'Semana Santa de Pasión: represión a las Comisiones Obreras Juveniles'
El éxito de la huelga de la construcción de Granada de julio de 1970 se debe, no en poca medida, al esfuerzo que las Comisiones Obreras de Granada hicieron, a partir de las Elecciones Sindicales de 1966, para articular progresivamente al sector desde las incipientes asambleas minoritarias hasta las masivas en los preludios de la huelga, así como a la difusión de las reivindicaciones plenamente sentidas por los trabajadores. Una difusión no sólo en los tajos, sino entre la propia población granadina, como el reparto de octavillas en la Semana Santa de ese año que implicó la detención y procesamiento en el Tribunal de Orden Público (TOP) de algunos militantes de las Comisiones Obreras Juveniles. Detengámonos en esta caída de los jóvenes porque de ella se derivó la solidaridad inmediata del movimiento estudiantil y numerosas movilizaciones en el centro de la ciudad que no sólo acarrearon más detenciones entre los estudiantes, sino también una mayor popularización de las reivindicaciones de los trabajadores de la construcción.
El reparto de octavillas se había decidido en una reunión de las Juventudes Comunistas de Granada unos días antes del reparto. Todos ellos eran, a su vez, miembros de las Comisiones Obreras Juveniles (CCOOJJ) quien firmaría, a la postre, el panfleto. El día 26 de marzo de 1970, jueves santo, era el día señalado para el reparto, aprovechando la masiva participación de los granadinos durante la procesión de Nuestra Sra. de la Alhambra. La única mujer joven que integra el grupo es Natividad Bullejos, que lo recuerda así:
Se dividen en pequeños grupos que repartirán por las calles de Reyes Católicos, Cuesta de Gomérez, Plaza Nueva y calles adyacentes. El texto de la octavilla, además de pedir la solidaridad con los trabajadores de la construcción para apoyar sus reivindicaciones, señalaba una denuncia de la represión, como se recoge en el Sumario 229/70 (Sentencia número 185/71) que les instruyó a la mayoría de los detenidos el Tribunal de Orden Público. En ese sumario se recoge el contenido de la octavilla:
En estas fechas de Semana Santa se llevan a cabo un buen número de campañas publicitarias a favor del Amor Fraterno, pero lo que queda fuera del alcance de esas campañas publicitarias son determinados hechos que diariamente ocurren en nuestra Patria. Quizás ignores que en Madrid, Burgos, Soria, Segovia, Jaén, Teruel, Almería, Basauri, Barcelona y otras ciudades, existen cárceles que albergan gran cantidad de obreros, estudiantes, intelectuales, etc.
[…] Ante esta situación de injusticia hacemos un llamamiento a todos los granadinos para que a través de las más diversas formas: firmas de escritos, cartas a periódicos, manifestaciones, etc. apoyen las peticiones de amnistía de presos políticos y sociales que a cabo llevan obreros, estudiantes ... en distintos puntos de nuestra Patria.
¡¡ Por la democracia y la libertad!!
Y continúa Natividad el relato de los hechos:
Según Manuel Sánchez Díaz, después de reunirse en Bibrrambla habían quedado por repartir como medio centenar de octavillas y, en lugar de desprenderse de ellas en cualquier lugar, él y otro compañero de la Virgencica, junto a Antonio Ruiz (Albolote) siguen repartiéndolas en los aledaños de esa plaza. Cosas de juventud. En un momento dado Manuel Sánchez se percata que la BPS los había identificado y, gracias a sus piernas, logran esquivarla después de sortear diversos obstáculos en torno al actual mercado de San Agustín, entonces en obras. Tanto él como el otro compañero de la Virgencica logran escapar, pero no pudo hacer lo mismo el más joven del grupo, Antonio Ruiz, que era detenido ese mismo día 26 de marzo en la calle de la Cárcel Baja.
Fue una detención en cascada. Sin embargo, no todos los que repartieron propaganda fueron detenidos, bien porque escaparon a tiempo, bien porque no fueron delatados o bien porque no pudieron ser reconocidos por su propio nombre
Desde esta primera hasta la última detención, que lo fue el día 30 del mismo mes, los jóvenes fueron pasando por la comisaría de los Lobos y cumpliendo las 72 horas de rigor. Los interrogatorios y las torturas no se hicieron esperar desde el comienzo y, de ahí, que algunos jóvenes no pudieran soportar la brutalidad que se ejercía en la sórdida comisaría granadina. El miedo es libre. Pero, además, se les encontró propaganda y algunos ejemplares de Nuestra Lucha, [Órgano de expresión de las CCOO de Granada] tras los violentos registros domiciliarios. Fue una detención en cascada. Sin embargo, no todos los que repartieron propaganda fueron detenidos, bien porque escaparon a tiempo, como fue el caso de Manuel Sánchez Díaz; bien porque no fueron delatados (pudo ser el caso de Emilio Cervilla Ruiz) o bien porque no pudieron ser reconocidos por su propio nombre ya que algunos se conocían físicamente, pero muchas veces -y por medidas de seguridad- no sabían cómo se llamaban sus propios compañeros o compañeras y tampoco dónde vivían. Pero siempre quedaban flecos tanto para la policía como para los militantes antifranquistas. La realidad siempre tiene aristas.
