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Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo XVIII: 'La Memoria y las mujeres comunistas (II). El franquismo'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 15 de Octubre de 2021
Segunda parte de 'La Memoria y las mujeres comunistas', en esta ocasión, dedicada al franquismo, de la excepcional serie en la que Juan Francisco Arenas de Soria relata la historia del PCE, en el año de su centenario.
Mujeres huyen hacia la frontera francesa.
Archivo Histórico del PCE.
Mujeres huyen hacia la frontera francesa.
“…La propaganda franquista demonizó a la mujer republicana, especialmente a la mujer comunista y libertaria, representante de la llamada ‘anti-España’…”[i]

La derrota militar, con el duro trasfondo del golpe del coronel Segismundo Casado, dará lugar a una rápida reorganización para hacer frente al nuevo momento, siendo ejemplo la experiencia de las jóvenes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) conocidas como las trece rosas”, encarceladas en la prisión de mujeres de las Ventas, torturadas y asesinadas el 5 de agosto de 1939 en Madrid, al caer la primera red de resistencia creada nada más terminar la guerra. De esta dramática forma quedaba unida la figura de las mujeres a la lucha antifascista tras el conflicto armado, episodio recogido por la obra cinematográfica del mismo nombre dirigida por Emilio Martínez-Lázaro (2007) y basada en la novela del periodista Carlos Fonseca:

“Fueron muchas las que se movilizaron y participaron activamente en la resistencia al franquismo: unas veces desde puestos de trabajo, otras desde las cárceles o el exilio, a menudo desde el interior de las organizaciones políticas clandestinas -moviéndose en los márgenes de estas- y casi siempre desde sus barrios y sus propias casas, convertidas en lugares privados a partir de los cuales organizaron una lucha política común”[ii]

En el llano y en la sierra, las mujeres tendrán un papel destacado, fundamentalmente como enlaces y tejedoras de esas redes de resistencia, siendo fundamental su papel en organizar la solidaridad que garantizará la asistencia a las personas encarceladas, huidas, escondidas, combatientes de la guerrilla... En el caso de Granada, estudiado por José María Azuaga y Jacqueline López:

“…Hubo mujeres que formaron parte de los grupos de huidos, durante la guerra y en la posguerra, y hubo también algunas guerrilleras, pero, en lo que se refiere a la Agrupación Guerrillera de Granada, se había tomado la decisión de que no se integraran mujeres en la misma. Se debía a una concepción patriarcal de esta actividad. Asimismo, se debía a que la guerrilla era sobre todo rural, y en tales zonas los avances emancipatorios habían sido menores que en el resto del país durante la República…”[iii]

Convirtiéndose en la principal organización clandestina el Partido Comunista de España (PCE), en el cual las mujeres serán clave en el mantenimiento de la organización, como enlaces, distribuidoras de la propaganda…

El PSOE y la CNT quedan desarticuladas y rotas tras el golpe de Casado y la entrega de lo que quedaba de la República tras el triunfo del mismo, tras un fallido intento de negociar la rendición, convirtiéndose en la principal organización clandestina el Partido Comunista de España (PCE), en el cual las mujeres serán clave en el mantenimiento de la organización, como enlaces, distribuidoras de la propaganda… Las mujeres son esenciales para mantener el contacto con la militancia encarcelada, organizando campañas de apoyo a los presos, con recogidas de firmas, alimentos, recaudan dinero, ropa… algo muy similar a las redes de apoyo a la guerrilla. Estas mujeres, familiares o unidas afectivamente a presos o guerrilleros, serán puestas pronto en el punto de mira de las fuerzas represoras.

Alocución radiofónica de Dolores Ibarruri durante la guerra. Archivo Histórico del PCE.

De la misma manera, en las estructuras orgánicas del Partido, la mujer tuvo un papel significativo, con Dolores Ibarruri como símbolo, pero con muchas más ejerciendo puestos de responsabilidad. A pesar de todo esto, los roles machistas perviven en las organizaciones de la izquierda, no siendo compatible el discurso que se lanza con la realidad de cada momento, ya que como afirma Claudia Cabrero, se mantiene una “jerarquía sexual” en el trabajo del día a día[iv], intentando superarse esta situación, ya que la imperiosa necesidad de estar constantemente reorganizándose ante la persecución policial, convertía a las mujeres en pilar esencial de la organización clandestina, lo que lleva a las organizaciones a intentar transformar unas estructuras mentales condicionadas por el lastre patriarcal, como muestra este fragmento de un informe del PCE en Asturias:

