'Mujeres antifranquistas: Encarnación Cervilla Ruiz, la primera joven granadina condenada por el Tribunal de Orden Público'
Tras el fin de la guerrilla a comienzos de los cincuenta, la oposición antifranquista quedó exhausta. Fue la década del silencio. Todas las iniciativas que desafiaron al régimen de forma abierta en los años cincuenta no tuvieron el seguimiento movilizador deseado, como lo demuestran las dos convocatorias que hizo el PCE a finales de esa década: la Jornada de Reconciliación Nacional del 5 de mayo de 1958 y la Huelga Nacional Pacífica del 18 de junio de 1959. Aún así, este partido será la única organización que, con sus altibajos, irá nucleando a finales de los cincuenta la resistencia antifranquista como lo demuestra el crecimiento, en el caso de Granada, entre militantes jóvenes que no habían conocido la experiencia de la guerra civil. Y, como el ciclo acción-represión será una constante, el aumento de las actividades opositoras a finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta será cercenado, de nuevo, con la caída de 204 militantes del PCE en 1961. (Relación de detenidos en Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S., número 6644/XIV, de 13 de junio de 1961). Y, cuando esto ocurría, se volvía a empezar. Era como el manto de Penélope, un tejer y destejer.
En torno a 1963-64 –y con la elección de Paco Portillo Villena como Secretario General del PCE de Granada en 1963- se volverá a recomponer su Comité Provincial, aunque de forma un tanto precaria, conectando con los grupos dispersos por la geografía provincial que no habían sido detenidos en 1961
Podríamos resumir afirmando que en torno a 1963-64 –y con la elección de Paco Portillo Villena como Secretario General del PCE de Granada en 1963- se volverá a recomponer su Comité Provincial, aunque de forma un tanto precaria, conectando con los grupos dispersos por la geografía provincial que no habían sido detenidos en 1961, fundamentalmente con militantes aislados por el área metropolitana de Granada y, en la capital, casi centrados en el barrio de La Virgencica. ¿Por qué ese barrio? Para entender mejor esa situación hay que remontarse al invierno de 1962-63 donde pareciera que se había descargado sobre Granada el diluvio universal. A perro flaco, todo son pulgas y los pobres entre los pobres eran los elegidos para que sobre ellos recayera la maldición bíblica. Un temporal interminable que se alargó durante el mes de enero de 1963 y terminó por derrumbar muros y cuevas donde se hacinaban miles de granadinos. En una misma cueva podían vivir varias familias. Todavía en la década de los sesenta la pobreza más absoluta reinaba en amplias capas de la población granadina que, como los topos, buscaban refugio bajo la tierra para guarecerse. Carecían de los servicios más elementales: no disponían de agua cerca de las cuevas y tenían que bajar hasta una fuente lejana y, a base de cántaros, subirla hasta la oquedad; sin luz, alumbrándose con candiles o con carburos; sin escuela, sin servicios sanitarios… Eran, en fin, los parias. Para lo más nimio tenían que ir a la ciudad y recorrer a pie más de diez kilómetros, entre la ida y la vuelta. Eran el fruto de los cacareados “25 años de paz”.
Las lluvias, como si quisieran borrar esa ignominia, se lo llevaron todo por delante. Hubo varios muertos y, entre ellos, un muchacho al que le cayó un muro en el Carril de la Lona. Una tragedia que casi todos los años se repetía en el periodo de lluvias y no era la primera vez que los bomberos debían sacar de alguna cueva cuerpos sepultados por el desplome de tierra. Era de dominio público el abandono que las autoridades locales hacia estos miles de granadinos y nunca se habían planteado una política mínima de viviendas públicas para los más desheredados. Las lluvias del invierno de 1962 sacaron a flote esta ignominia y evidenciaron la nula sensibilidad del franquismo hacia los habitantes de las cuevas, como se observa con las numerosas cartas que llegaron a la REI, “La Pirenaica”, denunciando esta situación. En una de ellas, se critica a las autoridades locales y al Alcalde concretamente:
Muchos quedaron a la intemperie hasta que las autoridades improvisaron, a prisa y corriendo, barracones y naves en algunos barrios de Granada como en El Chinarral (a la entrada de la Chana por la carretera de Málaga), en la Encina, (Zaidín), en Santa Juliana y, a finales de 1963, los de la Virgencica
Muchos quedaron a la intemperie hasta que las autoridades improvisaron, a prisa y corriendo, barracones y naves en algunos barrios de Granada como en El Chinarral (a la entrada de la Chana por la carretera de Málaga), en la Encina, (Zaidín), en Santa Juliana y, a finales de 1963, los de la Virgencica. Los primeros que llegaron a la Virgencica eran los de la iglesia de San Miguel Bajo, luego vinieron los que sacaron del barrio de La Encina, del Chinarral, los de Santa Juliana y otros damnificados que fueron engrosando la lista de la Virgencica durante los cuatro o cinco años en que se fue ampliando hasta alojar a 916 familias. Y, allí, fueron confluyendo militantes obreros que a mediados de los sesenta tendrían un protagonismo en el resurgimiento del movimiento obrero en Granada tras la guerra civil.
