El proyecto privado para rehabilitar la Hacienda Jesús del Valle con fin turístico se reactiva
Una década después del frustrado intento de convertir la Hacienda Jesús del Valle en un hotel, los planes para recuperar el conjunto con fines turísticos se reactivan.
Llega este paso con la lección aprendida por parte de los promotores respecto al impacto de cualquier proyecto en este enclave y en pleno debate sobre la situación del Valle del Darro tras haber sido anulada su protección como Bien de Interés Cultural. La reactivación de este BIC ha sido prometida por la Junta, sin que hasta ahora haya dado nuevos pasos para formalizar el compromiso. Y también llega con diez años más de imparable deterioro sobre la hacienda, en la que nunca se ha intervenido tras ser declarada BIC -una calificación que obtuvo antes de lograrlo el Valle del Darro y que, a diferencia de esta última, está plenamente en vigor-.
Del "abandono, deterioro y expolio" de la Hacienda Jesús del Valle da fe su inclusión en septiembre del pasado año en la llamada Lista Roja del Patrimonio que promueve la entidad Hispania Nostra.
De momento, como ha confirmado El Independiente de Granada con el arquitecto Ignacio de Teresa Galván y su hijo, el también arquitecto Ignacio de Teresa Fernández-Casas, implicados en su recuperación, los planes de la propiedad ya han sido presentados a la Junta de Andalucía, tanto a Turismo como a Cultura, áreas concernidas por el proyecto. También hay previstos contactos con los colectivos implicados en la defensa del Valle del Río Darro. Y llegarán con el Consistorio.
Plantean una alianza público-privada para poder impulsarlo
Dado que hasta el momento la Administración autonómica ni siquiera ha planteado la opción de hacerse con el conjunto, los propietarios apuestan por un proyecto que dé "rentabilidad" a la inversión privada que se acometería para ponerlo en uso. Aunque en la solución, entienden que inevitablemente debe haber una alianza público-privada para acometerlo.
La idea es poner en funcionamiento un alojamiento hotelero y darle, en paralelo, otros usos, en concreto cultural, para albergar exposiciones, talleres o conciertos.
Fuente: Instituto de Patrimonio Histórico de Andalucía
¿Es compatible este proyecto con su protección y la del Valle? "Absolutamente", responde Ignacio de Teresa Galván, que lleva años estudiando lo que representa la Hacienda Jesús del Valle y tiene perfectamente documentado su deterioro. A su juicio lo es porque la propuesta parte del compromiso de respetar y proteger los valores del Valle del Darro y establecer un concepto de alojamiento que no olvide el sentido agrícola de la hacienda y que hasta limite el acceso de vehículos. Todo ello para afrontar, en otra fase, su vinculación con el Cerro del Sol y las Minas de Oro.
Con proyecto turístico o sin él, la rehabilitación es indispensable
El edificio pide a gritos una intervención que frene su deterioro. En algunas partes, ya destruidas, solo cabrá la reconstrucción. Si no se actúa, perderá el valor que tiene. No hay dudas al respecto. A la propiedad no se le ha instado hasta ahora que actúe para frenarlo y vincula esa recuperación a darle un uso.
Las siguientes imágenes, tomadas por el arquitecto Ignacio de Teresa Galván a lo largo de los años, corresponden a la capilla. De izquierda a derecha, son fotografías tomadas en la década de los 80, en los 90 y en la actualidad. La evolución es evidente. No solo recogen el deterioro, sino el expolio sufrido en los edificios, que en su día conservaban hasta mobiliario donde hoy solo hay derrumbes y vegetación.
El anterior proyecto que quedó sin acometer llegó a obtener una preaprobación por parte de Cultura, como recuerdan los arquitectos, que esperan ver "cristalizar las aspiraciones".
Un alojamiento "muy compatible" con el entorno y que mantenga su "aislamiento". "Ni un ladrillo más", resumen los arquitectos
La idea que explica con entusiasmo Ignacio de Teresa Fernández-Casas va asociada a sostenibilidad, recuperarlo como un conjunto que se mantenga "en medio de la nada", que conserve los caminos rurales existentes y que proteja los valores del Valle del Darro. Un lugar para dormir, comer y poder disfrutar de actividades culturales. "Muy compatible", insiste, con su entorno.