Si tenemos en cuenta que las mujeres forman mayoría en el pueblo español y la indudable influencia que ejercen en los destinos políticos del país debemos prestar la atención que requiere al movimiento femenino. Hay que desterrar por totalmente nociva y errónea la falsa idea de que en la etapa de la clandestinidad la utilización de las mujeres en las tareas políticas es peligrosa e ineficaz porque millares de magníficos ejemplos nos demuestran lo contrario. Ahí está nuestro secretario general, Camarada Dolores Ibarruri, modelo de capacidad, abnegación y firmeza”[v]

La represión fascista se cebó con las mujeres desde el primer momento del golpe de estado de julio del 36, durante la guerra y posteriormente en la construcción y desarrollo del régimen dictatorial

La represión fascista se cebó con las mujeres desde el primer momento del golpe de estado de julio del 36, durante la guerra y posteriormente en la construcción y desarrollo del régimen dictatorial. La historiadora Emilia Barrio afirma que la violencia sufrida tiene una doble condición: por ser mujer y por motivos ideológicos”[vi]. Fueron muchas y diversas las formas en las que se ejerció la represión, desde la violación sistemática como arma de guerra -recordemos la alocuciones del general Queipo de Llano-, la tortura y humillación pública por haber participado en la defensa del Frente Popular -ellas directamente o sus parejas-, el asesinato, el encarcelamiento, deportación en los campos de concentración nazis, el robo de bebes… y muy especialmente la construcción de un modelo social en el que las mujeres vivirán una involución de siglos, siéndoles arrebatados los derechos conquistados y asentando los usos y costumbres del modelo patriarcal. Era necesario “deshumanizar” a esas mujeres que eran capaces de romper los estrechos márgenes que los roles asignados por el patriarcado les daban. Así el pseudo-psiquiatra de infausto recuerdo, Vallejo Nájera, acaba responsabilizándolas del impulso de actos violentos y de todos los males habidos y por haber.

“…Coméntase vivamente el hecho de que en la revolución comunista española haya participado el sexo femenino con entusiasmo y ferocidad inusitados, no dudando muchas jóvenes en alistarse como miliciantes en los frentes (…) Mucho mayor ha sido el número de mujeres que unidas a la horda perpetraron horribles asesinatos, incendiaron y saquearon, además de animar a los hombres para que cometieran toda suerte de desmanes…”[vii]

Una concepción que se verá reflejada en las acusaciones que aparecen en muchos consejos de guerra hacia mujeres republicanas y que el propio médico franquista, sin ningún tipo de base científica afirma en su estudio de mujeres presas en la cárcel de Málaga “La locura y la guerra. Psicopatología de la Guerra Española”[viii]

Publicación realizada por las presas de la cárcel de Ventas (Madrid). Archivo Histórico del PCE. 

Hay que visibilizar de la misma manera, a un colectivo pequeño, pero igualmente parte de esta Memoria de las mujeres, que es el del colectivo de mujeres trans, que sufriría una terrible persecución, al ser consideradas como “abominaciones”, personas “contranatura”… víctimas de algún tipo de enfermedad mental, según los psicólogos de la época, que intentarán a través de métodos inhumanos “corregir” la identidad de estas mujeres.

Hay que visibilizar de la misma manera, a un colectivo pequeño, pero igualmente parte de esta Memoria de las mujeres, que es el del colectivo de mujeres trans

Para el psiquiatra Enrique González Duro[ix], que fue vicepresidente de la Asociación Española de Neuro-psiquiatría, son varios los pasos que se siguen de forma claramente planificada y sistemátizada, en el ejercicio de la represión organizada por los vencedores de la guerra: el miedo, el exterminio de los vencidos, el hambre, la enfermedad, la muerte…

“… mujeres rojas, y como tales, vejadas, humilladas, maltratadas, frecuentemente detenidas, apaleadas y hasta encarceladas, incluso sin haber sido expedientadas por ningún juzgado…”[x]

La represión económica a través de la Ley de Responsabilidades Políticas  alcanzará un nivel de presión de grandes dimensiones, derivadas de las medidas que se toman contra las familias de las personas implicadas en la defensa de la República, el Frente Popular o sus organizaciones…

