una ocupación de los comedores universitarios para protestar por los precios, la calidad y la presentación de la comida, exigiendo que se crease una comisión de estudiantes que controlase sus cuentas, que el jefe del mismo fuera elegido democráticamente y que se llegara finalmente a un autogobierno del mismo.

Arturo recuerda que una de las primeras actividades fue la edición de medio millar de ejemplares de un dossier de la represión que habían editado los curas vascos a raíz de las numerosas detenciones y malos tratos que se estaban produciendo en Euskadi a consecuencia del decreto de Estado de Excepción

Desde el inicio, el Departamento de Información debía dotarse de recursos y como el alumnado aportaba cierta cantidad de dinero para actividades, los representantes de las AES (Asociaciones de Estudiantes) le pedirán al Decano la compra de una multicopista para editar apuntes. Hecho. Y se colocó en la Sala de Alumnos, ubicada en el bajo, al lado del bar de la Facultad. Ese fue el aparato de “propaganda” de todas las actividades, pero también de las críticas y denuncias al régimen. Arturo recuerda que una de las primeras actividades fue la edición de medio millar de ejemplares de un dossier de la represión que habían editado los curas vascos a raíz de las numerosas detenciones y malos tratos que se estaban produciendo en Euskadi a consecuencia del decreto de Estado de Excepción que se había aplicado solo en ese territorio el 3 de agosto de 1968 y con una duración de tres meses. Claro que alguno de ellos caería en manos de la BPS que ya tenía fichados a algunos de ellos y sabía de la existencia de esa multicopista. 

Pero si hay un acto especialmente significativo será la celebración del XX Aniversario de los Derechos Humanos que tendría lugar el 10 de diciembre en la Facultad de Medicina. Era la primera vez que se utilizó un aparato de propaganda para imprimir panfletos de carácter netamente político, pero no sólo eso, sino que esta propaganda se hizo de forma masiva, buscando que el acto tuviera el suficiente alcance como para traspasar los muros de las Facultades granadinas.

“Tenemos una reunión y llegamos al acuerdo de celebrar el XX Aniversario y se decide que los Departamentos de Información dieran publicidad del acto. Yo, como Delegado de Información, hago un panfleto y reúno a los delegados de curso para que se repartiera. Pero allí no se dice nada de cómo se va a hacer. Yo lo diseño y lo tiro en la multicopista de Facultad. Casi un millar de ejemplares, pero no se decide cómo se va a distribuir. Lo que se dice es que la gente se pase por el Departamento, los recoja y los reparta. Convoco una reunión y los primeros que se presentan son Antonio Nadal y Mohamed Abdelkáder y los tres quedamos en salir a repartir la octavilla en la calle. Yo salgo con ellos; llevo la pierna escayolá y no puedo aguantar el ritmo que llevan. Yo llevo una capa castellana. Salimos de Puentezuelas y nos vamos prácticamente hasta San Antón y tiramos Reyes Católicos arriba. Yo sigo Reyes Católicos arriba porque yo voy para mi casa y voy repartiendo panfletos hasta Plaza Nueva donde se me acaban antes de llegar a mi casa. Pero ellos, al llegar a la Librería Costales –entrada a la calle Mesones- vuelven a Puentezuelas. Se ve que la policía se entera y cree que están cerca de la Facultad y cuando estos vuelven a la Facultad con un montón de panfletos los pillan con las manos en la masa. Esa noche hubo tres detenciones: la de Bernabé López García y las propias de Nadal y Abdelkáder.” (Entrevista a Arturo González Arcas, en AHCCOO-A).

A Bernabé lo detienen esa misma noche porque la BPS ya lo tenían fichado, pero tras los interrogatorios se convencen que él nada tenía que ver con ese panfleto

