'Armando Pardo y Antonia González. Del silencio a la reparación de su memoria'
Eugenio Pardo Fernández
Nació el día 25 de octubre de 1898 en Granada, hijo de José Pardo Arcoya y Concepción Fernández Calvo. Fue bautizado en la Parroquia de San Andrés el día 3 de noviembre de 1898, llamándole Armando Eugenio. Probablemente le pusieron este nombre, con el que era conocido, por su padrino Armando de la Vega García.
Armando Pardo fue sin duda uno de los sindicalistas más destacados del movimiento obrero local durante la II República. Concejal republicano y último presidente de la historia de la Sociedad Obrera “La Redención”, vinculada a la Federación Nacional de los Trabajadores de la Tierra (FNTT), brazo sindical agrario de la UGT. Una potente sociedad obrera la de Láchar fundada el 12 de mayo de 1931 que contaba con 220 afiliados y que en pocos meses crecerá hasta los 382
Eugenio fue recluta en el Regimiento de Infantería de Córdoba nº 10 entre el año 1918 y 1919. Se casó en Láchar el 2 de septiembre de 1921 con Antonia Francisca González Santaella y vivieron en la calle Parra nº 28. Tuvieron tres hijos José (1922), Julio (1928) y Concepción (1930).
Armando Pardo fue sin duda uno de los sindicalistas más destacados del movimiento obrero local durante la II República. Concejal republicano y último presidente de la historia de la Sociedad Obrera “La Redención”, vinculada a la Federación Nacional de los Trabajadores de la Tierra (FNTT), brazo sindical agrario de la UGT. Una potente sociedad obrera la de Láchar fundada el 12 de mayo de 1931 que contaba con 220 afiliados y que en pocos meses crecerá hasta los 382.
En cuanto a las responsabilidades institucionales de Armando Pardo diremos que durante la II República fue concejal y vocal en la comisión de Establecimientos públicos, beneficencia, sanidad y Policía Urbana al inicio de la República. En la segunda legislatura del gobierno municipal de izquierdas a partir de las elecciones de 1936, siendo alcalde José Fernández Serrano y primer teniente alcalde Manuel Ruiz Castañeda; Armando fue concejal y miembro de la Comisión de Hacienda y Montes.
En la memoria de sus descendientes lo recuerdan como un hombre que sabía leer, pero sobre todo escribir muy bien. Él era el encargado de escribir los discursos y las canciones que entonaban en sus reivindicaciones.
Por su implicación política tuvo que huir al estallar el golpe militar. Dejó a su familia en Láchar con la seguridad de que no les pasaría nada porque pensó que solamente lo buscarían a él
Por su implicación política tuvo que huir al estallar el golpe militar. Dejó a su familia en Láchar con la seguridad de que no les pasaría nada porque pensó que solamente lo buscarían a él. Según los testimonios recabados, nos señalan que para que a su esposa no sufriera represalias le dijo donde escondía “la bandera”. No sabemos con certeza si se trataba de que era una bandera de la República, comunista o de la sociedad obrera (que tenía un martillo y una hoz). Armando le dijo a su esposa que si la interrogaban les señalara la ubicación de la bandera, para que no les pasara nada, que estaba escondida en una parva de habas. Desgraciadamente el final de ambos no es el que imaginó Armando Eugenio.
Según los testimonios recabados parece ser que un primer momento se escondieron entre los maizales y no marcharían hasta Baza o Guadix hasta que no entraron las fuerzas sublevadas en Láchar.
En el Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional, año LI Nº 3 a 4 de enero de 1938[1], en la sección de personal aparece una circular del jefe de la 78ª Brigada Mixta que necesitan cubrir la vacante de Sargento a 31 de diciembre de 1937. Para ello, se publica una relación de miembros de infantería en el que aparece el nombre de Eugenio Pardo Fernández.
La 78º Brigada Mixta[2] estuvo compuesta por las milicias del frente Jaén-Granada, en febrero de 1937. La base de la unidad fueron los batallones “Pancho Villa” y “Guadix”. Durante el período de instrucción fue jefe de la 78 BM, el teniente coronel de Infantería José González Deleito que cuando comenzó la guerra era comandante en el Regimiento Wad- Ras nº1 de Madrid. Luego fue relevado por el comandante de infantería Ramón Albert Crespo. Más tarde se sucedieron Ignacio Martín Cerezo, Sarabia Cánovas, Tomás Labrador Díaz.
Esta brigada permaneció durante toda la guerra en un sector, el de Bogarre (pedanía de Piñar), alejado de los escenarios de las batallas del frente sur y su actividad se redujo a la propia de un frente inactivo.