La represión económica a través de la Ley de Responsabilidades Políticas  alcanzará un nivel de presión de grandes dimensiones, derivadas de las medidas que se toman contra las familias de las personas implicadas en la defensa de la República, el Frente Popular o sus organizaciones… las mujeres se verán envueltas en una espiral de violencia y miseria inimaginables, lo que dará lugar al surgimiento de unas redes de solidaridad entre mujeres de grandes dimensiones, mujeres que han de hacer frente a la ausencia de la figura masculina, enfrentando de cara un mundo donde el patriarcado lucía las galas de la victoria. Multitud de situaciones diferentes que hemos recogido a lo largo de los años en trabajos diversos entorno a la recuperación y reivindicación de la Memoria, que nos muestran la dureza de la represión, pero igualmente la fortaleza de esas mujeres que consiguen a duras penas sobrevivir en un entorno totalmente hostil y en muchos casos tener que enfrentarse al camino de la emigración/exilio de sus lugares de origen, buscando una oportunidad para ellas y sus familias, tejiendo redes de solidaridad[xi]. Mujeres que ante los asesinatos en masa, de los que en muchas ocasiones ellas mismas son víctimas, quedan huérfanas, viudas… solas en un mundo patriarcal en el que con el estigma de “rojas” se ven obligadas a salir de sus lugares de origen, donde se las conoce y son acosadas, ultrajadas, objeto constante de burla y saña.

Fuente: Cartel de la exposición “Mujeres bajo sospecha” (UNED).

Otras peregrinarán por la geografía peninsular detrás de sus maridos, padres o hermanos presos, para poder proporcionarles alimento, consuelo, vestido… en un sistema carcelario que deja recaer en las familias de los presos una importante parte de la responsabilidad para su supervivencia. Tuvieron que hacer de todo, incluso prostituirse, para poder sobrevivir ellas y mantener a sus familias. Surgen las redes de solidaridad, la lucha clandestina, el deseo de contar lo que estaba pasando… pero la represión será inmisericorde con aquellas que son descubiertas, como Encarnita García Córdoba, fusilada en Almería por organizar el Socorro Rojo[xii]. Otras muchas serán encarceladas.

El robo de niños y niñas recién nacidos fue también una forma de represión sobre las mujeres de izquierdas y las más humildes, generándose unas redes de tráfico de bebés que seguirían activas hasta bien entrada la democracia.

“…fue un hecho muy común. Se calcula que ronda los 30.960 niños y niñas robados. Los hijos de las mujeres que eran asesinadas fueron entregados a familias franquistas para "eliminar la semilla marxista" y darles una educación afín al régimen…”[xiii]

A través de Radio España Independiente,La Pirenaica” organizada por el Partido Comunista de España desde el exterior, se realizarán constantes denuncias públicas de la situaciones de abusos que viven las mujeres, consecuencia en muchos casos de la terrible propaganda que se realiza contra las republicanas, las comunistas, anarquistas o socialistas. Rapadas, paseadas desnudas, obligadas a beber purgantes, violadas… algo generalizado en todo el país, que en muchos casos terminaba con el asesinato de las víctimas para que se lleven a la tumba lo sucedido, como demuestran las cartas dirigidas a la emisora desde diferentes puntos de la geografía española[xiv]. La emisora tendrá una sección específica liderada por la locutora Pilar Aragón, dirigida a las mujeres “Página de la mujer”.

“…Las ‘mujeres de vida extraviada’, de algún modo, representaban la antítesis de la nueva-vieja mujer española cuyo modelo quería imponer el franquismo: una mujer de su casa, sumisa y sacrificada, guardiana principal del buen orden de la familia y freno de toda corrupción moral del hombre…”[xv]
Pilar Primo de Rivera, Guía de la buena esposa: 11 reglas para mantener a tu marido feliz (1953).

Junto a esto se sumarán posiciones en contra de una intelectualidad femenina, impulsando las posturas patriarcales de Falange Española, que centraban en la maternidad, la familia y el hogar el espacio de las mujeres

El franquismo impulsará la Sección Femenina como elemento de socialización de las mujeres en los valores del nuevo régimen, lo que realizará bajo el mando de Pilar Primo de Rivera. Una socialización que se realiza sobre la base del nacionalcatolicismo, y que llevará a muchas mujeres a las filas de la organización falangista. Los cuadros dirigentes de la organización serán mujeres vinculadas al régimen, de clase acomodada, con una importante participación en organizaciones vinculadas a la Iglesia como Adoración Nocturna o Acción Católica; hijas y mujeres de militares, “caídos por Dios y por la Patria”, excombatientes de los sublevados… Una organización muy similar en sus primeros años a las organizaciones del nazismo alemán, el fascismo italiano o el salazarismo portugués, uniendo la ideología fascista a los principios del nacionalcatolicismo. El carácter asistencialista que se dará a muchas de sus actividades, será una de las vías a través de las cuales acercarlas a las mujeres más humildes. Junto a esto se sumarán posiciones en contra de una intelectualidad femenina, impulsando las posturas patriarcales de Falange Española, que centraban en la maternidad, la familia y el hogar el espacio de las mujeres. Esta intervención de Pilar Primo de Rivera es clarificadora:

