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activista imprescindible, luchador por la democracia en la UGR en las postrimerías del franquismo

Esteban Rodríguez Ocaña, un luchador por la sanidad pública (I)

Política - Alfonso Martínez Foronda - Sábado, 8 de Julio de 2023
Alfonso Martínez Foronda glosa en este excelente artículo la biografía de un activista imprescindible, luchador por la democracia y defensor de la sanidad pública. No te lo pierdas.
A.	Esteban Rodríguez Ocaña en marzo de 2008 en su despacho de la Facultad de Medicina.
Fotografía de Alfonso Martínez Foronda.
A. Esteban Rodríguez Ocaña en marzo de 2008 en su despacho de la Facultad de Medicina.

Nace el 16 de enero de 1951 en Granada. No es que su compromiso político tuviera que ver, directamente, con algunos de sus predecesores, pero uno de sus abuelos, militar, fue fusilado en Córdoba por ser fiel a la República; y una de sus abuelas, probablemente miembro del Socorro Rojo Internacional (SRI), fue detenida y enviada a la terrible cárcel de mujeres de Amorebieta (Vizcaya), conocida como “el cementerio de las vivas”. Y es que Esteban, como tantos otros sin tradición política paterna, vivirá su infancia y juventud dentro de los cánones tradicionales de la mayor parte de los españoles, es decir, alejado de la política. Su padre será una persona conocida en Granada porque trabajaba la contabilidad de algunas empresas, pero también la de algunos centros educativos como los Escolapios, siendo reconocido por su profesionalidad, hasta tal punto que convirtió en asesor de la patronal de los centros concertados.

Esteban podrá entrar a estudiar Bachillerato como alumno de “balde”, es decir, gratis. Y es en esa época, comienzos de los sesenta, en primaria, los Escolapios mantenían la diferencia entre los de “pago” y los de “caridad” o “gratuitos”, diferenciándolos por el tipo de uniforme o segregándolos físicamente por la separación que ofrecía un enorme patio entre ambos tipo de alumnado

Precisamente, por su relación profesional con Escolapios, Esteban podrá entrar a estudiar Bachillerato como alumno de “balde”, es decir, gratis. Y es en esa época, comienzos de los sesenta, en primaria, los Escolapios mantenían la diferencia entre los de “pago” y los de “caridad” o “gratuitos”, diferenciándolos por el tipo de uniforme o segregándolos físicamente por la separación que ofrecía un enorme patio entre ambos tipo de alumnado. El clasismo de siempre, no fueran a confundirse los ricos de los pobres. Claro que Esteban, aunque no pagaba por influencia paterna, sin embargo, estudio entre el grupo de los ricos, entre la clase media y alta que concurría en sus aulas. No obstante, según el propio Esteban, Escolapios no era especialmente un centro reaccionario, pues era tolerante en el aspecto ideológico y, aunque se hacían ejercicios espirituales, nunca le obligaron a cantar el “Cara al sol”.

Panfleto elaborado por el alumnado de Medicina el 5 de febrero de 1972 a la opinión pública pidiendo diálogo para resolver los problemas. Archivo General de la Universidad, Carpeta Huelga de Medicina, 1971/72.

Todos estos problemas, llevarán a Esteban Rodríguez a iniciar la batalla por la calidad de la enseñanza pues, a la masificación, se unía una docencia que en algunos casos dejaba mucho que desear

Al terminar el PREU y antes de entrar en la Universidad, tendrá la oportunidad –a través de uno tío médico que trabajaba en Toronto (Canada), de irse un año con él. Eso le permitió  no solo conocer mejor el país o el inglés, sino ponerse al día de los acontecimientos políticos como las revueltas de mayo del 68 y sus repercusiones en Norteamérica (Chicago o los “Panteras Negras”). Terminado ese año de transición, volverá a Granada y se matricula en Medicina en el curso 1969/70. Lo primero que se encuentra es una Facultad masificada tanto por el número de alumnos y alumnas que inician el curso (casi quinientos) como por el número de repetidores (ocho centenares), lo que hacía insostenible el nivel académico. Pero además, en esos momentos el primero de Medicina era un curso selectivo que contenía asignaturas de la especialidad de Ciencias: matemáticas, física, biología…, etc., hasta tal punto que el profesorado era, mayoritariamente, de la Facultad de Ciencias. Y si ese año entraron 500, al siguiente fueron 600 y al siguiente 700, de tal forma, que al final se estableció lo que se llamó “númerus clausus” y que será uno de los caballos de batalla del alumnado de Medicina. Todos estos problemas, llevarán a Esteban Rodríguez a iniciar la batalla por la calidad de la enseñanza pues, a la masificación, se unía una docencia que en algunos casos dejaba mucho que desear. Y ahí empieza su primer “pinito”: un plante por las pésimas prácticas de algunas asignaturas:

