El tacticismo y el reiterado intento de mostrar la soledad del PSOE en el gobierno bloquean el acuerdo político

Las cuentas municipales no salen, ¿hay voluntad de arreglarlo?

Política - M.Andrade - Martes, 17 de Enero de 2017
Por separado, gobierno local y grupos municipales proclaman la necesidad de adoptar medidas para sacar al Ayuntamiento de Granada de la delicada situación derivada de la mala gestión económica del PP en sus años de gobierno, del incumplimiento reiterado de los planes aprobados para enderezar las cuentas y de la resistencia a aprobar medidas duras e impopulares. Si no se ponen en marcha será responsabilidad de todos y los perjudicados, empleados y servicios públicos y ciudadanía. Lo analizamos.

Las dos últimas comisiones de Economía y Hacienda y el pleno del pasado domingo son una buena muestra de la situación en la que se encuentra el Ayuntamiento y el papel que cada grupo está desempeñando en uno de los peores momentos de la historia municipal dado el agujero económico heredado, que sitúa las cuentas municipales cerca de la intervención y de la quiebra. 

En las tres sesiones citadas el expediente de las ordenanzas fiscales, aprobado en diciembre gracias a la ausencia de dos concejales del PP, volvió al debate político. En un caso para evitar la subida del IBI derivada de la actualización de los valores catastrales por parte del Gobierno central y en el otro, para resolver dos alegaciones que, aunque presentadas en plazo, llegaron una vez aprobados los impuestos y tasas municipales. Y en todas, una coincidencia: el tacticismo político, la voluntad de mostrar la soledad del PSOE, que gobierna con ocho concejales, y la resistencia por parte de gobierno local y oposición a que las medidas "duras y difíciles" necesarias, como las califica la propia Oficina Presupuestaria municipal, lleven su sello. 

Pero esas medidas, como reconocen gobierno y grupos municipales, no pueden esperar más. Por separado, todos urgen soluciones. Este mismo lunes el alcalde, Francisco Cuenca, y su portavoz, Baldomero Oliver, apelaron a la responsabilidad, y los grupos municipales insistieron en la situación. Pero es hora de que ese debate se traduzca en un desbloqueo y, finalmente, en medidas.  

Imagen del Salón de Plenos vacío. indegranada

Desde que está en la oposición, el PP se presenta como si fuese ajeno a la responsabilidad de las cuentas

Desde que está en la oposición, en materia económica el PP se presenta como si fuese ajeno a la responsabilidad de las cuentas, pese a que gobernó trece años. Como si la deuda acumulada o las obligaciones de pago por créditos pedidos durante sus mandatos se hubieran originado en los últimos siete meses, con el PSOE en la Alcaldía. El domingo su portavoz municipal, Rocío Díaz, responsabilizó al gobierno de Cuenca de que subiera el IBI, como este lunes reiteró Francisco Ledesma, que fue el concejal de Economía bajo cuyo mandato se gestó la aplicación de la subida de los valores catastrales. Y pese a todo ello, el concejal sacó pecho de su gestión y negó la mayor, que sus políticas hayan endeudado al Ayuntamiento. 

Más allá de esa interpretación política de los populares y de lo difícil que está siendo encajar su paso a la oposición, a consecuencia de la Operación Nazarí, el grupo del PP asiste con más comodidad que ningún otro a este momento. Con sus once concejales puede bloquear buena parte de las decisiones, salvo la desagradable sorpresa de la incomparecencia de dos ediles díscolos, y poner en evidencia al gobierno socialista, culpándolo a renglón seguido de parálisis.

Pero esta táctica de los populares les lleva a grandes contradicciones. En la comisión de Economía y Hacienda de este lunes votó en contra de la propuesta del gobierno sobre dos alegaciones a las ordenanzas fiscales, entre ellas aceptar una que no tiene mayor problema puesto que reclamaba que no se eliminaran las bonificaciones en el impuesto a los vehículos de más de 25 años. Esas bonificaciones no se eliminaron de las ordenanzas como proponían los socialistas, entre otras razones porque así lo reclamó el PP. Pero, sin darse cuenta, su voto en contra al gobierno socialista es también en este punto un voto en contra a una medida que los propios populares solicitaban. 