Una de las familias damnificadas fue la de Manuel Sánchez Díaz (conocido como “El Rubio de la Virgencica”) que, tres años después, en 1966, sería uno de los dirigentes de las Comisiones Obreras Juveniles y el primer responsable de las Juventudes Comunistas de Granada. Recuerda que:
Allí los hacinaban porque, en la misma medida en que iban construyendo barracones, los ocupaban con nuevos damnificados. Barracones donde metían a familias enteras. Emilio Cervilla Alonso, el padre de Encarnación Cervilla Ruiz, que había salido hacía unos meses de la cárcel de Cáceres después de la caída de 1961, recuerda que a su familia le dieron el barracón nº 12 de La Chana:
Será en la Virgencica donde se cree la primera Asociación de Vecinos de Granada y una de las primeras de España
El barrio de la Virgencica será, por tanto, un crisol de la clase obrera granadina, la más desfavorecida. Allí, a semejanza de lo que había ocurrido con los procesos migratorios en los barrios suburbiales de las grandes ciudades –salvando las distancias territoriales y sus idiosincrasias- se crearán unas redes obreras generadas desde elementos de identidad y solidaridad que se reforzaban desde la homogeneidad del infortunio. Las circunstancias adversas con las que tuvieron que enfrentarse desarrollaron, como contrapartida, un elevado sentido de solidaridad entre los vecinos y, al mismo tiempo, redes de ayuda mutua y la necesidad de construir, desde el interior del mismo barrio, otras alternativas sociales y culturales que les eran negadas desde las autoridades granadinas. El barrio se reconoce como comunidad propia y se inicia una especie de reconstrucción cultural y social que al igual en los suburbios urbanos inicia un proceso donde la relectura comunitaria quedó ligada a un auto reconocimiento tanto de vecindad, como comunidad de clase y comunidad obrera. No en vano, será en la Virgencica donde se cree la primera Asociación de Vecinos de Granada y una de las primeras de España.
Allí coincidirían dirigentes obreros que ya tenían alguna trayectoria en el PCE como Emilio Cervilla Alonso y Juan Verdejo Cantero o más jóvenes como José A. Rodríguez Juárez “Pepe Juárez”, que sería, poco más tarde, uno de los referentes obreros de la HOAC granadina, quizás el único
Allí, pues, coincidirían dirigentes obreros que ya tenían alguna trayectoria en el PCE como Emilio Cervilla Alonso y Juan Verdejo Cantero o más jóvenes como José A. Rodríguez Juárez “Pepe Juárez”, que sería, poco más tarde, uno de los referentes obreros de la HOAC granadina, quizás el único. Los tres, precisamente, procedían de las cuevas del Barranco del Abogado y, de hecho, Juan Verdejo había sido el padrino de Pepe Juárez. Ellos ya habían compartido espacios de sociabilidad en las cuevas, unidos por el infortunio o, en el caso de los niños, de los juegos. Juárez recuerda que los hijos de Juan Verdejo venían de vez en cuando a su cueva y, algunas veces, su madre les daba cuscurros de pan porque ella tenía la fortuna de limpiar en casa de unos señores y, cuando podía, acopiaba trozos de pan duro, que les sobraban. O que los niños del Barranco del Abogado, situado a las espaldas del cementerio, se colaban por las tapias rotas y establecían allí sus juegos.
Una vez acomodados en La Virgencica, en torno a 1964 o comienzos de 1965, se creará una célula del PCE que quedará integrada, además de Verdejo y de Cervilla, por Pedro Girón Torres, un trabajador de La Alhambra –un tal Torres- y Luis Afán de Rivera que, aunque no vivía en el barrio, radicó allí su militancia. Y, junto a ellos, el responsable político, Pepe Carmona Fernández, que, a la sazón, vivía en San Miguel Bajo.
