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Artículo de Opinión

¡1 de mayo!

E+I+D+i - Juan Bayo Pérez - Viernes, 1 de Mayo de 2020
Juan Bayo Pérez, secretario del comité de empresa por FICA-UGT - Thielmann Portinox, repasa en este artículo, a partir de su experiencia personal, el significado del 1 de Mayo, cuya esencia reivindica para encarar el futuro tras la pandemia.
Imagen de archivo de una manifestación del 1 de Mayo.
M.Rodríguez
Imagen de archivo de una manifestación del 1 de Mayo.

Desde que tengo memoria recuerdo la fiesta del 1 de mayo. En mi casa, casa obrera de la década de los 70, no se celebraba más allá de que era festivo y como buenos españoles, salíamos en tropel al 850 para hacer la salida al campo. El régimen había bautizado el día como San José Obrero. Había partido de fútbol, la final de la copa del Generalísimo, exhibición de la sección femenina con todo un repertorio de habilidades tradicionales y bailes que a los ojos de hoy, serían ridículos o una mala interpretación de los fastos del “pequeño amado líder”.

Se trató, por medio del disfraz, de camuflar una reivindicación fruto de la injusticia y de un nefasto y trágico suceso de 1886, que la mayoría de nosotros ya hemos olvidado: “Los mártires de Chicago”. En el país de las oportunidades, nació tan señalada fecha, no deja de ser uno de esos guiños que nos deja la Historia.

Hoy, creo que hemos despojado a la efeméride de toda esa pátina reivindicativa, y para la mayoría significa un día festivo, que unido al fin de semana y a otras festividades del 2 o 3 de mayo, se transforma en el puente de mayo; buen tiempo, fiesta, terrazas, todo muy lúdico y consumista.

Sin embargo, ahora que estamos inmersos en esta catástrofe colectiva y universal, sí que es bueno recordar las fechas y cobra especial relevancia recordar el motivo y el objeto de esas celebraciones

Sin embargo, ahora que estamos inmersos en esta catástrofe colectiva y universal, sí que es bueno recordar las fechas y cobra especial relevancia recordar el motivo y el objeto de esas celebraciones. Ha habido muchos antes que nosotros y vendrán muchos otros después, los tiempos y las formas cambian, pero las esencias siguen siendo las mismas. Sí que hay clases, están ahí y son patentes las diferencias. Los gobiernos están ahí para equilibrar esas desigualdades, ese es el origen del Nuevo Régimen, ese que nació con la abolición del absolutismo, que ha ido evolucionando y ha dado como resultado el actual sistema democrático de partidos y representación social. Revoluciones, guerras, huelgas, manifestaciones, elecciones, no son solo fechas y datos, son los pilares de nuestro sistema de bienestar; resultado de nuestro esfuerzo y sacrificio -a veces hasta con la vida-, la sociedad de la igualdad: al trabajo digno y bien remunerado, acceso a la cultura, a la salud, a la vivienda, el derecho al ocio y al propio desarrollo personal y social. Y todo pendiente de finos hilos, hilos que todos vamos tejiendo y que otros tejieron y hacen que la vida sea cada vez un poquito mejor. Nada se hace en balde, todo deja poso. 

Recuerdo esos días de mayo de mi infancia, mi padre trabajaba 12 horas diarias y 8 el sábado, y 15 días de vacaciones -se las daban en octubre o noviembre- en mi casa no se hablaba de otra cosa que no fuera “fábrica, fábrica y fábrica”, los motes de los compañeros  el “puro”, “cachoguapo”, ”hombretanquilo”, “fregenites” y el tal “cachondeo” que siempre estaba en medio de todos los fregaos. Vinieron después los tiempos del cambio: empezaron a subir sueldos, jornadas de 8 horas, 40 a la semana, los sábados no se trabajaba, vacaciones de 30 días, cambiamos de coche, de piso, y los trabajadores fuimos engordando esa clase que se llamó “media”, consumíamos y producíamos, y todo en una aparente cierta armonía. Y todo empezó a acelerarse, lo queremos y lo queremos ¡ya!, cuanto más barato mejor, compra y compra -aunque no te haga falta, lo importante es poseer- Y así se empezó a cuestionar todo lo que había tejido. Deslocalizaciones, ahorro de costes, precariedad, destrucción de sectores…. el industrial, nuestro campo, nuestro comercio. Eso sí, ahora las redes sociales son otras, se dejó de lado la verdadera, que empezaba por nuestros vecinos y compañeros de trabajo que estaban para todo y luego los titos, titas, abuelas -soy de la generación que conoció poco o nada a sus abuelos-.

No son cuentos, ni batallitas de abuelos cebolletas. Hay que reivindicar la vuelta de gobiernos que equilibren las desigualdades y procuren el bienestar de la sociedad, que potencien y dignifiquen lo público. Exigir un cambio de modelo productivo, en el que la lucha contra la deslocalización, el reconocimiento al sector primario y una intervención seria en eso que se llama la España vaciada, que nos permitirá luchar contra contingencias como la provocada por esta emergencia sanitaria sin dejar a nadie atrás y sin cargar el peso de la misma sobre las espaldas de trabajadores y trabajadoras. 

Que Europa sea lo que debe de ser, la casa común de una sociedad más justa, más igualitaria y más próspera. Que haya igualdad de oportunidades para todas las personas y no por los ceros de la cuenta corriente, del lugar donde se nace o del sexo que se nos asignó al nacer. Que cuidemos la naturaleza y el medio ambiente para que nuestra huella no sea la de la destrucción y la aniquilación de los recursos. 

Cuando dentro de unos años miremos hacia atrás y se cuente el año 2020, sería todo un triunfo que se recordara como el año del cambio de la sociedad del consumo sin límite y de la vuelta a valores de solidaridad, igualdad y justicia

Cuando dentro de unos años miremos hacía atrás y se cuente el año 2020, sería todo un triunfo que se recordara como el año del cambio de la sociedad del consumo sin límite y de la vuelta a valores de solidaridad, igualdad y justicia. Nueva York  1857, Chicago 1886,  la Gran Guerra 1914-1918,  el Crack del 29, la II República 1931,  el voto femenino por primer vez en España 1933, la Guerra Civil 1936-1939, la Segunda Guerra Mundial 1939-1945, la muerte de J.F. Kennedy 1963, Mayo del 68,  el asesinato de Martin Luther King,  la muerte de Franco 1975, las primeras elecciones democráticas 1977, la Constitución de 1978, el PSOE en el gobierno 1982, el PP en el gobierno 1996, los atentados de Nueva York 2001, la crisis financiera de 2007, y ahora la pandemia de 2020.  No son sólo fechas, son cambios, giros; unos significaron avances y otros retrocesos; que éste sea para avanzar y aprender a no volver a caer en errores ya superados.  

Compañeras y Compañeros, Feliz 1 de mayo de 2020 -el año de la pandemia-.

Por Juan Bayo Pérez, secretario comité de empresa por FICA-UGT - Thielmann Portinox