La estación de Sierra Nevada, la otra ‘joya’, tocada
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Cetursa presenta el primer ERTE en la Administración Andaluza, que afecta al 82 por ciento de la plantilla
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La sociedad, en contra de lo que se puede creer, no recibe transferencias de capital, sino que se financia con sus propios ingresos
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La empresa que gestiona la estación de esquí arrastra desde la temporada pasada pérdidas de al menos 11 millones de euros
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El Gobierno andaluz, accionista mayoritario, calla
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Sin resolver aún el modelo de empresa pública, se abre la incertidumbre sobre el futuro de la estación de esquí
Nunca antes se ha visto en otra, en sus 36 años de existencia desde que la Junta de Andalucía entró en Cetursa y se convirtió en accionista mayoritario de la empresa pública que gestiona la estación de esquí de Sierra Nevada. Las crisis en la montaña, hasta ahora, se debían fundamentalmente a las rachas de sequía, -como la de 1995, que obligó al aplazamiento al año siguiente de los Mundiales de Esquí Alpino- falta de nieve, por escasas precipitaciones, que ha golpeado con más o menos frecuencia a la estación.
Desde su refundación en 1985, no hay precedentes de un golpe económico de tal dimensión en Cetursa, como la que, derivada de la pandemia del coronavirus, obligó a cerrar precipitadamente la temporada aquel 14 de marzo de 2020, con el confinamiento de la población y cese de actividad
Los hechos recientes
Desde su refundación en 1985, no hay precedentes de un golpe económico de tal dimensión en Cetursa, como la que, derivada de la pandemia del coronavirus, obligó a cerrar precipitadamente la temporada aquel 14 de marzo de 2020, con el confinamiento de la población y cese de actividad.
La desescalada general en junio pasado, por la que comercios, hostelería y el sector turístico, comenzaron a recuperar paulatinamente la nueva normalidad, tras abrir la Junta de Andalucía la mano para salvar el verano, pilló a Sierra Nevada fuera ya de la temporada invernal, aunque supuso la mejor de las temporadas estivales, si bien sin su programa habitual de competiciones deportivas y eventos culturales, por recomendación de las autoridades sanitarias.
Sierra Nevada fue un excelente atractivo en verano en tiempos de pandemia y, a pesar de no poder ofrecer sus actividades deportivas y culturales, y recortar la duración de la campaña en el estío, atrajo a más de 34.500 personas, en el mejor verano de su historia. Pero los ingresos veraniegos son casi intrascendentes en las cuentas anuales de Cetursa.
Juan Manuel Moreno, junto a Jesús Ibáñez, director de Cetursa, al día siguiente de la apertura de esta temporada. Prensa Junta
La estación tuvo que aplazar del 28 de noviembre al 18 de diciembre, la apertura de la nueva temporada invernal, al prorrogar la Junta de Andalucía las medidas de restricciones por la pandemia, tras descontrolarse los casos, como era previsible, después de un verano de laxas medidas y tardar en reaccionar en otoño.
Al día siguiente de la inauguración de la temporada, la Junta de Andalucía, con su presidente a la cabeza, Juan Manuel Moreno, desplegó toda la propaganda posible sobre Sierra Nevada, como destino turístico y de ocio seguro, y su contribución al desarrollo económico de la provincia y la comunidad, con un especial de Canal Sur desde la estación, a la que siguió otra visita del consejero de Presidencia, Elías Bendodo
La temporada, finalmente, arrancó con unas aceptables navidades, en las que volvieron a disminuir las restricciones, pero las nuevas medidas contra el Covid –al dispararse los casos en las fiestas, como era previsible- volvieron a la estación, como en el resto de Andalucía, con la limitación de aforos y medidas de seguridad.
Al día siguiente de la inauguración de la temporada, la Junta de Andalucía, con su presidente a la cabeza, Juan Manuel Moreno, desplegó toda la propaganda posible sobre Sierra Nevada, como destino turístico y de ocio seguro, y su contribución al desarrollo económico de la provincia y la comunidad, con un especial de Canal Sur desde la estación, a la que siguió otra visita del consejero de Presidencia, Elías Bendodo.
Vuelven a dispararse los contagios y muertes de coronavirus en Andalucía y el Gobierno andaluz responde con las medidas más restrictivas, que afectan a la movilidad, desde que asumió el 28 de junio las competencias exclusivas en la gestión.
