GRANADA MIL Y UNA

Dehesa del Generalife, un paraíso cercano

E+I+D+i - J. M. M. - Jueves, 22 de Abril de 2021
La capital cuenta con un parque periurbano cargado de historia y bellos paisajes que mucha gente ha redescubierto con la pandemia y que te invitamos a recorrer en una nueva propuesta de 'Granada mil y una' para disfrutar de la provincia en primavera.
Ladera de la Dehesa del Generalife junto al Valle del Darro, con el Albaicín y Sacromonte al fondo
IndeGranada
Ladera de la Dehesa del Generalife junto al Valle del Darro, con el Albaicín y Sacromonte al fondo

Durante la pandemia, obligadas por los cierres perimetrales, muchas personas han redescubierto la Dehesa del Generalife, una gran loma sobre Granada y la Alhambra cargada de historia y belleza.

El Llano de la Perdiz ha sido uno de los lugares de esparcimiento preferidos por varias generaciones de familias granadinas, pero la Dehesa del Generalife es mucho más que eso. El parque periurbano de Granada ofrece un sinfín de posibilidades y recorridos, tanto por su cara norte, la que da al Valle del Darro, como en la zona central y cara sur. 

Un lugar con bosques de encinas y pinos, y zonas de olivar y pastoreo. Con caminos, senderos y acequias, vegetación de ribera, áreas recreativas, valiosas construcciones y vestigios del pasado... Un paraíso muy cercano a pocos minutos de la capital. 

El recorrido se puede iniciar junto al cementerio de San José y los aparcamientos de la Alhambra. De ahí parte a la izquierda un cómodo camino hacia la Silla del Moro, el gran mirador al oeste de la Dehesa del Generalife, hacia la ciudad. 

Camino que conduce a la Silla del Moro, que ha sido recientemane restaurado. l.r./patronato alhambra

La Silla del Moro o castillo de Santa Elena -denominación debida a su consagración como iglesia-, fue una construcción medieval de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas en un área muy importante para la distribución del agua de la Acequia Real a la Alhambra.

Estuvo mucho tiempo abandonado y en deterioro, después de que desapareciera casi al completo tras la llegada de los Reyes Católicos y las voladuras sufridas durante la Guerra de la Independiencia, a principios del siglo XIX. Hasta 1929, con el gran arquitecto de la Alhambra Torres Balbás, no se le empezó a prestar antención, y ya en la segunda mitad del siglo XX se empezaron a acomter diversas intervenciones para su reconstrución, y hoy día se puede disfrutar del paraje en todo su esplendor. 

Desde la Silla del Moro las vistas son excepcionales, se mire a donde se mire:

Vista del Albaicín y el Sacromonte. 

La Silla del Moro es un gran mirador y zona de esparcimiento a diferentes alturas y en cualquier dirección. 

Vista a la Abadía del Sacromonte y el Valle del Darro. 

Vistas de la Alhambra y el Generalife, con la ciudad y la Vega de fondo. 

Desde la Silla del Moro a través de un sendero a la izquierda podemos bajar hacia la Acequia Real de la Alhambra, y recorrer su sendero, en dirección este, toda una delicia para los sentidos en el tramo de acequia abierto desde 2013, por donde vemos discurrir el agua, y que cada año cuenta con trabajos de mantenimiento del Patronato de la Alhambra para evitar que se atore, con limpieza del cauce y restauración de taludes y el entorno vegetal. 

La acequia y su sendero luce tras los trabajos de restauración y mantenimiento del invierno. patronato alhambra

Durante el recorrido podemo contemplar hermosas vistas del Valle del Darro y la Abadía del Sacromonte. 

Tramo de la acequia en acueducto, más moderno que el de la acequia original. 

Planos expicativos de la Acequia Real, junto a una de las galerías por donde discurre. Ahí podemos conocer el complejo sistema hidráulico implantado durante la etapa de A-Andalus. Jemilio Carrasco

Durante siete siglos, la Acequia Real fue la principal arteria que conducía el agua desde el punto de toma, conocido como Presa del Rey o Presa Real, hasta el límite noreste del Generalife, en un recorrido de unos seis kilómetros a lo largo del valle del Darro, y que posteriormente se internaba en la ciudad palatina. La inestabilidad y roturas del terreno propiciaron que, a mitad del siglo pasado, se construyera una nueva infraestructura: un canal subterráneo que tomó el relevo en su función de transporte de agua hasta el Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife. 

