Capítulo XXV: 'Luis López García 'Jorovive', el comunista, primer alcalde democrático de Maracena desde la República'
Luis López García nació en Polopos, un pueblecito de la Contraviesa granadina tres días después del golpe de estado que tuvo como consecuencia la incivil guerra que asoló las tierras de “las Españas”, o sea, el 21 de julio de 1936. Su padre y su madre eran de pueblos del entorno, su madre de una familia humilde de Alfornón, y su padre de una familia acomodada de la zona.
“Mi madre era de los rojos, y familia de “el Polopero”, un primo de ella que tuvo que huir a la “sierra” y que durante años formó parte de un grupo guerrillero hasta que finalmente murió en un enfrentamiento con la Guardia Civil”. Entre esos recuerdos que atesora de la infancia, la presencia de la Guardia Civil en su pueblo como una constante, fruto de la lucha en las sierras de Granada contra la guerrilla, que “el Polopero”, “el Yatero”, Roberto, Beneyto… y muchos otros mantuvieron hasta los años 50
Luis conserva algunos recuerdos de aquella época, por haberlos vivido o por haberlos oído relatar a los familiares. Nos cuenta... “Mi madre era de los rojos, y familia de “el Polopero”, un primo de ella que tuvo que huir a la “sierra” y que durante años formó parte de un grupo guerrillero hasta que finalmente murió en un enfrentamiento con la Guardia Civil”. Entre esos recuerdos que atesora de la infancia, la presencia de la Guardia Civil en su pueblo como una constante, fruto de la lucha en las sierras de Granada contra la guerrilla, que “el Polopero”, “el Yatero”, Roberto, Beneyto… y muchos otros mantuvieron hasta los años 50.
Si Polopos es la cuna de Luis, Maracena será su pueblo adoptivo, a donde llega con sus padres siendo adolescente, y en el que va tomando conciencia del mundo que le rodea, un mundo plagado de injusticias y necesidad, la cual afecta de manera cruel a los trabajadores. La toma de conciencia la va realizando de forma paulatina con sus experiencias vitales, recuerda un papel que un día encontró paseando por la Era Baja que decía: “todos los trabajadores tienen que unirse para defender sus derechos. PCE” Sus inquietudes sociales y humanas le llevan a entrar a formar parte de la Peña de los Celtas y del PCE en el año 1958 (tenía 22 años), dos años antes había sido asesinado Ricardo Beneyto. La Peña de los Celtas es una asociación de la localidad de Maracena que organiza actividades culturales, bailes… la perfecta tapadera para la organización del PCE, aunque no todos sus miembros lo serán de la organización comunista. Luis compagina el inicio de su militancia política con su trabajo de pintor, que le tiene ocupado la mayor parte del día para poder ganarse la vida.
1961 será una año de especial significación, el PCE dirigido por Juan Baena tiene una organización clandestina de gran peso, realizando pequeñas actuaciones de sabotaje, pintadas, tirada de pasquines, denuncias a través de La Pirenaica… lo que tiene en alerta a las fuerzas de la dictadura, de manera muy especial a la Brigada Político Social, una sección policial dedicada a los “delitos políticos”, básicamente a perseguir cualquier tipo de disidencia en relación al Régimen. Un acto simbólico en el cementerio de Granada, con la colocación de una corona de flores con la bandera republicana en la tumba de Ricardo Beneyto pone en jaque a la político-social, que está especialmente en alerta ante la cercana visita del general Franco y que llevará a la caída de la mayor parte de la organización. En el caso de Maracena, el arresto de su máximo responsable Manuel Castro hace que caiga un número importante de militantes y se desarticule la “Peña de los Celtas”. Es en este momento cuando Luis López ingresará por primera vez en prisión.