“Las prácticas estaban mal dotadas, eran malas. Por ejemplo, la de Física había que hacer mediciones. Y el señor que llevaba las prácticas, que era dueño de un cafetín que había en la Plaza de la Trinidad, ese, se sentaba y fumaba y nosotros con los aparatos aquellos, nos decía “a ver qué te sale” y le decías lo que fuera y él “nada nada, eso no es…“ Y ya está. (Entrevista a Esteban Rodríguez, en AHCCOO-A).

Total: que el plante improvisado y sin ninguna organización detrás fue un éxito porque no entró ninguno de los cinco grupos de primero. No tuvo repercusiones represivas, pero era algo novedoso que puso nerviosas a las autoridades 

Total: que el plante improvisado y sin ninguna organización detrás fue un éxito porque no entró ninguno de los cinco grupos de primero. No tuvo repercusiones represivas, pero era algo novedoso que puso nerviosas a las autoridades y lograron que hubiera una reunión de Delegados/as con el Decanato para tomar medidas. No cambió mucho, pero eso le llevó a pensar en las posibilidades que ofrecía la lucha para cambiar la situación. Y, por supuesto, también comprobó cómo Granada era muy pequeña porque le costó un disgusto con su padre, enterado de dicho plante. Ese primer curso se mantendrá alejado de cualquier organización política, aunque tendrá, con otros compañeros, enfrentamiento puntuales con los malos profesores o con aquellos que, todavía, les exigían levantarse cuando entraban, algo con lo que acabó su curso; o elaborar ellos sus propios apuntes y socializarlos para que les salieran más baratos, frente a una empresa que se estaba forrando; y, por supuesto, algunas compañeras que iniciaron una batalla contra determinados profesores que defendían en sus clases “ideas científicas” sobre el carácter apocado de las mujeres frente a los hombres, por ejemplo. Es decir, que fueron batallas de este tipo las que, sin muchas alharacas, sirvieron para sentar progresivamente las bases de otra docencia, de otras relaciones entre profesorado y alumnado.

A partir del primer trimestre de 1972, cambiará todo el panorama. Se in iniciará una lucha contra los nuevos Planes de Estudios

El Estado de Excepción de 1970, que se prolongó hasta junio de 1971, hizo que ese curso, con la represión consiguiente, no tuviera hitos reivindicativos. Pero el curso siguiente, especialmente, a partir del primer trimestre de 1972, cambiará todo el panorama. Se in iniciará una lucha contra los nuevos Planes de Estudios, allí donde se hubieran aprobado, el rechazo a la Secretaría de Extensión Cultural, -a la que se consideraba “un negociado del Gobierno Civil”-, así como a la recién creada Comisión de Actividades Docentes, por su falta de representatividad. Habrá una rechazo general de los estudiantes al proceso de elaboración de los nuevos reglamentos de las Facultades, previsto en los Estatutos de la Universidad, en el que apenas se contaba con su representación y ello dará pie a extender la reivindicación de la democratización de todos los órganos de gestión bajo la idea de la paridad, en la que, por cierto, no se tenía en cuenta en estos años la participación del personal no docente. (Diario Ideal,  Titular: “Asambleas de Facultad en Medicina, Derecho y Letras. Se resaltó la escasa participación estudiantil en la elaboración de los reglamentos de cada facultad”. Diario Ideal,  20.1.72,  p. 15).

Panfleto contra subida de tasas en 1972 en Archivo General Universidad, Sª Gral. Rectorado, Estudiantes, repartido en junio de 1972 en el Padre Suárez.