La vida partidaria en casa de algunos de estos militantes venía de lejos, como en el caso de Cervilla y Verdejo, y será normal que algunos de sus hijos sigan, un poco más tarde, la estela de sus padres
La vida partidaria en casa de algunos de estos militantes venía de lejos, como en el caso de Cervilla y Verdejo, y será normal que algunos de sus hijos sigan, un poco más tarde, la estela de sus padres, habituados –como en el caso de Cervilla- a padecer la persecución de su progenitor o escuchar asiduamente la Pirenaica. Manuel Sánchez recuerda que cuando él llegó al barrio, al poco de conocer al hijo de Emilio Cervilla, Agustín Cervilla Ruiz que contaba 13 o 14 años, “ya nos hablaba de que él [Emilio Cervilla] escuchaba la Pirenaica”. (Entrevista a Manuel Sánchez Díaz, en AHCCOO-A).
Uno de ellos es el que forman, entre 1964 y 1965, Emilio Cervilla Ruiz (hijo de Cervilla Alonso), Agustín Verdejo Ruiz, Manuel Sánchez Díaz y José Jiménez Ruiz “El Tuercas”, que irán gestando la idea de iniciar una militancia política activa en el PCE
Se irá formando en la Virgencia varios grupos, bien unidos por la amistad, bien por inquietudes lúdicas, propias de jóvenes. Uno de ellos es el que forman, entre 1964 y 1965, Emilio Cervilla Ruiz (hijo de Cervilla Alonso), Agustín Verdejo Ruiz, Manuel Sánchez Díaz y José Jiménez Ruiz “El Tuercas”, que irán gestando la idea de iniciar una militancia política activa en el PCE. Lo hablarán con los mayores, pero éstos se resistirán en principio, entre otros motivos, porque algunos –como en el caso de Cervilla Alonso- ya habían pagado lo suficiente como para añadir más sufrimiento a la familia con la incorporación de los hijos. Baste recordar que Cervilla había salido hacía pocos años de la cárcel de Cáceres donde había estado 3 años por la caída de 1961. No obstante, y ante la persistencia de aquéllos, los mayores –y especialmente Emilio Cervilla- les irán pasando algunos materiales para que fueran familiarizándose. Ellos no eran pedagogos y la pasión política les llevaba a sugerir todo tipo de lecturas, aunque no fueran precisamente las más adecuadas para aquellos jovencitos. Manuel Sánchez recuerda que Emilio Cervilla le pasó, nada menos, que El Poema pedagógico de Antón Makarenko que, lógicamente, no leyó porque no entendía nada. (Antón Makárenko escribió numerosas obras, entre las que destaca el Poema Pedagógico, que no es sino una historia de la colonia Gorka. Fue un libro muy popular en la URSS, compuesto originalmente por tres volúmenes y, durante mucho tiempo, formó parte del temario de estudio de numerosos planes universitarios relacionados con el mundo de la escuela y la pedagogía).
El día 2 de enero de 1966, en una reunión que se hace en la casa de Emilio Cervilla con presencia del responsable de la célula, Pepe Carmona, los mayores les darán una charla y queda constituida la primera célula de las Juventudes Comunistas de Granada. Manuel Sánchez Díaz será su primer responsable político
Los mayores dejarán algún tiempo para que los jóvenes madurasen y ya el día 2 de enero de 1966, en una reunión que se hace en la casa de Emilio Cervilla con presencia del responsable de la célula, Pepe Carmona, los mayores les darán una charla y queda constituida la primera célula de las Juventudes Comunistas de Granada. Manuel Sánchez Díaz será su primer responsable político a propuesta de Pepe Carmona y, en ella, se integran, además, la primera joven comunista, Encarnación Cervilla Ruiz y su hermano Emilio, así como Agustín Verdejo. La conexión con el PCE no se podía realizar, por motivos de seguridad, directamente con Pepe Carmona, sino a través de otro joven militante comunista, José Rica Castro, que trabajaba en la RENFE. A estos primeros efectivos se les unían otros jóvenes, como José Guardia Rodríguez “El Chaquetas”, que vivía en Pinos Puente, aunque en este caso militaba tanto en las Juventudes como en el mismo PCE.
