Sierra Nevada, Ahora y siempre.
Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo XXII: 'Resistencia antifranquista en los años 50. Granada'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 12 de Noviembre de 2021
La excepcional serie sobre la historia del PC, en el año de centenario, que nos ofrece cada viernes Juan Francisco Arenas de Soria, avanza en la labor del partido en la resistencia antifranquista, con especial dedicación a Granada. No te lo pierdas.
En el centro Juan Baena Martínez (Secretario Provincial PCE de Granada); en la derecha junto a la barandilla Pedro Martínez Ojeda (militante PCE Guadahortuna).
Fotografía cedida por Pedro Martínez Ojeda.
En el centro Juan Baena Martínez (Secretario Provincial PCE de Granada); en la derecha junto a la barandilla Pedro Martínez Ojeda (militante PCE Guadahortuna).

La derrota del eje nazi-fascista en la Segunda Guerra Mundial fue sin duda un punto de inflexión que partió la década de los 40, mostrando dos momentos claramente diferenciados: la llamada etapa azul unida a la colaboración con la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial con la División Azul y la Escuadrilla Azul como principales exponentes, aunque no únicos; y la progresiva desvinculación de Alemania e Italia a partir de los reveses militares en el contexto bélico. Unos cambios estéticos, que no de fondo, que se pueden ver con clara nitidez en la prensa de la época, donde se pasa de la parafernalia paramilitar del partido único con Serrano Suñer a la cabeza, a la “desfascistización” estética con la desaparición progresiva de la uniformidad dejando paso a los trajes y mantillas que era representado por el ascenso del sector católico en detrimento del falangista, personalizado en el que será Ministro de Estado desde 1945 Martín Artajo. Un cambio estético que no vino a suponer una modificación de gran calado en la forma de actuación interna, donde la violencia sigue siendo el eje de las relaciones sociales en la España de Franco y donde todavía pervive a duras penas la resistencia armada.

Un cambio estético que no vino a suponer una modificación de gran calado en la forma de actuación interna, donde la violencia sigue siendo el eje de las relaciones sociales en la España de Franco y donde todavía pervive a duras penas la resistencia armada

Sin duda alguna el rápido comienzo de la confrontación entre los antiguos aliados de la Segunda Guerra Mundial que daría paso a la política de bloques, hacía que la España franquista tuviera una oportunidad de insertarse en el nuevo escenario internacional sin necesidad de un cambio político. La lucha contra el comunismo se convertía en eje de la política del bloque occidental, lo que hacía que la dura postura anticomunista del régimen franquista, junto al miedo de que una España democrática pudiera inclinarse hacia el modelo comunista como había ocurrido en Italia, fueron elementos determinantes que frente a las advertencias de los primeros años de la postguerra permitieron la normalización y aceptación del franquismo internacionalmente.

“Gracias a la política de la URSS y a la presión de la opinión pública internacional, en la Conferencia de Potsdam en 1945, y en las Naciones Unidas en 1946 la dictadura de Franco fue condenada como un régimen impuesto a España con la ayuda armada de las potencias fascistas y asociado a dichas potencias en el curso de la segunda guerra mundial. Pero los países imperialistas, y en particular los EE.UU., evitaron que esa condena moral se tradujese en medidas concretas, tales como la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales, y continuaron prestando al franquismo ayuda económica y política…”[i]

En 1948 se produce una clara modificación de la línea política mantenida por el PCE hasta ese momento, abandonando la lucha armada en favor de una intervención social más próxima a la clase trabajadora

El PCE tendría en 1945 una primera reunión tras la II Guerra Mundial, la cual se realizará en la ciudad francesa de Toulouse, en la que ve la necesidad de estrechar lazos con la población española sometida a la dictadura, no se podía mantener una situación de incomunicación que encapsulase los intentos democratizadores del Partido y lo mantuviera aislado de las masas. En la misma línea se defenderá una política de unidad de las fuerzas democráticas, lo que le llevará a integrarse, tras la dimisión de Juan Negrín, en el nuevo gobierno presidido por el republicano José Giral, en el que Santiago Carrillo asumía un ministerio sin cartera en 1946. Vicente Uribe representaría más tarde al PCE en el gobierno del socialista Rodolfo Llopis, aunque las fuertes divergencias políticas en un contexto donde la mayor parte de las fuerzas políticas en el exilio buscan desvincularse de los comunistas acabará dejando fuera del mismo al PCE.