La Cámara de Representantes de la Facultad de Medicina rechazará totalmente el Plan de Estudios y diversas asambleas masivas defienden que la Universidad debía ofrecer libre acceso a todos sus miembros sin discriminaciones sociales o ideológicas, fomentando el acceso a las clases socialmente inferiores a todos los niveles de enseñanza. Entre los Representantes, Pilar Arcas Ruiz, José Miguel Arenas Guerrero, José Atienza Cabrera,  Emilio R. García Carlos,  Leontino García García, Mª del Mar Gómez, Luis Marrero, Esteban Rodríguez Ocaña, José Miguel Varo León, entre otros. (Diario Ideal, 26. 1. 72,  p. 17). La radicalidad aumentará por la negativa al diálogo del Decano y su actitud despectiva y 150 alumnos, entre ellos Esteban Rodríguez Ocaña, deciden encerrarse por tiempo indefinido el 4 de febrero de 1972. Un comunicado se reparte por las calles de la ciudad al día siguiente en el que se incidía en las implicaciones sociales de su reivindicación académica:

ESTUDIANTES Y CIUDADANOS DE GRANADA:

Ante la postura razonada y serena de los estudiantes de Medicina de esta ciudad, postura que tenía como misión lograr una mejora de la Sanidad española (aumento del reducido número de Hospitales, supresión del clasismo en los mismos, mejoras en la atención médica en el Seguro, formación del futuro médico, etc.) nuestras autoridades académicas han reaccionado de forma ilógica y destruyendo todas las posibilidades de diálogo que nos son necesarias para resolver dichos problemas, amenazando e insultando a nuestros representantes legales.

Agotados, pues todos nuestros recursos, hemos decidió mantenernos en espera, en el aula Magna de nuestra facultad, hasta que se nos preste la debida atención.

“QUEREMOS DIÁLOGO”.  “NECESITAMOS VUESTRO APOYO”.

“LUCHEMOS TODOS POR UNA SANIDAD Y SOCIEDAD MEJORES”.

(Archivo General Universidad de Granada, Huelga de Medicina, Estudiantes 72/73)

La movilización de Medicina significa un salto cualitativo en las protestas iniciadas en enero por el resto de Facultades contra la Comisión Docente y los Planes de Estudio

La movilización de Medicina significa un salto cualitativo en las protestas iniciadas en enero por el resto de Facultades contra la Comisión Docente y los Planes de Estudio. Las reivindicaciones se extienden en lo que no tenían de específico (cogestión, elaboración de planes de estudios, exámenes de febrero, etc.) y se avanza en la coordinación entre todas las Facultades que reactiva movimiento estudiantil en la lucha contra la Ley General de Educación (LGE). Se inicia una huelga y, como consecuencia, se cierra durante tres meses la Facultad de Medicina. Cuatro delegados, encabezados por  Esteban Rodríguez y José Miguel Varo, se entrevistan con el Rector, Federico Mayor Zaragoza  y, “en términos muy cordiales y sin ceder en sus reivindicaciones y en sus actitudes a veces excesivamente ariscas”, acuerdan un plan de actuación: solicitar por escrito al Decano la reapertura “como más tarde el próximo día 8” y un informe sobre los puntos reivindicativos no contestados, informar sobre las contestaciones del rector a los cursos y a la asamblea general de facultad, donde se votará la vuelta a clase. (Archivo General, Secretaría General Rectorado, Carpeta Estudiantes 71/72). Finalmente, ese curso terminará sin resultados y el alumnado decide reintegrarse esperanzado en las promesas realizadas por las autoridades académicas.

Comunicación al Decano de Medicina de iniciar un encierro indefinido el 4 de febrero de 1972. Entre los firmantes, dirigentes como Esteban Rodríguez Ocaña, Leontino García García, José Miguel Varo León o Pilar Arcas, entre otros. Archivo General de la Universidad, Carpeta Huelga de Medicina, 1971/72.
Recorte de prensa de diciembre de 1972 en el que la policía carga contra los estudiantes. 

La radicalización consiguiente del movimiento estudiantil provocará la aparición de partidos de la llamada Nueva Izquierda que, situados a la izquierda del PCE, criticarán y disputarán su hegemonía. Se entraba en una nueva época del movimiento estudiantil en Granada