Arrestado en Maracena es conducido al Ayuntamiento donde están los juzgados y están concentrando a los “sospechosos” para ser trasladados al Gobierno Civil, donde encontrará al agente de la político-social, apodado el “Jirafa” y más tarde a “Guisado”, conocidos por la brutalidad en los interrogatorios
Luis estaba pintando una casa en Albolote según se van sucediendo los arrestos de camaradas del Partido por toda la provincia. Allí el alcalde, que está preparando la recepción de Francisco Franco con motivo de la inauguración de la colonia de El Chaparral, le obliga a pintar multitud de pancartas para que la gente las llevara a las manifestaciones “espontáneas” para recibir al dictador, con lemas como “el pueblo de Albolote está contigo”… pancartas que vería por la prensa ya en la cárcel, en la que ingresa el día antes de la visita. Arrestado en Maracena es conducido al Ayuntamiento donde están los juzgados y están concentrando a los “sospechosos” para ser trasladados al Gobierno Civil, donde encontrará al agente de la político-social, apodado el “Jirafa” y más tarde a “Guisado”, conocidos por la brutalidad en los interrogatorios. Enterado, su padre acude al Ayuntamiento, donde le dicen que le traiga ropa y una manta porque no va a volver a casa esa noche. También recibirá la primera amenaza de uno de sus captores que le traslada a Granada, “el Jirafa” le advirtió que se preparara para cuando llegase: “me iban a poner la hoz y el martillo en los pies e iba a tener que andar de rodillas”. Del Gobierno Civil saldrán después de los interrogatorios[2] en un autobús para la cárcel granadina donde pasará algunos meses.
Tras salir de la cárcel volverá a la militancia política tiempo después, pero redoblando la cautela. Otros no volverán, ya que la brutalidad de las torturas y palizas los dejan presos del miedo o de las secuelas, siendo la emigración una de las salidas, pues en los pueblos más pequeños se hace irrespirable la situación. Luis conocerá en esta nueva etapa a Paco Portillo, que desde 1963 es enviado desde París como responsable de la reorganización del Partido. Se reúnen en varias ocasiones representantes de los diferentes pueblos para volver a recuperar la organización desmantelada y volver a las acciones de resistencia y concienciación frente al Régimen. El reparto del Mundo Obrero, los folletos hechos con la vietnamita, la colaboración con los curas obreros que en la imprenta del Ave María editan llamamientos del Partido y las Comisiones Obreras… mil y una historias que requerirían ríos de tinta[3]. Entre sus recuerdos del momento nos habla de la emoción que sitió al escuchar en la radio, en “La Pirenaica”, el discurso que Dolores Ibarruri dio en Roma en diciembre de 1975, cuando tras la muerte del dictador comenzaban a soplar aires de cambio:
Y si el odio a la democracia de la reacción fascista internacional que ayudó a Franco, pudo impedir en los años treinta la Victoria de la República, la sangrienta tiranía franquista no ha podido ahogar la voluntad de lucha de un pueblo que no quiso, ni quiere vivir de rodillas.
El dictador de triste recuerdo que cubrió de sangre y de cárceles las tierras españolas, que durante cerca de cuarenta años mantuvo secuestrado los derechos y libertades nacionales y democráticas ya no existe. Pero aunque Franco duerme para siempre en el Valle de los Caídos, queda el franquismo, que es necesario barrer de la vida política de nuestro país como una medida de salud nacional, para que España recobre el equilibrio roto por la sublevación fascista de 1936.
Con la muerte de Franco se cierra una trágica etapa en la historia de España y se inicia una nueva. Y es fácil comprender, que nuestro pueblo no pueda conformarse con una monarquía que nace bajo el estigma franquista. Juan Carlos I, llega a la cúspide aupado por el franquismo pero sin cimientos populares. Ello significa que el régimen franquista se esfuerza en pervivir en España encabezado por un rey, que no puede hacerse muchas ilusiones en orden a la continuidad.
