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José Bonel, secretario, y Enrique Gamero, bombero. Cuando la defensa de la Democracia se castigaba con la muerte

Ciudadanía - Silvia González, José Peña y Agustín Linares - Sábado, 12 de Octubre de 2024
Te ofrecemos otra admirable investigación de la memorialista Silvia González, junto a José Moreno y Agustín Linares, que indaga en las vidas y el trágico final de dos empleados públicos de Granada asesinados por los golpistas en 1936. Un artículo con información, referencias documentales y fotografías de gran valor para honrar su memoria y que nunca se olvide.
José Bonel, a la izquierda, y Enrique Gamero, a la derecha.
Archivo familiar Bonel y Gamero
José Bonel, a la izquierda, y Enrique Gamero, a la derecha.

Este relato comienza con una historia de amor, la de Conchi Bonel y Antonio Gamero, dos huérfanos que, tras la guerra, decidieron unir sus vidas.

Conchi Bonel.

Antonio trabajaba en el Ayuntamiento de Granada y Conchi, cuando se quedó sin padre, ayudó al sostenimiento de su familia trabajando de cajera en café Alameda, en la Plaza del Campillo, sede de la famosa tertulia de El Rinconcillo

Antonio trabajaba en el Ayuntamiento de Granada y Conchi, cuando se quedó sin padre, ayudó al sostenimiento de su familia trabajando de cajera en café Alameda, en la Plaza del Campillo, sede de la famosa tertulia de El Rinconcillo. Posteriormente, y hasta que se jubiló, trabajó de taquillera de Teatro Isabel la Católica. Como dice su hijo Juan: “Mi madre era muy buena con las matemáticas”.

Mujer combativa, dio testimonio junto a otros hijos de represaliados en el programa Línea 900, grabado en 2003, sobre la situación que se vivió en Granada durante esos días:

“Iban a las casas, iban a por tu padre, tu hermano o tu abuelo o por el que fuera y allí no te decían nada, allí no pasaba nada, allí nada más que te llamaban a la puerta: “mire usted que va a declarar”. Es lo que se estilaba, que va a declarar, no, no. Pues claro, fíjate tú el pánico que la gente tenía cuando se llevaban a tu padre, a tu hermano …, al que fuera, y no te daban explicación".

José Bonel Oganda, secretario de los primeros alcaldes republicanos

José Bonel nació en Granada. Era hijo de Antonia Oganda y de José Bonel Morillas, que trabaja como conserje en el Ayuntamiento. La pareja tenía otros dos hijos, Juan y Pedro. José comienza a trabajar en la misma institución que su padre desde muy joven, iniciando su carrera funcionarial como escribiente de la cárcel en 1917[1].

Pepa García y José Bonel.

Con esfuerzo, Bonel va ascendiendo en el escalafón del Ayuntamiento y en 1931 ya es secretario particular del primer alcalde republicano de Granada, José Martín Barrales

El 20 de octubre de 1919, José Bonel Oganda y Josefa García Dávila se casaron, viviendo en la céntrica calle Valenzuela con sus cuatro hijos: José, Juan, Concepción y Antonio. Con ellos vivía una sirvienta llamada Filomena Mingorance Ballesteros, de Peligros, que les seguirá acompañando incluso en los años terribles de la posguerra siendo un gran apoyo para Pepa.

Con esfuerzo, Bonel va ascendiendo en el escalafón del Ayuntamiento y en 1931 ya es secretario particular del primer alcalde republicano de Granada, José Martin Barrales[2]. Tras la dimisión de este el 4 de septiembre de 1931, seguirá en el cargo con el alcalde Francisco Menoyo Baños[3], quien dimitirá en abril de 1932[4].

En el año 1932, contribuirá, junto con Virgilio Castilla, Manuel Fernández Montesinos, Luis Fajardo Fernández y otros, al pago de la fianza para que salgan de la cárcel los presos. Aunque finalmente esta fianza no será necesaria, al cambiar el juez

En el año 1932, contribuirá, junto con Virgilio Castilla, Manuel Fernández Montesinos, Luis Fajardo Fernández y otros, al pago de la fianza para que salgan de la cárcel los presos. Aunque finalmente esta fianza no será necesaria, al cambiar el juez[5]. Curiosamente, a uno de los obreros a los que se libera, José Baquero Martín, será también fusilado en Víznar.

Al comienzo del año 1936, en febrero, es nombrado administrador de arbitrios del Ayuntamiento.

