FORO DE LA MEMORIA

¿Están en el Barranco de Víznar los restos del 'Mellao de Santa Fe'?

Ciudadanía - Agustín Jiménez - Sábado, 17 de Abril de 2021
Agustín Jiménez firma este artículo con el que rinde homenaje a Antonio Jiménez Merino, 'El Mellao', cuyos restos busca sin descanso su familia desde que, en agosto de 1936, fue asesinado por los golpistas. Para que no se olvide, para que no se repita.
Antonio Jiménez Merino.
fotos cedidas por la familia
Antonio Jiménez Merino.

Antonio Jiménez Merino, 'El Mellao', fue ejecutado en agosto de 1936, apenas comenzada la Guerra Civil. Desde entonces su familia ha buscado sus restos sin descanso. 

Ahora la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica lidera el proyecto que busca localizar e identificar los restos de quienes fueron fusilados y enterrados en dos de las cinco fosas comunes que existen en el Barranco de Víznar, entre los que posiblemente se encuentren los de Antonio. Cuenta con el apoyo de los Ayuntamientos de Víznar, del de Alfacar y de la Universidad de Granada. El proyecto lo financia la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y el Gobierno de España.

Antonio Jiménez Merino y su esposa, Josefa Castillo Ochoa, con sus tres hijos. 

Antonio era Cabo de la Guardia Municipal del Ayuntamiento de Santa Fe y cuando fue asesinado apenas tenía cuarenta años. Su esposa Josefa Castillo Ochoa quedó viuda, desamparada y con tres hijos pequeños: Agustín, Juan y Amalia.

"Todavía hay quienes pasean por la plaza del pueblo y se preguntan por el origen de estas huellas en la piedra y por el teñido rojizo de las esculturas"

Una noche de mediados de agosto de 1936, unos desconocidos pintaron de rojo con almagra las esculturas de los Reyes Católicos que presiden la fachada de la Iglesia Parroquial de la Encarnación de Santa Fe. En las cuatro columnas de la portada y en el zócalo dibujaron hoces, martillos y otros mensajes. Estos símbolos fueron borrados a golpes de cincel pero dejaron marcas que, junto a los restos de la pintura, han permanecido hasta nuestros días. Todavía hay quienes pasean por la plaza del pueblo y se preguntan por el origen de estas huellas en la piedra y por el teñido rojizo de las esculturas.

De todos estos hechos se culpó a Antonio. Él no había participado pero puede que sí conociera a quien lo hizo. Por la mañana estuvo trabajando con normalidad y por la tarde, como era habitual, fue al cortijo de La Cantina, en el camino entre Atarfe y Santa Fe, que era propiedad de su hermano. Allí solía reunirse toda la familia para compartir el trabajo y sus frutos.

Detalle de la fachada de la Iglesia de la Encarnación de Santa Fe.

"A media tarde, una cuadrilla dirigida por el capitán Nestares llegó al cortijo y detuvieron a Antonio, que descansaba bajo el nogal que había en la entrada"

A media tarde, una cuadrilla dirigida por el capitán Nestares llegó al cortijo y detuvieron a Antonio, que descansaba bajo el nogal que había en la entrada. Lo ataron con una cuerda y lo arrastraron hasta la plaza de Santa Fe, donde fue torturado. Le hicieron saltar una reja que entonces rodeaba la entrada de la parroquia, mientras le disparaban en los pies. Le cortaron la lengua por no delatar, o por desconocer, a quienes habían hecho las pintadas y lo apalearon. Todo se desarrolló en presencia de su madre Agustina Merino Vargas. Malherido se lo llevaron a la cárcel que se instaló en la actual Facultad de Derecho de Granada. 

Josefa y Agustina, su esposa y su madre, fueron a verlo al mencionado centro de detención hasta que, al tercer día, les dijeron “no vengáis más, que ya no está aquí”, y nunca más se supo de él. 

A lo largo de varias décadas la familia siguió investigando y repasando los listados que se publicaban sobre desaparecidos durante la Guerra Civil. Antonio Jiménez Merino no figura en ninguno de ellos, Antonio no había existido. Su asesinato parecía que no había sucedido.

En el año 2010 la familia pudo localizar finalmente su partida de defunción en el juzgado de Santa Fe

En el año 2010 la familia pudo localizar finalmente su partida de defunción en el juzgado de Santa Fe. Fue inscrita en enero de 1942, seis años después de su desaparición, y dice textualmente que falleció en Víznar “como consecuencia de las heridas sufridas con motivo del Glorioso Alzamiento Nacional”. Era el primer documento conocido que atestiguaba el asesinato de Antonio. 

Iglesia de la Encarnación.

"La familia solicitó al Ayuntamiento de Santa Fe que inicie gestiones para declarar lugares de Memoria la franja oeste de la plaza y la fachada de la parroquia. No han recibido respuesta"

Algunos meses después, en febrero de 2011, la familia solicitó por escrito al Ayuntamiento de Santa Fe que iniciara las gestiones oportunas ante las administraciones correspondientes para declarar lugares de Memoria Histórica la franja oeste de la plaza y la fachada de la parroquia. Su objetivo era recordar esta represalia para que la memoria no permita que se vuelvan a repetir. Aún no han recibido respuesta.

Gracias a los trabajos de exhumación mencionados, en unos meses conoceremos si los restos de Antonio Jiménez Merino 'El Mellao de Santa Fe' están en las fosas de Víznar o la familia tendrá que seguir buscando.

Placa colocada por la familia en el Barranco de Víznar. 

Mientras tanto y en su memoria, sus nietas, nietos, sobrinas y sobrinos, han colocado en el barranco una placa en la que se puede leer: 

Antonio Jiménez Merino 

(1893-1936) 

Torturado en Santa Fe

Fusilado en Víznar

Agustín Jiménez es maestro, familiar de Antonio Jiménez Merino y socio de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
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Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria:
 
Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:

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