El PP tiene que ser parte de la solución para una situación que tiene sus nombres y apellidos, aunque parece difícil que lo asuma a juzgar por sus últimas manifestaciones: "Por culpa del PSOE no vamos a tener presupuesto, los impuestos van a subir y mucho nos tememos que, para recortar gastos, van a tocar el capítulo de personal", resumió Ledesma en toda una declaración de intenciones mientras desde la dirección provincial se recurre periódicamente a la amenaza de la moción de censura. 

Primera reunión de Cuenca con los portavoces tras su llegada a la Alcaldía. javier algarra/ayuntamiento

Los grupos que apoyaron al PSOE tratan insistentemente de desmarcarse del gobierno

Los grupos que apoyaron el cambio de gobierno, Ciudadanos, Vamos Granada e Izquierda Unida, tratan insistentemente de desmarcarse de los socialistas, a los que critican tanto que les reclame propuestas para configurar medidas, recordándole en ese caso que es el PSOE el que gobierna, como lo contrario, reprochándole medidas o pasos sin contar con ellos e incidiendo, entonces sí, en que solo son ocho. En juego está también 'liderar' la oposición, una tarea difícil.

Tras el espectáculo del pleno del domingo, donde finalmente los grupos se echaron atrás después de haber forzado la sesión para bajar el IBI, una medida en la que se había empeñado Ciudadanos y a la que condicionó su apoyo a las ordenanzas, la formación naranja evitó la polémica y prefirió distanciarse del resultado, que terminó en fracaso.

Su portavoz, Manuel Olivares, defendió este lunes la necesidad de que todos los grupos "comiencen a trabajar de la mano para poner orden y coherencia en las cuentas". En el análisis de la situación coincide con técnicos, gobiernos y compañeros de oposición: "La deuda estructural" que arrastra la capital no se va a solucionar "ni en uno ni en dos años" y requiere un plan para los próximos mandatos. 

El papel de Ciudadanos ya no es tan determinante como cuando apoyó al gobierno del PP. Es cuestión de números. Por sí solos los ediles socialistas y de Ciudadanos no suman mayoría suficiente para muchas de las medidas y eso también condiciona su posición. Aunque como ha venido ocurriendo desde su llegada al Ayuntamiento, la formación naranja no elude el acuerdo. Si es posible y lo logra, lo rentabiliza como uno de sus principales 'sellos'.

Vamos Granada trató de nuevo este lunes de separarse de la gestión fallida del IBI. Responsabiliza a Ciudadanos, PSOE y PP, en un discurso que trata siempre de presentar estos grupos bajo una misma política. El grupo municipal que dirige Marta Gutiérrez reprocha al gobierno de Cuenca 'falta de voluntad' de diálogo y acuerdo. También este lunes volvió a poner sobre la mesa sus medidas económicas. "Medidas de ahorro que no perjudiquen a la mayoría de la ciudadanía", con "un plan de eficiencia energética, modelo de gestión de residuos y revisión de contratos municipales".

Precisamente los contratos municipales es uno de los argumentos más repetidos por el concejal de IU, Francisco Puentedura, que está siendo muy crítico con el gobierno del PSOE, a que también achaca falta de voluntad de acuerdo.

Un gobierno socialista al que se le ha de recordar que al asumir esa responsabilidad sabía de las dificultades de gobernar con ocho concejales y en solitario, como decidieron los grupos que le respaldaron. Probablemente lo que no sabía entonces es que la situación era tan delicada y menos aún que sería tan difícil el acuerdo. Y que para solventar la dramática contabilidad municipal a las puertas de la intervención, puede que sean inevitables medidas de las que el PSOE abominó cuando no estaba en el gobierno.

La oposición también debe asumir que ser concejal o cargo público conlleva una misión que va más allá de los intereses de partido. Si todos los grupos tienen vocación de gobierno, y no de ser únicamente opositores, puede que algún día apelen a esa responsabilidad, como le ocurre ahora al PSOE. La ciudadanía granadina lo merece. Para ello hay que clarificar posturas, asumir lo que cada uno defendió en el pasado y si hay cambios, explicarlo con detalle y no jugar a la confusión y al triste tacticismo. Esa política ya no cuela.