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'Concha Méndez: una vida dedicada a la Cultura'

Política - Paco Robles - Sábado, 29 de Junio de 2024
El memorialista Paco Robles recupera con todos los honores a una de las mujeres más destacadas de la Generación del 27, pero, sin embargo, una mujer opacada por sus parejas, Luis Buñuel y Manuel Altolaguirre. No te lo pierdas.
Concha Méndez Cuesta.
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Concha Méndez Cuesta.

Concha Méndez Cuesta, nacida el 27 de marzo de 1898 en Madrid y fallecida el 7 de diciembre de 1986 en México, es una de las figuras más destacadas y al mismo tiempo, menos reconocidas de la Generación del 27, el grupo de escritores y artistas que transformaron profundamente la literatura y el arte en España durante la primera mitad del siglo XX.

En una época en la que el papel de la mujer estaba mayoritariamente relegado al ámbito doméstico, Méndez rompió barreras y dejó una marca indeleble en el mundo literario

La vida y obra de Concha Méndez es el reflejo de una mujer que, a pesar de las adversidades que enfrentó a lo largo de su vida, logró sobresalir en múltiples ámbitos culturales. Poco conocida hoy entre el público general, su vida transcurrió semi oculta tras los nombres de los hombres con los que compartió intereses humanos, culturales y afectivos.

Fue una mujer multidisciplinar, destacando en la poesía, la prosa, la traducción, la edición y la crítica literaria. Esta versatilidad no solo evidencia su talento innato, sino también su pasión constante por la literatura y el arte. En una época en la que el papel de la mujer estaba mayoritariamente relegado al ámbito doméstico, Méndez rompió barreras y dejó una marca indeleble en el mundo literario.

Concha Méndez, en una información de 'Estampa'.

Desde joven mostró una inclinación hacia la escritura, y su encuentro con personalidades de la Generación del 27, como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda, fue decisivo en su carrera

Concha Méndez nació en una familia acomodada que le permitió recibir una educación esmerada y desarrollar un temprano interés por la literatura y el arte. Desde joven mostró una inclinación hacia la escritura, y su encuentro con personalidades de la Generación del 27, como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda, fue decisivo en su carrera. Los veranos en la vida de Concha eran sinónimo de tiempo en familia en la ciudad de San Sebastián y fue en San Sebastián, en el verano de 1919, donde Concha conoció a Luis Buñuel, el ya entonces figura prominente en el cine y la literatura. Este encuentro marcó el inicio de una relación sentimental que se prolongaría durante siete años. Su amistad con Maruja Mallo, una de las pintoras más importantes de la vanguardia española, también subraya el ambiente artístico e intelectual en el que se desenvolvía. 

La Generación del 27 agrupaba a una pléyade de escritores y artistas que compartían una serie de inquietudes y objetivos comunes su poesía, rica en imágenes y metáforas, combinaba una profunda introspección personal con una aguda observación del mundo que la rodeaba.

Concha Méndez, entre las protsgonistas de la sección de la revista Estampa, '¿A qué mujer de la Hstoria de España admirad usted más?'.

A principios de 1929, tras independizarse de la casa paterna, emprendió un viaje que la llevaría desde Londres hasta las vibrantes ciudades de Montevideo y Buenos Aires

A principios de 1929, tras independizarse de la casa paterna, esta valiente y talentosa mujer emprendió un viaje que la llevaría desde Londres hasta las vibrantes ciudades de Montevideo y Buenos Aires. En la capital argentina encontró un entorno propicio para su desarrollo literario, estableciendo contacto con Guillermo de Torre, un eminente escritor y crítico que dirigía la sección de letras del prestigioso diario La Nación. Gracias a su apoyo, comenzó a publicar un poema semanalmente. Durante su estancia en Argentina, cultivó amistades significativas, tales como Consuelo Berges y Alfonsina Storni, y publicó el poemario Canciones de mar y tierra en 1930, a lo que se ha denominado su "segundo exilio".

Con el advenimiento de la República, regresó a su España natal y se integró en las tertulias literarias del café Granja El Henar en 1931, donde Federico García Lorca le presentó al impresor malagueño Manuel Altolaguirre. Este encuentro fue crucial, ya que al año siguiente contrajeron matrimonio, con testigos ilustres como Lorca, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Luis Cernuda. Juntos, impulsaron la imprenta La Verónica y editaron la revista Héroe, en la que colaboraron destacadas figuras de la Generación del 27.

