Recordando a Matilde Cantos Fernández, una feminista 'avant la lettre'

Blog - Foro de la Memoria - Granada Republicana UCAR - Sábado, 14 de Septiembre de 2019
Un homenaje necesario a la política granadina de mayor relevancia en la II República, una mujer excepcional.
Matilde Cantos, en una imagen que incluye su firma.
Imágenes cedidas para este artículo por Antonio Lara Ramos
Matilde Cantos, en una imagen que incluye su firma.
Matilde Cantos era una feminista “avant la lettre”. Contestataria y rompedora, defendió los derechos emancipatorios de las mujeres y denunció los privilegios de los varones. Matilde fue, sin duda, la política granadina más importante de la Segunda República. Su peso político es esos años es tan grande que fue designada por el PSOE, en mayo de 1936, compromisaria para la elección de Manuel Azaña como Presidente de la República. Exiliada en Méjico en 1941 vuelve a España en 1969 y fija su residencia en su querida Granada donde vivió hasta su fallecimiento en 1987 en Fuente Vaqueros, en cuyo cementerio está enterrada.

Matilde nace en Granada, el 20 de septiembre de 1898, en el seno de una familia pequeño burguesa de ideas progresistas, que le permite, desde muy joven, participar activamente en la vida cultural e intelectual de la ciudad, estableciendo amistad con personajes como Federico García Lorca, Manuel Ángeles Ortiz o Ángel Barrios.

Matilde, la segunda por derecha, junto a un grupo de compañeras en el Madrid republicano.

Muestra de su carácter rompedor fue el hecho de ser la primera mujer que condujo un coche en Granada, o sus deseos de tener una relación igual y libre con su novio, en lugar de contraer matrimonio

Matilde, desde su adolescencia, era una feminista “avant la lettre”. Contestataria y rompedora, que defendió los derechos emancipatorios de las mujeres, y denunció los privilegios de los varones, como expresaba en sus tempranos artículos de opinión publicados en el Noticiero Granadino. Muestra de su carácter rompedor fue el hecho de ser la primera mujer que condujo un coche en Granada, o sus deseos de tener una relación igual y libre con su novio, en lugar de contraer matrimonio. Aunque al final se casó y tuvo hijos. La muerte de estos le produce, según sus mismas palabras, “un inmenso desgarro interior” que hace que solicite la separación de su marido y se marche a Madrid en el año 1928, para poder “sacar todo lo que llevaba dentro y desarrollar sus inquietudes intelectuales”.

Recién llegada a Madrid se afilia al PSOE. Instaurada la II República, prepara las oposiciones para funcionaria de prisiones, obteniendo plaza y formando parte de la primera promoción de la Sección Auxiliar Femenina del Cuerpo de Prisiones, creado por Victoria Kent. Continúa sus estudios, graduándose en Ciencias Penales en el Instituto de Estudios Penales, dirigido por Jiménez de Asúa.

Carné de Matilde como miembro del Consejo Nacional de Tutela de menores.

Colabora con Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero, Juan Negrín, Victoria Kent, Clara Campoamor, María Lejárraga y Dolores Ibárruri. Su peso político es esos años es tan grande que es designada, en mayo de 1936, compromisaria para la elección de Manuel Azaña como Presidente de la República

Paralelamente, participa en las actividades que organizan la UGT y el PSOE. Colabora con Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero, Juan Negrín, Victoria Kent, Clara Campoamor, María Lejárraga y Dolores Ibárruri. Su peso político es esos años es tan grande que es designada, en mayo de 1936, compromisaria para la elección de Manuel Azaña como Presidente de la República.

Durante la Guerra Civil, Matilde ayudó activamente en la organización de la intendencia del Madrid sitiado y, poseedora de unas dotes oratorias extraordinarias para el mitin y la arenga, recorrió el frente junto a Rafael Alberti y Miguel Hernández, animando a los combatientes junto a los milicianos de la cultura del 5º Regimiento.

En 1937 encabezó la delegación del PSOE en el Congreso Mundial de Mujeres contra la guerra y el fascismo celebrado en París; ciudad donde volvió posteriormente, otra vez en representación del PSOE, a solicitar ayuda para la guerra ante la Internacional Socialista y la Federación Sindical Internacional.

Rafael Alberti y Matilde Cantos.

Siguiendo al Gobierno de la República, se traslada a Valencia y posteriormente a Barcelona, ciudad donde es nombrada, en 1938, Directora del Instituto de Estudios Penales y Directora General de Prisiones.

En febrero de 1939 sale al exilio en Francia, desde donde pasó a Casablanca, y de allí partió hacia Méjico en 1941

En febrero de 1939 sale al exilio en Francia, desde donde pasó a Casablanca, y de allí partió hacia Méjico en 1941.

Su estancia mejicana abarcaría hasta el año 1968. Durante ese tiempo, desarrolló su labor como trabajadora social del Ministerio de Gobernación, dedicándose a los colectivos de marginados y población indígena. También ejerció una importante actividad como periodista escribiendo sobre temas sociales y de mujer en diversas revistas y tabloides. Por supuesto, participó de una manera muy activa en las organizaciones y actividades de la colonia de exiliados españoles en Méjico; por ejemplo, fue socia fundadora del Centro Andaluz de ciudad de Méjico y del Club Mariana Pineda, asociación de mujeres que recogían fondos que eran enviados a España para ayudar a los represaliados de la dictadura.

Matilde formó parte del grupo de 35 dirigentes que fueron expulsados del PSOE junto a Juan Negrín en 1946 y qué en el año 2008, en el 37 Congreso Federal del PSOE, fueron rehabilitados

Matilde formó parte del grupo de 35 dirigentes que fueron expulsados del PSOE junto a Juan Negrín en 1946 y qué en el año 2008, en el 37 Congreso Federal del PSOE, fueron rehabilitados.

En 1968 volvió a España siendo detenida en el aeropuerto de Barajas y conducida a la Dirección General de Seguridad, donde permaneció retenida varios días. Tras ser puesta en libertad, fue deportada a Méjico. Regresó, ya con permiso de residencia concedido, en el año 1969, fijando su residencia en su amada Granada.

Matilde Cantos, en plena madurez.

Durante el final de la dictadura franquista y la transición, Matilde desarrollo una intensa actividad política y cultural.

Murió en 1987 y sus restos reposan en el cementerio de Fuente Vaqueros, el pueblo de su amigo Federico, cuyo asesinato agrandó el fuerte “desgarro interior”, que ella tenía.

Como corolario para finalizar, hago mías las palabras de Antonio Lara Ramos, su biógrafo, y autor de la obra “El Compromiso social”, que versa sobre ella (además, le ayudó a redactar sus memorias, “Cartas de doña Nadie a don Nadie”, publicadas póstumamente en el año 1998): “Casi todas las conquistas de la mujer en el siglo XX, Matilde las había alcanzado antes de que tuviera que exiliarse. Se independizó como mujer del vínculo matrimonial, fortaleció su pensamiento libre, se emancipó económicamente y sostuvo su independencia el resto de su vida…”.

Semblanza leída el viernes 15 de abril de 2016, en la XII Cena Republicana Granadina, por Isidro J. Toro Moyano, director del Museo Arqueológico de Granada y vocal de la Junta Directiva de Granada Republicana UCAR.



Granada Republicana UCAR ( y El Independiente de Granada) agradece a don Antonio Lara Ramos la amable autorización para poder usar las fotografías que ilustran este texto.



El Independiente de Granada agradece a Granada Republicana UCAR, asociación modélica y ejemplar, su participación en el Foro de la Memoria, con este artículo de una mujer imprescindible

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