En 1948 se produce una clara modificación de la línea política mantenida por el PCE hasta ese momento, abandonando la lucha armada en favor de una intervención social más próxima a la clase trabajadora.

“…el Partido se orientó a una táctica paciente de acumulación de fuerza. El Partido tenía que adoptar los métodos de trabajo y de lucha que mejor le permitiesen fundirse con las amplias masas, ayudar a estas a ponerse en movimiento, a defender sus intereses, a enfrentarse con la dictadura en acciones modestas, parciales, limitadas, que después podrían convertirse en otras de mayor envergadura…”[ii]

Una política esta que suponía la defensa de una penetración en las estructuras sociales del franquismo que permitiera la cercanía a las reivindicaciones obreras, desde el Sindicato Vertical hasta otras organizaciones de carácter social, como el Sindicato de Español Universitario (SEU), que permitieran el acercamiento a la “España real” de finales de los cuarenta. Una política que a pesar de las controversias internas, tendría sus primeros resultados en las movilizaciones obreras en 1951 que se inician en Cataluña debidas a la carestía de la vida y que se extenderán a otras zonas del país, donde los enlaces sindicales infiltrados desde el PSUC y PCE juegan un papel destacado mostrando los óptimos resultados del “entrismo” dentro del entramado social del régimen[iii]. Sin duda, la respuesta represiva fue brutal, aunque contenida por el miedo a mayores repercusiones. En julio de 1952 Dolores Ibarruri como Secretaria General dirigía una carta a la militancia en la que señalaba las líneas estratégicas de la lucha de los comunistas en el nuevo contexto sociopolítico español. Había que organizar la resistencia interna a la dictadura a partir de los problemas cotidianos de la clase trabajadora buscando el incremento en la conciencia de clase, había que estar presentes en los centros de trabajo y potenciar un fuerte aparato de propaganda.

Dolores Ibarruri, julio 1952. Fuente: Mundo Obrero

El año 1953 se convertía en referencia de la aceptación definitiva del régimen franquista en bloque occidental con el Concordato con la Santa Sede y los acuerdos militares con los Estados Unidos que contemplaban el establecimiento de bases militares.

El PCE ante el giro de los acontecimientos y los cambios en la coyuntura interna del país, con una incipiente contestación al franquismo desde los espacios obreros, estudiantiles e intelectuales, busca fortalecer su posición con la realización del V Congreso en septiembre 1954 en Checoslovaquia

El PCE ante el giro de los acontecimientos y los cambios en la coyuntura interna del país, con una incipiente contestación al franquismo desde los espacios obreros, estudiantiles e intelectuales, busca fortalecer su posición con la realización del V Congreso en septiembre 1954 en Checoslovaquia, con presencia tanto de la organización del interior como del exilio, aprobándose un nuevo programa y nuevos estatutos. Un Congreso que inicia la renovación paulatina de la dirección del Partido, donde Santiago Carrillo adopta un papel protagonista y aparecen nuevas figuras como Gregorio López Raimundo, Fernando Claudín, Julián Grimau, Simón Sánchez Montero… En lo referente al Programa destacaba la necesidad de:

“…creación de un Frente Nacional Antifranquista, con presencia de todas las fuerzas opositoras, abriendo paso a un gobierno provisional revolucionario dotado de un programa mínimo de democratización, derogación del tratado con los Estados Unidos y aplicación de algunas medidas sociales de urgencia. El citado gobierno convocaría elecciones a Cortes constituyentes, en las que los comunistas abogarían por una república democrática, que incluyera el derecho de autodeterminación para Cataluña, Euskadi y Galicia…”[iv]

Se vivía un nuevo momento justamente tras la muerte de Stalin, defendiéndose la necesidad de una mayor apertura del Partido y una democratización interna frente a las etapas anteriores, sobre la base del centralismo democrático como modelo de funcionamiento. Dolores Ibarruri sería elegida Secretaria General para liderar el proyecto político del V Congreso del PCE.

Fuente: Mundo Obrero, noviembre de 1954.