Junto a su esposo, desempeñó un papel crucial en la difusión de la obra del grupo de la Generación del 27, editando colecciones poéticas y revistas renombradas

El periodo de 1931 a 1935 marcó una etapa de intensa actividad creativa y editorial, durante la cual publicó diversas obras de teatro, tales como El personaje presentido, El ángel cartero y El carbón y la rosa, estas dos últimas dirigidas al público infantil. Además, su prolífica producción poética incluyó libros vanguardistas como Vida a vida (1932), Niño y sombras (1936), y Lluvias enlazadas (1939).

Residiendo en Londres entre 1933 y 1935, enfrentó la dolorosa pérdida de su primer hijo, experiencia reflejada en su obra Niño y sombras. Sin embargo, también celebró el nacimiento de su hija Paloma en 1935. Junto a su esposo, desempeñó un papel crucial en la difusión de la obra del grupo de la Generación del 27, editando colecciones poéticas y revistas renombradas como Poesía, 1616 y Caballo Verde para la Poesía, esta última dirigida por Pablo Neruda.

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Primer número de la revista 'Caballo Verde para la Poesía', dirigida por Pablo Neruda, impresa por Concha Méndez y Manuel Altolaguirre. 

Al estallar la guerra civil española en 1936, ambos tomaron partido por la República. Las circunstancias adversas llevaron a que ella abandonase Madrid para proteger a su hija, mientras su esposo permaneció en España. Fue el preludio de un largo exilio

El matrimonio y su hija regresaron a España en 1935, año en que la situación política del país comenzaba a tensionarse. Al estallar la guerra civil española en 1936, ambos tomaron partido por la República. Sin embargo, las circunstancias adversas llevaron a que ella abandonase Madrid para proteger a su hija, mientras su esposo permaneció en España. Esta separación fue el preludio de un largo exilio que comprendió estadías en Inglaterra, Bélgica y Francia, antes de reunirse de nuevo en Barcelona camino a Francia. En París, fueron recibidos por el poeta Paul Éluard y más tarde se trasladaron a La Habana, un refugio temporal que duró hasta 1943. Allí, en compañía de otros exiliados, fundaron nuevamente la imprenta La Verónica y publicaron una colección poética llamada El ciervo herido.

En 1944, la familia se trasladó a México, marcando el inicio de una nueva etapa. Sin embargo, el destino les reservaba una separación definitiva cuando su esposo, Altolaguirre, la abandonó por la cubana María Luisa Gómez Mena, con quien fallecería en un accidente en España en 1959.

A partir de 1944 hasta 1979, Concha dejó de publicar, salvo por una Antología poética editada en 1976. Finalmente, en 1979, vio la luz su último libro, Vida o río. A pesar de que nunca regresó a España de manera definitiva, realizó tres viajes a Madrid a partir de 1966. Concluyó su vida en México, donde residió hasta su muerte en 1986.

El legado de Concha Méndez en la literatura española es inmenso, aunque durante mucho tiempo no recibió el reconocimiento que merecía

El legado de Concha Méndez en la literatura española es inmenso, aunque durante mucho tiempo no recibió el reconocimiento que merecía. Sin embargo, en los últimos años se ha producido una revalorización de su obra y figura.

El resurgir del interés por su trabajo también se debe a la creciente atención hacia las escritoras que, como Méndez, fueron en gran medida opacadas por sus compañeros varones. La reivindicación de su papel dentro del panorama literario no solo es un acto de justicia histórica, sino también una oportunidad para redescubrir una obra rica y variada que sigue resonando con fuerza en la actualidad. 

 

Paco Robles está jubilado y se dedica al Partido Socialista y a la divulgación de la Memoria Histórica y Democrática, investigador y documentalista, recuperador aficionado y buscador de verdades sin ser historiador universitario. Colaborador en diferentes Asociaciones de la Memoria, ha sido secretario provincial de Memoria Histórica del PSOE de Granada. Autor del libro Los pueblos de Íllora, Memoria Histórica y diversas publicaciones digitales. Actualmente es militante en Armilla, coordinó la Oficina Municipal de Íllora para reunir testimonios y fondos documentales del periodo 1936-1978.

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