Y en una sorprendente medida, el Gobierno andaluz permite saltarse los cierres de las ocho provincias andaluzas para esquiar en Sierra Nevada, siempre que no se proceda de un municipio andaluz con restricciones y haber comprado con antelación el forfait vía online.
La disminución de la clientela ha sido evidente a lo que se une, desde el miércoles pasado, el cierre perimetral de Monachil, el municipio donde está enclavada la estación, al superar la tasa de 500 contagios por cada 100.000 habitantes, tasa que por cierto volvió a rebajar, pero la Junta obliga a mantener las restricciones durante 14 días. Hay días entre estos últimos que había más trabajadores que clientes.
Pérdidas millonarias
Tras todo ello, ahora, Cetursa sufre su peor situación financiera desde 1985, cuando se refundó con la Junta de Andalucía como principal accionista, ahogada por la falta de ingresos.
Juan Bravo, consejero de Hacienda y Financiación Europea, departamento que es accionista mayoritario de Cetursa, en una imagen de archivo en el Parlamento andaluz. Prensa Parlamento
Ante la delicada situación, la empresa pública convocó un Consejo de Administración extraordinario el pasado martes, 26 de enero, que dejó encima de la mesa, según fuentes de instituciones representadas en el Consejo de Administración, consultadas por El Independiente de Granada, la aplicación de un ERTE, como única forma de garantizar la viabilidad de la empresa pública. Algunas instituciones representadas en el Consejo solicitaron tiempo para analizar la documentación financiera, traslada en aquella reunión.
En la cuenta de resultados se arrastra desde la pasada temporada, concluida abruptamente en marzo, sólo por coste del personal, unas pérdidas que se elevan a 11 millones de euros, a los que habrá que sumar el actual ejercicio económico, en el que tampoco apenas se ingresaron fondos, por la escasa actividad
La decisión de la dirección de la empresa de no aplicar el ERTE cuando se produjo el cierre forzoso de la actividad, el 14 de marzo de 2020 y renovarlo para mantenerlo hasta el a 30 de noviembre, ante el inicio de la temporada, ha generado un coste laboral de unos 11 millones de euros, sin apenas ingresos, según las fuentes. La dirección de Cetursa, añaden las mismas fuentes, intentó aplicar el ERTE cuando la estación cerró el año pasado anticipadamente, pero la Junta de Andalucía no lo autorizó.
El día antes, el Comité de Empresa, -informado previamente por la dirección-, alertó del ERTE que pensaba aplicar Cetursa y avanzó que lo llevará a los juzgados.
El pasado jueves, se volvió a reunir y decidió por “unanimidad” la aplicación del ERTE, total o parcial, al 82 por ciento de la plantilla de los convenios colectivos de Remontes, Hostelería, Parking y Sierra Nevada Sport Club, informó Cetursa en un comunicado. Es decir, 390 de los 476 trabajadores y trabajadores vinculados a la empresa pública. El primero que se aplica en la Administración andaluza y, probablemente, al que más trabajadores y trabajadoras afectan en Granada, que, sin embargo, ha pasado casi desapercibido.
En la cuenta de resultados se arrastra desde la pasada temporada, concluida abruptamente en marzo, sólo por coste del personal, unas pérdidas que se elevan a 11 millones de euros, a los que habrá que sumar el actual ejercicio económico, en el que tampoco apenas se ingresaron fondos, por la escasa actividad.
La estación de esquí. Prensa Cetursa
El Consejo de Administración, además, acordó mantener la actividad en la estación, si bien concentrada la oferta a la Loma de Dílar, a partir de este lunes, primero de febrero, dado que el cliente potencial se reduce tan solo a los residentes en Monachil y a los equipos federados con permiso del Consejo Superior de Deportes (CSD) y los centros de formación de deportes de invierno con autorización especial.
Porque el ERTE no soluciona el problema de fondo, aún no resuelto por ningún gobierno andaluz, como es el modelo de la empresa pública que gestiona la estación, su encaje en la Administración andaluza, la vinculación laboral del personal, con convenios históricos ganados a pulso de movilización, y la respuesta, hasta ahora callada, del accionista mayoritario, la Junta de Andalucía
Las consecuencias
La aplicación del ERTE, respaldado en el Consejo de Administración por el PP (Junta de Andalucía) y Cs (Ayuntamiento de Granada), pero también por el PSOE (Diputación de Granada y Ayuntamiento de Monachil), más allá de su idoneidad, conveniencia o no, puede aliviar momentáneamente la situación financiera agonizante de Cetursa, si la autoridad laboral lo acepta y los tribunales lo permiten, ante la denuncia judicial de los sindicatos, durante al menos seis meses. Incluso si se renueva un tiempo más, pero, ¿y después?