A Bernabé lo detienen esa misma noche porque la BPS ya lo tenían fichado, pero tras los interrogatorios se convencen de que él nada tenía que ver con ese panfleto. Lo sueltan y no pasa por el TOP. Pero en el caso de Nadal y Abdelkáder, se les abrirá proceso en el TOP. Concretamente, y según la Policía, a Nadal le habían interceptado 104 ejemplares y a Abdelkáder folletos subversivos. A estas alturas la Brigada Político Social (BPS) de Granada ya hacía un seguimiento de actividades universitarias centrándose sobre los activistas de la Facultad de Filosofía y Letras, donde se concentran la mayoría de ellos. Además, el carácter abierto de sus actos facilita el trabajo de la policía secreta. Todavía no sabe quiénes eran o no militantes del PCE –el partido más buscado-, pero sí que el acto había sido convocado por el Departamento de Información, cuyo responsable legal era Arturo González Arcas, que José María Alfaya González era el encargado del Departamento de Actividades Culturales y que Bernabé López García lo era de Estudios Universitarios. Por ello, a raíz de las detenciones de Nadal y Abdelkáder, Arturo sabe que lo buscarán también a él:

“… yo ya sé perfectamente que la policía me busca, que la policía ha logrado extraer en los interrogatorios a Nadal y Abdelkáder mi nombre como presunto responsable de la redacción de las octavillas y de su distribución, pero a pesar de que lo logran [identificarme], de que estas diligencias policiales pasan al juzgado, y el juzgado las remite al TOP, aunque yo ya estoy en los papeles, ya estoy fichado, a mí no me dicen ni , no me detienen, no me acosan, no me dan la lata, no hay ningún tipo de problemas salvo que, en un momento determinado, [el 22 de enero de 1969]  soy llamado a declarar ante el juez por exhorto del TOP que ha decidido incluirme en el proceso que le abren a Nadal y a Abdelkáder por propaganda ilegal”. (Entrevista a Arturo González Arcas, en AHCCOO-A).
Manifestación contra el Estado de Excepción en España. Bruselas (Bélgica), 1969. Colección General, Centro de Documentación de las Migraciones. Fundación 1º de Mayo. 

Claro que el 20 de enero de 1969 –pocos días antes de que se decretase el Estado de Excepción de ese año- cuando todavía no ha sido detenido ni procesado, la policía política del régimen ya lo había incluido en la lista negra de los españoles que no tenían derecho a Certificado de Buena Conducta

Claro que el 20 de enero de 1969 –pocos días antes de que se decretase el Estado de Excepción de ese año- cuando todavía no ha sido detenido ni procesado, la policía política del régimen ya lo había incluido en la lista negra de los españoles que no tenían derecho a Certificado de Buena Conducta, lo que significaba no poder obtener Carnet de Conducir, ni Pasaporte, ni prórroga por estudios para incorporarse al servicio militar. Como no es una decisión judicial, sino gubernativa, el día 22, cuando comparece en el juzgado para darse por enterado de su procesamiento ante el TOP, nadie le informa de la restricción de derechos a la que le ha sometido arbitrariamente la decisión policial. El día 23 sale un panfleto en la Facultad donde se dan todo tipo de detalles del Auto de procesamiento, lo que lleva al Jefe Superior de Policía, Ángel Mestanza Soriano, a deducir la “gran influencia” que Arturo González tenía en los círculos antifranquistas y eso le permite enviar al TOP un informe sobre la implicación del mismo en el panfleto origen de las detenciones del 9 de diciembre del año anterior. Claro que las consecuencias que se derivaron del Auto de procesamiento acarreaban, además, la suspensión de la beca salario porque una de las condiciones es que el alumno no podía ser sancionado académicamente o tener implicaciones en cualquier proceso judicial. La paradoja –y eso no era una excepción- es que, en la arbitrariedad del franquismo, a Arturo se le comunicó la suspensión de la beca, pero estuvo cobrando dicha beca hasta que terminó el tercer curso de la carrera, al volver de la mili. Es entonces cuando se hace efectiva la suspensión de la beca y deja de cobrarla, pese que ya es definitiva su absolución en los dos procesos ante el TOP en los que se había visto implicado.

Arturo González Arcas figura en las “Listas Negras” elaboradas en 1971. (Archivo General de la Universidad de Granada, Carpeta Estudiantes 71/72).
Notificación a Arturo González Arcas el 21 de enero de 1969 de que no se le concederá el certificado de buena conducta para la prórroga de estudios para ingreso en Milicias. Cedido por Arturo González Arcas.

