Los juzgados de Granada reciben la primera querella contra la impunidad del franquismo
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"No fui una delincuente, luché por la democracia"
Cuando, en una de sus visitas a Granada, Isabel Alonso Dávila regresó al piso de La Chana del que en 1975 salió detenida por la policía franquista junto al entonces su marido, en la tercera detención que sufrió por luchar activamente contra la dictadura desde la UGR, llamó a las puertas de otros vecinos. Una se abrió y una mujer le dijo: "qué pena que mi padre haya muerto, se acordó tanto del día que os llevaron". Qué les habrá pasado, era la pregunta que se hacía sobre la joven pareja que esperaba un hijo. Isabel estaba embarazada.
Este lunes, en la Facultad de Traducción e Interpretación, edificio que albergó cuando ella estudiaba la de Filosofía y Letras, ha informado de la querella que ha presentado por la represión que sufrió por defender las libertades. Lo ha hecho arropada por la decana de la Facultad, Cristina Álvarez de Morales, que se ha fundido en un abrazo con ella al finalizar el acto; el profesor y memorialista Pedro Sánchez Rodrigo; y Raúl Maíllo, abogado de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (Ceaqua), que la representa. En las butacas del aula, antiguos compañeros que compartieron lucha estudiantil desde la UGR y representantes del movimiento memorialista granadino.
La de Isabel Alonso Dávila es la primera querella por crímenes contra la humanidad cometidos por la dictadura franquista que se presenta en Andalucía
La de Isabel Alonso Dávila es la primera querella por crímenes contra la humanidad cometidos por la dictadura franquista que se presenta en Andalucía. Se suma a las 115 que se han ido presentando en todo el Estado reclamando una investigación de aquellos crímenes. La querella apela a la Ley de Memoria y, en concreto a los artículos 28, 29 y 2, además del deber de aplicar los tratados internacionales, para reclamar el derecho a que el Estado investigue las torturas y agresiones sufridas. En su caso, el embarazo la libró de las físicas, no así de las que atentaron contra su integridad psicólogica, moral y sexual.
Estaba embarazada y permaneció cinco días en comisaría en condiciones de higiene deplorables. Sin jabón, sin papel higiénico. Fue muy humillante. "Nos convertían en personas malolientes, intentaban que perdiéramos la dignidad", ha explicado tras recordar el examen ginecológico al que fue sometida en el Hospital San Juan de Dios y también las sugerencias de una monja, ya en prisión, animándola a entregar a su hijo. Es una pena que nazca en la cárcel, si tú quisieras, tendría una vida muy buena con alguna de tantas familias que no pueden tener hijos, tuvo que escuchar Isabel.
Tanto ella como su abogado se han mostrado optimistas respecto al devenir de la acción judicial, que emprende porque necesita "ser reparada". "No fui una delincuente, luché por la democracia", ha subrayado añadiendo la necesidad de una reparación colectiva para quienes asumieron ese papel. Que se reconozca el papel que desempeñaron para conseguir "la España mejor que hemos tenido".
Isabel Alonso Dávila ha hecho mucho hincapié en la necesidad de que se entienda lo que significa vivir bajo una dictadura, con constante acoso policial y parapolicial. Ha recordado que la Brigada Política y Social estaba "obsesionada" con su coche, un 127. Un día, el vehículo apareció con las cuatro ruedas pinchadas. Fue un aviso: "sabemos dónde vives". Hay una foto, que Alfonso Martínez Foronda incluyó en el artículo que dedicó a contar la trayectoria de esta luchadora antifranquista, de ese día en la que aparece un vecino mirando el estado del coche. Solo mirarlo ya era "un acto de valentía", ha recordado.
También ha explicado con emoción cómo aquellas detenciones y represión suponía un sufrimiento para la familia de los estudiantes y, en algunos casos, alejamiento y ruptura. Al respecto, tras evocar que su principal preocupación tras salir de la comisaría después del segundo arresto era saber si se habían enterado sus padres, ha explicado que su madre no estuvo con ella cuando nació su hijo. "Estaba tan dolida que no vino". Seis meses después se recompuso esa relación con la mediación de su padre. "Se recompuso porque la democracia ayuda, la dictadura solo agrava los conflictos".
Al cumplirse 50 años de la muerte de Franco, las políticas se han abierto paso "de manera lenta y dificultosa" ha dicho para añadir que policías y jueces represores, junto a los políticos franquistas siguieron en sus puestos o fueron recolocados, amparados por "un manto de olvido". Ha reivindicado la necesidad de justicia y reparación. La necesidad de "recordar para olvidar".
Recordar el compromiso y la lucha de mujeres como Isabel, nacida el 23 de noviembre de 1953 en Salamanca, de padre notario. Estudiaba Primero de Filosofía en Valencia cuando fue captada por el PCE. Tras participar en una manifestación un 1 de mayo de 1972, fue detenida. Fue su primer arresto. Le pusieron una multa de 25.000 euros y salió en libertad sin cargos. Pero pese a ello fue expedientada en la Universidad y la única manera de proseguir los estudios era trasladando su expediente. Se casa y elige Granada, donde retoma estudios y su activismo. En Granada llegaría su segunda detención, en una caída de militantes del PCE en 1974. Se le acusa de tener material subversivo y propaganda en solidaridad con los obreros encerrados en la Curia. La tercera detención, ya reseñada, es en la que se basa la querella.
Pedro Sánchez Rodrigo ha recordado que esta luchadora antifranquista escribió una "emotiva novela" que fue como un autorretrato en el que habla de esa falta de libertades, de cómo alteraba la convivencia familiar. De lo que era vivir bajo una dictadura. Porque, "más que ausencia de derechos", que ya es importante, como ha resaltado, la dictadura obliga a que "convivamos con miedo" y a que "nos acostumbremos a la compañía de la ignorancia".
"Isabel, esta querella es coherente con tu vida", ha resaltado para insistir en la necesidad de justicia y reparación para las víctimas.
Raúl Maíllo confía en que la Ley de Memoria Democrática y la existencia de una Fiscalía especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática suponga un avance respecto al recorrido que hasta ahora han tenido las querellas presentadas.
En el camino judicial ha habido "avances", según el letrado, que ha recordado que antes se pedía directamente el archivo de este tipo de acciones. Y, aunque el Constitucional volvió, en julio del año pasado, a considerar que no había capacidad para investigar estos crímenes de lesa humanidad, ya hay dos votos particulares, entre ellos el de un magistrado que apunta un elemento fundamental: la Ley de Memoria Democrática.
El abogado ha recordado la querella argentina investiga los crímenes del franquismo en aquel país ante la falta de amparo encontrada por muchas víctimas y familiares. Pero sobre el muro levantado para evitar la investigación en España ya se han producido, en sus palabras, "muchas grietas". No está roto, como prueba esa querella argentina, pero confía en que no se mantendrá la impunidad, incompatible con la Ley de Memoria y la aplicación de los Tratados Internacionales. "No se puede explicar más allá de los Pirineos sin sonrojarse", ha dicho.
Activista de referencia, con toda una vida de compromiso por las libertades democráticas y la igualdad social, Isabel Alonso Dávila fue la primera protagonista de la serie de grandes artículos dedicados a mujeres antifranquistas firmada por Alfonso Martínez Foronda:
'Mujeres antifranquistas en Granada: Isabel Alonso Dávila'