Y para terminar quiero deciros: Gracias, muchas gracias, queridos camaradas y amigos, por vuestra solidaridad, por vuestras cariñosas felicitaciones en mi ochenta aniversario. Y no os digo ¡adiós! sino ¡hasta pronto en Madrid"[4]
Son nuevos momentos en los que el PCE apuesta por extender de forma decidida su actuación al mundo del trabajo, con la organización de comisiones obreras que sean el germen de un sindicato en defensa de los derechos de los trabajadores, infiltrándose en el sindicato vertical para convertirlo en un instrumento al servicio de la clase obrera. Así junto con un antiguo compañero de la Peña de los Celtas, y también comunista, Pepe Cid de la Rosa, se comienza la organización de toda la estrategia de intervención en el ámbito laboral, nacen las Comisiones Obreras de Granada. Un trabajo ingente el que se lleva a cabo, siendo la huelga de la construcción de 1970 un episodio fundamental de este momento. La huelga supone un punto álgido en la lucha en defensa de los derechos de los trabajadores granadinos, que luchan por el reconocimiento de sus derechos laborales y salariales, la violencia represiva lleva a la muerte de tres manifestantes por disparos. La represión continúa tras la movilización y son encarcelados la mayor parte de los dirigentes obreros y del Partido Comunista. Así Pepe Cid, Luis López, Paco Portillo, Antonio Ruiz Valdivia… y muchos otros acaban pasando por las salas de interrogatorios de la político-social, los calabozos de la Plaza de los Lobos y finalmente la cárcel.
La victoria con mayoría absoluta será para los comunistas. En los primeros momentos el cabeza de lista es agredido, y tras recibir una paliza lo tiran a una acequia. La consecuencia de esta agresión es el abandono de la política y Luis se convierte en el primer alcalde democrático de Maracena desde la República
Continúa su implicación en la organización de las Comisiones Obreras y en la actividad política del PCE en la “conquista” de la democracia frente a un Régimen que quedará descabezado en 1975 por la muerte del dictador, pero que sigue funcionando sobre las bases que lo habían sustentado desde 1936: la violencia, la Iglesia y el Ejército. Son años muy complejos que acaban con un intento de normalización democrática sin mirar al pasado, borrando los 40 años de dictadura y los crímenes cometidos, celebrándose en 1979 las primeras elecciones municipales democráticas. En Maracena Luis López será el número dos de la candidatura del PCE, siendo su número uno el anterior alcalde franquista, un hombre reconocido y muy querido en la localidad. La victoria con mayoría absoluta será para los comunistas. En los primeros momentos el cabeza de lista es agredido, y tras recibir una paliza lo tiran a una acequia. La consecuencia de esta agresión es el abandono de la política y Luis se convierte en el primer alcalde democrático de Maracena desde la República. Son muchos los retos que tiene que abordar en esta nueva etapa, la prioridad es su pueblo, son cientos los frentes que requieren la atención de estos maltrechos ayuntamientos que tienen que asegurar las infraestructuras mínimas: saneamientos, arreglos de muchas calles que aún son de tierra, agua potable… y responder a una situación de carencias tremendas entre la población más humilde. Junto a esto, en lo político y en lo sindical son momentos convulsos, con la nueva línea ideológica del “eurocomunismo” en el PCE, la ruptura de Ignacio Gallego, la posterior de Carrillo tras perder el congreso con Gerardo Iglesias, la propuesta de Convocatoria por Andalucía de Julio Anguita… y junto a ello el golpe militar de 1981, la victoria del PSOE en 1982… un dinamismo de la vida social y política que nos hace difícil comprender la intensidad de los cambios que se están produciendo, y como la apuesta política rupturista del PCE va disolviéndose entre escisiones, disidencias, traiciones…
La decisión para Luis no es sencilla, pero se inclina junto con la mayor parte de las personas que componen su agrupación de Maracena, y con su compañero en la fundación de CC.OO. Pepe Cid, hacia la defensa de su identidad comunista a la sombra del fuerte liderazgo de Santiago Carrillo, frente al proyecto de Izquierda Unida, el cual no alcanzan a entender y lo ven como un intento de ocultación del proyecto del Partido. Nuevamente Luis, encabezando la Mesa por la Unidad de los Comunistas arrasará en las elecciones municipales, con otros baluartes en el área metropolitana como la vecina Atarfe con Pepe Lucena. Será su último mandato.