Esto no quiere decir que queramos hacer de vosotras el tipo detestable de la oradora. Nada más contrario a lo nuestro de la antigua mujer parlamentaria, desgañitándose en los escenarios para conseguir votos. Por el contrario, todos los días le debíamos de dar gracias a Dios por habernos privado a la mayoría de las mujeres del don de la palabra, porque si lo tuviéramos, quién sabe si caeríamos en la vanidad de exhibirlo en las plazas (…) Que vuestra labor sea callada; que a las Secciones Femeninas, mientras menos se las oiga y menos se las vea, mejor; que el contacto con la política no nos vaya  a meter a nosotras en intrigas y habilidades impropias de mujeres”[xvi]

Es la misma Pilar Primo de Rivera la que escribirá en 1953 la  "Guía de la buena esposa: 11 reglas para mantener a tu marido feliz"[xvii] donde se expresa claramente el papel que para el régimen dictatorial tenía la mujer.

Pilar Primo de Rivera, Guía de la buena esposa: 11 reglas para mantener a tu marido feliz (1953).

 No hay que olvidar a las ausentes en los libros de Historia, pero las más presentes en todas las guerras, y sobre todo en la posguerra; las “trabajadoras sexuales”, aunque mejor dicho, las mujeres prostituidas a manos de los hombres y del patriarcado

Por otro lado, no hay que olvidar a las ausentes en los libros de Historia, pero las más presentes en todas las guerras, y sobre todo en la posguerra; las “trabajadoras sexuales”, aunque mejor dicho, las mujeres prostituidas a manos de los hombres y del patriarcado. En un artículo de Alba Carreras, donde recoge el estudio del historiador Francisco Martínez Hoyos[xviii], sobre los prostíbulos durante la guerra civil, habla del aumento de la prostitución en más del 40%, pocos meses después del inicio de ésta. Mujeres que debido a su situación de vulnerabilidad, acudían a Barcelona a trabajar, pero al no encontrar nada, se veían abocadas, a una de las formas de esclavitud más crueles que podía existir hacia las mujeres, como es la prostitución. Algo que también señala el Enrique González Duro en su libro El miedo en la postguerra en relación a las realidades que se viven tras la finalización del conflicto armado. Algunas, con un poco más de suerte, encontraban trabajos domésticos, que les sacaban de la desidia y de estar satisfaciendo a hombres, que según ellos mismos, debían desfogar, para que nadie conociera sus relaciones extramatrimoniales, o peor aún, para que pudieran preservar la virginidad de sus amadas. No sólo eran mujeres prostituidas, según la Iglesia Católica eran las “perdidas” o como titula Pura Sánchez su libro sobre la represión franquista sobre la mujer: “individuas de dudosa moral”[xix]. Se busca justificar de esta manera la existencia de la explotación sexual y la permisividad que se muestra hacia la misma. No sólo serán utilizadas para complacer los deseos sexuales de los soldados, sino que también se desarrolla un tráfico de mujeres, al proveer de mujeres prostitutas marroquíes a las tropas provenientes del Protectorado. Mientras tanto, desde el Gobierno de la República, la Ministra anarquista Federica Montseny trabajó para la erradicación de la prostitución[xx], claros contrastes que ponen sobre la mesa las diferentes cosmovisiones que se enfrentaban en España.

Desde el PCE se impulsarán plataformas de mujeres antifranquistas” abiertas a todas aquellas mujeres que compartieran su deseo de luchar contra el régimen, aunque la designación de campos específicos de lucha y la determinación del papel que debían de ocupar las mujeres, mostraba el estigma patriarcal[xxi].