Respecto a los accesos, sin duda uno de los principales problemas, el arquitecto, que ha heredado de su padre su dedicación a este conjunto -son sin duda quienes mejor conocen su historia, su evolución y su estado- habla de alternativas como el traslado en vehículos eléctricos potenciar el uso de bicicletas o rutas a caballo durante las estancias. Se trata, insiste, de no perder el "aislamiento".
También recuerda que la agricultura, tradicionalmente ligada a la Hacienda Jesús del Valle, debe tener protagonismo. Aceite y vino, por la vinculación a los cultivos tradicionales de la finca.
E insiste en una idea esencial: se trata de recuperar lo que está construido, no construir añadidos. "Ni un ladrillo más", resume Ignacio de Teresa Galván, que lleva más de 30 años con la idea de recuperar este conjunto declarado BIC y que se va a pique.
La idea de darle un uso turístico a la Hacienda de Jesús del Valle se plantea en pleno debate sobre la necesidad de volver a retomar la protección BIC para el Valle del Darro. Fue anulada el pasado año y la Junta, como informó El Independiente de Granada, pretendía esperar al menos tres años, aferrándose al plazo que así se establece la Ley de Patrimonio en caso de caducidad del expediente. La movilización de UGR, CSIC y Real Academia de Bellas Artes, una posibilidad contemplada por la propia ley, obliga ahora a la Junta a reactivarlo sin esa espera.
Cultura ya se comprometió públicamente, el pasado 25 de noviembre, tras la petición de esas instituciones, a reactivar el BIC. En el último Consejo de Gobierno celebrado esta semana, ese expediente tampoco se ha tramitado.
Más información sobre la Hacienda Jesús del Valle recogida en la ficha de la Hacienda de Jesús del Valle del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico:
El conjunto de edificaciones consta de dos áreas delimitadas espacial y funcionalmente. Una zona que constituiría la hacienda propiamente dicha, cuya construcción comienza en el último tercio del siglo XVI y continua a lo largo del siglo XVII, ligada a los procesos productivos, con cuatro sectores diferenciados, que tienen cada una de ellos su justificación funcional: molino de aceite con sus prensas, aceña o molino de harina con restos de su maquinaria, lagar y corrales-yegüerizas.
La segunda zona, cuya construcción data del siglo XVIII, estaba destinada a lugar de residencia temporal y villa de recreo para los miembros de la Compañía. En la construcción del edificio se prescinde, en general, de grandes programas formales adoptando modelos tradicionales y económicos que buscan la máxima funcionalidad para las unidades productivas.
La zona residencial se compone de dos cuerpos longitudinales dispuestos perpendicularmente, a modo de escuadra, en torno a un patio abierto, y aislado de la zona de hacienda, dando lugar a una planta en L. Sus grandes dimensiones y las tres alturas que presenta, determinan que sea la unidad con mayor peso visual de la hacienda. El molino de harina, que queda descentrado del eje del edificio, comunica con el Darro mediante un socaz que conseguía la altura suficiente para producir la energía que movería el rodezno. Este canal serviría, asimismo, para alejar el molino de las corrientes de agua, evitando peligros derivados de crecidas del caudal. Su carácter de espacio para la manipulación y transformación de trigo, se hace patente en la existencia del caz con cubos y en la bóveda, bajo la que se encontraba el rodezno. En el lado sur de esta área se halla una sala cubierta con bóveda de media naranja, con ladrillos a rosca, formando los de la clave un ángulo de noventa grados con los de la primera hilera, que apoya en el suelo. Debió ser la panadería de la hacienda.
Frente al molino de harina, y en el otro lado menor del patio, encontramos el lagar y sus dependencias: patio y un edificio de dos alturas, estando el cuerpo inferior destinado a bodegas y el superior a cámara de almacenamiento de producto.
La zona destinada al alojamiento de la comunidad religiosa queda situada a levante, frente a la puerta principal de acceso. Se estructura en dos crujías, perpendicularmente dispuestas en torno a un patio, que tendrían como función primordial alojar a los miembros de la Compañía de Jesús en sus retiros temporales. Probablemente se proyectaría para ser cerrado en sus otros dos frentes, creándose, de este modo, un espacio claustral, típico en las construcciones jesuíticas. Esta arquitectura que economiza medios, emplea la piedra como material constructivo, y el ladrillo, incluso en las molduras del alero, enmarcando los vanos con dinteles adovelados del mismo material. El empleo de cajones de mampostería en la resolución formal del exterior entronca claramente con soluciones típicamente mudéjares.
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