En 1955 se impulsaba por el sindicalismo del Régimen el III Congreso Nacional de Trabajadores que supuso una importante pugna interna y que acabaría llevando a la asunción de muchas medidas que había apuntado el V Congreso del PCE, lo que mostraba la penetración que en el sistema sindical de la dictadura se había producido, a la vez que la progresiva toma de conciencia de los trabajadores. Se pretendía convertir a los sindicatos verticales en fuerzas de oposición al franquismo en unos momentos en los que el conflicto laboral iba en aumento por los bajos salarios y la carestía de la vida[v].

Mientras tanto se producían avances en otros campos, con la constitución de los primeros grupos organizados en el mundo de la Cultura y la Universidad, con nombres como los de Jorge Semprún, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Angela Figueras, Juan Antonio Bardem, Ramón Tamames…

Mientras tanto se producían avances en otros campos, con la constitución de los primeros grupos organizados en el mundo de la Cultura y la Universidad, con nombres como los de Jorge Semprún, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Angela Figueras, Juan Antonio Bardem, Ramón Tamames… y que impulsan, junto con a jóvenes críticos del propio régimen como los hermanos Garrigues Walker, Dionisio Ridruejo… una incipiente agitación a partir de 1955 y 1956 frente al control universitario por parte del SEU y Falange, y que tendría como consecuencias detenciones de intelectuales y estudiantes, a la vez que el cese del Ministro de Educación Joaquín Ruiz Jiménez y la declaración del primer estado de excepción[vi].

El cambio social que se estaba produciendo en España, junto con el impacto del XX Congreso del PCUS y la política de “coexistencia pacífica”, llevó al PCE al planteamiento de la denominada como política de “Reconciliación Nacional” como base para el cambio político en España.

“…El planteamiento de la Reconciliación Nacional culminaba el giro destinado a posibilitar una amplia política de alianzas con la finalidad de acabar con la dictadura y restablecer la democracia en España, sobre unas bases de entendimiento mínimas entre las fuerzas de oposición, particularmente las que iban surgiendo en el interior del país…”[vii]

“Las dos Españas” de 1936 ya no existían y sólo se había convertido en un argumento para sustentar al régimen dictatorial, por lo que se abría la posibilidad del cambio político sobre la base de una salida pacífica. El Partido se convertía en el principal referente de la lucha antifranquista.

“…Existe en todas las capas sociales de nuestro país el deseo de terminar con la artificiosa división de los españoles en rojos y nacionales, para sentirse ciudadanos de España, respetados en sus derechos, garantizados en su vida y libertad, aportando al acervo nacional su esfuerzo y sus conocimientos…”[viii]

Así en agosto de 1956 en Berlín del este, el Comité Central del PCE asumía sin fisuras la política de “Reconciliación Nacional”, se analizaban los resultados del XX Congreso del PCUS y en esta coyuntura se acordaba un acercamiento al PSOE, junto con el necesario fortalecimiento del Partido[ix]. Se planteaba superar la ruptura que había supuesto la Guerra de España, buscando un nuevo marco de relaciones en las que la “convivencia pacífica” se convertía en base sobre la cuál construir un nuevo proyecto de país.   

“…Había que dar un salto desde las trincheras del ejército de Franco y el ejército popular de la República al terreno de la acción de masas para enfrentarse a los problemas cotidianos de la gente…”[x]

El Partido aumenta su actividad de manera considerable, lo que tendrá como respuesta el incremento de la persecución policial y la represión

El Partido aumenta su actividad de manera considerable, lo que tendrá como respuesta el incremento de la persecución policial y la represión. La práctica organizativa se fue adaptando al nuevo momento, fortaleciéndose el aparato organizativo y el de propaganda, como garantías de visibilidad y pervivencia frente a las acciones represivas de la política-social y la Guardia Civil. La violencia extrema, la tortura, palizas, vejaciones… son actuaciones normalizadas en las fuerzas del orden de la dictadura. Frente a esto las redes de solidaridad posibilitan la supervivencia en las cárceles del franquismo, la huida, el ocultamiento… la supervivencia[xi]. Destaca la activación en el mundo rural de la actividad política clandestina con la difícil penetración en las Hermandades de Labradores y Ganaderos, activando y organizando la protesta a la vez que recuperando de manera paulatina un tejido asociativo de carácter reivindicativo, siendo catalizador del descontento frente al régimen que venía fraguándose debido a las nefastas condiciones de trabajo, la carestía extrema y la miseria que se vive[xii].

Penal de Burgos 1957. Fuente: Archivo Histórico del PCE (AHPCE). 