Participa en el banquete organizado por Alejandro Otero a los presos políticos amnistiados y en las elecciones de abril representa en la repetición de elecciones, como interventor, al Frente Popular.

A pesar de su intensa actividad pública, en las declaraciones de sus compañeros incluidas en el expediente de responsabilidades políticas, se reconoce que “nunca realizó propaganda de ningún tipo en la oficina”

Sin embargo, y a pesar de su intensa actividad pública, en las declaraciones de sus compañeros incluidas en el expediente de responsabilidades políticas, se reconoce que “nunca realizó propaganda de ningún tipo en la oficina” [6].

Cárcel y muerte

El 26 de julio, José Bonel Morillas, padre de José, es detenido, siendo puesto en libertad el día 7 de agosto. Mientras, había sido suspendido de empleo y sueldo, decisión que será dejada sin efecto el día 12 de agosto por decreto de la alcaldía[7].

Su nieta recuerda como un día su madre y su abuela fueron al ayuntamiento y se encontraron a Don Agustín Soler, que les preguntó: “¿Y Pepe?”. A lo que Josefa, Pepa, contestó que estaba malo. Entonces, Don Agustín le dijo: “¿Está malo o tiene miedo?”

José Bonel llevaba semanas, desde el 30 de septiembre, en la cama. La hipertrofia prostática que padecía había empeorado y le impedía mantener cualquier actividad “por estar lesionado el sistema urinario”[8]. Su nieta recuerda cómo un día su madre y su abuela fueron al Ayuntamiento y se encontraron a Don Agustín Soler, que les preguntó: “¿Y Pepe?”. A lo que Josefa, Pepa, contestó que estaba malo. Entonces, Don Agustín le dijo: “¿Está malo o tiene miedo?”.

El día 17 de octubre se le concede la jubilación por acuerdo de la Comisión gestora del Ayuntamiento, debido a la imposibilidad física de trabajar tras 25 años como funcionario. Como oficial de segunda de la Secretaría Municipal, solicita a la Caja de Socorros Mutuos de Funcionarios y Obreros Municipales de Granada la cantidad anual que le pertenecía (2.400 pesetas[9]), y la indemnización correspondiente. Ese mismo día se le concede, según el reglamento vigente, 1.000 pesetas que no llegará a cobrar.

José Bonel Oganda.

Unos “paisanos” entraron en su casa diciendo que eran guardias de Asalto y se lo llevaron, primero a la Comisaría y después a la Cárcel Provincial. Pepa fue a llevarle el desayuno el día 22 y le dijeron que ya no estaba

Porque estar enfermo no le salvó. Fue detenido el 18 de octubre de 1936. Unos “paisanos” entraron en su casa diciendo que eran guardias de Asalto y se lo llevaron, primero a la Comisaría y después a la Cárcel Provincial. Pepa fue a llevarle el desayuno el día 22 y le dijeron que ya no estaba.

A partir de ahí, Josefa García Dávila comienza su búsqueda. Teniendo indicios de que puede estar en Víznar toma la decisión de desplazarse a esa localidad.

“Me he personado en dicho pueblo para ver si en el registro civil del mismo aparecía algún dato que pudiera suponer que ha muerto, sin que en aquel registro estuviera inscrita la defunción”[10].

Cuando se supo la noticia, unas amigas que vivían en Plaza Nueva subieron a su casa a darle el pésame, quedándose el hombre que las acompañaba dando vueltas abajo. Después de irse las mujeres, una vecina subió para decirle: “Pepa vienen a por ti”, ya que había visto a un hombre merodeando.

Tras estos hechos Josefa, con la ayuda económica de su padre, que le entrega unas monedas de oro, decide huir con dos de sus hijos, Pepe y Juan, pasando a través de Iznalloz a la zona republicana

Tras estos hechos Josefa, con la ayuda económica de su padre, que le entrega unas monedas de oro, decide huir con dos de sus hijos, Pepe y Juan, pasando a través de Iznalloz a la zona republicana. Les acompañaba también un amigo de Pepe llamado Miguel Forgozo. En el camino, antes de llegar a Iznalloz, Pepe es capturado y pasará a un campo de trabajo y de ahí, gracias a la intervención de su madre, a realizar el servicio militar. Tras un largo recorrido, embarazada, logran llegar a Cataluña, donde se instalan con el hermano de José, Pedro Bonel Oganda, al parecer en Barcelona. Pedro ingresará en el Cuerpo de Carabineros y tras acabar la guerra pasará seis años en la cárcel.

