Cerrado por derribo
No sólo el maltrecho y ajado corazón de Joaquín Sabina está cerrado por derribo. También el Ayuntamiento de Granada lo está, por decisión soberana del PP gobernante con la vergonzante aquiescencia del socio ciudadano de gobierno. Un mes completo han tardado en "organizarse" los munícipes gobernantes, todo un record en la historia municipal granadina, y además de eso, nada o mejor dicho, casi nada. De nuevo, noticia nacional por la lengua larga del alcalde, y todo lo demás, como los malos estudiantes, para Septiembre. Incluidos los asuntos (que alguno tendrá que haber) que el Pleno del mes de julio suele despachar. Esto también se aplaza.
La reordenación del transporte público y la problemática del taxi, porque la nueva concejala del ramo, tiene que estudiarse los temas o alguien se los tiene que estudiar por ella. La recomposición de las relaciones laborales en el seno de la Corporación, porque el concejal "de siempre" necesita vacaciones. La mejora de la limpieza en los barrios, el impulso de la rehabilitación de Santa Adela o del plan estratégico de la zona Norte, pues porque sí. Porque ya llegará Septiembre, que ahora hace mucho calor. Y porque además de la desidia irresponsable del PP, el socio ciudadano está inmerso en sus cosas, que bastante tienen ellos con decidir quien encabeza otras Listas, como para preocuparse de las cosas de la ciudad. Hasta ahí podíamos llegar, que ellos son la nueva política.
Y mientras, el Ayuntamiento ausente, perdido y enredado en su propio bucle, de no saber que hacer, vayamos a que en otoño haya que desbaratarlo todo y empezar de nuevo. Los problemas que se vayan "cociendo", u olvidando. Y la ciudadanía atónita ante semejante deserción y abandono de responsabilidades municipales. "No es esto, no es esto" clamaba Ortega. Pues ahora, aquí, en la ciudad de Granada, tampoco es esto. Ni puede seguir siéndolo.