Artículo de Opinión

'Un trampantojo llamado cambio'

Política - José Antonio Funes - Domingo, 23 de Abril de 2023
José Antonio Funes cuestiona en este artículo de opinión el eslogan que sigue exprimiendo el PP de Juan Manuel Moreno desde su llegada al gobierno. No te pierdas su reflexión. Para leer y compartir.
Juan Manuel Moreno, en una imagen de archivo.
PP-A archivo
Juan Manuel Moreno, en una imagen de archivo.

Los griegos tenían un grave problema para hablar del cambio y entenderlo. Lo consideraban inconsistente; una sombra de la realidad. No merecía la pena detenerse en él. Dada su provisionalidad preferían relegarlo al espacio menos noble del conocimiento. Frente al no-ser del cambio, estaba el ser, que sí iba seguido de estabilidad y permanencia.

Por eso a nuestros clásicos helenos les resultaba mucho más coherente acudir a lo fijo, a lo inamovible y sustancial para explicar el mundo. Esta visión estática pasó al cristianismo, que trasladó la concepción del ser a su teología y a la sociedad de su tiempo, incluyendo la ciencia. Ejemplo claro lo encontramos en Galileo, que defiende la teoría heliocéntrica apuntada antes por Copérnico y se encontró con enormes problemas y ser tachado de hereje. Su pecado fue dejar a la tierra en constante movimiento y cambio.... como si fuese la Junta de Andalucía.

Hoy el gobierno de la sonrisa impostada, el gobierno de Moreno Bonilla, estaría bajo sospecha por ese énfasis desbordado que se apunta sobre el cambio

Hoy el gobierno de la sonrisa impostada, el gobierno de Moreno Bonilla, estaría bajo sospecha por ese énfasis desbordado que se apunta sobre el cambio. El gobierno del cambio -dicen- a tiempo y destiempo.

Ya es paradójico escuchar a conservadores hablar con tanto entusiasmo de cambio, pero no lo es menos que de tanto cambio terminen por modificar los cambios que ya han anunciado y su cambio sea un cambio del cambio... para volver a cambiar. Parece que ese desmedido interés lo hayan plagiado de la conocida estrofa rociera, en bucle: “Si me enamoro algún día me desamoraré, para tener la alegría de enamorarme otra vez...”

Quién le iba a decir a Heráclito, principal apóstol griego del cambio y para quien nadie se bañaba dos veces en el mismo agua, que dos mil quinientos años después, en este sur de Iberia, el presidente andaluz iba a ser su principal valedor

Quién le iba a decir a Heráclito, principal apóstol griego del cambio y para quien nadie se bañaba dos veces en el mismo agua, que dos mil quinientos años después, en este sur de Iberia, el presidente andaluz iba a ser su principal valedor.

El gobierno de la Junta parece acompañar a su rey desnudo, con traje sedoso del cambio, que nadie se atreve a cuestionar quizá por miedo a salir del coro de turiferarios. Porque, más allá de la semántica, es necesario se comunique con claridad dónde está el cambio que con tanta insistencia se anuncia. A menos que, como parece, el presidente actúe como un avezado trilero y mueva astutamente los cubiletes sociales.

¿Dónde se encuentra el cambio?

¿Será quizá en sanidad, aunque los profesionales se manifiesten seducidos por fuerzas extrañas?

¿Será en educación, con ratios inasumibles en los grandes núcleos urbanos y un tratamiento de la diversidad absolutamente deficiente?

¿Será en el mercado laboral incapaz de reducir las tasas de desempleo?

¿Será en la eliminación de los entes instrumentales que sólo han reorganizado?

¿Será aumentando los altos cargos cuando defendían su disminución?

¿Será que han corregido la contaminación de importantes núcleos urbanos y algunos polos industriales?

¿Será suprimiendo el pago de vivienda para altos cargos que tantas veces anunciaron en la oposición?

¿Será rebajando la inversión en publicidad para que cuenten el cuento del cambio?

¿Será...?

"No se puede estar una legislatura tras otra anunciando simplemente “cambio”. El cambio debe tener un origen, una dirección y un fin. Mientras, no es otra cosa que un trampantojo al que acudir con rutinaria frecuencia"

Si camino de seis años de gobierno seguimos instalados en el cambio es que no tenemos seguridad ninguna; es señal de incertidumbre, de provisionalidad, de búsqueda... Pero no se puede estar una legislatura tras otra anunciando simplemente “cambio”. El cambio debe tener un origen, una dirección y un fin. Mientras, no es otra cosa que un trampantojo al que acudir con rutinaria frecuencia.

Bécquer podría pasarse una mañana por San Telmo y que su poesía nos descubra el misterio del gobierno, el gobierno del cambio.

¿Qué es el cambio, Juanma?,/pregunto mientras clavo mi mirada en tu sonrisa azul./ ¿Qué es el cambio?/El cambio... eres tú.

José Antonio Funes Arjona. (Salar, Granada, 1964). Es licenciado en Filosofía y Letras (Filosofía y Ciencias de la Educación) y Teología. Durante 30 años ha ejercido como docente. Parlamentario andaluz de Ciudadanos en la X Legislatura (2015-2018). Ha sido presidente del Consejo Escolar de Andalucía (2019-2022).