Los exiliados republicanos que estuvieron en campos de concentración franceses al ser deportados a Mathausen se les catalogó con el triángulo azul. Muchos de los presos eran trasladados a Güssen cuando su estado psíquico y físico era terrible y no podían realizar ni siquiera los trabajos forzosos. Eran trasladados allí simplemente para dejarlos morir
En el Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional número 33 del 8 de febrero de 1938 encontramos al Batallón de Retaguardia número 20 (Gerona) donde se indican los cabos de las distintas brigadas mixtas que la componen. En esta retaguardia está compuesta por cabos de la 63, 75 y 78 brigadas mixta. Entre los soldados de esta retaguardia aparece Eugenio Pardo Fernández.
Al finalizar la guerra se exilió en Francia. Al igual que muchos de sus compañeros, fue trasladado a un campo de concentración en Francia para exiliados españoles. Armando tuvo la desgracia de ser puesto a disposición de las autoridades alemanas. La mayoría de los republicanos españoles capturados por los nazis fueron trasladados en trenes al campo de concentración de Mauthausen y al subcampo de Güssen, construido con mano de obra republicana. Se les etiquetaba, en su mayoría, o bien con un triángulo rojo (preso político de izquierdas) o en otros casos con un triángulo azul, que señalaba que eran apátridas, es decir, no tenían Estado que les reclamase ni al que volver. Los exiliados republicanos que estuvieron en campos de concentración franceses al ser deportados a Mathausen se les catalogó con el triángulo azul. Muchos de los presos eran trasladados a Güssen cuando su estado psíquico y físico era terrible y no podían realizar ni siquiera los trabajos forzosos. Eran trasladados allí simplemente para dejarlos morir.
A través de la publicación de los Archivos de Arlossen[3] hemos podido ver la documentación existente sobre Eugenio en el campo de concentración.
Un héroe que luchó por los derechos de los trabajadores, que combatió al fascismo y que fue asesinado en los campos de concentración nazi cuya memoria aún no había sido reparada. Un verdadero héroe que representa lo mejor de la tradición democrática del municipio de Láchar. Su historia debe ser conocida por todos. Recordar su historia es reivindicar nuestra memoria como pueblo y como clase
Como decimos, Armando fue internado en Mauthausen, muriendo finalmente en Güssen.[4] Armando fue uno de los miles de republicanos españoles internados en campos de concentración nazi. El 5 de mayo de 1945 era liberado el campo de Mauthausen bajo una inmensa pancarta en castellano, “los antifascistas españoles saludan a las fuerzas libertadoras”. Sin embargo, los españoles no eran el colectivo más numeroso, lo que debe hacernos entender la significación que fueron adquiriendo los republicanos españoles, situación muy desconocida aún en la población de nuestro país (Del Río, 2013: 22). Desgraciadamente Armando perdió antes la vida; un héroe que luchó por los derechos de los trabajadores, que combatió al fascismo y que fue asesinado en los campos de concentración nazi cuya memoria aún no había sido reparada. Un verdadero héroe que representa lo mejor de la tradición democrática del municipio de Láchar. Su historia debe ser conocida por todos. Recordar su historia es reivindicar nuestra memoria como pueblo y como clase.
Antonia Francisca González Santaella
Nació el 4 de octubre de 1900 en Láchar, aunque en el padrón de 1935 se indica que fue el 21 de mayo de 1903. Era hija de José González Martín y Araceli Santaella Suarez, la mediana de 5 hermanos.
El 2 de septiembre de 1921 se casó con Armando Eugenio Pardo Fernández. Ella fue apresada por ser la esposa de Eugenio. Lo cierto es que, independientemente de la historia de la bandera que ha perdurado en la tradición oral de la familia, la Guardia Civil, los militares y los falangistas buscaban a su marido, una de las más destacadas figuras del movimiento obrero local.
Era una mujer bondadosa y solidaria, tenía conocimientos de enfermería, por lo que a todas las personas que no podían costearse una inyección u otro tipo de curas, se las realizaba ella misma
Era una mujer bondadosa y solidaria, tenía conocimientos de enfermería, por lo que a todas las personas que no podían costearse una inyección u otro tipo de curas, se las realizaba ella misma. Siempre tenía comida para aquellas personas que lo necesitaban, incluso nos cuentan en uno de los testimonios recabados, que ayudaba a las mujeres embarazadas y que estaba muy involucrada con las problemáticas de la comunidad gitana, que padecía un brutal racismo estructural principalmente por parte de la Guardia Civil.
Cuando se inició el golpe y entraron las fuerzas sublevadas, su esposo huyó, intentando así salvarse y proteger a su familia. Se dice que él le dijo que si querían la bandera que ella les dijese donde estaba para que no fuera víctima de represalias contra ella o sus hijos.
Los militares fascistas fueron en varias ocasiones a su casa a buscarla pero ella no estaba, en esos momentos estaba en una casa realizando unas curas. Cuando llegó a su casa le comunicaron este hecho y en lugar de huir con sus hijos, fue al Castillo de Láchar, centro de operaciones de los fascistas, junto con Josefa Santaella. En ese momento la apresaron. Antonia pensaba que solamente le tomarían declaración y cuando señalara dónde estaba la bandera y que desconocía el paradero de su marido la dejarían volver a casa. Sin embargo, no fue lo que ocurrió. La encerraron en el Castillo y fue fusilada el 21 de agosto de 1936 en Las Gabias.