El juicio en el TOP por el primer proceso saldrá el 26 de junio de 1969. El Tribunal da por hechos probados que el panfleto origen del procesamiento contenía material subversivo en el que se recogía la denuncia de “… la alienación económica y política a que el Régimen leva sometido al país desde hace 30 años…” y por ello, pedía:

 “… a todo el pueblo granadino, al que pedimos solidaridad y apoyo a las siguientes peticiones:

1º Amnistía general.

5º Reconocimiento de las Comisiones Obreras.

6º El cese de la represión de la clase obrera”.

Mientras a Nadal y Abdelkáder el TOP los condenaría a 9 meses de prisión menor y multa de 10.000 pesetas a cada uno de ellos, a Arturo González, el Fiscal le retirará la acusación porque, “gracias a las reiteradas declaraciones de Antonio Nadal exculpándome de los hechos ante las autoridades judiciales, no puede probar que fuera yo el autor de la confección y distribución de dichas octavillas”

Mientras a Nadal y Abdelkáder el TOP los condenaría a 9 meses de prisión menor y multa de 10.000 pesetas a cada uno de ellos, a Arturo González, el Fiscal le retirará la acusación porque, “gracias a las reiteradas declaraciones de Antonio Nadal exculpándome de los hechos ante las autoridades judiciales, no puede probar que fuera yo el autor de la confección y distribución de dichas octavillas”. Su defensa corrió a cargo del prestigioso abogado Liborio Luis Hierro Sánchez-Pescador y basó su defensa “a la americana”, es decir, que la policía debía probar su culpabilidad y como no lo habían detenido, ni aprehendido ningún material punible, nada se podía demostrar. Además, había añadido un certificado médico de su escayola, que le impedía repartir panfletos. (Véase Sumario 957/68 y Sentencia núm.186/69 en TOPDAT, copia en AHCCOO-A).

Detención y confinamiento en el Estado de Excepción de 1969

Los acontecimientos se precipitarán y a finales de 1968 la agitación universitaria en España era un hecho, especialmente en Madrid. Tras las vacaciones de navidad se suceden las movilizaciones y la represión consiguiente. El 20 de enero de 1969 la policía tira por la ventana a Enrique Ruano que muere al instante. Arturo recuerda que, al día siguiente, Rafa Peña –hijo de un catedrático de Medicina de la UGR y que estudia en Madrid- le envía una carta en la que le informa sobre lo sucedido. El día 23, los activistas del Departamento de información llenan la Facultad de Letras de grandes carteles murales informando de la muerte de Enrique Ruano que no duraron expuestos más de una hora, pues los bedeles los arrancaron de las paredes por orden del decano Gallego Morell. Cuando en la mañana del 24, mientras el Consejo de Ministros estaba aprobando el Estado de Excepción en toda España, Arturo se encuentra al decano en los pasillos de la Facultad y le pide explicaciones por la retirada de los carteles informativos sobre la muerte de Ruano. Gallego Morell le recrimina su enfado y le advierte: “en vez de criticarme debería usted de agradecerme que lo proteja, porque la policía tiene mucho interés en usted y usted se empeña en ponérselo fácil”. El Decano sabía muy bien de lo que hablaba…

A raíz del asesinato de Enrique Ruano, el régimen seguirá aplicando la única receta que conoce para acabar con las movilizaciones: decretar un nuevo Estado de Excepción que se publica en el BOE  el 25 de enero de 1969

A raíz del asesinato de Enrique Ruano, el régimen seguirá aplicando la única receta que conoce para acabar con las movilizaciones: decretar un nuevo Estado de Excepción que se publica en el BOE  el 25 de enero de 1969. La reacción de los estudiantes de la UGR será convocar una Asamblea en la Facultad de Filosofía con carácter urgente el mismo día 25 de enero, sábado, para ver qué se podía hacer. Una asamblea donde se traducen algunas diferencias entre los principales actores en el seno del SDEUG porque algunos plantean la necesidad de mantener la movilización mientras durase el Estado de Excepción y otros llegan incluso a cuestionarse la propia existencia del sindicato democrático. Es de notar, llegados a este punto, que esta confrontación no respondía a los bloques de FECUM y el PCE porque no eran tales. Arturo me ha recordado, en las entrevistas que he tenido el placer de hacerle, que la jerarquía eclesiástica siempre estuvo muy comprometida con el régimen, y de hecho, los Movimientos de Acción Católica también fueron muy diversos. Algunos derivaron al FLP, otros al PCE, otros conectaron con la “teología de la liberación”, otros se mantuvieron en el apostolado y otros eran simplemente demócratas sin partido, como el caso de Arturo González Arcas que solo en los tardíos momentos de la transición recaló en posiciones del socialismo andalucista del PSA. Llegaremos a eso, pero por ahora es de justicia acotar que la FECUM no era, ni lo pretendía, ser una organización homogénea ideológicamente.   