La detención y procesamiento de Encarnación
Encarnación tenía 15 años en 1961, cuando el Tribunal Especial Militar de Actividades Extremistas había condenado a su padre, Emilio, a tres años de cárcel. (Sentencia del Consejo de Guerra Ordinario para la causa 418/61, copia en Archivo Histórico de CCOO de Andalucía). Estaba acostumbrada, como sus hermanos, a padecer directamente la represión contra su familia. Su madre Angustias Ruiz tuvo que sobrevivir durante los años de cárcel de su marido entre penurias económicas de todo tipo. Por ello, sus hijos tuvieron que trabajar desde muy jóvenes. Encarnación, como tantas mujeres, aprendió pronto el oficio de costurera. Con una fuerte conciencia de clase antifranquista, como ya hemos señalado, será la primera mujer joven que entre en las Juventudes Comunistas de Granada y la primera mujer condenada, aunque no la primera detenida tras la recomposición del movimiento obrero a finales de los cincuenta. La primera detenida y procesada por el TOP, en 1966, fue Ascensión Bernal Corzo, aunque ésta fue, finalmente, absuelta.
A comienzos de enero de 1967, Encarnación Cervilla asistirá en la ciudad de Limbach Oberfrohna (Sajonia, República Democrática Alemana) a un curso de formación política de tres meses organizado por el PCE, siendo la primera mujer de Granada que asistirá a un curso de este tipo
Era costumbre, y siguiendo con Encarnación, que el PCE formase a sus militantes enviándolos a la República Democrática Alemana (RDA), donde recibían cursos de formación. Así, a comienzos de enero de 1967, Encarnación Cervilla asistirá en la ciudad de Limbach Oberfrohna (Sajonia, República Democrática Alemana) a un curso de formación política de tres meses organizado por el PCE, siendo la primera mujer de Granada que asistirá a un curso de este tipo. En él participaron el responsable de la escuela, Félix Cardador García -que había sido el instructor del PCE en la reconstrucción de ese partido en Granada a mediados de los cincuenta-, y otros miembros del Comité Central como Carlos Elvira, Santiago Álvarez Gómez o el propio Santiago Carrillo. Treinta y cuatro jóvenes de toda España, con pasaporte e identidad falsa, llegaron sin problemas hasta la RDA. Pero uno de los jóvenes comunistas que asistía al curso había sido chantajeado antes del viaje por la policía, por estar implicado en temas ajenos a su militancia y se comprometió ante la BPS de su ciudad a darle toda la información de ese curso a cambio de su inmunidad. Y, así, al regresar del viaje, ese joven delató a todos sus compañeros y compañeras, dando todo tipo de detalles del viaje, desde las “casas de seguridad” que les habían proporcionado militantes del PCE o del PCF en París, su recepción por Celestino Uriarte Bedia, miembro del Comité Central, que se encargaba de llevarlos a la Escuela, pero también los detalles del contenido, desarrollo del curso y datos personales de todos y cada uno los participantes.
La BPS dará con el paradero de los treinta y cuatro jóvenes comunistas a su llegada a España y, entre ellos, el de Encarna Cervilla Ruiz y del que será poco más tarde su marido, Liberto Rigo Díaz, que también había asistido a dicho curso
Así, la BPS dará con el paradero de los treinta y cuatro jóvenes comunistas a su llegada a España y, entre ellos, el de Encarna Cervilla Ruiz y del que será poco más tarde su marido, Liberto Rigo Díaz, que también había asistido a dicho curso. La BPS de Granada se presentará en casa de Encarna Cervilla el 27 de junio de 1967. Se daba la circunstancia de que el mismo día que Encarna es detenida, su padre había salido de la prisión por otra detención sufrida poco antes. Una situación familiar, especialmente dura para la madre, Angustias Ruiz Fernández, que de nuevo sufría en sus carnes la represión hacia la familia, la ya acostumbrada de su marido y, ahora, de una de sus siete vástagos. Encarnita, por tanto, será detenida y conducida a la Comisaría donde, tras los interrogatorios, permanecerá las 72 horas de rigor y, más tarde, ingresará en la Prisión Provincial desde el 8 de julio al 4 de septiembre de ese año, de donde saldrá en libertad provisional con 5.000 pesetas de multa y procesada por el Tribunal de Orden Público (TOP) acusada de asociación ilícita. (Sumario 311/67, Sentencia núm. 24, de 30 de enero de 1970).
OTRAS JÓVENES COMUNISTAS PROCESADAS POR EL TOP EN LA MISMA CAUSA. (Sumario 311/67).