Hoy si paseas por Maracena es muy probable que lo encuentres en la zona de la Era Baja paseando con su compañera Maruja, o cerca de la sede del Partido. Un hombre implicado con su pueblo intentando impedir que cortasen los árboles de la Era Baja en la última remodelación de la misma, en las concentraciones de apoyo a Juana Rivas… siempre fiel a su participación el primero de mayo o el 8 de marzo en la comitiva del Partido. Una persona íntegra, que desde esa sabiduría y humildad que tienen los líderes populares nos da lecciones de las que no tendrás en ninguna universidad, me quedo con estas palabras que un día nos dijo en “la casita de papel”, en Víznar:
Citas bibliográficas:
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- [1] AA.VV. La Resistencia Antifranquista en Granada 1936-1986, Granada, AGVJR, 2016
- [2] Después de muchas ocasiones en las que hablamos, sacamos la conclusión de que Luis no nos quiere hablar de qué pasó en el interrogatorio, pero la brutalidad de los mismos los conocemos a través de otros testimonios como el de Pedro Martínez Ojeda que se quedó sordo de un oído por los golpes, y que atribuye a las palizas la situación de “desorientación” en la que se queda Juan Baena.
- [3] Entre esos “ríos de tinta” están los trabajos que Alfonso Martínez Foronda ha realizado sobre el período al que estamos haciendo referencia, queriendo destacar La lucha del movimiento obrero en Granada : por las libertades y la democracia : Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes, Sevilla, Fundación de Estudios Sindicales de CC.OO. 2012.
- [4] Federico Rubio Herrero, Cronologia mundial durante el tardofranquismo y la transicion 1973-1979, pp..187 y 188.
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Este artículo se publicó en el Foro de la Memoria de El Independiente de Granada, con el titulo de Luis López García 'Jorovive', por Juan Francisco Arenas de Soria, el 19 de octubre de 2019.
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Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":
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Capítulo III: 'El PCE y los primeros años de la Segunda República Española en Granada'
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Capítulo IV: 'Granada en llamas. Reacción monárquica y revuelta social'
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Capítulo V: 'José Bullejos Romero 'El Vivillo''
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Capítulo VI: 'El final del bienio progresista. Las elecciones de noviembre de 1933'
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Capítulo VII: 'Políticas reaccionarias y respuestas revolucionarias. Granada 1934'
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Capítulo VIII: '1935-1936. La construcción del Frente Popular en Granada'
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Capítulo IX: 'El Gobierno del Frente Popular y la repetición de las Elecciones en Granada'
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Capítulo X: 'Defender la República. El golpe militar en Granada'
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Capítulo XI: 'El PCE en Granada durante el conflicto armado'
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Capítulo XII: 'El desarrollo de la 'Guerra Nacional Revolucionaria''
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Capítulo XIII: 'La unidad popular como clave de la bóveda'
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Capítulo XIV: 'Por llanuras y montañas'. El PCE y la guerrilla: el caso de la provincia de Granada
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Capítulo XV: 'Por llanuras y montañas' (y II). El PCE y La Guerrilla antifranquista en Granada, 1947-1952
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Capítulo XVI: Cayetano Bolívar Escribano, diputado del Frente Popular
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Capítulo XVII: 'La Memoria y las mujeres comunistas (I). República y lucha antifascista'
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Capítulo XVIII: 'La Memoria y las mujeres comunistas (II). El franquismo'
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Capítulo XIX: 'La Memoria y las mujeres comunistas (III). La conquista de los derechos'
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Capítulo XX: 'Adriano Romero Cachinero'
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Capítulo XXI: 'Resistencia antifranquista en Granada. El primer franquismo (1939-1950)'
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Capítulo XXII: 'Resistencia antifranquista en los años 50. Granada'
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Capítulo XXIII: “El rayo que no cesa: Pedro Martínez Ojeda”
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Capítulo XXIV: 'Los Celtas en la Rusia Chica: Los comunistas de Maracena'