Los decanos advierten de que el cierre puede tener el efecto contrario y piden a la Junta que rectifique

E+I+D+i - IndeGranada - Miércoles, 14 de Octubre de 2020
Es "un enorme error" porque las aulas son "los lugares más seguros de la ciudad". Allí los estudiantes están "con una enorme responsabilidad", porque "es fácil" acatar las normas en el seno de la Universidad.
Estudiantes a la salida de la Facultad de Ciencias de la Salud.
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Estudiantes a la salida de la Facultad de Ciencias de la Salud.

"Lo que inicialmente se puede intuir como una medida lógica para evitar mayores contagios, podría convertirse en todo lo contrario será catalizador de nuevos focos alejados del control de la Universidad que desde el comienzo del curso lleva un riguroso seguimiento". Porque fomentará entre el estudiantado un estilo de vida "más activo y social, con todo lo que conlleva para la propagación de la enfermedad".

Es la advertencia que decanos de las facultades de la UGR recogen en una carta remitida al consejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo, encargado este pasado martes de dar a conocer la suspensión de las clases presenciales durante dos semanas, una decisión que piden rectificar.

Según destaca, les mueve un espíritu "constructivo", conscientes de "la difícil tarea de gestionar una pandemia" y con el único objetivo de de tomar "la mejor decisión posible" teniendo en cuenta los distintos factores que van desde "la salud de las personas, su formación y futuro profesional, las libertades individuales o el impacto económico y social".

Creen los decanos que suspender las clases es "un error" y recuerdan que, de la experiencia durante el estado de alarma, acarrea "la disgregación" del estudiantado por todo el territorio nacional. Según sus cálculos, son más de 20.000 los estudiantes de fuera de la provincia que "a todas luces regresarán a sus casas en cuanto no haya obligación de la asistencia". Como "conocedores de los usos y hábitos de nuestros estudiantes" y con su experiencia, alertan de que la docencia telemática "acarrea un estilo de vida más activo y social, con todo lo que esto conlleva para la propagación de la enfermedad".

Por ello insisten en que el cierre puede convertirse en "catalizador de nuevos focos".

"Las aulas no son foco de contagio", no es el lugar donde se han producido "situaciones de contagio", enfatizan, porque se cumplen las recomendaciones: "nunca hay nadie sin mascarilla, la distancia se mantiene, las clases se imparten presencial y telemáticamente de forma simultánea, por lo que no hay aulas que superen el aforo permitido, las ventanas abiertas y geles hidroalcohólicos repartidos por todo el edificio".

Los estudiantes, agregan, "están con una enorme responsabilidad en las aulas, en las bibliotecas, en los laboratorios trabajando y formándose con seguridad y acatando las normas sanitarias, porque aquí es fácil acatarlas. No podemos robarles el derecho que tienen a recibir una formación presencial".

Por todo ello piden a la Junta que consulte a expertos epidemiológicos "que confirmarán el enorme error" que desde el punto de vista sanitario sería suspender la actividad docente de la Universidad "cuando son precisamente las aulas los lugares más seguros de la ciudad".