El sendero de la Acequia Real restaurada no puede recorrerse al completo puesto que el camino se va estrechando y deteriorándose. Hay varios senderos paralelos, a diversas alturas, en la ladera de la Dehesa del Generalife, que discurren por los antiguos trazados de otras acequias, que podemos recorrer, bien para subir hacia la zona del Llano de la Perdiz o para bajar hacia el río Darro. 

Conforme bajamos al río Darro disfrutamos de una frondosa vegetación de ribera. pepe rosino

El Darro, en su tramo junto a Jesús del Valle, de una belleza extraordinaria. 

Siguiendo junto al Darro llegamos a la hacienda-cortijo Jesús del Valle, una gran construcción agropecuaria de los siglos XVI-XVII, levantada por los jesuitas, en evidente estado de abandono, pese que fue declarada Bien de Interés Cultural en 2005. Durante los periodos de cierre perimetral de la pandemia se ha convertido en punto de encuentro de senderistas y ciclistas en sus diferentes recorridos desde el Sacromonte, río Darro y Llano de la Perdiz. 

Desde Jesús del Valle, por el Camino de Beas, la izquierda del Darro y río arriba, en menos de un kilómetro podemos ver la Presa Real o Presa del Rey, donde la Acequia Real cogía las aguas del Darro para llevarlas a la Alhambra.  

La Presa Real no es la original de la época, sino una reconstrucción posterior, algo escondida junto a una zona de olivos, pero de gran belleza. Se encuentra en buen estado para admirar sus compuertas, zona de decantación y toma de la Acequia Real. 

De regreso podemos cruzar el río Darro si no tiene un gran caudal, apoyándonos en piedras sobre el cauce, y volver por el otro margen o, desandar el camino de Beas de nuevo hacia Jesús del Valle. Y de ahí subir hacia el Cerro del Sol. 

Vista del Cerro del Sol, el extremo este de la Dehesa del Generalife. En primavera la zona es un verde espectáculo de encinas y pinos. 

A la derecha, el camino que asciende hasta el Cerro del Sol. pepe rosino

El último tramo de subida tiene una gran pendiente, pero la recompensa al final merece el esfuerzo. 

El nombre, escrito en una gran piedra al llegar a la cima. p.r.

Desde el Cerro del Sol las vistas son espectaculares del valle del Genil y Sierra Nevada. 

Del Cerro del Sol, un bonito sendero rodeado de vegetación nos conduce hasta el Llano de la Perdiz. p.r.

La Dehesa del Generalife cuenta con numerosas veredas y caminos con bellas vistas a Sierra Nevada. p. r.

Reloj del Sol, epicentro del Llano de la Perdiz, que, además de mostrarnos la hora solar, indica también los picos y altiitud de las principales cumbres de Sierra Nevada. P.r.

Siguiendo el camino, ya en descenso, en poco más de dos kilómetros llegamos al área recreativa del Aljibe de la Lluvia.

Cartel que nos indica el área recreativa del Aljibe de la Lluvia. junta de andalucía

El Aljibe de la Lluvia suministraba agua al palacio de Dar al-Arusa, cerca de la Silla del Moro, del que solo quedan algunos restos. El aljibe recogía las aguas de lluvia y de escorrentía superficial en una cisterna hoy día prácticamente enterrada. Está construido en argamasa y ladrillo, con de planta cuadrada. El espacio central está cubierto por una bóveda baída que descansa sobre cuatro pilares con forma de cruz. Lo que se aprecia desde fuera es parte de la bóveda del aljibe y del muro exterior y su puerta de acceso, desde la cual se bajaba por medio de una escalinata al interior. La abertura por la que se recogía el agua de lluvia (sobre la bóveda del espacio central) y los canales de recogida de las aguas de escorrentía están enterrados. El Aljibe de la Lluvia se conserva más o menos en buenas condiciones y conserva la alberca contigua, que se construyó después. Fotos del reportaje: IndeGranada/Pepe Rosino

Desde el Aljibe de la Lluvia, el camino nos conduce de vuelta hacia la zona del cementerio y el barranco del Abogado. Más información, aquí.

Granada mil y una es una sección patrocinada por:

 


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