Pero, en todo caso, y volviendo a la asamblea del 25 de enero, ninguno de ellos calculaba, entonces, que un Estado de Excepción era una fórmula jurídica perfecta para eliminar cualquier derecho –ya de por sí restringidos en la dictadura- y, sobre todo, para romper la dinámica movilizadora, ya que se podía detener a cualquiera durante todo el tiempo que durase dicho periodo excepcional, sin ninguna garantía jurídica. Y, aunque sabían que en la asamblea –como en todas ellas- había policías secretas, no consideraron que las detenciones comenzarían nada más acabar la asamblea y, de hecho, a las pocas horas ya habían sido detenidos los que a juicio de la BPS eran los activistas más peligrosos o los que tenían precedentes policiales. Entre ellos, a José María Lozano Maldonado, Arturo González Arcas, Javier Terriente Quesada, Miguel Ángel Pérez Espejo, Mohamed ben Abdelkader o José María Alfaya, entre otros.

La detención

Y es que la detención se produce a las pocas horas, como prueba de que algunos estudiantes, y entre ellos, Arturo González, estaban fichados previamente. Sigamos la detención desde los recuerdos de Arturo:

“Me voy a casa después de la asamblea, estoy comiendo con algunos compañeros que venían a comer a casa habitualmente, y llaman a la puerta y está don Paco [González Huertas “El Jirafa”]. Yo abro la puerta y me encuentro a don Paco en el rellano de la escalera que me dice “Bonico, que venimos a por ti y además traemos una orden de registro”, “Pues nada, pase usted”. Le aviso a mi madre que está allí la policía y que viene con una orden de registro; a mi madre casi le da un ataque. Yo la tengo que calmar previamente. Ellos están esperando en el pasillo de entrada, son dos, “El Jirafa” y otro que no recuerdo, y efectivamente registran todos los muebles y los sitios en los que hay papeles. Se llevan una buena cantidad de libros que yo tenía entonces, básicamente de la editorial ZYX y también de la editorial Ciencia Nueva, algunos otros más comprometidos no se los llevan, porque eran bastante incultos... Yo vivía entonces con mi madre y con mis hermanos, mi padre había muerto. Mi madre se mesa los cabellos se abofetea la cara, intenta no gritar y no llorar, prorrumpe algunas frases como “otra vez, otra vez”, recordando sin duda escenas del periodo de la guerra civil en que había sufrido la detención de mi padre o de familiares cercanos, e inmediatamente después adopta una posición digna, diciendo “qué pasa”, se hace la jefa de la casa, como efectivamente era, recibe a los policías, les da paso para que vean y recojan todo lo que hay, y no encuentran nada. Unos días antes nosotros nos maliciamos de que podía haber algo así y de hecho hicimos una recogida de papeles que llevamos un poco campo a través en unas cajas a los jesuitas, a donde está ahora la facultad de Odontología y que entonces era la casa de la Compañía de Jesús, el Seminario, y allí las llevamos a unos jesuitas que eran de nuestra confianza, que nos guardaron los papeles e incluso alguna multicopista, alguna vietnamita que teníamos para el trasiego de los papeles más comprometidos.  Mi madre sabía que estaba metido en todo este tipo de cuestiones, lo que ella no entendía era el alcance que podía tener”. (Entrevista a Arturo González Arcas, en AHCOOO-A)

Y a la Jefatura Superior de Policía de la calle Duquesa. Allí, como el resto, identificación y  lo pasan a uno de los despachos. Inmediatamente la recriminación, “No eres como tu padre que era una buena persona, tú eres un hijo de puta” y al calabozo donde encuentra a los que ya habían sido detenidos. Y, luego, los interrogatorios. Confiesa que estaba preocupado  y más cuando recientemente había sucedido lo de Enrique Ruano, pero sabía distinguir entre los militantes del PCE y otros como él, porque un caso distinto era cuando eran detenidos por su militancia comunista, como el caso de Joaquín Bosque –al que se llevarán a Zaragoza por una caída en la que está implicado- y otra bien distinta el de estudiantes solo relacionados con el movimiento estudiantil. Recuerda que:

