Homenaje a la heroica resistencia antifranquista
Las asociaciones memorialistas se concentraron ayer en el arco de entrada de la antigua prisión de Granada, declarado Lugar de Memoria, para rendir homenaje a la resistencia antifranquista. En el acto participó Antonio García Odóñez, último guerrillero que sobrevive con 92 años en El Salar de Loja. También estuvieron Luis López, Nati Bullejos y Antonio Ruiz Valdivia, que recordaron los durísimos años de lucha en la clandestinidad. El momento más emotivo, cuando dedicamos un minuto de silencio a los héroes de la resistencia, con un recuerdo especial para el comandante guerrillero Ricardo Beneyto, detenido en esta cárcel y fusilado en la tapia del cementerio. ¿Y quién era Ricardo Beneyto?
El comandante Beneyto combatió en la guerra civil, destacando como comisario político del Partido Comunista en el frente de batalla. Derrotada la República, Beneyto logró escapar a Francia, donde fue detenido y encarcelado por el régimen de Vichy, aliado de los nazis. Acabada la segunda guerra mundial, el Partido Comunista lo envió a Argelia, donde entró en contacto con exiliados españoles en Orán. Meses después, atravesó el mar Mediterráneo en una barca, desde la costa argelina a la andaluza, acompañado por varios camaradas y dispuesto a organizar la guerrilla contra la dictadura franquista.
Ricardo Beneyto adoptó el apodo de Ramiro, como nombre de guerra, y dio un fuerte impulso a la Agrupación Guerrillera de Granada y Málaga. También elaboró el manual del buen guerrillero en el que justificaba la necesidad de la resistencia armada para acabar con la dictadura: “Nuestros hijos mueren de tuberculosis por su culpa. Nuestras hijas y hermanas han tenido que lanzarse a la prostitución para conseguir un trozo de pan. Y nuestros hogares están deshechos, mientras ellos, tiburones insaciables, hacen fortunas amasadas con la sangre del pueblo”.
La agrupación organizada por Beneyto fue una de las más importantes de la resistencia antifranquista, con destacados guerrilleros como Rafael Armada Ruz, Sebastián Ramos Díaz, Manuel Jiménez Espadafor, José Guirado Parra, Enrique Arroyo Lozano y José Muñoz Lozano, conocido como Roberto, que estuvo al frente de un comando muy temido por las fuerzas represivas de la dictadura. La audacia de Roberto le hizo merecedor de un cante flamenco que decía así: “En las tierras de Granada, la partida de Roberto es el terror de los ricos con atracos y secuestros”. Hasta el punto de que el régimen de Franco respondió con dureza, aplicando la denominada Ley de Bandidaje: “Para nosotros, estos individuos no son más que terroristas y a los jefes, como Beneyto y Roberto, les corresponde, sencillamente, la pena de muerte”.
Esta agrupación contó ocn el apoyo de muchos vecinos. Auténticos patriotas antifascistas que ayudaban desde sus casas a la resistencia armada y se jugaban la vida
Esta agrupación contó con el apoyo de muchos vecinos que hacían funciones de enlace para llevar munición, mensajes o alimentos a los hombres de la sierra. Auténticos patriotas antifascistas que ayudaban desde sus casas a la resistencia armada y se jugaban la vida. Una lucha feroz y desigual en la que cayeron más de 300 guerrilleros y 2.000 personas, entre hombres, mujeres y niños, fueron encarceladas, torturadas o asesinadas por ayudar a la guerrilla.
Ricardo Beneyto fue detenido en1947, tras la denuncia de un confidente de la policía franquista. El régimen lo sometió a una farsa judicial sin garantías jurídicas, conocida como la Causa 661/52, en la que fue acusado de ser comisario político del Ejército Rojo y condenado a 30 años de prisión. Sin embargo, logró ocultar durante años su verdadera identidad como comandante de la guerrilla, lo que le libró de la pena de muerte.
Hasta que fue identificado por un traidor y ejecutado el 15 de noviembre de 1956. El comandante guerrillero Ricardo Beneyto fue el último fusilado en las tapias del cementerio de Granada, donde los franquistas asesinaron, en 20 años, a más de 4.000 personas por defender la legalidad democrática de la República.
El 14 de abril de 1961, el Partido Comunista, en la clandestinidad, colocó una corona de flores y una cinta con los colores de la bandera republicana en su nicho. La policía franquista detuvo por aquel gesto a 400 militantes y desmanteló la organización en Granada
El 14 de abril de 1961, el Partido Comunista en la clandestinidad rindió homenaje al comandante guerrillero, colocando en su nicho del cementerio de Granada una corona de flores y una cinta con los colores de la bandera republicana. Aquel gesto simbólico tuvo nefastas consecuencias para el partido, pues la policía franquista detuvo a más de 400 militantes y desmanteló toda la organización del PCE en Granada. Hoy volvemos a rendir homenaje, ya en democracia, a Ricardo Beneyto y a todos los héroes de la resistencia antifranquista, a los que dedicamos unos versos del poeta Marcos Ana, el preso que resistió 23 años en las cárceles de la dictadura: “No sabéis lo que es un hombre sangrando y roto en un cepo, si lo supieseis vendríais en las olas y en el viento, desde todos los confines, con el corazón deshecho, enarbolando los puños para salvar lo que es vuestro”.