"Qué sentido tiene convocar la Mesa del Ferrocarril para que vengan personas manipuladas a tirarse los trastos a la cabeza", ha dicho el alcalde, Luis Salvador, para responder a la Marea Amarilla, que esperaba una contestación a su petición de mantenerr una reunión de este foro en el que, además de partidos políticos y administraciones, están representados los agentes sociales y los colectivos ciudadanos.

El AVE ya ha llegado y, a juicio del alcalde, no se deben buscar problemas donde no los hay. Ahora toca trabajar para que se lleve a cabo esa integración del AVE, al igual que se ha activado la Variante de Loja. Y es precisamente en la integración donde Luis Salvador ha vuelto a dar noticia. Si hace unas semanas, antes de las vacaciones, arrojaba dudas sobre su defensa del soterramiento, en unas declaraciones que finalmente rectificó para asegurar que su equipo de gobierno no iba a desmarcarse de un asunto que reclama la ciudadanía granadina y sobre el que había consenso, ahora introduce un nuevo elemento: que lo pague el Gobierno central en su integridad. 

Hasta ahora, como ocurre y ha ocurrido en otras ciudades, la financiaciación del soterramiento de las vías del AVE es asumida por tres administraciones: la local -ayuntamiento de la ciudad en la que se afronte-, la autonómica y la central. Así se había asumido en Granada. Pero de nuevo Salvador se aleja de un asunto en el que había también consenso para indicar que pedirá que sea sufragado "al cien por cien" por el Gobierno central, con el apoyo en su caso de la Junta de Andalucía. 

Tras volver a denostar la opción que planteó el anterior gobierno local socialista, de sufragar mediante una operación urbanística esa gran obra, al considerar que "no tenía ninguna viabilidad", ha apostado por buscar fórmulas entre las tres administraciones, señalando como novedad que pedirá que sea el Ministerio de Fomento el que pague la integración al completo, como ha hecho en "cinco o seis ciudades". Lo que argumenta en los perjuicios que ha ocasionado el aislamiento ferroviario que padeció Granada durante las obras del AVE.