“Aquí en Granada los interrogatorios son suaves, intimidatorios, desde el punto de vista psicológico. Quieren hacernos ver que esto está acabado, que nos tienen pillados a todos, que conocen todo sobre nosotros, sobre nuestra familia, y que sólo tienen que hacer plas y desaparecemos del mapa político, que nos queman, que nos desprestigian que pueden hacer lo que quieran con nosotros, que pueden sacar cosas de nuestros padres; a cada uno le buscan la parte que ellos consideran más débil de su psicología y hacen una tarea más de intimidación que de otra cosa. En algún momento determinado hay algún signo de violencia o hay alguna equivocación por parte de algunos de nosotros, yo tuve una [ver después].

Los interrogatorios se hacían con una pistola puesta encima de la mesa, seguramente descargada, porque nos dejaban solos con ella para ver qué hacíamos; esto era algo absolutamente frecuente, sacarse la pistola de la sobaquera, ponerla encima de la mesa, como gesto intimidatorio, y al ratillo irse y,  para volver, tardar dos o tres minutillos, y entrar otro que hacía de bueno. Hay gente que ha arrastrado mala conciencia de lo que pudo pasar en comisaría durante algún tiempo, gente que lo ha pasado mal y ha tenido problemas psicológicos importantes, no ya por el miedo, sino por el machaqueo de la dignidad personal que les ha supuesto a ellos salir de comisaría y darse cuenta de que les han engañado con una niñería y que ellos se han ido de la boca, que no son nada héroes y que han adoptado la posición de un villano, lo han arrastrado toda su vida y no lo han podido superar. A pesar de ello, de todas estas situaciones subjetivas, en comisaría nunca se dijo nada que no supieran ellos ya; en definitiva, lo único que necesitaban era la firma de alguien para poderlos implicar en el TOP, ellos ya ponían el historial que sabían o suponían de cada individuo, o atribuían, era el testigo necesario, no valía sólo el informe policial, se necesitaban más garantías.” (Entrevista a Arturo González Arcas, en AHCCOO-A).

En todo caso, afirma que, en esa ocasión no hubo maltrato con los estudiantes, algún zarandeo y, desde luego, amenazas, pero en general todos coinciden que hubo un trato privilegiado. Ya hemos tratado en otros artículos en El Independiente de Granada (Véase el de 'José María Lozano Maldonado: el cristianismo como compromiso social (I)' y 'José María Lozano Maldonado: del confinamiento en el Estado de Excepción de 1969 a su compromiso por las libertades democráticas (y II)' o el de 'José María Alfaya González: de 'Diapasón' al Cine Club Universitario (I)' 'José María Alfaya González: de subversivo a terrorista (y II)' cómo a los tres días fueron llevados al Juzgado de Instrucción y a la cárcel provincial, ubicándolos en la enfermería. Y que, pasados unos días, irán saliendo progresivamente para trasladarlos a aquellos lugares que el Gobernador Civil había decidido para cada uno de ellos. Era un confinamiento con sus familiares y que debía durar hasta que terminase el Estado de Excepción.

Falo de la sentencia del Sumario 957/68 contra Arturo González Arcas, en TOPDAT, copia en AHCCOO-A.

El confinamiento

Al salir de la prisión es conducido, de nuevo, a la Jefatura de Policía de la calle Duquesa, donde lo espera su hermano Francisco y mantendrá una entrevista con el Jefe Superior de Policía, Ángel Mestanza Soriano. Allí, le expone que el Gobernador Civil ha decidido confinarlo a Sevilla, donde reside su hermano mayor, Antonio, militar en la base de Tablada. Le previenen que deberá presentarse cada día en la famosa –por su crueldad- comisaría sevillana de La Gavidia –situada a la espalda de  la Plaza del Duque- y que, en modo alguno, podía comprometer la carrera militar de su hermano.