Para el curso 72/73, la Universidad de Granada entrará en una nueva situación. Habrá cambio en el rectorado, agregaciones y separaciones de centros y un movimiento estudiantil transformado. La lucha contra la Ley General de Educación de 1970 había dejado tras de sí pocos resultados efectivos y en los años inmediatos no volvió a tener la misma intensidad que en estos dos primeros cursos. Sin embargo, las movilizaciones dejaban como poso una plataforma reivindicativa básica claramente fijada, base de partida en los años venideros (gestión paritaria, no a la selectividad, oposición al numerus clausus, reducción de las tasas, elaboración inter estamental de los planes de estudio…), una primera experiencia de coordinación en el Distrito y la creación de un frente común con el colectivo de PNNs. Por otra parte, el SDEUG dejará de contar con la influencia que había tenido en los últimos cuatro cursos: lastrado por la represión, el cambio generacional y los conflictos internos de su principal partido vertebrador, el PCE, el sindicato estudiantil irá languideciendo reducido a una plataforma de organización de actividades culturales, aunque perdurará como mito de lo que pudo ser y no fue, y de vez en cuando se intentará resucitar su recuerdo por diferentes organizaciones. La radicalización consiguiente del movimiento estudiantil provocará la aparición de partidos de la llamada Nueva Izquierda que, situados a la izquierda del PCE, criticarán y disputarán su hegemonía. Se entraba en una nueva época del movimiento estudiantil en Granada.

Nota de prensa sobre disolución de concentraciones en Granada el 8 de diciembre de 1972.

La aparición del PC(i) en Granada y el papel de Esteban Rodríguez Ocaña

Una de esas organizaciones será el Partido Comunista (internacional), luego PTE. El origen de la misma será que a causa del Estado de Excepción de 1970/71, Roberto Mayoral Asensio había huido Barcelona, donde mantiene contactos con el PC(i), una escisión del PSUC. Enrique Anciones de la Torre, a suvez, estudiante represaliado de la Universidad de Santiago de Compostela, que residía en Granada, también estaba relacionado con el PC(i), pero no creaba organización. Mayoral, de regreso a Granada, consigue que la mayor parte del grupúsculo de los Comités Antiimperialistas, en el que había militado, se pase en torno a 1972 al PC(i) y establece contactos regionales con el Partido a través de un poeta de Morón, Julio Vélez, que llegaría a ser miembro del Comité Central del PTE. En el origen del núcleo universitario se encuentran, entre otros, Jesús Miguel López y Pepe Pinto (de Derecho), José María Bilbao y Esteban Rodríguez Ocaña (de Medicina) y Julia García Leal y el propio Roberto Mayoral (de Ciencias), que será el responsable político en la mayor parte de los años estudiados.

Esteban Rodríguez Ocaña, solicitando cambio de fecha de una asamblea para el 3 de mayo de 1972. Archivo General de la Universidad, Carpeta Huelga de Medicina, 1971/72.

Este grupo inicial se dotará de una vietnamita que usaban, fundamentalmente, Esteban Rodríguez y Julia García Leal y hacían propaganda en una habitación sin luz que habían alquilado en la calle Pagés

Este grupo inicial se dotará de una vietnamita que usaban, fundamentalmente, Esteban Rodríguez y Julia García Leal y hacían propaganda en una habitación sin luz que habían alquilado en la calle Pagés (Albayzín), en lo que otrora fuera la casa de Pedro Soto de Rojas. Las revistas se vendían o repartían gratuitamente (en muchas ocasiones por el procedimiento de dejarlas en los pupitres), después de ser recibidas y custodiadas con mucho cuidado. El riesgo aumentaba cuando se viajaba hasta otra ciudad para adquirirlas. Esteban Rodríguez Ocaña cuenta respecto al “Mundo Obrero Rojo”, órgano oficial del PCE (i):

“Yo iba a Sevilla a por el periódico, iba en coches que me prestaban o alquilaba. No conocía ni conocí nunca a quien me lo pasaba. Llegaba a una casa, me daban un paquete y me volvía. Los que formábamos el grupo nos repartíamos los periódicos y los vendíamos, básicamente en la Universidad. (Entrevista a Esteban Rodríguez, en AHCCOO).   

El incremento de la organización empieza a ser importante a partir de 1974 y se centra en las facultades de Medicina (Miguel Ángel Arenas, Juana Martos, Miguel Ángel Prados Quel, Carlos Tovar, José Miguel Varo…), Ciencias (Miguel Ortega Huertas, Pepe Gordillo…), Derecho y pequeños núcleos en Filosofía y Letras o Aparejadores. Los universitarios solían encuadrarse en la organización juvenil, la Joven Guardia Roja, que también trabaja por barrios, para luego, como trabajadores, pasar al Partido, si éste lo consideraba conveniente o se habían hecho méritos suficientes: “la fecha de corte era al acabar la carrera o al incorporarte al trabajo, aunque algunos dirigentes por edad no eran muy jóvenes, se suponía que era un grado más de militancia no solo por edad, también contaba la aceptación de principios del partido, tener más responsabilidad. Estaba planteada la Joven Guardia como una organización de masas y el PTE era una organización de vanguardia; la Joven tenía un principio de selección pero más abierto; se podía ser de los dos o de una solo”. Muchos de estos militantes provienen de fuera de otras provincias, básicamente de Málaga y Almería, donde ya habían tenido contactos con el Partido.