En febrero de 1937 Josefa dará a luz a su hijo Carlos en la localidad de Granollers. Volverá a Granada acabada la guerra, su hijo Juan se quedará en Cataluña.

Al terminar la guerra, y de vuelta en Granada, Josefa solicita la inscripción en el registro civil del fallecimiento de su marido para “ingresar a uno de mis hijos en un orfelinato”. Su situación económica es desesperada

Al terminar la guerra, y de vuelta en Granada, Josefa solicita la inscripción en el registro civil del fallecimiento de su marido para “ingresar a uno de mis hijos en un orfelinato”. Su situación económica es desesperada.

En 1939 reclama de nuevo las 1.000 pesetas que corresponden a su marido y que habían sido ingresadas, y a disposición del juzgado, en la cuenta especial de la Delegación de Hacienda. Pero en esos momentos la caja está “vacía”, todo el dinero se había destinado a sufragar la guerra.

La lucha de Josefa por lo que era suyo y de sus hijos llegará hasta 1944, cuando se determina el sobreseimiento del expediente y se ordena que perciba dicha cantidad, lo que no ocurrirá hasta 1948

La lucha de Josefa por lo que era suyo y de sus hijos llegará hasta 1944, cuando se determina el sobreseimiento del expediente y se ordena que perciba dicha cantidad, lo que no ocurrirá hasta 1948.

Conchi, Pepe y Juan nunca lo superaron. Dicen sus hijos que, a partir de la muerte de su marido, a Conchi “no había quien la callara”. Reivindicó siempre a su padre y denunció los padecimientos que la familia tuvo que soportar.

Las cenizas de Conchi están esperando el día en que su padre José Bonel Oganda sea recuperado en Víznar para, por fin, reposar juntos.

Imágenes de la primera placa colocada en Víznar, la de José Bonel Oganda

Colocación de la placa dedicada a José Bonel Oganda.
Antonio Bonel tocando la placa de su padre.
Conchi Bonel y su hija. 
Juan Gamero, nieto de José Bonel, departiendo con algunos de los asistentes.

Enrique Gamero, cabo de Bomberos de la ciudad de Granada

Enrique Gamero tenía 44 años. Estaba casado con Purificación Afán de Rivera y eran padres de ocho hijos: Amalia, Blanca, Antonio, Asunción, Enrique, María Luisa, José y Luis.

Enrique Gamero.

En el incendio del 22 de septiembre de 1935 en el Zacatín, una de sus últimas actuaciones como bombero, resultó herido, recibiendo por ello una mención honorífica junto a sus compañeros

Enrique, cabo primero del Cuerpo de Bomberos de Granada, había intervenido en primera línea en la extinción de numerosos y complejos siniestros, siendo uno de los primeros, probablemente, el del Camarín de la Virgen de las Angustias en 1916.

En el incendio del 22 de septiembre de 1935 en el Zacatín, una de sus últimas actuaciones como bombero, resultó herido, recibiendo por ello una mención honorífica junto a sus compañeros[11].

Pero ante todo era un republicano convencido que, al parecer, escribía con seudónimo en el Defensor de Granada.

“En nombre de los bomberos habló don Enrique Gamero, diciendo que desde el 14 de abril a esta parte es cuando puede llamarse Cuerpo de Bomberos, gracias a la ayuda que han prestado para ellos los señores Corro[12] y Gómez Román.”[13]

Casco de Enrique Gamero conservado por su nieto.

Detención y muerte

Enrique fue detenido delante de sus hijos por dos Guardias Civiles. Antonio, de 13 años, recordaba perfectamente ese día y como su padre, siempre impecablemente vestido, llevaba un traje y unos zapatos marrones con las puntas blancas. Dio un beso a su hija pequeña y marchó con ellos.

El día 1 de septiembre, el arquitecto municipal comunica: “Que en el día de hoy no prestan sus servicios por haber sido detenidos por la Autoridad, el Capataz del Cuerpo de Bomberos, Enrique Gamero y el bombero José Guerrero”. Por esta razón, el alcalde Manuel Campo dispone que sean suspendidos de empleo y sueldo

El día 1 de septiembre, el arquitecto municipal comunica: “Que en el día de hoy no prestan sus servicios por haber sido detenidos por la Autoridad, el Capataz del Cuerpo de Bomberos, Enrique Gamero y el bombero José Guerrero”. Por esta razón, el alcalde Manuel Campo dispone que sean suspendidos de empleo y sueldo.

