Estalla la crisis en el bipartito
Llegada de Sebastián Pérez, este miércoles, al hotel.
Sebastián Pérez entró solo este miércoles 26 de mayo, jornada en la que se cumplían dos años de las pasadas elecciones municipales, al hotel de la calle Ganivet, a escasos metros del Ayuntamiento de Granada, donde ofreció una larguísima rueda de prensa para volver a repetir que está decepcionado con su partido, el PP, y anunciar otro paso más en la retirada por etapas que está protagonizando al no haber conseguido sentarse en la Alcaldía de la ciudad a pesar del pacto entre las derechas.
Lo que no hará es dejar el acta de concejal. Sebastián Pérez, a quien ya resultó raro ver fuera de la mesa que preside el salón de plenos en la última sesión, sentado en la cola de la bancada de su grupo, estará a partir de ahora en el Grupo Mixto
La novedad de esta comparecencia, menos explosiva, por esperada, que las escasas intervenciones públicas que ha protagonizado en estos dos últimos años, era la baja como militante del PP después de 35 años, 16 de ellos ostentando la responsabilidad de presidente provincial. Primero dimitió como presidente del PP; después renunció a sus responsabilidades como teniente de alcalde; y ahora deja de militar. Lo que no hará es dejar el acta de concejal. Sebastián Pérez, a quien ya resultó raro ver fuera de la mesa que preside el salón de plenos en la última sesión, sentado en la cola de la bancada de su grupo, estará a partir de ahora en el Grupo Mixto.
Lo demás, sonó a repetido, no sólo porque del '2+2' los protagonistas han hablado hasta el hartazgo, sino porque no era la primera vez que cargaba contra los "efebos" de su partido, la expresión con segundas que viene utilizando para referirse a los nuevos líderes del hasta ayer su partido en las distintas direcciones. Está dolido porque considera que ha recibido un trato humillante, casi inhumano llegó a decir. Y se da de baja en el partido, según explicó, "por dignidad", pero no se va.
Sebastián Pérez criticó con dureza a Luis Salvador, a quien llamó "mentiroso", y reprochó a su partido el trato que le ha dispensado
Verbalizó sin tapujos lo que hasta ahora había sugerido: que está dispuesto a apoyar una moción de censura contra Luis Salvador si el PP no mueve ficha para desalojarlo de la Alcaldía, porque es "tóxico" para Granada; porque según dijo de él, es "un mentiroso". Fue una manera de devolver los golpes que dice haber recibido en este tiempo, que ha coincidido con la pandemia y en el que ha vivido, según explicó, un doble confinamiento, el sanitario y otro político, por haber sido relegado por su grupo municipal.
La ficha que pedía mover se movió y supuso la otra gran novedad provocada por Sebastián Pérez. Por primera vez, abiertamente y sin juego de palabras, el PP de Granada pidió a Luis Salvador que dé un paso al lado y les entregue el gobierno. Ya no hay obstáculos porque Pérez está fuera de juego, argumentó el partido. Así que la dirección provincial anunció que iniciaba contactos para recuperar la Alcaldía.
Aunque las matemáticas no den, como recordó no hace mucho en Granada a preguntas de los periodistas el presidente de la Junta y del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, el pase de Sebastián Pérez al Grupo Mixto agrava más, si cabe, la inestabilidad del bipartito porque esta vez el PP señala a Luis Salvador y a Ciudadanos.
Si la formación naranja ya está resquebrajada, con Manuel Olivares abiertamente alejado no sólo de su partido sino del alcalde, ahora los recelos entre los dos grupos aumentan.
Si el PP lo hizo para restar protagonismo a Pérez, más que ese logro lo que sí ha conseguido es sembrar dudas respecto a la relación con Ciudadanos y también a la solidez de las palabras y los gestos de Juan Manuel Moreno y Juan Marín. Y otra duda más, el papel de la dirección nacional, que tiene sus diferencias con el PP andaluz y que ahora ha puesto despacho en Génova a un tercero en discordia: Fran Hervías, uno de los primeros 'ciudadanos' que abandonaron el barco para alistarse en las filas populares.
Y sorprende más este paso de la dirección granadina, por boca de su secretario provincial, Jorge Saavedra, porque se produce en un contexto, el andaluz, en el que las dos formaciones acordaron algo así como un pacto de no agresión. Juan Manuel Moreno y Juan Marín comparecieron juntos, tras la crisis por la operación fallida en Murcia avalada por Inés Arrimadas para desbancar al PP, para garantizar que en Andalucía el pacto era sólido y también que el PP no aceptará en sus filas a militantes huidos de Ciudadanos.
"Ha llegado el momento de que Luis Salvador aplique el sentido común y sea generoso para garantizar la gobernabilidad de la capital granadina dando un paso al lado"
"Ha llegado el momento de que Luis Salvador aplique el sentido común y sea generoso para garantizar la gobernabilidad de la capital granadina dando un paso al lado. Entretanto nuestros concejales del gobierno de la ciudad no van a dejar abandonados a los granadinos y seguirán trabajando con rigor por los intereses de la ciudad como venían desarrollando hasta el día de hoy. Aunque no fuimos la lista más votada en las últimas elecciones municipales, sí fuimos la fuerza más votada del centroderecha y eso nos hacía y nos hace merecedores de ostentar la Alcaldía".
Unas manifestaciones del PP granadino que se producen apenas un mes después de que Juan Manuel Moreno resumiera con estas palabras la situación: "No vislumbro en el horizonte ningún tipo de cambio" en la Alcaldía de Granada. La apuesta es siempre, dijo, "la estabilidad política e institucional". Además, añadió, "no hay ni números" para ese cambio.
Y que tuvieron una rápida réplica por parte de Juan Marín: en Ciudadanos, dijo, "no barajamos la posibilidad de que Granada cambie de alcalde" porque eso "no está en ningún acuerdo".
Y en bucle, una vez más, Sebastián Pérez sitúa a la ciudad y a su gobierno municipal en el mismo punto.
Ni a derecha ni a izquierda la maniobra política está garantizada
Los escenarios que se plantean, en cualquier caso, son poco realistas y en todos los casos arriesgados. Si Salvador dimite y debe votarse en pleno a otro alcalde. ¿Acaso están garantizados los votos suficientes para mantener un gobierno de derechas? Para sumar 14 -los que necesita la derecha si la izquierda, que suma 13, votara en bloque a un candidato, que es sólo una mera suposición- es imprescindible en primer lugar que vote Sebastián Pérez, que podría censurar a compañeros de grupo a los que tiene señalados por falta de lealtad. Igualmente imprescindible son los tres votos de Vox, que el mismo miércoles tumbó una ley estrella del Gobierno andaluz, la urbanística, para cumplir su amenaza de retirada de apoyo en su estrategia de reclamar elecciones anticipadas. Y llegamos a Ciudadanos: los cuatro representantes, mal avenidos, ¿votarían lo mismo?
La moción de censura que otorgara a la izquierda la Alcaldía no parece probable. Necesita 14 firmas -y 14 votos, aquí no vale el candidato más votado-. ¿Va a estampar su firma Sebastián Pérez, por mucho que amenace con ello, con PSOE y Unidas Podemos? Porque lo que se entiende por descartado es que la izquierda se plantee una moción de censura de la mano de la ultraderecha de Vox. Debería ser una opción que los grupos de PSOE y Unidas Podemos ni siquiera se plantearan.
Información de referencia:
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