Porque el ERTE no soluciona el problema de fondo, aún no resuelto por ningún gobierno andaluz, como es el modelo de la empresa pública que gestiona la estación, su encaje en la Administración andaluza, la vinculación laboral del personal, con convenios históricos ganados a pulso de movilización, y la respuesta, hasta ahora callada, del accionista mayoritario, la Junta de Andalucía.
Una empresa pública sin transferencias de capital directo por parte de la Junta
La actual Cetursa Sierra Nevada SA tiene su precedente en 1985, cuando entra en el accionario de Centros Turísticos SA, y se convierte en la empresa de gestión de la estación de esquí.
A partir de ese momento se inicia su desarrollo turístico y se relanza la estación con grandes inversiones económicas, que alcanzan la cumbre en los Mundiales de Esquí Alpino de 1996, cuando desde entonces, la estación de esquí más al Sur de Europa, se sitúa entre una de las más importantes de España y del continente.
Esquiadores en Sierra Nevada, esta temporada. Prensa Cetursa
Cetursa es una empresa pública (Sociedad Anónima), pero con la particularidad, que la introduce de lleno en el sector público andaluz, de que el accionista mayoritario es la Junta de Andalucía, actualmente, con el 95,90 por ciento del capital.
Pero en contra de lo que aún se cree, la empresa no recibe transferencias de capital directas de la Junta de Andalucía, ni se financia con fondos de los presupuestos autonómicos. Cetursa se financia exclusivamente con recursos propios. Es decir, afronta sus obras, el pago de nóminas… con los ingresos propios que genera su actividad
Pero en contra de lo que aún se cree, la empresa no recibe transferencias de capital directas de la Junta de Andalucía, ni se financia con fondos de los presupuestos autonómicos. Cetursa se financia exclusivamente con recursos propios. Es decir, afronta sus obras, el pago de nóminas… con los ingresos propios que genera su actividad. La principal fuente de entrada de fondos es la venta de forfaits y en menor medida por las firmas de patrocinio y publicidad. También ingresa por la explotación de los dos hoteles que gestiona en la estación y los restaurantes en pistas.
Como en cualquier otra empresa mercantil, que atraviesa una situación parecida, la crisis financiera de Cetursa se produce al disminuir drásticamente la actividad por la pandemia y, por ende, la venta de forfait.
La Junta de Andalucía no ha resuelto uno de los aspectos fundamentales, como es el encaje de la empresa en la Administración andaluza, y, como ejemplo, la vinculación laboral de la plantilla.
Así se producen contradicciones, como cuando la empresa, en mayo de 2018, obligada por el Gobierno andaluz, eliminó de un plumazo la antigüedad que percibían, entonces, 283 de los 352 trabajadores amparados por el convenio de remontes para equipararlos al convenio colectivo del personal laboral que presta servicio en la Administración de la Junta de Andalucía. La eliminación del concepto de antigüedad acabó en una huelga, en diciembre de 2019, que paralizó la estación. El anterior Gobierno andaluz, para compensar a la plantilla esa merma salarial y cerrar el conflicto laboral, ideó un complemento que, paradójicamente, multiplicó por cinco el coste de la antigüedad, al pasar de medio millón de euros a 2,5 millones millones de euros anuales.
Accionariado de Cetursa Sierra Nevada SA.
Sin embargo, ahora son enviados a un ERTE, como plantilla de una sociedad anónima, sin ser tratados como personal laboral de la Junta, en contra de lo que reclama desde su lógica el Comité de Empresa, para pararlo.
Pero a diferencia de lo que ha sucedido en otras movilizaciones, la representación laboral puede tener más complicado convencer en tiempos de Covid a la ciudadanía –y dado que la solidaridad parece que se quedó en la primera ola de la pandemia- que un empleado de Cetursa, que no es funcionario, -puesto que no ha pasado por oposiciones-, tenga la misma consideración que un médico del SAS o un docente.