Hay una declaración clave del arquitecto municipal y jefe del Parque de Extinción de Incendios, Miguel Castillo Moreno. En la misma cuenta la posición clara de Enrique Gamero en defensa de la República:  

“(..) en el mes de junio y en ocasión en que se habló de un posible levantamiento del Regimiento de Artillería y de la Aviación, el referido Cabo 1.º manifestó al declarante que había cooperado, con el entonces alcalde accidental Sr. Montesinos, a la organización de la defensa del Ayuntamiento, para lo cual iban a entregar armas a los Bomberos. Igualmente sucedió la víspera del movimiento militar”[14].

Así mismo lo manifiesta el bombero de primera José López Jiménez, según el cual ‘Enrique Gamero era un peligroso perturbador que nos tenía locos con sus ideas haciendo alarde de ellas’. Que antes del movimiento le oyó decir (..) que estaba de acuerdo con el alcalde para proveer de pistolas a los bomberos de su confianza (..)”.

.Grupo de bomberos. Enrique Gamero es el segundo por la derecha.

Algunos de los compañeros que prestan testimonio contra Enrique Gamero en este expediente pasarían por su casa a darle el pésame a su viuda, como descubrirían años más tarde sus hijos a través de las investigaciones de Antonio Gamero. Amalia, la mayor, se lo recriminó a uno de ellos, llena de indignación y dolor

Algunos de los compañeros que prestan testimonio contra Enrique Gamero en este expediente pasarían por su casa a darle el pésame a su viuda, como descubrirían años más tarde sus hijos a través de las investigaciones de Antonio Gamero. Amalia, la mayor, se lo recriminó a uno de ellos, llena de indignación y dolor.

Enrique será destituido del servicio, por acuerdo de la Gestora del Ayuntamiento, el día 11 de septiembre, comunicándolo al negociado correspondiente el día 12 de septiembre. Pero ya estaba muerto.

Según los testigos de su expediente judicial fuera de plazo: “Falleció el día 6 de septiembre de 1936 habiendo visto su cadáver en la carretera de Santa Fe cerca del Puente de los Vados”.

A Enrique lo sacaron de la cárcel y lo llevaron al puente de los Vados, donde lo asesinaron. Allí su cadáver fue reconocido por un compañero, que buscaba a un familiar, y lo trasladó al parque de bomberos de Granada. Puri, su esposa, es avisada de que su marido está allí muerto.

Por otra casualidad, cuando el cuerpo es subido por sus compañeros al Cementerio, el encargado de este, que conocía a Enrique, decide enterrarlo en una tumba individual sin lápida ni signo alguno que señalara quién estaba allí. Tan solo un túmulo que denotaba que había un enterramiento.

Y Pura volvió con Enrique

Cumpliendo el deseo de Pura de ser enterrada con su marido, la familia toma la decisión de exhumar el cuerpo de Enrique Gamero. En el desentierro del cuerpo participan Juan Gamero, su nieto, que tenía 18 años, su padre Antonio, sus primos Enrique y Paco, y su tío Luis. Así nos lo narra Juan Gamero:

Enrique llevaba una insignia del Club Recreativo de Granada, su querido equipo. También unos zapatos bicolores, marrones y beis, los mismos que llevaba el día de su detención y que pudo reconocer su hijo Antonio. Sus muñecas estaban atadas con unas correas

“Mi abuela tiene un cáncer terminal y se muere el 30 (de marzo de 1970) y nosotros el 31 vamos a sacar los huesos que se supone son del abuelo y, efectivamente, eran del abuelo. El que le habían dicho que estaba allí, estaba allí. Se mete en una taleguita que hizo mi madre y se mete en el ataúd de mi abuela, sin papeles y sin nada, a lo bravo”

Enrique llevaba una insignia del Club Recreativo de Granada[15], su querido equipo. También unos zapatos bicolores, marrones y beis, los mismos que llevaba el día de su detención y que pudo reconocer su hijo Antonio. Sus muñecas estaban atadas con unas correas.

Sus hijos nunca olvidaron

El destino quiso que su hijo Enrique Gamero Afán de Rivera terminara siendo el jefe del Parque de Bomberos de Granada.

Antonio Gamero fue chófer del alcalde Manuel Sola y, posteriormente, jefe de los Servicios Mecánicos del Ayuntamiento. Nunca habló a sus hijos de unos hechos que jamás olvidó.

“Mi padre no hablaba nada”.  “La obsesión que tenía mi padre de sacar papeles del Ayuntamiento que, como no los podía sacar, los iba apuntando y los guardaba. Imagínate tú saber …  Y tratar y ver todos los días a las personas responsables de la muerte de su padre”.

