"El feminismo socialista lucha por la igualdad"
La filósofa feminista Amelia Valcárcel expresa que “el feminismo está asistiendo cada vez más y con mayor intensidad al solapamiento de la agenda feminista en pro de asuntos desiderativos, teorías del deseo o inflaciones emocionales”. La popularidad del movimiento feminista en nuestro país a raíz de las masivas manifestaciones del 8M, no es ajena a la entrada como un caballo de Troya en el feminismo de las tesis identitarias procedentes de EE.UU., que nada tienen que ver con él e intentan desproveerlo de su sujeto político, las mujeres. El relato y la complicidad de muchos medios de comunicación ha llevado a una gran parte de la sociedad a confusión.
De las muchas enmiendas presentadas y debatidas en el seno del 41ª Congreso del PSOE en Sevilla, ha ocupado toda la atención una sola de ellas, poniéndose de manifiesto la confusión y el desconocimiento sobre el feminismo y sobre la doctrina de las identidades de género. El feminismo es un movimiento político cuyo objetivo es la igualdad entre mujeres y hombres. Tiene una agenda debatida, consensuada y reconocida por organismos internacionales. El último gran acuerdo internacional es el que se estableció en Beijing con más de 17.000 personas participantes y 189 países que acordaron 12 áreas de trabajo para conseguir, entre otras, la igualdad en el empleo, la educación, incrementar la presencia de las mujeres en el espacio público, eliminar la violencia sexual contra las mujeres y niñas, abolir los estereotipos de género que nos discriminan, …., para lograr una sociedad justa, igualitaria y democrática.
El feminismo combate el género por ser una convención social construida e impuesta que nos discrimina como mujeres, abolir el género es un objetivo para lograr ia igualdad entre mujeres y hombres
Los objetivos del feminismo, se compartan o no, son sencillos de entender a excepción del concepto “género” (del inglés gender) que genera gran confusión. Como señala la filósofa feminista Celia Amorós: “Si conceptualizamos mal, politizamos mal” y esto ocurre con el uso del sistema sexo–género. El sexo es una realidad material, el género se define como el conjunto de estereotipos asignados socialmente a cada sexo, los comportamientos que se esperan en función del sexo con el que nacemos. Este sistema dicta a hombres y mujeres su lugar en la sociedad, la función que les toca desempeñar en ella y hasta los rasgos externos según su sexo. El feminismo combate el género por ser una convención social construida e impuesta que nos discrimina como mujeres, abolir el género es un objetivo para lograr ia igualdad entre mujeres y hombres. La agenda feminista incluye además de la abolición del género y la igualdad de derechos de mujeres y varones, la exigencia de una vida digna, sin violencia sexual ni reproductiva que utilice los cuerpos de las mujeres como mercancía susceptibles de ser comprados o alquilados para realizar el deseo (no derecho) a ser padres y madres, privando a esas mujeres vulnerables del derecho de filiación comprando a sus bebés. La agenda feminista es contraria a la pornografía que representa prácticas sexuales violentas y denigrantes para las mujeres y perpetúa relaciones de poder desiguales de hombres sobre mujeres.
La doctrina queer (Q), es un dogma acientífico e individualista que niega el sexo como una realidad material
Por el contrario, el generismo queer (Q), carece del reconocimiento de organismos internacionales y se basa en los Principios de Yogyakarta, un encuentro auspiciado por 25 personas que establecieron que el sexo es modificable y el género una vivencia interna e individual que se corresponde o no con el sexo asignado, concluyendo que el género es una identidad cambiante que se puede autodeterminar. La doctrina queer (Q), es un dogma acientífico e individualista que niega el sexo como una realidad material. Un partido de izquierdas, materialista como el PSOE no debe dar la espalda a la ciencia como no lo hace con el cambio climático que es, junto al feminismo, otra de sus banderas. La agenda queer (Q) es favorable a la mercantilización del cuerpo de las mujeres, considera la prostitución como “trabajo sexual”, acepta legalizar los vientres de alquiler, considera la pornografía como una forma de liberación sexual, descarta la edad como prohibición para mantener relaciones sexuales. Por el contrario, el PSOE, como contemplan sus estatutos desde el 39º Congreso, es un partido abolicionista de la prostitución y contrario a la práctica de los vientres de alquiler.
El hecho de que cualquier hombre pueda autodefinirse como mujer, invalida las leyes que, de la mano del movimiento feminista, los gobiernos del PSOE han aprobado para proteger a las mujeres y sus derechos
Todo lo anterior constata que la teoría queer (Q) es contraria y opuesta al feminismo. El género, que oprime a las mujeres imponiéndonos como hemos de comportarnos, no puede ser considerado una identidad. Ser mujer u hombre no es un deseo cambiante en el tiempo. El hecho de que cualquier hombre pueda autodefinirse como mujer, invalida las leyes que, de la mano del movimiento feminista, los gobiernos del PSOE han aprobado para proteger a las mujeres y sus derechos. Falsea los resultados de los estudios estadísticos impidiendo conocer la situación real de desigualdad y las discriminaciones que sufren las mujeres para establecer políticas públicas que las corrijan.
Por ello, las delegadas feministas socialistas que trasladaron a la Comisión de Igualdad del 41º Congreso las enmiendas trabajadas en red y aprobadas en muchas de las agrupaciones del partido, rechazan la propuesta de adicionar al acrónimo LGTBI la letra “Q” y/o el signo ”+”; la “Q” por lo ya expresado y el “+” por ser una indeterminación jurídica. Esta decisión ganada en Comisión, fue posteriormente refrendada con los votos de la militancia en el Plenario tras la defensa de ambas propuestas.
Rechazar esta modificación es también defender el compromiso con el movimiento LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales incluidos en el acrónimo)
Rechazar esta modificación es también defender el compromiso con el movimiento LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales incluidos en el acrónimo). Es un error la acusación de transfobia al feminismo socialista siempre cómplice con el colectivo LGTBI. El PSOE en este Congreso, también ha refirmado su compromiso con una ley por la abolición de la prostitución, la penalización a quienes utilicen o intermedien con la práctica de los vientres de alquiler o gestación subrogada, la prohibición de la pornografía, la coeducación en todos los niveles educativos, la educación afectivo – sexual en los centros de enseñanza, la eliminación de las brechas salariales y de pensiones, la corresponsabilidad en los cuidados, la erradicación de todas las violencias hacia las mujeres, las competiciones deportivas por sexo, ….. todo ha quedado registrado en el documento aprobado en el 41º Congreso para, en consonancia con su lema, avanzar por la izquierda también en feminismo.