En las cárceles del franquismo

“…mientras que para el caso de los hombres la doctrina penitenciaria había progresado mucho con la eliminación del trabajo forzado y la creación de prisiones-modelo, las cárceles para mujeres apenas habían cambiado desde el Antiguo Régimen. Trabajo y religión eran los dos pilares que vertebraban el funcionamiento…”[xxii]

Durante la Segunda República, la Directora General de Prisiones, Victoria Kent, intentó introducir conceptos nuevos en la visión del sistema penitenciario, pretendiendo humanizarlo. Las medidas tomadas rompían con el modelo tradicional asentado durante siglos, desplazando el elemento religioso de las prisiones, sacando de las cárceles a sacerdotes y monjas apostanto por un cuerpo profesionalizado que atendiese a las personas presas. Se construirían cárceles nuevas que en su estructura estaban concebidas para garantizar unas mejores condiciones de vida para las personas presas, ejemplo de ello será la Prisión Provincial de Granada, la de mujeres de Ventas, Salamanca… pero la experiencia tendría una corta vida, pues el golpe militar y el establecimiento de la dictadura retrotraería el sistema penitenciario español a sus momentos de mayor brutalidad.

Se construirían cárceles nuevas que en su estructura estaban concebidas para garantizar unas mejores condiciones de vida para las personas presas, ejemplo de ello será la Prisión Provincial de Granada, la de mujeres de Ventas, Salamanca… pero la experiencia tendría una corta vida

Con el desarrollo de la guerra y finalmente con la victoria de los golpistas, como indica el nombre del documental cinematográfico escrito y codirigido por Carlos Ceacero, España se convertía en Una inmensa prisión”. La Iglesia Católica recuperaría el control de buena parte del servicio penitenciario, y de manera muy especial de las cárceles de mujeres. La obra cinematográfica de Benito Zambrano, La voz dormida”, basada en el libro del mismo nombre de Dulce Chacón, nos acerca a la realidad de los presidios de mujeres y a las situaciones que se vivían en los mismos. No se podía esperar mucho más de

“…una dictadura alimentada ideológicamente por un nacionalcatolicismo patriarcal y misógino que imponía  modelo de mujer-esposa-madre recluida en el hogar, marginada del mundo de lo público, sometida siempre a las figuras masculinas…”[xxiii]
Publicación de las presas de la cárcel de Ventas (Madrid). Archivo Histórico del PCE.

Muchas mujeres no aceptaron pasivamene la situación, y se organizarán en redes de solidaridad para hacer frente a la dura situación a la que tienen que vivir, pero también con la intención de obtener información y hacer frente al régimen

Muchas mujeres no aceptaron pasivamene la situación, y se organizarán en redes de solidaridad para hacer frente a la dura situación a la que tienen que vivir, pero también con la intención de obtener información y hacer frente al régimen con los pocos instrumentos que estaban a su alcance. Unas redes con un fuerte carácter político que tenían sus pilares dentro y fuera de la cárcel, que las conectaban con las propias fuerzas políticas clandestinas y que obtuvieron importante apoyo en unos momentos en los que las condiciones de vida de las presas dependían mucho de las aportaciones de alimentos, vestido… que podían conseguir a través de familiares o de estas redes solidarias. Redes dirigidas por mujeres ideologizadas que realizarán una importante labor de formación y concienciación de otras presas.

Las cartas que muchas presas dejan antes de enfrentarse a los pelotones de fusilamiento son claro testimonio de la entereza con la que viven sus últimos momentos de vida, pero queriendo consolar a sus familiares y queriendo mantener viva siempre la esperanza:

“Madrid, 5 de agosto de 1939.

                Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mi madre. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente.

Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermano y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada.

Adiós, madre querida, adiós para siempre.

Tu hija, que jamás te podrá besar ni abrazar.

Julia Conesa

Besos para todos, que ni tú ni mis compañeras lloréis.

Que mi nombre no se borre en la historia[xxiv]

Fuentes hemerográficas:

Fuentes bibliográficas:

  • BALSEBRE, Armand y FONTOVA, Rosario, Las cartas de La Pirenaica. Memoria del antifranquismo, Madrid, Edit.Cátedra, 2014
  • BUENO LLUCH, Manuel y GÁLVEZ BIESCA, Sergio, Nosotros los comunistas, Sevilla, FIM/Atrapasueños, 2010
  • FALCÓN, Susana, 100 mujeres andaluzas. Retratos del feminicidio franquista, Madrid, El Garaje Ediciones, 2020
  • FONSECA, Carlos, Trece rosas rojas, Madrid, Ediciones Temas de Hoy, 2004
  • GONZÁLEZ DURO, Enrique, El miedo en la posguerra, Madrid, OBERON, 2003
  • JUVENTUD COMUNISTA, 100 años construyendo futuro, 100 años construyendo socialismo, Madrid, Editorial Agitación, 2021
  • NARANJO CORDOBÉS, Luis et alii, Presas de Franco. La mujer en la dictadura franquista, Córdoba, Diputación y Universidad de Córdoba, 2009
  • RODRIGO, Antonina, Mujeres granadinas represaliadas, Granada, Diputación Provincial de Granada, 2017
  • RODRÍGUEZ LÓPEZ, Sofía, El patio de la cárcel. La Sección Femenina de FET-JONS en Almería (1937-1977), Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2010.
  • SÁNCHEZ, Pura, Individuas de dudosa moral: la represión de las mujeres en Andalucía (1936-1958), Barcelona, Crítica, 2009