Medicina era por entonces el vivero esencial de la JGR y del PTE granadinos y en la transición la JGR pudo llegar a tener allí un centenar de militantes

En 1975, ya con el nombre PTE, su dirigente en Granada es el malagueño Pedro Fuertes, y Roberto Mayoral, recién terminado el servicio militar, se encarga de la JGR, a pesar de que por entonces cuenta ya con 25 años. Comienza entonces el momento de mayor crecimiento, que se prolonga hasta 1978. Se implanta en los barrios (Cartuja, la Virgencica, Zaidín, la Chana), en pueblos del área metropolitana (Alfacar, Pinos Puente…), en Baza, y recibe un gran impulso en Motril con el liderazgo de Enrique Cobo. A diferencia de los otros grupos de extrema izquierda, el PTE, gracias a la fundación de un sindicato afín, la CSUT, contaba con una importante militancia obrera, procedente sobre todo del metal y del campo. Cuando se produce su legalización, en julio de 1977, el PTE presumía de contar con “más de mil militantes” en toda la provincia y, de hecho, su  Comité Provincial en ese año lo integraban 39 personas. El Secretario Político del Comité de Universidad en ese momento era Francisco Javier Borrego Aguayo y lo acompañaban, entre otros, Carlos Tovar Escudero y Juan Antonio Jiménez Vidal. Medicina era por entonces el vivero esencial de la JGR y del PTE granadinos y en la transición la JGR pudo llegar a tener allí un centenar de militantes.

Pegatinas del PTE. Fondo gráfico de Alfonso Martínez Foronda.

La crisis estalla definitivamente al crearse dos grupos, uno que defiende la creación de un partido independiente en Andalucía, nacionalista y marxista leninista, el PAU-PTA, y otro, que aboga por la disolución del viejo partido y la formación de una organización de nuevo cuño, un Partido Radical a la italiana, Liberación Andaluza

Además de la JGR y la CSUT, que creó una sección de Enseñanza en Granada en el año 1978 (CSUTE), el PTE impulsó otras organizaciones abiertas en principio también a personas no afiliadas al partido o sus juventudes, a las que se quería captar, pero que, en realidad, supusieron la pluri militancia de sus afiliados: SOC (trabajadores del campo), UDS (soldados), ADJ (jóvenes), SDEM (Estudiantes de Enseñanzas Medias), ADM (mujeres), AUPEPM (mujeres universitarias), o FSDEU (estudiantes universitarios. A partir del último trimestre de 1978, y coincidente con su voto afirmativo en el Referéndum constitucional de diciembre (“recoge las aspiraciones que nos movían en tiempos de la dictadura”) y los malos resultados electorales en las generales y municipales del año siguiente (a pesar de la consecución de la alcaldía en Motril), el PTA, con este nombre desde abril de 1978, y la Joven Guardia no dejaron de perder militancia, que no se compensó suficientemente en la Universidad de Granada por su fusión con la ORT en 1979 al carecer esta última de arraigo entre los estudiantes granadinos. Con motivo del congreso del PTA celebrado entre el 31 de mayo y el 2 de junio de 1980,  la crisis estalla definitivamente al crearse dos grupos, uno que defiende la creación de un partido independiente en Andalucía, nacionalista y marxista leninista, el PAU-PTA, y otro, que aboga por la disolución del viejo partido y la formación de una organización de nuevo cuño, un Partido Radical a la italiana, Liberación Andaluza. En el curso 1980/81 el PTA ya ha desaparecido de la escena universitaria.