Como el resto, sin custodia, tomará la Alsina y se planta en Sevilla. Ya en Tablada su hermano les presenta a sus oficiales a los que les explica por qué está allí

Como el resto, sin custodia, tomará la Alsina y se planta en Sevilla. Ya en Tablada su hermano les presenta a sus oficiales a los que les explica por qué está allí. No se podía ocultar su situación. Y, desde entonces, todos los días, y a patita coja –había tenido un accidente antes del Estado de Excepción- se presentará en la comisaría sevillana. Es de notar, que a comienzos de febrero de 1969 a esa comisaría había ido a parar, dirigentes estudiantiles y también –y sobre todo- obreros. Ese Estado de Excepción había quitado de la circulación a los principales dirigentes sevillanos como Eduardo Saborido Galán o Fernando Soto Martín, entre otros, y militantes del PCE. Algunos de ellos fueron torturados, sobre todo los que pertenecían a un partido clandestino porque era regla general que a los dirigentes obreros elegidos en las elecciones sindicales normalmente no sufrían torturas físicas, pero si eran detenidos por su militancia clandestina, entonces la represión se cernía sobre ellos sin miramientos. Por eso, es de notar que Arturo, en algunas ocasiones, al llegar a la comisaría:

“…escuchaba gritos horrorosos de las torturas que se estaban haciendo en Sevilla, gritos de estar paliceando a la gente sin miramiento alguno”. (Entrevista a Arturo González Arcas).

Y así estuvo hasta que el Gobernador Civil de Granada, Antonio Gómez Jiménez de Cisneros, resuelve levantar las sanciones impuestas a estos estudiantes, coincidiendo con la visita que realiza el ministro de Obras Públicas a la ciudad para lanzar propagandísticamente el famoso –por fallido- Polo de Desarrollo Industrial

Y así estuvo hasta que el Gobernador Civil de Granada, Antonio Gómez Jiménez de Cisneros, resuelve levantar las sanciones impuestas a estos estudiantes, coincidiendo con la visita que realiza el ministro de Obras Públicas a la ciudad para lanzar propagandísticamente el famoso –por fallido- Polo de Desarrollo Industrial, que había aprobado el Consejo de Ministros el día 21 de ese mismo mes y el día 25 se levanta su “residencia forzosa”. Como el resto, regresará a Granada, pero en medio del Estado de Excepción tendrá que presentarse en el Ayuntamiento  de Granada para tallarlo, ya que tendría que hacer, a modo de castigo, el servicio militar antes de que le correspondiera, porque, como al resto, se le denegará, posteriormente, la prórroga por estudios. Hay otro episodio represivo derivado de su procesamiento en el TOP y su detención en el Estado de Excepción y es que cuando viene a Granada para tallarse se entera que los hijos de viuda podían hacer un examen para quedarse en la Caja de Reclutas con la categoría de Cabo. Lo hace y saca las mejores notas, pero cuando va al Córdoba 10 para saber el resultado, algún oficial lo felicita y otro, cuando comprueba quién es y sus antecedentes, lo despide con cajas destempladas. Pero, al menos, tendrá una buena noticia y es que, tras su absolución en el TOP, volverá a pedir la beca salario y tras un informe favorable del Rector, Federico Mayor Zaragoza, volverán a concedérsela en septiembre de ese mismo año.

Aún con los zarpazos de la represión, seguirá en la lucha. Así, su presencia como representante del alumnado se acrecienta en el curso 1969/70

Aún con los zarpazos de la represión, seguirá en la lucha. Así, su presencia como representante del alumnado se acrecienta en el curso 1969/70. Notamos su presencia en el Libro de Actas de la Junta de Gobierno de la Universidad, junto a Javier Terriente como representantes de Filosofía; Antonio Aragón y Julio Olóriz, por Medicina; Antonio Cruz, por Ciencias; Agustín Llopis, por Farmacia, Antonio Salvat, por Derecho. Y sólo repite por Económicas, Leopoldo del Prado. (Libro de actas de la Junta de Gobierno de la Universidad nº 2753, ACTA Nº 468/2.10.69. PÁGINA 73(R) y ACTA Nº 469/3.12.69 PÁGINAS 79(R)-80(R). La presencia de los alumnos en las reuniones de la Junta de Gobierno fue muy irregular, y no tanto por sus obligaciones académicas como por las consecuencias derivadas de su militancia política, o su rechazo a aprobar determinadas medidas: la aprobación de los estatutos provisionales de la Universidad se hace sin representación estudiantil. Por las escasas actas redactadas conocemos algunas de las preocupaciones que muestran los estudiantes ante las autoridades académicas: pedir explicaciones por la prohibición de un recital de José Menese, la falta de catedráticos cuando se producen traslados, la redacción de sus propios estatutos, representación paritaria por tercios en la Junta de Facultad de Medicina…, entre otras.