Se impulsarán en los años 1958 y 1959 sendas movilizaciones que se plantean desde una idea unitaria pero que finalmente tiene que enfrentar sola la dirección del PCE. El análisis de la situación desde el exterior está bastante alejado de la situación real que se vive en “la España de Franco”, y frente a análisis triunfalistas, estas movilizaciones se caracterizan por ser claramente minoritarias y por tener unas duras repercusiones sobre quienes las secundan[xiii], valorando que son las primeras movilizaciones con un carácter general para todo el país y que por primera vez desde la guerra se producen movilizaciones de protesta. Pero es que la situación que se vive en la España de finales de los 50 sigue siendo muy precaria, lanzando a la emigración interior o exterior a millares de personas, como muestra este fragmento de una carta dirigida a “la Pirenaica” en 1959 desde Málaga:

“…por aquí el trabajo está muy escaso (…) muchas gentes se marchan a otras provincias del norte y el que puede a Francia (…) todo el mundo coincide que con lo que se gana no se puede vivir…”[xiv]

En diciembre de 1959 se celebraba en Praga el VI Congreso del PCE, en el que la presencia de militancia del interior era notablemente más alta que en el V Congreso. Uno de los principales elementos a destacar de este es el relevo generacional, ocupando la Secretaría General Santiago Carrillo y asumiendo Dolores Ibarruri la Presidencia.

En Granada…

“…la edificación del nuevo estado franquista se instaló, dentro de las provincias andaluzas orientales (…) sobre el desencadenamiento de una crudelísima represión, que condujo a la implantación del terror en extensas comarcas rurales que habían conocido, durante el precedente período republicano, una intensa conflictividad huelguística y antipatronal”[xv]

En la segunda mitad de los años 40 llegan desde el exterior a la zona de Andalucía un importante número de dirigentes con el objetivo de reorganizar la estructura del Partido tras las constantes caídas que se producen

En la segunda mitad de los años 40 llegan desde el exterior a la zona de Andalucía un importante número de dirigentes con el objetivo de reorganizar la estructura del Partido tras las constantes caídas que se producen. Así llegan fundamentalmente desde Francia Félix Cardador García, Ricardo Beneyto Sapena, José Mallo Fernández… Junto a otros, son los principales responsables de la reorganización comunista en Andalucía entre 1946-1948, teniendo especial presencia en la provincia de Granada Beneyto y Armada Rus, en unos momentos en los que el movimiento guerrillero se encuentra con una importante actividad. Pero nuevamente el intenso control policial junto con las delaciones, hacen que se produzca una nueva caída en la que es apresado Beneyto, siendo condenado a 30 años de reclusión. Detenciones, ejecuciones… provocan la práctica desintegración de la organización hasta los años 50, momento en el que dirigentes excarcelados como Félix Cardador García, José Benítez Rufo o viejos conocidos como el cordobés Miguel Caballero Vacas inician el proceso de reconstrucción[xvi].

Fuente: Revista Granada Gráfica noviembre 1952, visita del general Franco a Granada octubre 1952.

La visita del general Franco a Granada en octubre de 1952 será un símbolo de la fortaleza del régimen en la provincia, donde la resistencia guerrillera ha desaparecido y las estructuras de la resistencia están prácticamente aniquiladas. Una visita que recibe una amplia cobertura de la revista Granada Gráfica, y en la que destacan junto a los actos protocolarios la inauguración de la barriada de Haza Grande y la visita a las obras del Instituto Nacional de Colonización en Láchar, donde se estaba construyendo el pueblo de “Peñuelas”, dentro de la política agraria del Régimen, que unos pocos años más tarde y como consecuencia del terrible terremoto de 1956 que asola las poblaciones de Albolote y Atarfe, da lugar al nacimiento de otro pueblo de colonización “El Chaparral”.

En la movilización de 1958 encontramos la referencia de Guadahortuna con una concentración en la plaza del ayuntamiento, y en 1959 destacará el pueblo de Píñar donde los obreros no fueron a trabajar, junto con la paralización del puerto de Motril...

En la nueva línea emprendida desde la aprobación de la Política de Reconciliación Nacional (PRN) se impulsarán la Jornada de Reconciliación Nacional de 1958 y la Huelga Nacional Pacífica de 1959, movimientos que pretenden medir fuerzas por un lado y plantar cara a la dictadura por otro, justamente en unos momentos en los que las políticas agrarias y sociales del franquismo habían tensado la cuerda sobremanera, convirtiendo la supervivencia diaria en un auténtico reto para la población más humilde, planteando la emigración como una de las pocas soluciones en el medio rural de la Andalucía Oriental.

