Crítica literaria

Poemas para entender el ruido

Cultura - Francisco Bautista Toledo - Lunes, 24 de Marzo de 2025
Francisco Bautista Toledo nos ofrece una crítica sobre el poemario de Emilia Oliva Sánchez. Para disfrutar de la lectura.
Portada de Poemas para entender el ruido.
Portada de Poemas para entender el ruido.

La realidad es una sucesión de acontecimientos que surgen atropelladamente, y que las circunstancias, y oportunidad, imponen su engarce en los instantes, fluyendo hacia el pasado, siendo una imagen del recuerdo. Mientras, asistimos ante ellos unas veces como actor, en otras se es solamente espectador, cuando permanecemos pasivos ante su paso.

Muchas veces la persona se desplaza ajena a su voluntad, sin controlar el futuro inmediato, es un actor obligado, quiere salir de esa dinámica, más no puede o carece de otra alternativa

Muchas veces la persona se desplaza ajena a su voluntad, sin controlar el futuro inmediato, es un actor obligado, quiere salir de esa dinámica, más no puede o carece de otra alternativa. Se siente aislada, sola en la multitud, como un náufrago, perdida en su intimidad, isla desierta donde actúa como un Robinson. Hay ocasiones que quiere intervenir en el devenir que los días ofrecen, embarcándose en una odisea personal, buscando su espacio soñado, paraíso personal donde pueda ser ella misma, sentirse feliz, percibiendo que su imagen íntima es admitida como es, valorada tal cual, sin necesidad de mostrar la cara externa que las reglas sociales imponen. Pero esa Ítaca permanece flotando sobre el mar inseguro de la imaginación. Cada día es una aventura, un hallazgo, un destello que ilumina el camino a seguir, también puede ocurrir que muestre un velo neblinoso sin fondo definido, siendo el azar quien marca la senda. Pérdida, desorientación, soledad, son las emociones que llenan el ánimo, pero, se quiera o no, el torrente de los acontecimientos trasladan al Ulises que se siente Crusoe. Se alternan las jornadas, de forma desigual, luces y sombras, pero no importa el trayecto, puede ser duro y proceloso, feliz y exultante, siendo la aceptación de los sucesos la única salida posible, pues la lucha por ser es el impulso que mueve el deseo de cabalgar en el curso de los días. Al final se concluye que la felicidad consiste en aceptarse la persona como es, gozando los momentos espléndidos, permaneciendo prudentes cuando el sol se hunde en el horizonte del porvenir, esperando siempre el seguro amanecer.

Estas ideas me han surgido al leer los versos de Emilia Oliva Sánchez (Almuñécar, 1995) publicados en su libro “Poemas para entender el Ruido”, editorial Alhulia. En esta obra, la autora nos presenta sus poemas como medio para comprender el ruido, es decir, el rumor que nos acompaña, el cual unas veces es desagradable, nos estorba, otras anulan la voz, impidiendo la comunicación, añorando siempre el rumor del silencio, aquel que trasmite paz. Pero aparece el ronroneo de un gato, aquel habitante de las sombras tenebrosas, siempre está presente, el sonido de su maullido a veces surge, apareciendo como imagen seductora, queriendo que se le haga mimos y caricias, aunque en su interior oculta su aspecto arisco, cuando enseña sus garras, verdadera faz de su esencia.

La poeta plantea un trabajo lírico compuesto de idea, forma y gracia. Idea, sólido argumento que da sentido al texto, dejando huella en su comprensión, sentido a la voz poética portada en sus versos, profundos sentimientos, que introduce a los lectores en el cauce de imágenes transportadas en sus palabras. 

En su estructura armónica reproduce el ruido interno que quiere transmitir en sus poemas. Dan sentido a la obra

La idea da consistencia al poema, pues sin forma éste no tiene pulso, quedando anclada en la sobriedad de líneas que no inducen a la emoción, que las frases rítmicas proponen. Por eso la forma en los versos es básica para una excelente obra lírica, mostrando Emilia Oliva unas estrofas fluidas, chispeantes, ligeras, con inflexiones e imágenes que convierten su desarrollo en una lectura de ritmo libre, natural, musicalidad sostenida, que da fuerza e intimidad a cada una de sus composiciones. En su estructura armónica reproduce el ruido interno que quiere transmitir en sus poemas. Dan sentido a la obra.

Pero un poema carece de singularidad, siendo uno más de aquellos que flotan en el común mundo literario, si no posee gracia, es decir, brillo, lucidez, atracción en su lectura, sentimientos auténticos en su comprensión, cualidades que en este libro se refleja. Emilia Oliva Sánchez consigue conjugar los tres requisitos para lograr un excelente poemario.

Francisco Bautista Toledo