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GRANADA MIL Y UNA

Acantilados de Maro-Cerro Gordo, paraíso natural de la costa

E+I+D+i - J. M. M. - Miércoles, 19 de Mayo de 2021
El límite entre las provincias de Granada y Málaga alberga una zona de abruptos acantilados, playas y calas recónditas, y torres vigía, con un gran valor medioambiental y paisajístico que te invitamos a recorrer en esta nueva propuesta de nuestra sección 'Granada mil y una' para disfrutar de la provincia esta primavera.
Vista de Cerro Gordo, con la playa de Cantarriján a la izquierda y La Herradura a la derecha.
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Vista de Cerro Gordo, con la playa de Cantarriján a la izquierda y La Herradura a la derecha.

La costa granadina alberga un paraíso natural de acantilados, playas recónditas de innegable belleza y una flora y fauna, terrestre y marítima, de gran valor medioambiental. Se trata del Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, entre los límites de Málaga y Granada, una franja de unos 12 kilómetros para recorrer y admirar en cualquier época del año. 

El recorrido puede iniciarse junto a la carretera N-340, en el acceso a la playa del Cañuelo, ubicado justo tras coger un desvío en una rotonda entre los kilómetros 303 y 302. Desde allí un sendero entre vegetación nos lleva a esta playa perteneciente a Maro, municipio de Nerja. 

La playa del Cañuelo ya se divisa, rodeada de un bello entorno natural. 

Vista de la playa del Cañuelo desde el sendero que asciende al peñón del Fraile. 

La playa del Cañuelo tiene unos 350 metros de largo, es de arena y grava y, al encontrarse aislada, con un acceso no demasiado sencillo, no presenta una gran ocupación. Sus aguas son cristalinas y quienes practican el buceo pueden disftutar de su flora y fauna marina, donde destaca el coral naranja, una especie vulnerable a la extinción. 

Desde la paya del Cañuelo un sendero en ascenso, al principio con gran desnivel, nos lleva hacia el Peñón del Fraile. 

El sendero atraviesa matorral mediterráneo y masas de pino carrasco, junto a especies poco comunes como el buxus balearicas, un arbusto tóxico que soporta temperaturas extremas y puede llegar a vivir más de 500 años.

Ya se atisba la cala de las Doncellas, flanqueada por el Peñón del Fraile a la derecha y el cerro de la Caleta a la izquierda, con abruptos acantilados. 

La cala de las Doncellas es un pequeñita playa salvaje de apenas 50 metros y una increíble belleza, con un complicado acceso. 

Llegamos a la Torre de la Caleta, levantada a partir del siglo XVI y reconstruida posteriormente. Está rehabilitada desde 2008:

Desde la Torre de la Caleta podemos contemplar espectaculares vistas de la cala de las Doncellas y detrás, casi oculta, la playa del Cañuelo, con sus acantilados salpicados de pinos. 

El Paraje Natural Maro-Cerro Gordo tiene un gran valor medioambiental, tanto por las formaciones geólicas de sus acantilados, como por su biodiversidad. Destaca la presencia de dos endemismos botánicos andaluces en peligro de extinción, como la siempreviva malagueña y el romero blanco; y dos del Mediterráneo occidental, el boj balear y el espino cambrón. También abunda el matorral mediterráneo (enebro, oxicedro, canadillo, encina, lentisco, coscoja, algarrobo, olivilla y palmito).

Hacia Cantarriján

El recorrido entre los montes nos conduce a la playa naturista de Cantarriján, ya en la provincia de Granada, una bonita y valiosa cala cuyo acceso en verano está restringido y solo se puede acceder en autobús, mediante un servicio de lanzadera implantado por la Junta para evitar la masificación y deterioro de este espacio natural. 

Desde el sendero, entre pinos y arbustos, vemos ya la playa de Cantarriján. 

Otra vista de Cantarriján, una de las playas mejor valoradas de Granada, de aguas cristalinas.

La playa de Cantarriján está dotada de 'islas ecológicas' para el depósito diferenciado de los distintos tipos de residuos.

El siguiente punto del recorrido es Cerro Gordo, emblema de La Herradura, con su Torre Vigía y mirador. 

La zona de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, además de la valiosa fauna y flora terresre, tiene en sus aguas y acantilados uan biodiversidad aún más pronunciada, donde las grutas y fondos escarpados albergan numerosas especies que pueblan sus fondos marinos, como la posidonia oceánica, zostera marina y zostera nodosa, que forman praderas de gran riqueza y complejidad biológica, vitales para el desove y formación de alevinaje de muchas especies de peces. Su fauna marina es una muestra de la riqueza y diversidad del espacio: invertebrados -esponjas, corales, anémonas, equinodermos y moluscos- y crustáceos -camarones, centollo y langosta. En cuanto peces, son abundantes los torillos y los blénidos, la morena con formas serpentiformes y el mero; todos ellos resultado de la gran variedad de hábitats. También destacan las aves marinas: gaviota reidora, gaviota argéntea y gaviota sombría; así como rapaces itinerantes: halcones, azor y gavilán.

A la Torre de Cerro Gordo se llega a través de un sendero de unos 300 metros, bien señalizado, a lo largo del cual se pueden ver espectaculares vistas de la bahía de La Herradura, la A-7 (puente) y los montes por encima de alrededor. 

Al llegar a la zona del mirador el paisaje de la bahía de La Herradura es, sencillamente, impresionante.

Torre Vígía de Cerro Gordo, de 11 metros de altura, construida en el siglo XVI sobre una antigua atalaya de la época del Reino de Granada. La torre conecta visualmente con la de la Caleta y con la de la Punta de la Mona (actualmente faro). Su función era avisar de la presencia de piratas, que encontraban en estas costas un lugar propicio para aprovisionarse de agua y adentrarse en el territorio. Los torreros comunicaban el peligro a las otras torres y poblaciones mediante ahumadas de día y con fuego durante la noche. Fotos del reportaje: IndeGranada.
Granada mil y una es una sección patrocinada por:

 


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