“La penuria extrema padecida por la población rural se conjugó con el terror y la violencia institucional ejercidos por las nuevas autoridades franquistas, para alumbrar como resultado la eliminación de cualquier posibilidad de resurgimiento de la conflictividad huelguística, o la simple protesta laboral…”[xvii]

En la movilización de 1958 encontramos la referencia de Guadahortuna con una concentración en la plaza del ayuntamiento, y en 1959 destacará el pueblo de Píñar donde los obreros no fueron a trabajar[xviii], junto con la paralización del puerto de Motril e incidencia en lugares con fuerte tradición comunista como Pinos Puente, Maracena, Atarfe…[xix]. A pesar de lo limitado de estas actuaciones, estas se convierten en una evidencia del fortalecimiento organizativo del PCE a la vez que la gran importancia de la progresiva infiltración en el sindicalismo vertical y la labor de propaganda clandestina realizada vía octavillas, mediante el reparto del Mundo Obrero, pintadas y el gran impacto de Radio España Independiente, “la Pirenaica”, desde donde se producen denuncias específicas de las situaciones de abusos que se producen en la provincia de Granada.

Fotografía JFAS: Luís López miembro del PCE en los 50 junto a otros camaradas del PCE en la sede Maracena.

La reorganización del Partido en los 50 se hace por un lado a través de militantes excarcelados como Emilio Mariño Castillo, Luis Moreno Sánchez o José Guirado Parra, y con nuevas incorporaciones de militantes jóvenes a partir de 1957 como Pedro Martínez Ojeda (Guadahortuna), Luis López (Maracena)[xx], Emilio Cervilla Alonso (Granada)… entre otros. Con “Felix Cardador” como enlace con la estructura del Partido, y bajo la dirección de Juan Baena Martínez la organización se expande por el área metropolitana de Granada (Atarfe, Albolote, Maracena, Peligros, Pinos Puente), Montes Orientales (Dehesas Viejas, Iznalloz, Guadahortuna, Piñar), el Poniente (Moraleda de Zafayona), zona norte (Purullena, Guadiz,Baza) y la costa (Motril, Salobreña, Vélez Benaudalla) [xxi]. Son momentos de un crecimiento ostensible de la organización  con casos tan significativos como el de Maracena con la mítica “Peña de los Celtas” como referencia.

Fuentes archivísticas:

  • Archivo Histórico del Partido Comunista de España (AHPCE)
  • Hemeroteca virtual de Andalucía

Bibliografía:

  • AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960
  • BALSEBRE, Armand y FONTONOVA, Rosario, Las cartas de La Pirenaica. Memoria del antifranquismo, Madrid, Cátedra, 2014
  • CARRILLO, Santiago, La difícil reconciliación de los españoles, Barcelona, Planeta, 2011
  • FUENTES NAVARRO, Mª Candelaria y COBO ROMERO, Francisco, La tierra para quien la trabaja. Los comunistas, la sociedad andaluza y la conquista de la democracia (1956-1983), Granada, Universidad de Granada, 2016
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales de CC.OO. 2012
  • SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Jesús, Teoría y práctica democrática en el PCE (1956-1982), Barcelona, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2004

Artículos:

  • ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “Luís López García, ‘Jorovive’ ” en el diario digital El Independiente de Granada, 26/10/2019. Enlace: http://www.elindependientedegranada.es/blog/luis-lopez-garcia-jorovive
  • COBO ROMERO, Fco y ORTEGA LÓPEZ, Teresa M. “La protesta de solo unos pocos. El débil y tardío surgimiento de la protesta laboral y la oposición democrática al Régimen Franquista en Andalucía Oriental (1951-1976)” Revista de Historia Contemporánea, Fundación Dialnet, número 26, 2003, pp.113-160
  • GÓMEZ ALÉN, José, “Carta del Comité Central a todas las organizaciones y militantes del Partido. Julio de 1952”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 21/06/2021
  • ERICE, Francisco, “Programa del PCE aprobado en el V Congreso (septiembre de 1954)”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 27/06/2021
  • ERICE, Francisco, “Crónicas de manifestaciones estudiantiles en Madrid, octubre de 1955 y febrero de 1956” en Documentos para un centenario PCE (1921-2021),  edición digital Mundo Obrero, 07/07/2021
  • ERICE, Francisco, “Declaración del PCE por la Reconciliación Nacional. Junio de 1956” en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 11/07/2021
  • ERICE, Francisco, “Resolución del Pleno del Comité Central del PCE sobre la situación en la dirección del Partido y los problemas de reforzamiento del mismo. Agosto de 1956”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 21/07/2021
  • ERICE, Francisco, “Testimonios de la represión. 1957-1959”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 26/07/2021
  • ERICE, Francisco, “Declaración sobre la Jornada de Reconciliación Nacional (mayo de 1958)”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 09/08/2021
  • ORTEGA LÓPEZ, Teresa María, “La protesta en el Sur. Conflictividad laboral y oposición sindical en Andalucía bajo la dictadura franquista 1958-1975”, Revista de Estudios Regionales, número 72, 2005, pp.113-138

Citas bibliográficas:

_____________________________________________________________________

  • [i] AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960, pp.211-212
  • [ii] AA.VV. (1960), p.219
  • [iii] GÓMEZ ALÉN, José, “Carta del Comité Central a todas las organizaciones y militantes del Partido. Julio de 1952”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 21/06/2021
  • [iv] ERICE, Francisco, “Programa del PCE aprobado en el V Congreso (septiembre de 1954)”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 27/06/2021
  • [v] AA.VV. (1960), pp.234-235
  • [vi] ERICE, Francisco, “Crónicas de manifestaciones estudiantiles en Madrid, octubre de 1955 y febrero de 1956” en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 07/07/2021 y en CARRILLO, Santiago, La difícil reconciliación de los españoles, Barcelona, Planeta, 2011, pp.11-13
  • [vii] ERICE, Francisco, “Declaración del PCE por la Reconciliación Nacional. Junio de 1956” en Documentos para un centenario PCE (1921-2021),  edición digital Mundo Obrero, 11/07/2021
  • [viii] Archivo Histórico del PCE (AHPCE), “Declaración del PCE por la reconciliación nacional, por una solución pacífica y democrática del problema español”, París, 1956, p.5
  • [ix] ERICE, Francisco, “Resolución del Pleno del Comité Central del PCE sobre la situación en la dirección del Partido y los problemas de reforzamiento del mismo. Agosto de 1956”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021),  edición digital Mundo Obrero, 21/07/2021
  • [x] CARRILLO, Santiago (2011), p.13
  • [xi] ERICE, Francisco, “Testimonios de la represión. 1957-1959”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 26/07/2021
  • [xii] FUENTES NAVARRO, MªCandelaria y COBO ROMERO, Francisco, La tierra para quien la trabaja. Los comunistas, la sociedad andaluza y la conquista de la democracia (1956-1983), Granada, Universidad de Granada, 2016, pp.89-98
  • [xiii] ERICE, Francisco, “Declaración sobre la Jornada de Reconciliación Nacional (mayo de 1958)”, en Documentos para un centenario PCE (1921-2021), edición digital Mundo Obrero, 09/08/2021
  • [xiv] BALSEBRE, Armand y FONTONOVA, Rosario, Las cartas de La Pirenaica. Memoria del antifranquismo,  Madrid, Cátedra, 2014, p.315
  • [xv] COBO ROMERO, Fco y ORTEGA LÓPEZ, Teresa M. “La protesta de solo unos pocos. El débil y tardío surgimiento de la protesta laboral y la oposición democrática al Régimen Franquista en Andalucía Oriental (1951-1976)” Revista de Historia Contemporánea, Fundación Dialnet, número 26, 2003, p.114
  • [xvi] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales de CC.OO. 2012, pp.56-59
  • [xvii] COBO ROMERO, Fco y ORTEGA LÓPEZ, Teresa Mª (2003), p.125
  • [xviii] FUENTES NAVARRO, MªCandelaria y COBO ROMERO, Francisco (2016), pp.144-145
  • [xix] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (2012), p.59-61
  • [xx] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “Luís López García, ‘Jorovive’ ” en el diario digital El Independiente de Granada, 26/10/2019.
  • [xxi] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (2012),pp.66-70

_____________________________________________________________________

Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

_________________________________________________________________________________________

Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":