Fuentes archivísticas:

  • Archivo Histórico del Partido Comunista de España (AHPCE)

Citas bibliográficas:

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  • [i] BALSEBRE, Armand y FONTOVA, Rosario, Las cartas de La Pirenaica. Memoria del antifranquismo, Madrid, Edit.Cátedra, 2014, p.158
  • [ii] CABRERO BLANCO, Claudia, “Militancia, resistencia y solidaridad. Las mujeres comunistas y la lucha clandestina del primer franquismo”, en BUENO LLUCH, Manuel y GÁLVEZ BIESCA, Sergio, Nosotros los comunistas, Sevilla, FIM/Atrapasueños, 2010, p.206
  • [iii] AZUAGA, José María y LÓPEZ LIGERO, Jacqueline, “Por llanuras y montañas. El PCE y la guerrilla: el caso de Granada (I)”, en el diario digital El Independiente de Granada, 17/09/2021
  • [iv] CABRERO BLANCO, Claudia (2010), p.218
  • [v] CABRERO BLANCO, Claudia (2010), p.219. Documento del AHPCE, Sección Nacionalidades y Regiones, Asturias, “Normas generales de organización en el trabajo del Partido, de acuerdo con el informe de Dolores”, 6/05/1946
  • [vi] BARRIO RODRÍGUEZ, Emilia (7/05/2018), art,cit
  • [vii] VALLEJO NÁJERA, A y MARTÍNEZ, E. “investigaciones psicológicas sobre marxistas femeninos delincuentes”, en Revista Española de Medicina y Cirugía de Guerra, Valladolid, mayo 1939
  • [viii] VALLEJO NÁJERA, A, La locura y la guerra. Psicopatología en la Guerra Española, Valladolid, Santaren, 1939
  • [ix] GONZÁLEZ DURO, Enrique, El miedo en la posguerra, Madrid, OBERON, 2003
  • [x] GONZÁLEZ DURO, Enrique (2003), p.159
  • [xi] Testimonios orales recogidos en la exhumación realizada en Villanueva del Rosario (Málaga)
  • [xii] GONZÁLEZ DURO, Enrique (2003), p.161
  • [xiii] BARRIO RODRÍGUEZ, Emilia (8/05/2018), art.cit.
  • [xiv] BALSEBRE, Armand y FONTOVA, Rosario (2014), op.cit. p.157-163
  • [xv] GONZÁLEZ DURO, Enrique (2003), p.162
  • [xvi] RODRÍGUEZ LÓPEZ, Sofía, El patio de la cárcel. La Sección Femenina de FET-JONS en Almería (1937-1977), Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2010, p.94, Pilar Primo de Rivera en el Consejo Nacional de la Sección Femenina
  • [xvii] En el diario digital Chicago Tribune, La paradoja de la guía de la buena esposa”, 15/06/2017
  • [xviii] MARTÍNEZ HOYOS, Francisco, “Venus y Marte: las prostitutas de la guerra civil española”, en la revista digital, La razón histórica. Revista hispanoamericana de Historia de las ideas, nº31, 2015
  • [xix] SÁNCHEZ, Pura, Individuas de dudosa moral: la represión de las mujeres en Andalucía (1936-1958), Barcelona, Crítica, 2009
  • [xx] CARRERES, Alba, “La historia olvidada de las prostitutas durante la  guerra civil española”, en la web VICE, 16/09/2019,
  • [xxi] CABRERO BLANCO, Claudia (2010), pp.205-229
  • [xxii] NARANJO CORDOBÉS, Luis et alii, Presas de Franco. La mujer en la dictadura franquista, Córdoba, Diputación y Universidad de Córdoba, 2009, p.14
  • [xxiii] NARANJO CORDOBÉS, Luis et alii (2009), p.11
  • [xxiv] FONSECA, Carlos, Trece rosas rojas, Madrid, Ediciones Temas de Hoy, 2004, pp.295-296

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Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

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Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":