El socialista Paco Cuenca, alcalde de Granada
El socialista Paco Cuenca ha sido elegido alcalde de Granada en el pleno extraordinario de investidura celebrado este miércoles, gracia a los votos socialistas, a los de Unidas Podemos y de Ciudadanos, Luis Salvador y José Antonio Huertas.
Se ha convertido en alcalde, como manda la ley, al presidir la lista más votada en las elecciones municipales, tras una votación fallida, en la que ninguno de los tres candidatos ha logrado la mayoría absoluta, aunque el socialista se ha quedado a uno de conseguirlo
Se ha convertido en alcalde, a las 11.17 horas al sumar mayoría absoluta con 15 votos, una más de los necesarios 14 de 27, al sumar sus diez votos, los tres de Unidas Podemos y los dos de Ciudadanos, por 12 del popular Francisco Fuentes, que ha contado con los 6 de su partido, los tres de Vox y lo tres de los otro tantos tránsfugas.
Con la elección de Cuenca, que vuelve a la alcaldía después de que en 2016 fuera elegido en otro pleno de investidura, tras salir esposado del Ayuntamiento de Granada el último regidor del PP, José Torres Hurtado, se pone fin al esperpento que ha padecido Granada, por la crisis y la consiguiente paralización municipal provocada por el PP, cuando el pasado 8 de junio abandonara el fracasado gobierno bipartito de Cs-PP, como medida de presión para que Luis Salvador le cediera el sillón de la Alcaldía.
Los populares justificaron, entonces, su decisión, a la postre fallida, en el ‘2+2’, un acuerdo que negaron durante los dos años de mandato y que provocó la salida del partido, pero no la renuncia de su acta, del expresidente provincial y cabeza de lista del PP en las últimas elecciones, Sebastián Pérez, al sentirse humillado por no apoyarle la organización.
La incapacidad de las derechas en consensuar un candidato, en un lamentable show, que ha revelado la debilidad de las direcciones provinciales del PP y Cs, dirigidos otra vez desde Madrid, ha permitido a los socialistas salir de nuevo al rescate de Granada, con el apoyo de Unidas Podemos, cuya asamblea ratificó ayer la propuesta, con el compromiso de que se ejecute el llamado ‘Pacto de Ciudad’, que recoge el modelo que ambas formaciones defienden
Ese mismo día, el 8 de junio, Manuel Olivares y Lucía Garrido, siguieron al PP y también dejaron sus responsabilidades de gobierno, así como el partido Ciudadanos, aunque no sus actas, dejando solo a Luis Salvador con el apoyo de su concejal leal José Antonio Huertas que, como alcalde en funciones, ha presidido el pleno de investidura, al que ha asistido el alcalde de Sevilla y candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas, el vicepresidente primero del Congreso y diputado del PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, la diputada de Vox, Macarena Olona o el presidente de la Diputación de Granada y secretario provincial del PSOE, José Entrena.
La incapacidad de las derechas en consensuar un candidato, en un lamentable show, que ha revelado la debilidad de las direcciones provinciales del PP y Cs, dirigidos otra vez desde Madrid, ha permitido a los socialistas salir de nuevo al rescate de Granada, con el apoyo de Unidas Podemos, cuya asamblea ratificó ayer la propuesta, con el compromiso de que se ejecute el llamado ‘Pacto de Ciudad’, que recoge el modelo que ambas formaciones defienden.
En su toma de posesión, Cuenca, como alcalde, ha dedicado sus primeras palabras a lanzar un mensaje de optimismo a la ciudad y ha aegurado que de nuevo el Ayuntamiento de Granada se abre a la ciudadania.
Durante su discurso, tras recibir el bastón de mando y el collar de oro de la ciudad, Cuenca ha llamado a todas las fuerzas políticas a la "unidad", anunciando que este próximo lunes convocará una junta extraordinaria de portavoces para "poner, entre todos, los pilares de la recuperación de Granada" y les ha invitado a "un pacto por Granada" para la recuperación de la confianza de la ciudadanía en el Ayuntamiento y que a partir de hoy la ciudad "cierre la puerta a un periodo que debemos olvidar", ha dicho.
Se ha referido además a la crisis sanitaria y social derivada de la pandemia, afirmando que "Granada no olvidará jamás a las personas fallecidas aquí por culpa de este virus maldito".
"Granada no sólo no ha permanecido ajena a esta triste fotografía. Nuestro modelo económico, --excesivamente dependiente del sector servicios--, ha provocado que las cifras más preocupantes de esta crisis hayan encontrado en Granada un escenario tristemente cómodo: el desempleo, la caída del PIB, la incidencia vírica; todos estos marcadores han situado a Granada a la cabeza de las peores clasificaciones en nuestro país", ha sostenido Cuenca, quien ha recalcado que "ha llegado el momento de revertir esta situación, de aprovechar un escenario que, gracias a las ayudas que vamos a recibir de diferentes administraciones, podemos aspirar a la mejor recuperación posible".
"Somos la ciudad donde Moderna fabrica sus vacunas; somos la tierra del acelerador de partículas; somos la capital europea de la Inteligencia Artificial; somos una ciudad capital del pensamiento. Todo ello debe ser un imán para la llegada de empresas a Granada", ha agregado el regidor, quien además ha anunciado que "no mas allá del mes de septiembre" convocará una Conferencia de Alcaldes de la Gran Ciudad Metropolitana "para hacer eficiente todo lo que compartimos y todo lo que nos une".
"No es el tiempo de las discrepancias partidistas, no es el tiempo de los bloques: es el tiempo de Granada", ha remarcado al final de su discurso tras la crisis municipal vivida en las últimas semanas en el consistorio.
Un bipartito en crisis permanente
El cambio de gobierno se produce a mitad de mandato, tras dos años en crisis permanente, ante los recelos entre las dos formaciones, Cs y PP, y el torpedeo interno de Manuel Olivares, en Ciudadanos, y Sebastián Pérez, hasta que dejó el partido.
En el balance de la gestión del bipartito, que hoy ha tocado a su fin, apenas nada de relevancia, mientras Granada ha languidecido y ha perdido competitividad con respecto a otras capitales
La pandemia, al año siguiente de la sorpresiva elección de Luis Salvador como alcalde, en un intercambio de Granada, como un cromo, por otras instituciones, azotó con dureza a Granada, sin respuesta del bipartito, que deja unos Servicios Sociales municipales gravemente dañados.
En el balance de la gestión del bipartito, que hoy ha tocado a su fin, apenas nada de relevancia, mientras Granada ha languidecido y ha perdido competitividad con respecto a otras capitales.
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