Rabillos de pasas
A veces me preguntan para qué sirve la Memoria Democrática... otras veces me recuerdan que yo antes escribía sobre temas más “costumbristas”... algunos nuevos partidos políticos de la derecha se rasgan las vestiduras reclamando que se está olvidando, cuando no denigrando, a los “grandes próceres” que trabajaron por la Patria. Así que me atrevo a escribir estas lineas a modo de reflexión en voz alta.
Según se puede leer en el Diario de Sesiones del Parlamento Andaluz del pasado 7 de marzo, el diputado socialista José Javier Hernández en una intervención decía “el objetivo de esta ley es la regulación de la política pública para la recuperación de la Memoria Democrática e Histórica en nuestra comunidad autónoma, con el fin de garantizar a la ciudadanía andaluza el derecho a conocer tanto la verdad de los hechos acaecidos como la protección, conservación y difusión de la Memoria Democrática” y consideramos que esa Ley abarca al periodo desde el advenimiento de la Segunda República, la Guerra Civil, la Dictadura franquista y la transición democrática hasta la entrada en vigor del primer Estatuto de Autonomía de Andalucía.
A veces nos centramos más en los primeros tiempos a que se refiere esta ley y dejamos en el olvido o desconocimiento lo que fue el tardofranquismo y el poder de las derechas alcanforadas y recalcitrantes de los últimos años de vida del dictador, sus familiares, sus protegidos y sus ideológicamente afines.
Para los que ya tenemos canas, eran años en que al llegar a los kioscos nos decían que revistas y periódicos se habían secuestrado esa semana o veíamos cómo llegaban las camionetas de los grises a recoger tal o cual publicación que se le había pasado a la censura y tenia una gran peligrosidad social.
Era julio de 1974, unos meses después de los sangrientos asesinatos de los obreros de la construcción en Granada, en un ambiente cargado y tenso en el que de una parte el miedo de los que veían que se les acababa el chollo y de otra los que miraban hacia nuevos tiempos y nuevas libertades, el Gobierno secuestró la Revista 'Sábado Gráfico', por un trabajo periodístico titulado "Los contribuyentes españoles más conocidos" que contenía una relación de nombres muy famosos en la alta burguesía española, y los importes de los ingresos a Hacienda declarados en el año 1972.
El escándalo, que a pesar de la retirada de la revista llegaba a la población, se centraba en “las altas personalidades” que no declaraban ingresos, y por tanto no cotizaban al Fisco, no pagaban impuestos, defraudaban en definitiva, contándose entre ellos las siguientes: Tomas Allende y García Baxter, ministro de agricultura; el conde de Villarrobledo; José Luis de Arrese, conocido oligarca falangista; Santiago Bernabeu, presidente del Real Madrid; Enrique Borbón, duque de Sevilla; José Calvo Sotelo; Agustín Cotorruelo Sendagorta; José María Finat y Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, exalcalde de Madrid; Fernando Liñán y Zofio, ex-ministro de Información; Torcuato Luca de Tena Brunet, latifundista y gran señor del diario ABC; Rafael Martos Ruiz, Raphael, cantante cuyos millones eran ya incalculables; Antonio, José María y Lucas María Oriol Urquijo, familia de banqueros que al parecer no tienen dinero que declarar; Alfonso Paso, el dramaturgo fascista; Ramiro Pérez Maura, duque de Maura; Mónica Plaza, falangista notoria; José M. Salanaver y Ramírez, conde de Campo Alange; Manuel de la Sierra, marqués de Urquijo; Rafael Villalonga, otro ilustre banquero...
De la familia Franco, el dictador no declaraba, y el hermano, una de las mayores y más escandalosas riquezas del país, Nicolás Franco Bahamonde, declaro 1.064.358 pts, y el sobrino, Nicolás Franco y Pascual de Pobil, 522.860 pts, algo así como un simple funcionario. En cuanto al célebre José Antonio Girón, ex-ministro de Trabajo y señor de Marbella, cuyas rentas eran incalculables, declaraba en “acto de pureza ideológica" 1.151.620 pts (quizá confundiera el año con un mes)...
Pues sí, para esto sirve también la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, para que sepamos qué pasó y no nos engañen con discursos simplistas y grandilocuentes a la sombra de una bandera... que junto a la blanca y verde también es mi bandera y la respeto tanto que no quiero denigrarla con mentiras políticas.