Nombre |
Edad |
Profesión |
Residencia |
Condena |
Julia López Turpín |
27 |
Sastra |
Madrid |
3 años |
Ramona Criballes Casadens |
30 |
Metalúrgica |
Torrelló |
3 años |
María Isabel Amil Castillo |
26 |
“Sus labores” |
Córdoba |
4 años, 2 meses y 1 día |
El TOP, antes del juicio, que se celebrará en enero de 1970, fijará las fichas de todos los procesados y, en el caso que nos ocupa, de Encarnación y Liberto:
Es significativa la calificación de su conducta social, al calificarla el fiscal como “de deficiente conducta social informada”, sin duda, por los antecedentes penales de su padre, ya que ella no había sido detenida anteriormente
Es significativa la calificación de su conducta social, al calificarla el fiscal como “de deficiente conducta social informada”, sin duda, por los antecedentes penales de su padre, ya que ella no había sido detenida anteriormente. Una muestra de cómo era el TOP, un tribunal netamente político al servicio de la dictadura que, en este caso, a semejanza de los tribunales inquisitoriales, extendían la culpabilidad de uno de los miembros de la familia al resto de su linaje.
En fin, durante ese tiempo en libertad provisional (desde mediados de 1967 a enero de 1970), se casará con Liberto Rigo, se trasladarán a Palma de Mallorca y tendrán una hija. Tres años más tarde de la detención, el 30 de enero de 1970, ya con dos hijos, se celebrará el juicio del TOP en Madrid. En su PRIMER RESULTANDO, da por hechos probados que:
Y al descender a Encarnación Cervilla y Liberto Rigo, afirmaba que ambos habían realizado:
El fallo final del TOP condenará a Encarna a dos años de prisión menor y a Liberto a tres años de la misma pena, ambos por el delito de “Asociación ilícita”
El fallo final del TOP condenará a Encarna a dos años de prisión menor y a Liberto a tres años de la misma pena, ambos por el delito de “Asociación ilícita”. La madre de Encarna, Angustias, se tendrá que ir con sus dos hijos pequeños para cuidar a dos de sus nietos en Palma de Mallorca, donde residían desde que se casaron, mientras su hija y su yerno cumplieran condena. Por otra parte, el niño más pequeño, Libertito, que contaba cuatro meses, tendrá que irse con Encarna Ruiz a la cárcel, donde permanecerá hasta agosto de 1973. Pero mientras Encarnación cumple condena, las cuitas familiares no cesan y, cuando se proclama el Estado de Excepción de 1970, volverán a detener y encarcelar a su padre y a su hermano Emilio.
Y de prisión en prisión, una vez en libertad, Emilio Cervilla Alonso pasará por la cárcel de Jaén, donde su yerno Liberto cumple condena, para hacerle una visita. Parecía que su destino y el de su familia estaban ligados a los barrotes. Una comunicación breve y emotiva recordando a los niños que no vería durante tanto tiempo. Pocos minutos con su yerno porque el Director de la prisión- viejo conocido de Emilio por su estancia anteriormente en la de Granada- no le gustaba su presencia: dentro era un incordio y, fuera, un peligro. Y es que no todos sufrieron la dictadura de la misma manera. La familia Cervilla fue un ejemplo de resistencia y dignidad. Y Encarnación Cervilla seguirá la tradición familiar de resistencia antifranquista que la llevará, como a su padre y a su hermano, a visitar las ominosas cárceles franquistas.
Bibliografía:
- CERVILLA ALONSO, Emilio, ¿Por qué soy comunista?, copia en AHCCOO-A.
- MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso: La lucha del movimiento obrero en Granada por las libertades y la democracia. Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes. Fundación de Estudios y Cooperación de CCOO-A, Granada, 2012.
- MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro: Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981). Fundación de Estudios y Cooperación CCOO-A, Gráficas La Madraza, Granada, 2017.
- TOPDAT, Sumario 311/67, Sentencia núm. 24, de 30 de enero de 1970, copia en Archivo Histórico de CCOO de Andalucía; Sumario 436/66, Sentencia 50/67 de 28 de abril de 1967).
- Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S., número 6644/XIV, de 13 de junio de 1961.
- Archivo Histórico del PCE, Carta a la REI fechada el 27.4.64 en Caja de 1964, carpeta de Granada.
- Diario ABC, edición de Andalucía, 4 de mayo de 1967, p. 39 y el del domingo 9 de julio de 1967.
- Entrevistas a José A. Rodríguez Juárez y Manuel Sánchez Díaz, en Fondo Oral de CCOO de Andalucía.
Alfonso Martínez Foronda es licenciado en Filosofía y Letras, profesor de Secundaria e históricamente vinculado al sindicato CCOO, en el que ocupó distintas responsabilidades, como investigador ha profundizado en el movimiento obrero y estudiantil.
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