Esos pocos papeles que pudo sacar del archivo casi a escondidas y las notas escritas a mano han sido conservados por sus hijos, Juan y Conchi, que nos han contado esta historia.

Notas de la investigación de Antonio Gamero. 

El Defensor de Granada: diario político independiente: Año LIII Número 28107 - 1932 mayo 5.

“En nombre de los bomberos habló don Enrique Gamero, diciendo que desde el 14 de abril a esta parte es cuando puede llamarse cuerpo de bomberos, gracias a la ayuda que han prestado para ellos los señores Corro y Gómez Román”

“En nombre de los bomberos habló don Enrique Gamero, diciendo que desde el 14 de abril a esta parte es cuando puede llamarse cuerpo de bomberos, gracias a la ayuda que han prestado para ellos los señores Corro y Gómez Román”.

El Defensor de Granada: diario político independiente: Año LIII Número 28151 - 1932 junio 2 Asiste al banquete de Muley Hassan.

El Defensor de Granada: diario político independiente: Año LIV Número 28753 - 1933 julio 8 pasa de oficial de tercera a oficial de segunda en el Ayuntamiento.

El Defensor de Granada: diario político independiente: Año LVII Número 30455 - 1936 febrero 26 participa en el banquete que da OTERO después de la amnistía.

Gaceta del sur: diario católico de información: Año XIV Número 5554 - 1921 marzo 23 nombramiento como oficial cuarto.

La publicidad: diario de avisos noticias y telegramas. Eco fiel de la opinión y verdadero defensor de los intereses morales y materiales de Granada y su provincia: Año XXXIV Número 9351 - 1914 enero 2 Nombramiento como personal temporal de secretaria del Ayuntamiento de Granada.

Gaceta del sur: diario católico de información: Año XII Número 5115 - 1919 octubre 21 casamiento el 20 de octubre de José Bonel y Josefa García.

Notas bibliográficas:

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  • [1] AMGR, Expediente de José Bonel Organda
  • [2] Médico, catedrático del Partido Autónomo de Granada. Padre de la poetisa Elena Martín Vivaldi.
  • [3] Ingeniero militar, fue el primer alcalde socialista de Granada.
  • [4]   Gobierno y administración municipal de granada 1931-1936 Nieves Saniger.
  • [5] El Defensor de Granada, 21 de agosto de1932
  • [6] ARCHGR, Expediente de Responsabilidades Políticas de José Bonel Oganda.
  • [7] AMGR Expediente de jubilación de José Bonel Oganda
  • [8] AMGR Expediente de jubilación de José Bonel Oganda. Informe médico oficial.
  • [9] El setenta por ciento del mayor sueldo que disfrutó durante dos años, 4000 mil pesetas anuales.
  • [10] ARCHGR, Expediente Judicial fuera de plazo de José Bonel Oganda
  • [11] El Defensor de Granada, 1 de enero de 1936
  • [12] Ricardo Corro Moncho, abogado, alcalde de Granada entre 1933 y 1934.
  • [13] El Defensor de Granada, 5 de mayo de1932
  • [14] AMGR Expediente de Enrique Gamero página 4
  • [15] Era un apasionado del futbol y había contribuido a la construcción del campo de Fútbol de los Cármenes.

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Elaborado por el grupo de Investigación formado por Silvia González Alcalde, una de las referencias en Memoria Histórica y Democrática, con más de una década dedicada a apoyo a familiares de víctimas del franquismo e investigando la represión en Granada; Agustin Linares Viloria y José Peña Moreno, familiares de víctimas del franquismo.

Con la colaboración de Mariluz Barrios y Clemente Talavera.

©Silvia González Alcalde, José Peña Moreno y Agustín Linares
Contacta con nosotros mail: entreviznaryalfacar1936@gmail.com

SIN ARCHIVOS NO HAY MEMORIA

Queremos resaltar la gran herramienta para la investigación que es el portal andaluz ARCHIVAWEB que nos está facilitando el trabajo de consulta y repaso de los numerosos expedientes de represaliados necesarios para realizar estos trabajos.

Agradecemos el esfuerzo realizado por todos los archivos participantes.

Otros artículos firmados por Silvia González, José Moreno y Agustín Linares:

Este es un espacio de El Independiente de Granada, con la colaboración de investigadores, investigadoras y asociaciones memorialistas, para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.
 
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.

Las fotografías incluidas en este reportaje forman parte del archivo familiar Bonel y Gamero, incluidas las imágenes de las primeras placas colocadas en Víznar en su memoria.