Por eso, y como continúa en la pelea, también continuará la represión.

Bibliografía:

  • CONTRERAS BECERRA, Javier, “Salud y fraternidad andaluzas”. Origen y evolución del PSA en Granada (1973-1984), en Revista del CEHGR, número 26, 2014, pp. 361-378.
  • JÉREZ MIR, Miguel: Una experiencia de Partido regional: el caso del Partido Socialista de Andalucía. Partido Andaluz, REIS (Revista Española de Investigaciones Sociológicas), nº 30, abril-junio 1985, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, p. 220, nota 36.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso; SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro; RUEDA CASTAÑO, Isabel; SÁNCHEZ RODRIGO, José María; CONEJERO RODRÍGUEZ, Miguel y RODRÍGUEZ BARREIRA, Óscar: La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-1981), Vol. I y II, Córdoba, El Páramo, 2012.
  • O´NEILL, Charles E., DOMÍNGUEZ, Joaquín Mª: Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Universidad Pontifica de Comillas de Madrid, Madrid, 2001 p. 1302.
  • SAINZ MARTÍNEZ, José Carlos: De FECUM a FECUN: Política y Religión entre los Congregantes Marianos (1965-1977)”. Política y Sociedad, Madrid, 1996
  • JÉREZ MIR, Miguel: Una experiencia de Partido regional: el caso del Partido Socialista de Andalucía. Partido Andaluz, REIS (Revista Española de Investigaciones Sociológicas), nº 30, abril-junio 1985, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, p. 220, nota 36.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso; SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro; RUEDA CASTAÑO, Isabel; SÁNCHEZ RODRIGO, José María; CONEJERO RODRÍGUEZ, Miguel y RODRÍGUEZ BARREIRA, Óscar: La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-1981), Vol. I y II, Córdoba, El Páramo, 2012.
  • O´NEILL, Charles E., DOMÍNGUEZ, Joaquín Mª: Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Universidad Pontifica de Comillas de Madrid, Madrid, 2001 p. 1302.
  • SAINZ MARTÍNEZ, José Carlos: De FECUM a FECUN: Política y Religión entre los Congregantes Marianos (1965-1977)”. Política y Sociedad, Madrid, 1996
  • Archivo de la Universidad. Libro de actas de la Junta de Gobierno de la Universidad nº 2753, ACTA Nº 468/2.10.69. PÁGINA 73(R) y ACTA Nº 469/3.12.69 PÁGINAS 79(R)-80(R); Libro de Actas de la Junta de Gobierno nº 2753, acta Nº472 de 20.6.70,  página 89(R); actas nº 466/30.4.69 página 68(R) y  469/3.12.69 página 83
  • Diario Ideal del 4.5.2008
  • El País, artículo de Eduardo Castro, del 30 de junio de 1979.
  • TOPDAT, Sumario 957/68 y Sentencia núm.186/69; Sumario 288/70, Sentencia 54/71, copias en AHCCO-A.
  • Entrevistas a Arturo González Arcas, José María Lozano Maldonado, Manuel Vílchez de Arribas, Javier Terriente Quesada, José María Alfaya González, Bernabé López García, Joaquín Bosque Sendra y Jesús Carreño Tenorio, en Fondo Oral del Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.
Alfonso Martínez Foronda es licenciado en Filosofía y Letras, profesor de Secundaria e históricamente vinculado al sindicato CCOO, en el que ocupó distintas responsabilidades, como investigador ha profundizado en el movimiento obrero y estudiantil.

Otros artículos y reportajes de Alfonso Martínez Foronda:

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Sobre la historia del PCE, en el año de su centenario: