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Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo XXIX: 'La resistencia al franquismo en la década de los 60. Granada'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 21 de Enero de 2022
Un nuevo y extraordinario capítulo, de la historia del PCE que, con motivo de su Centenario, nos ofrece cada viernes Juan Francisco Arenas de Soria, centrado en la resistencia antifranquista en Granada en los 60, con el colofón de la huelga de la construcción.
J.F.A.S

La década de los 60 comienza en la provincia de Granada tras las experiencias de las movilizaciones impulsadas desde el exterior en 1958 con la Jornada de Reconciliación Nacional y en 1959 con la Huelga Nacional Pacífica, donde la comarca de los Montes Orientales había sido la más activa, con Guadahortuna y Píñar como principales referentes, aunque el reparto de octavillas animando a la movilización y explicando sus reivindicaciones se produce en muchas localidades más.  En 1959 nacía en Maracena “La Peña de los Celtas”[1], una iniciativa para burlar el control del régimen y continuar tejiendo redes de resistencia, que en la provincia de Granada aunaban a un buen número de personas en torno al Partido Comunista. La policía política del régimen, la Brigada Político Social (BPS) era consciente de esta situación, extremando por esta causa su seguimiento de todas las posibles pistas que pudieran llevarles a la desarticulación de la estructura clandestina que día sí, día no, les ponía en evidencia con pintadas, lanzamiento de octavillas, denuncias en Radio Pirenaica o en Mundo Obrero, de los abusos del régimen… llegando a ser, según Alfonso Martínez Foronda, una de las estructuras más importantes del país[2]. La infiltración del Partido en el mundo laboral tendrá un gran peso, con ejemplos destacables como la Compañía de Tranvías Eléctricos de Granada o RENFE, junto con una estructuración en el territorio que le llevará a tener células organizadas en multitud de localidades.

La caída de 1961

El 14 de abril de 1961 se desarrollaba una acción de carácter simbólico por parte de la organización comunista, amaneciendo la tumba del jefe guerrillero Ricardo Beneyto Sapena con una corona de flores cruzada por la bandera republicana. Un hecho que nos relata el militante comunista de Guadahortuna Pedro Martínez Ojeda, en una entrevista realizada hace algunos, años de la siguiente manera:

“…En reunión del Comité Provincial de los primeros meses de 1961 se decidirá poner una corona de flores a Ricardo Beneyto con motivo del aniversario de la República, el 14 abril. Una corona de flores y una bandera republicana. Fernández Carmona encargará la elaboración de una corona de flores a una vecina suya del Albaicín. En la mañana del 14 de abril de 1961 amaneció el nicho de Ricardo Beneyto Sapena con la corona de flores y una bandera republicana. Lógicamente esto pone sobre aviso a las fuerzas de seguridad, que iniciarán indagaciones en relación a estos hechos, acaban dando con la mujer que la había hecho y que rápidamente señala a su vecino, José Fernández Carmona como la persona que le había solicitado su elaboración. El 28 de abril cae este en manos de las fuerzas de seguridad y serán detenidos en cadena gran cantidad de militantes ante las delaciones que se producen como consecuencia de las torturas que sufren los activistas comunistas por parte de la policía franquista. Pedro es detenido el 1 de mayo en su trabajo de repartidor de paquetería…”[3]

Este acto simbólico tendría unas consecuencias funestas para la organización del PCE en la provincia de Granada, ya que pone a la Brigada Político Social y a la Brigada de Información de la Guardia Civil tras las pistas que esta acción deja

Este acto simbólico tendría unas consecuencias funestas para la organización del PCE en la provincia de Granada, ya que pone a la Brigada Político Social y a la Brigada de Información de la Guardia Civil tras las pistas que esta acción deja. Se sucederán las detenciones, y como ocurre en otras provincias andaluzas como Sevilla, Jaén o Málaga, mediante torturas se obliga a los detenidos a dar los nombres de sus compañeros de partido, prácticamente es desarticulada toda la estructura en la provincia.

La destrucción de toda la red organizativa comunista llevará en Maracena a que los componentes de “la Peña de los Celtas” sean detenidos en su mayoría y clausurada la asociación, llevando a la cárcel a miembros de la misma como Luis López, miembro del PCE:

“…Arrestado en Maracena es conducido al Ayuntamiento donde están los juzgados y están concentrando a los “sospechosos” para ser trasladados al Gobierno Civil, donde encontrará al agente de la político-social, apodado el “Jirafa” y más tarde a “Guisado”, conocidos por la brutalidad en los interrogatorios. Enterado, su padre acude al Ayuntamiento, donde le dicen que le traiga ropa y una manta porque no va a volver a casa esa noche. También recibirá la primera amenaza de uno de sus captores que le traslada a Granada, “el Jirafa” le advirtió que se preparara para cuando llegase: “me iban a poner la hoz y el martillo en los pies e iba a tener que andar de rodillas”. Del Gobierno Civil saldrá después de los interrogatorios en un autobús para la cárcel granadina donde pasará algunos meses…”[4]

Los interrogatorios serán muy duros, como atestiguan los testimonios de muchos de los que sufren los mismos, con secuelas como la pérdida de audición completa de un oído que sufrirá Pedro Martínez tras los golpes recibidos

Los interrogatorios serán muy duros, como atestiguan los testimonios de muchos de los que sufren los mismos, con secuelas como la pérdida de audición completa de un oído que sufrirá Pedro Martínez tras los golpes recibidos. Pero habrá secuelas mucho más profundas, como las que sufrirá el secretario político granadino Juan Baena, que “ya nunca volvió a ser el mismo”[5]. Los datos arrojarán un total de 204 detenidos en la provincia de Granada, siendo en su mayor parte de las localidades de Granada, Maracena, Guadahortuna, Motril, Piñar, Pinos Puente, Peligros y Salobreña[6]. En función de las responsabilidades de las que son acusados irán saliendo paulatinamente de la cárcel, algunos son sometidos a Consejos de Guerra, siendo Juan Baena como máximo responsable político, enviado al penal de Burgos, mientras Emilio Cervilla, José Carmona, Jesús Mendizabal, Bernardo Pérez, Francisco Quero y Manuel Garrido lo serán a la Prisión Provincial de Cáceres[7].

Fotocomposición a partir del noticia de Mundo Obrero 01/05/1961.-JFAS

El PCE se reorganiza

A lo largo de 1962 se hacen los primeros intentos de reorganización con apoyo externo y sobre la base de los militantes no apresados, ya que todos los encarcelados a pesar de ir saliendo de prisión son sometidos a una presión muy grande, con un control exhaustivo a la vez que con unas secuelas psicológicas muy fuertes, que hace que muchos acaben emigrando o abandonando cualquier tipo de vinculación con el Partido.

Los interrogatorios serán muy duros, como atestiguan los testimonios de muchos de los que sufren los mismos, con secuelas como la pérdida de audición completa de un oído que sufrirá Pedro Martínez tras los golpes recibidos

Aparece ahora la figura de Francisco Portillo Villena, “Paco Portillo”, o “el tío del maletín” como se le conocerá posteriormente por su trabajo/tapadera como vendedor de libros. Comienza su militancia política en Moraleda de Zafayona, pero se ve obligado a emigrar a Francia, concretamente a París, donde mantiene su contacto con el Partido y en sus vacaciones de verano, en las que vuelve a Granada, sigue en conexión con la militancia. Desde la dirección en el exterior se ve en Portillo a la persona que puede volver a reconstituir la organización en la provincia, teniendo alguna reunión con Félix Cardador en París, y destacando el trabajo previo del dirigente del PCE “Manzano”[8], que visita la provincia y hace un mapeo de la situación del Partido en la misma.

En marzo de 1963 volvía Paco Portillo a Granada mandatado por el PCE para reorganizar la estructura provincial. Con apoyo de José Benítez Rufo -referente del nivel regional- y con los pocos contactos “no quemados” que consigue, comenzará la ardua labor de reedificar la organización comunista, con gran cantidad de cautelas debido a la extrema vigilancia que ejercen las fuerzas del régimen. Su “tapadera” para moverse con libertad por toda la provincia será un trabajo como comercial de una editorial, primero de Plaza y Janés y más tarde de Sopena. El trabajo denodado de Portillo llevó a una paulatina extensión territorial y sectorial de la organización, sumando poco a poco nuevos militantes. Su trabajo hará que desde la dirección andaluza Portillo pase a jugar junto con Ernesto Caballero y Félix Pérez un papel destacado en las labores de coordinación y extensión del Partido, entrando a formar parte de la dirección regional en 1965 y participando en agosto de ese año en el VII Congreso del PCE en París[9].

Desde mediados de los 60 comienza a incorporarse a la militancia del Partido un gran número de jóvenes vinculados al movimiento obrero como Manuel Sánchez Díaz[10], o con claros referentes familiares como Agustín Verdejo (hijo de Juan Verdejo), o Emilio Cervilla y Encarna Cervilla (hijos de Emilio Cervilla Alonso) y otros vinculados al ámbito universitario, donde el Partido ha ido infiltrándose, como Jesús Carreño, Javier Terrientes, Antonio Cruz o Joaquín Bosque. Esta nueva militancia acabará impulsando la organización de la Unión de Juventudes Comunistas y las CCOO juveniles. Así nos lo contaba Manuel Sánchez

“…Pepe (Carmona) me animó a que impulsáramos las Juventudes Comunistas en Granada, con un grupo de jóvenes que la mayoría eran hijos de militantes del Partido, con más gente del barrio… El día 2 de enero de 1966 hicimos una reunión, constituyendo la primera célula de la Juventud Comunista en Granada desde la guerra. Y se constituyó en la casa de Emilio Cervilla. Nos reunimos Emilio, Angustias, Agustín, Bonanza, alguno más y yo, para dar ese primer paso. Hablé y… claro, por hablar, nombrado responsable político con 15 años y medio. Ahí empezamos a trabajar…”[11]

En a década de los 60 bajo el liderazgo de Paco Portillo el Partido se reorganiza y expande por la provincia, teniendo en el área metropolitana, los Montes Orientales, Guadix, Baza, Cúllar Salar, Moraleda, Zafarraya, Motril y Granada sus organizaciones más fuertes, habiéndose extendido igualmente en el ámbito universitario, organización de las CC.OO, infiltración en el Sindicato Vertical (especialmente a partir de las elecciones sindicales de 1966)… Nuevos nombres se incorporan a los ya conocidos, como Antonio Ruiz Valdivia, José Cid de la Rosa, Candido Capilla, Nati Bullejos, Pepe Guardia, Manuel López…  la actividad propagandística a través de Mundo Obrero, Nuestra Bandera o Voz del Campo, a las que se unirán las publicaciones de las Comisiones Obreras específicas de la provincia como Nuestra Lucha… se desarrollará de manera destacada que, junto con las pintadas, lanzamiento de octavillas… rompen con el mensaje único que se emitía desde los medios del Régimen, convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades.

Fotografía Archivo Familiar Antonio Ruiz Valdivia. - A la izquierda Antonio Ruiz Valdivia (responsable de finanzas) y a la derecha Francisco Portillo (Secretario Político).

La resistencia al franquismo en Granada va adquiriendo una fuerza destacada, con la reorganización del PCE y con la ampliación de alianzas sociales a través del impulso de las Comisiones Obreras, que se extienden como una mancha de aceite por el entramado productivo granadino que se encuentra en pleno desarrollo y al que se suman otras fuerzas de disidencia desde dentro del propio sistema, como son la HOAC (Hermandad de Obreros de Acción Católica) o la JOC (Juventudes Obreras Católicas), con dirigentes como el sacerdote Antonio Quitián, Francisco Lara Palma… confluyen así la lucha por los derechos laborales y por la democracia.

El Partido en Granada se convertirá desde mediados de la década de los 60 en el espacio de coordinación y logística con las provincias de Jaén y Almería

El Partido en Granada se convertirá desde mediados de la década de los 60 en el espacio de coordinación y logística con las provincias de Jaén y Almería. El aparato de propaganda granadino tiene una importante fuerza, especialmente tras “conseguir” una multicopista proveniente de una Facultad, que junto con los demás materiales eran gestionados por un par de camaradas en La Chana. Desde ese aparato se distribuirá propaganda a las provincias referidas y se editará, por ejemplo, el boletín de CC.OO “Nuestra Lucha”. Las medidas de seguridad eran extremas, y conseguiríamos que esta importante estructura del Partido no cayera en 1970 gracias a su casi completo aislamiento del resto de la organización[12].

El final de los 60 y comienzo de los 70 vendrá determinado por un aumento de la actividad política y reivindicativa de la oposición al Régimen, lo que hace que la tensión y la presión policial y judicial aumente de manera clara, demostraciones de fuerza como la que se hace con el juicio que se celebrará en enero de 1970 en Madrid a la delegación de jóvenes comunistas que participa en una escuela de formación en Rumanía, juicio que condenará entre otras a la granadina Encarna Cervilla. En la festividad de Semana Santa una acción reivindicativa con reparto de octavillas de las Juventudes Comunistas granadinas, que llama la atención sobre la situación de los presos políticos, desencadena un importante número de detenciones y obliga a que dirigentes juveniles como Manuel Sánchez busquen refugio fuera de Granada ante la feroz reacción de las fuerzas represivas[13].

Se producen disparos desde los edificios del entorno del Sindicato Vertical, realizados por la BPS, que causarán la muerte de tres de los obreros manifestantes[15]. Los obreros asesinados son Antonio Huertas Remigio, de Maracena, Cristóbal Ibáñez Encinas, de Granada, y Manuel Sánchez Mesa, de Armilla. Se produce una auténtica conmoción social en Granada que tiene eco en todo el país

Uno de los grandes hitos del movimiento obrero granadino se producirá en el mes de julio de ese mismo año, la huelga de la construcción[14]. Una huelga producida por reivindicaciones de tipo laboral que se convierte en un gran desafío al régimen, desde uno de los sectores económicos más pujantes del momento ante la gran expansión urbana que se vive en el país. Desde un Sindicato Vertical totalmente infiltrado bajo la coordinación de las Comisiones Obreras, con el apoyo del PCE y de otras organizaciones como la HOAC, se lleva adelante una escalada en el conflicto social y político. Se miden fuerzas con la concentración en el Centro de Formación Profesional Virgen de las Nieves de unas 8.000 personas que de forma asamblearia respaldan la tabla reivindicativa que se negociará al día siguiente, en el que está convocada la huelga. Desde primeras horas del día de huelga se suceden los enfrentamientos de la policía con los piquetes, desde el Camino de Ronda, hasta la concentración que se produce frente al Sindicato Vertical en la avenida Calvo Sotelo -hoy avda. de la Constitución-, los adoquines de las aceras y un camión cargado de ladrillos se convierten en la munición que se lanza contra la Policía Armada, que carga contra los manifestantes por orden del gobernador civil. Se producen disparos desde los edificios del entorno del Sindicato Vertical, realizados por la BPS, que causarán la muerte de tres de los obreros manifestantes[15]. Los obreros asesinados son Antonio Huertas Remigio, de Maracena, Cristóbal Ibáñez Encinas, de Granada, y Manuel Sánchez Mesa, de Armilla. Se produce una auténtica conmoción social en Granada que tiene eco en todo el país. El testimonio de Nati Bullejos, que es de Maracena, la localidad de la que proviene uno de los asesinados es bastante clarificador

Estaba trabajando en la peluquería y veía llegar a la gente, venían muy mal, como si vinieran de la guerra. Me fui a Granada a ver qué había pasado, era una ciudad desconocida, toda la zona de la Avenida Calvo Sotelo, por la que pasaba el tranvía, estaba levantada de haber quitado los adoquines para tirárselos a la policía… Pepe me contó que al coger al compañero asesinado de Armilla estaba chorreando de sangre, “se produjeron cargas de la policía y la político-social nos disparaba desde el edificio del sindicato”. Fue muy doloroso. No supimos hasta los dos o tres días que uno de los asesinados era de Maracena, la familia fue a reconocerlo. Todo el pueblo se quedó paralizado, la gente estaba en la calle, había helicópteros, la Guardia Civil, la Policía… casi 5 días de paralización del pueblo”[16]
Fuente: Mundo Obrero 09/09/1970, p.3. Llamamiento de CC.OO.

El profesor de la Universidad de Granada, Antonio Segovia Ganivet analiza la situación que se produce posteriormente con claridad:

“…El suceso recibió un tratamiento vergonzoso en la prensa: “Choque entre manifestantes y la Fuerza Pública”, “La calma fue total durante el resto del día en la ciudad” (Ideal, 22 de julio de 1970). Los periódicos publican la versión oficial del Gobierno Civil, anteponiendo siempre la justificación de los policías para restarle importancia a las muertes. Los hechos no pueden ocultarse, pero sí manipularse. Pueblo, órgano oficial del sindicato del Movimiento, se obstinó en responsabilizar y satanizar a la Iglesia progresista de cuanto había ocurrido en Granada, dirigiendo su acusación hacia los curas y no a los policías que les dispararon. Represión, violencia, silencio, miedo. Mirar hacia otro lado, era la costumbre. Los padres de Antonio Huertas Remigio ni siquiera pudieron enterrar a su hijo y no fueron informados de su asesinato hasta un día después…”[17]               

El periodista granadino Juan Ferreras realiza la siguiente mirada retrospectiva:

“…Extremadamente difícil, para los que no vivieron aquella época, o no guardan testimonios de primera mano, comprender la magnitud de aquella gesta. Franquismo puro y duro. En Granada, mandaban las familias más conservadoras de España, metidas de lleno en el régimen o amparadas por él. Muchas de ellas, enriquecidas por el boom de la construcción que desarrolló la capital invadiendo la Vega, con grandes moles y barrios. Mientras los obreros eran tratados como esclavos, con contratos verbales, por un jornal que apenas llegaba a las 15 pesetas a la hora, a destajo, sin protección social. Sin nada…”[18]

Esa misma noche el PCE se reúne para analizar la situación y resituarse ante tan dramáticos acontecimientos, que abren un nuevo momento político en la provincia. El miedo dejará paralizado todo, se suceden las muestras de solidaridad recogiéndose dinero para las familias de los obreros muertos. Se suceden los arrestos de obreros implicados en las jornadas reivindicativas de julio, frente a lo cual sus familias y muchos simpatizantes se encierran en la Catedral de Granada pidiendo la inmediata puesta en libertad de los mismos[19].

Se ha producido un punto de inflexión tras los hechos de julio, lo que lleva a que la persecución policial del Régimen se vuelva encarnizada con la clara intención de acabar con la resistencia antifranquista.

Fuentes web:

  • Web de prensa Histórica. Ministerio de Cultura

Artículos:

Bibliografía:

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, 2012
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (Coor.), SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro y BAENA LUQUE, Eloisa, La Resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976), Córdoba, Fundación de Estudios Sindicales de CC.OO. 2014

Testimonios orales:

  • Antonio Ruiz Valdivia, “Jerónimo”
  • Luis López García “Jorovive”
  • Manuel Sánchez Díaz, “el Rubio de la Virgencica”
  • Natividad Bullejos Cáliz
  • Pedro Martínez Ojeda.

Citas bibliográficas:

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  • [1] SEGOVIA GANIVET, Antonio, 'Los Celtas en la Rusia Chica: Los comunistas de Maracena', en El Independiente de Granada, 26/11/2021
  • [2] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, 2012, p.66
  • [3] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “El rayo que no cesa: Pedro Martínez Ojeda” en El Independiente de Granada, 19/11/2021
  • [4] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, 'Luis López García 'Jorovive', el comunista, primer alcalde democrático de Maracena desde la República' en El Independiente de Granada, 3/12/2021
  • [5] Testimonio de Pedro Martínez Ojeda
  • [6] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (2012), pp.100-105
  • [7] La información nos ha sido facilitada por el historiador extremeño José Hinojosa Durán.
  • [8] Probablemente, bajo el seudónimo de “Manzano”, según Alfonso Martínez Foronda (2012), p.117, esté el dirigente accitano Francisco Pérez Martínez, huido de Granada tras la caída de 1961.
  • [9] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (2012), pp.117-132.
  • [10] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “Manuel Sánchez Díaz, 'El rubio de la Virgencica' “en El Independiente de Granada, 17/12/2021.
  • [11] Entrevista a Manuel Sánchez Díaz, “el rubio de la Virgencica”.
  • [12] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia “Jerónimo”
  • [13] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “Manuel Sánchez Díaz, 'El rubio de la Virgencica'  en El Independiente de Granada, 17/12/2021
  • [14] En fechas recientes se publicó un interesante artículo de SEGOVIA GANIVET, Antonio, “Albañiles contra la dictadura: el triple crimen de la Huelga del 70 en Granada”, en El Independiente de Granada, 21/07/2021
  • [15] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia “Jerónimo”
  • [16] Entrevista a Natividad Bullejos Caliz fragmento que aparece en el artículo ARENAS DE SORIA, Juan Francisco “Natividad Bullejos: una mujer libre”, en El Independiente de Granada 16/11/2019
  • [17] SEGOVIA GANIVET, Antonio, “Albañiles contra la dictadura: el triple crimen de la Huelga del 70 en Granada”, en El Independiente de Granada, 21/07/2021
  • [18] FERRERAS, Juan, “En memoria de los tres obreros asesinados en la Huelga de la Construcción de 1970” en El Independiente de Granada, 21/07/2017
  • [19] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia “Jerónimo”

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Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

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Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":