Nada más llegar a la comisaría de Los Lobos comienza el interrogatorio y las torturas, desde ponerle las esposas debajo de los pies y obligarle a andar hasta caerse o poner los dedos índices en la pared mientras dos policías le golpeaban
La mayoría de los detenidos, en fin, pasarían a la cárcel de Granada, después de su declaración ante el juez de instrucción en Plaza Nueva de donde saldrían entre el 3 y el 5 de abril, bajo fianza y pendientes de juicio en el TOP. Pero no a todos los detenidos se les instruyó sumario, como son los casos de Francisco Milena (Albolote), Antonio Ramírez Milena “El Niño” (Albolote) o de Emilio Gracia Rueda (Peligros), el último en ser detenido en esta caída. Y es que una de las características de la dictadura era la arbitrariedad y, de ahí, que no todos los detenidos, fueran procesados. Emilio Gracia, que era el responsable de propaganda del PCE de Granada y miembro de las CCOOJJ, era doblemente clandestino. Ninguno de los jóvenes sabía su responsabilidad dentro del Partido y menos que, siendo tan joven, fuera el responsable del aparato de propaganda. De hecho, él había sido el que había elaborado estas octavillas. Pero, en todo caso, alguien da su nombre y una madrugada la BPS se presenta en su casa de Peligros para detenerlo. La policía ni practica el registro pues no puede sospechar que sea un joven el responsable del aparato y del reparto de la propaganda clandestina del PCE. Nada más llegar a la comisaría de Los Lobos comienza el interrogatorio y las torturas, desde ponerle las esposas debajo de los pies y obligarle a andar hasta caerse o poner los dedos índices en la pared mientras dos policías le golpeaban. Bien adiestrado, negará en todo momento su pertenencia al PCE -única obsesión de la BPS- y no reconocerá nada, aunque comprueba que la policía tiene una información precisa de muchos de los militantes por los que le preguntan; más de lo que él se imaginaba. Al terminar las 72 horas de rigor, lo pasarán al juez de instrucción, que lo dejará en libertad.
Nada más conocerse las primeras detenciones, los familiares de los detenidos se habían organizado -sobre todo las madres y hermanas-, para asistirlos en la comisaría, llevándoles mantas y alimentos. Junto a ellos y, desde el primer momento, les acompañará Natividad Bullejos que, lejos de temer su detención porque alguien la delatara, se presentará en la comisaría justificando su presencia porque venía del mismo pueblo de muchos de los detenidos que eran sus amigos. Posteriormente, cuando los jóvenes pasan a la cárcel, la red de solidaridad del PCE y de las CCOO realiza una colecta solidaria para pagar la fianza o gestionan su libertad ante algunas autoridades eclesiásticas o civiles. El mismo Pepe Cid de la Rosa y Francisco Saavedra Zurita -dirigentes de CCOO- hicieron gestiones, infructuosas, ante el arzobispo de Granada. Sin embargo, no todo fueron muestras de solidaridad porque en algunos círculos cristianos progresistas se dejó entrever que esa acción no partió de los propios jóvenes, sino del PCE. Esto provocó que a los pocos días las propias CCOOJJ hicieran un comunicado donde se hacían “responsables de dicha acción” y que se sentían “orgullosos” de haberla realizado.