Puede que ante la inacción del accionista mayoritario sean los tribunales los que definan la situación laboral de la plantilla.
Composición actual del Consejo de Administración de Cetursa.
Pero esta circunstancia es decisiva, puesto que la vinculación laboral que se fije podría determinar un paso siguiente y traumático: el recorte de la plantilla.
El silencio de la Junta de Andalucía, ¿privatización?
En este crítico escenario, sorprende el rotundo silencio de la Junta de Andalucía, tan proclive a las declaraciones y más cuando se trata de culpar al Gobierno.
Ni el presidente Moreno, -que el jueves se refirió a la estación para predecir lo obvio: “Con Andalucía, capitales y municipios cerrados, Sierra Nevada ‘no tiene un potencial de usuarios’”-, ni el vicepresidente Juan Marín, que entra a todo, ni el consejero Elías Bendodo. Ni tampoco el consejero de Hacienda, Industria y Energía, Juan Bravo, cuyo departamento mantiene la mayoría de acciones. Por supuesto, ningún representante de la Junta en Granada, a lo que ya nos han acostumbrado, cuando de crisis se refiere
Ni el presidente Moreno, -que el jueves se refirió a la estación para predecir lo obvio: “Con Andalucía, capitales y municipios cerrados, Sierra Nevada ‘no tiene un potencial de usuarios’”-, ni el vicepresidente Juan Marín, que entra a todo, ni el consejero Elías Bendodo. Ni tampoco el consejero de Hacienda, Industria y Energía, Juan Bravo, cuyo departamento mantiene la mayoría de acciones. Por supuesto, ningún representante de la Junta en Granada, a lo que ya nos han acostumbrado, cuando de crisis se refiere.
La Junta de Andalucía, como tenedor de la mayoría de las acciones, podría haber actuado con antelación y, mediante una ampliación de capital, afrontar las pérdidas y garantizar la viabilidad futura de una empresa pública, cuyo futuro es incierto, y no, precisamente, por la falta de nieve.
La falta de previsión y de coraje para adelantarse a los hechos de la Junta de Andalucía –como así ha actuado durante la pandemia-, ha contribuido a la agónica situación económica de Cetursa que, esta temporada invirtió 9 millones de euros en mejoras, que quizá podían haber esperado mejor ocasión ante lo que se avecinaba.
Bendodo saluda a un mando de la Policía Nacional adscrita a Andalucía. Prensa Junta
El accionista mayoritario pudo desde marzo pasado, y debe, ahora, inexcusablemente, definirse y plantear con transparencia qué quiere para Cetursa y con qué modelo de empresa. Si salvar a la totalidad del personal y garantizar su permanencia, al tiempo que invertir para que siga siendo una estación de esquí puntera y motor de desarrollo, o, ¿apuesta solo por asegurar los puestos de trabajo?, o, ¿solo por mantener la estación y en qué condiciones?
Tarea debe asumir de inmediato, con el condicionante añadido de las prioridades establecidas para este tiempo de coronavirus que amenaza con prolongarse en el tiempo, lo que obliga al Gobierno andaluz bipartito a un esfuerzo al que no está acostumbrado de explicar qué va a hacer con Cetursa y la estación de Sierra Nevada.
Salvo lo que en el fondo le mueva es abrir la puerta a la privatización para dejar entrar capital privado con la venta de sus acciones, una aspiración que siempre latió en la derecha
Tanto que ha utilizado este Gobierno andaluz, como ningún otro, para su autobombo la estación de esquí y ha resaltado su apoyo, es momento ahora de dar un paso adelante y demostrarlo con hechos y no con declaraciones, que están muy bien, pero se quedan en la ventisca.
El Gobierno andaluz de PP y Cs, el de mayor aversión a la descentralización, que, con demagogia iba a devolver la Alhambra y la estación de esquí a los granadinos, como bien hizo bandera machaconamente la derecha desde la oposición, una vez constatado que no se mueve un papel en la Alhambra sin el visto bueno desde Sevilla, y que suma a la relación de afrentas la intervención del Parque de las Ciencias, y su insistencia con la eliminación de la Escuela Andaluza de Salud Pública, está a punto de dejar morir a Cetursa, si no actúa.
Salvo lo que en el fondo le mueva es abrir la puerta a la privatización para dejar entrar capital privado con la venta de sus acciones, una aspiración que siempre latió en la derecha.