Más ambicioso fue el proyecto de la Federación de Sindicatos Democráticos de Estudiantes Universitarios, vinculada al PTE

Más ambicioso fue el proyecto de la Federación de Sindicatos Democráticos de Estudiantes Universitarios, vinculada al PTE. El Ideal del 21 de abril de 1976 informaba  sobre la realización de una reunión en Madrid de representantes de cinco distritos universitarios (Madrid, Santander, Sevilla, Cádiz y Granada) con vistas a la celebración de un congreso constituyente para el día 29 de abril. En septiembre de 1976 su Junta Gestora se adhirió a la manifestación contra la subida de las tasas, que fue la primera manifestación de cualquier tipo autorizada en Granada. En octubre de ese año, Esteban Rodríguez Ocaña y Carlos Tovar, en una carta enviada a Ideal con motivo de la defensa de los numerus clausus por parte del decanato de la Facultad de Medicina, se presentaban como representantes en el claustro de dicha facultad pero también como “miembros de la junta promotora del SDEU.” Promotora que se había presentado un día antes en el Hospital Real para proponer la elaboración de una plataforma reivindicativa y construir la organización del sindicato, tras lo cual se disolvería.

También afectó a la militancia de Esteban Rodríguez, que acabaría abandonando el proyecto político a finales de los setenta

En marzo de 1977 una reunión en Madrid debía estudiar los principios básicos para la construcción de un Sindicato de Estudiantes a nivel estatal y un anteproyecto de funcionamiento. No hubo muchos resultados efectivos, a pesar de nuevas reuniones, asambleas de representantes y llamamientos, ni siquiera un año después cuando el Comité de Universidad del PTE granadino convocó una mesa de partidos, “dadas las circunstancias por las que está atravesando el proceso de transformación democrática en nuestra Universidad (paralización de la elaboración democrática de la LGU, no legalización de las mejoras democráticas conquistadas, etc.) y que en gran medida se encuentran sin respuesta por la desorganización del movimiento estudiantil”, para discutir “la inmediata puesta en marcha” de un Sindicato Democrático de Estudiantes. A pesar de las buenas intenciones, esta estrechísima vinculación con el PTE, del que el resto del estudiantado la consideraba una organización subsidiaria, una correa de transmisión, cuando no un montaje que aprovechaba de manera oportunista el recuerdo de la vieja organización antifranquista, motivó una errática existencia que la llevó a su desaparición casi al mismo tiempo que el propio partido. Y, en ese sentido, también afectó a la militancia de Esteban Rodríguez, que acabaría abandonando el proyecto político a finales de los setenta.

Bibliografía:

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso; SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro; RUEDA CASTAÑO, Isabel; SÁNCHEZ RODRIGO, José María; CONEJERO RODRÍGUEZ, Miguel y RODRÍGUEZ BARREIRA, Óscar: La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-1981), Vol. I y II, Córdoba, El Páramo, 2012.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro: Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981). Fundación de Estudios y Cooperación CCOO-A, Gráficas La Madraza, Granada, 2017.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975), Fundación de Estudios y Cooperación de CCOO de Andalucía, Gráficas La Madraza, Granada, 2017.
  • Memoria Histórica del PTE y la JGRE; PTE: La lucha por la ruptura democrática en la Transición. PTE y JGRE. Edilesa
  • Archivo Histórico del Gobierno Civil de Granada. Escrito del Gobernador al Director General de Política Interior, de 10.10.75. Caja 1325-A; Caja “Manifestaciones 1976”, subcarpeta Manifestación Pro-Amnistía de 11 de julio de 1976 y Caja 1210-D).
  • Archivo Histórico del PCE, Nacionalidades y Regiones, Andalucía, caja 82, carpeta 1-4
  • Archivo de la Universidad de Granada, Secretaría General Rectorado “Situación General del Distrito” (Periodo del 17 al 23 de Enero), Boletines de situación; Comunicado al Decano de Medicina, en Archivo General, Huelga de Medicina, Estudiantes 72/73;
  • Libro de Actas de la Facultad de Filosofía y Letras, número 5687, Claustro Extraordinario del 24 de enero de 1976, p. 22, y  pp. 23(R) y 24, respectivamente.
  • Diario Ideal, 26. 1. 72,  p. 17; 30.10.75, p. 15;
  • Entrevistas a Esteban Rodríguez Ocaña, Miguel Á. Prados Quel, Julia García Leal, José García Yedra,  en Fondo Oral de CCOO de Andalucía.
Alfonso Martínez Foronda es licenciado en Filosofía y Letras, profesor de Secundaria e históricamente vinculado al sindicato CCOO, en el que ocupó distintas responsabilidades, como investigador ha profundizado en el movimiento obrero y estudiantil.

Otros artículos y reportajes de Alfonso Martínez Foronda:

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Sobre la historia del PCE, en el año de su centenario: