Una reflexión necesaria con propuestas de Jesús Fernández, diputado autonómico por Granada de Adelante Andalucía, sobre la necesidad de lograr una sociedad realmente inclusiva para las personas sordas.
Los que hemos sigo elegidos para transmitir la voz del pueblo en las instituciones debemos trabajar para alcanzar una sociedad inclusiva apostando por la eliminación de barreras y por la accesibilidad universal. Esto nos llevará a favorecer la integración de otros colectivos que presenten vulnerabilidad hacia su completa integración y uno de ellos es el constituido por personas que déficits auditivos.
Según un estudio del Imserso, la sociedad en general ignora la mayoría de los problemas de las personas con discapacidades auditivas por tratarse de una discapacidad invisible. La invisibilidad impide que exista una mayor sensibilidad hacia las barreras de comunicación, que pasan inadvertidas.
No hay que olvidar que las mayores dificultades a las que se enfrentan parte de las personas sordas se presentan a la hora de relacionarse con otras personas en la medida en que no se comparte el mismo código lingüístico
No hay que olvidar que las mayores dificultades a las que se enfrentan parte de las personas sordas se presentan a la hora de relacionarse con otras personas en la medida en que no se comparte el mismo código lingüístico. Esto constituye un lastre muy importante en la sociedad actual que está basada en la comunicación, la cual, además, se recibe mayoritariamente a través de medios auditivos. Igualmente, el colectivo de personas sordas y con discapacidad auditiva es muy heterogéneo: una parte del colectivo comunicará en lengua de signos, otra parte del colectivo comunicará en lengua oral (la mayoría) y otra parte dominará ambas lenguas. Unos usarán prótesis auditivas y otros no. Tener en cuenta, por tanto, esta heterogeneidad es importante para poner unos u otros recursos.
En consecuencia, la reducción de las posibilidades de comunicación lleva consigo una pérdida importante de información, necesaria en la vida cotidiana. Los efectos negativos de las barreras de comunicación se manifiestan en todos los ámbitos de la vida y a lo largo de todo el ciclo vital.
1. En las relaciones familiares, con amigos, vecinos: Al relacionarse con varias personas oyentes, deben esperar que una de ellas les traduzca las conversaciones. En ocasiones, estas traducciones constituyen resúmenes demasiados esquemáticos, con la consiguiente pérdida de información, matices, etc. ocasionando en las personas sordas sentimientos de frustración. En el caso de las personas que usan prótesis auditivas y lengua oral no es ese el problema. Esta parte del colectivo necesitaría que se aplicaran las pautas básicas de comunicación con una persona sorda: hablarle de frente para facilitar labiolectura, respetar turnos de palabra, vocalizar, no taparse la boca al hablar…
2. A lo largo del período educativo: La falta de formación y de conocimiento respecto a los déficits de las personas sordas por parte del profesorado y alumnado conduce al olvido de las necesidades de las niñas y niños con hipoacusia. Igual importancia tiene la detección precoz de las necesidades de los alumnos y alumnas, de manera que se puedan dotar los centros de los recursos materiales y profesionales adecuados. Sin embargo, esta detección no será posible si no se ofrece una información completa a la Comunidad Educativa acerca de la discapacidad auditiva. La escuela con niñas y niños sordos debe contar con recursos técnicos y humanos que ayuden a superar las barreras de comunicación a lo largo de toda las etapas educativas.
3. En el período laboral: En reuniones, grupos de trabajo, etc. las barreras de comunicación tienen como consecuencia que las personas con deficiencias auditivas pierdan una cantidad importante de la información tratada. Se debería realizar el esfuerzo de facilitarles información adicional mediante canales visuales, como la entrega de resúmenes escritos de los asuntos tratados. Y, según el puesto de trabajo, se podrían mejorar la accesibilidad con ayudas técnicas (F.M., bucles individuales,…)
Debemos llevar a cabo diferentes medidas desde nuestro ámbito más cercano con un objetivo muy claro: la comunicación efectiva
4. Los medios de comunicación social, los espectáculos y medios de transporte: Buena parte de la información ofrecida en estos medios se difunden por canales auditivos. El desconocimiento de los problemas las personas con discapacidades auditivas y sus posibles soluciones por parte de los profesionales relacionados con las personas sordas puede conducir a su marginación social.
Por lo tanto y pese a las características comunes en todas las personas sordas, la repercusión que tenga la discapacidad será diferente según diversas circunstancias, como el tipo de sordera, si en el momento de aparecer había adquirido o no el lenguaje oral, si se conserva o no algún resto de audición, etc. Debemos llevar a cabo diferentes medidas desde nuestro ámbito más cercano con un objetivo muy claro: la comunicación efectiva.
Programas de concienciación sobre la deficiencia auditiva, organización de conferencias y charlas sobre esta temática para trasladar información básica a la sociedad, subtitular los videos que trasladen las administraciones públicas, adaptar la Orden SCB/480/2019, de 26 de abril, a la Comunidad Autónoma Andaluza de la nueva cartera ortoprotésica, insonorizar las aulas, incorporar a las Salas de Usos Múltiples el sistema de bucles, suministrar a todos los centros educativos que lo necesiten el sistema FM y bucle magnético… son algunas de las medidas que se deben llevar a la práctica de forma prioritaria por parte de las entidades públicas para garantizar que las personas que padezcan hipoacusia tengan acceso a la información, para garantizar que las personas con hipoacusia dejen de ser invisibles.
Jesús Fernández es diputado autonómico por Granada de Adelante Andalucía