Estas detenciones de Semana Santa, de obreros y estudiantes, son las primeras donde se observa la conjunción de esfuerzos entre ambos movimientos y, por el principio de acción-reacción, la represión del movimiento obrero provoca movilizaciones en el movimiento estudiantil
Unos días más tarde del encarcelamiento de los jóvenes de las CCOOJJ, concretamente el día 1 de abril, los estudiantes universitarios Joaquín Bosque Sendra y Pilar Bustamante Martínez eran delatados cuando repartían propaganda en el barrio de Haza Grande, en solidaridad con los jóvenes obreros detenidos. Estas detenciones de Semana Santa, de obreros y estudiantes, son las primeras donde se observa la conjunción de esfuerzos entre ambos movimientos y, por el principio de acción-reacción, la represión del movimiento obrero provoca movilizaciones en el movimiento estudiantil. Así se producirán una serie de manifestaciones ilegales por el centro de la ciudad entre los días 30 de marzo y 14 de abril, protagonizadas por estudiantes universitarios granadinos, como reconocen algunas sentencias del TOP referidas a algunos de los estudiantes posteriormente procesados. (Sumarios 54/71, 229/70 y 259/70). Allí se dice que en esos días “fue desarrollada una intensa campaña de agitación en la Universidad”. A lo largo de esos días fueron detenidos, entre otros, Javier Terriente Quesada, Antonio Aragón Orellana, Miguel Ángel Linares, Mateo Revilla Uceda, Eliseo Fernández Cuesta, Juan José Sánchez Esteva -que sería expulsado de España-, Pedro Limiñana Canal, Juan Bullejos de la Higuera o Arturo González Arcas. La relación entre los estudiantes y el movimiento obrero es tal que el mismo Gobierno Civil de Granada, en su memoria de 1970 anota que, a raíz de las detenciones de algunos estudiantes en la Semana Santa de 1970, “comienza a destacarse la conexión existente entre las Comisiones Obreras Juveniles de esta capital y provincia, con los grupos activistas universitarios” y, como consecuencia, se constituyeron “células comunistas en la Universidad”.
Casi dos años más tarde fueron procesados por el TOP los militantes de las CCOOJJ, concretamente, el 19 de noviembre de 1971, acusados de propaganda ilegal y asociación ilícita. El TOP, con su célebre presidente, José Francisco Mateu Cánoves, en su sentencia número 285 de 1971, condenaría a 3 meses de arresto mayor por asociación ilícita y 9 meses de igual prisión y 10.000 pesetas por propaganda ilegal a Manuel García Asensio (Maracena, 1951), José Antonio Castellano Pérez (Maracena), Francisco Megías Rodríguez “El Lojillla” (Maracena, natural de Loja, 1950) y Manuel Moreno Linares (Maracena, 1948); a tres meses por asociación ilícita y 1 año de prisión y 10.000 pesetas por propaganda ilegal, a Antonio Pérez Bolívar (Albolote, 1949) y Francisco Hoces Barrales (Atarfe, 1948); a 5.000 pesetas de multa por asociación ilegal y 3 meses de arresto mayor y otras 5.000 pesetas por propaganda ilegal a Luis Cruz Manzano (Barcelona, 1952); a 5.000 pesetas por asociación ilícita (es menor de edad) a Antonio Ruiz Garrido (Albolote, 1951) y a 3 meses de arresto mayor por asociación ilícita a Rafael Robles Escobar (Albolote, 1951) y José Carrasco Ramírez (Albolote, 1949).
La sentencia del TOP era un escarmiento para los jóvenes militantes de CCOO y de las Juventudes Comunistas y demostraba la firme decisión del régimen de no permitir crecer la disidencia. Nada menos que 7 años y 3 meses de cárcel y 75.000 pesetas de multa en total para unos jóvenes que habían osado repartir una simple octavilla. La represión tuvo sus consecuencias: alguno, como Manuel García Asensio, se fue a trabajar a Palma de Mallorca y algún otro fue apartado por sus padres de la acción, al poco de salir de la cárcel. Sin embargo, la mayoría siguió en la lucha y, con más o memos intensidad y, desde luego, con más medidas de seguridad, siguieron aportando su grano de arena al movimiento obrero granadino y a la conquista de las libertades democráticas.
Bibliografía:
- MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso: La lucha del movimiento obrero en Granada por las libertades y la democracia. Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes. Fundación de Estudios y Cooperación de CCOO-A, Granada, 2012.
- TOPDAT, Sumarios 229/70, 259/70, 288/70 y 54/71, copia en Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.
- Entrevistas a Natividad Bullejos Cáliz, Manuel Sánchez Díaz, Joaquín Bosque Sendra, Javier Terriente Quesada y Emilio Gracia Rueda, en Fondo Oral de CCOO-A.
- Archivo General de la Administración, Memoria del Gobierno Civil de Granada de 1970, de marzo de 1971, p. 4.
- Archivo Histórico Gobierno Civil de Granada, Caja “Generales de Orden Público, Granada Capital”. Expediente con distintos documentos del Gobierno Civil de 5 de mayo de 1975.
- Nuestra Lucha, portavoz de las CCOO de Granada, número 4, de abril de 1970. Cedida por Bernabé López García, copia en AHCCOO-A.
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