Antonia pensaba que solamente le tomarían declaración y cuando señalara donde estaba la bandera y que desconocía el paradero de su marido la dejarían volver a casa. Sin embargo, no fue lo que ocurrió. La encerraron en el Castillo y fue fusilada el 21 de agosto de 1936 en Las Gabias
En el padrón aparece como fallecida en 1936 pero no fue inscrita en el Registro Civil su defunción. Sin embargo, en la partida de defunción de su madre, Araceli Santaella Suarez, el 21 de febrero de 1942, al señalar cuántos hijos tuvo, indican que su hija Antonia ya estaba fallecida.
Su apodo o mote era “La niña del pollo". Antonia fue cruelmente fusilada y su marido Armando fue asesinado en un campo de concentración nazi. Un ominoso destino para un matrimonio que durante años luchó por mejorar la vida de las personas que los rodeaban. Nunca en el olvido.
Reparando su memoria
Este tipo de libros e investigaciones son fundamentales en cuanto a la recuperación de la memoria histórica y democrática. Hay que saludar siempre cualquier iniciativa investigadora que intente recuperar las historias de los vencidos, y mucho más en los tiempos actuales de retroceso de posturas transformadoras y democráticas y de avance de postulados fascistas. Sin embargo, entendemos que el reconocimiento a las víctimas debe trascender las páginas de un libro y materializarse en hechos concretos.
Muchos de los testimonios que estábamos recabando señalaban al párroco Enrique Palacios como pieza fundamental de la represión franquista en Láchar. Estos testimonios podíamos corroborarlos a través de documentación oficial. Por ejemplo, encontrábamos el nombre y participación de Enrique Palacios en expedientes de responsabilidad política incoados a vecinos de Láchar. Así, aportaba su testimonio contra Jacoba Casares, mujer viuda de nuestro municipio que acabó siendo fusilada. También tuvimos acceso al documento de la “Causa General” donde diferentes personas de Láchar, entre ellas Enrique Palacios, denunciaban a vecinos de esta localidad, entre ellos a Manuel Ruiz y a Armando Pardo.
Honrar la memoria de las personas que lucharon por la preservación de la democracia en nuestro pueblo es recuperar lo mejor de nuestro pasado.
Notas bibliográficas:
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- [1] Biblioteca Virtual de Defensa: https://bibliotecavirtual.defensa.gob.es/BVMDefensa/es/publicaciones/numeros_por_mes.do?idPublicacion=31&anyo=1938 (Consultado a 25/10/2019)
- [2] Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores: http://www.sbhac.net/Republica/Fuerzas/EPR/EprL/BM078.htm (consultado a 27/10/2019)
- [4] BOE (9-08-2019)
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Ha participado en las II Jornadas de Jóvenes Investigadores sobre Temas Andaluces en 2019 presentando una parte de las primeras investigaciones sobre la II República y la represión en Láchar. Ha publicado en el diario El Salto ‘La lucha por la tierra en Andalucía: El caso de Láchar en la II República’ junto a Tony Álvarez. Como parte de la evaluación del I Seminario de Pensamiento Descolonial, Estudios Andaluces y Epistemologías del Sur de Europa en 2019 le publicaron en el diario El Salto ‘Brujas y moriscas: feminidades contra la dominación’ en la sección de feminismo poscolonial. Es descendiente de víctimas y represaliados de la Guerra Civil entre los que se encuentran sus bisabuelos Armando Pardo y Antonia González.
Tony Álvarez López. Nació el 4 de mayo de 1987 en Láchar (Granada). Graduado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad de Granada en el año 2014. Máster en Estudios Latinoamericanos: Cultura y Gestión en la Universidad de Granada en el año 2016. Descendiente de represaliados por la dictadura, activista social y militante de izquierdas. Junto con Elisabeth Pardo presentaron un artículo científico titulado ‘Recuperando nuestra memoria. Las luchas por la tierra en Láchar’ en las II Jornadas de jóvenes investigadores andaluces que fue publicado por la Universidad de Granada. Ha escrito numerosos artículos sobre análisis político e histórico en medios digitales como El Salto Diario, Kaos en la Red y Ahora Granada, entre otros: ‘José Carlos Mariátegui: el maestro desconocido’, ‘La II República como sustrato democrático’, ‘Apostando por una verdadera democracia participativa’, ‘Gobernar desde la izquierda’ o ‘El 4D y el nacionalismo andaluz’.
En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
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- 'Teodoro Fernández Martínez, catedrático de la Escuela de Arte de Granada, una vida iniciada en Cantoria y segada en el Barranco de Víznar'
- En memoria de los abuelos de Las Gabias
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