El pleno de Granada o 'las cosas del querer'
En política, los afectos y distanciamientos tienen otros ritmos. Lo que se vive en el Ayuntamiento de Granada es un buen ejemplo de ello. El mandato comenzó con el alcalde, Luis Salvador (Cs), tratando de distanciarse, de palabra, de Vox, como si no hubiera sido determinante para la formación de gobierno.
En unos meses, el acercamiento es innegable. El bipartito toma decisiones para contentar a Vox. Ha llegado hasta tal punto ese deseo de agradar al grupo de ultraderecha que se ha hecho sacrificando políticamente a Sebastián Pérez, enemigo declarado de Onofre Miralles y desde el famoso pleno de enero, también de Luis Salvador, a quien llamó mentiroso.
Pese a todo, este miércoles Salvador y Pérez estaban sentados uno al lado del otro como si nada hubiera pasado. Se estrecharon la mano cuando el alcalde llegó a la mesa presidencial, con media hora de retraso. Todos los ojos puestos en sus gestos, que también los hubo, aunque fueran breves intercambios de pocas palabras.
Son las cosas del querer, como la película de Jaime Chávarri, como la canción. Y ahora Salvador corteja a Miralles. Se notó en el pleno, donde se habló de besos, de frenesí y de amores que matan.
Esto último lo dijo Onofre Miralles, asegurando que había pasado de recibir "diez besos al día del alcalde a uno cada diez días", como para negar el coqueteo político. "Es que el alcalde cuando besa, es que besa de verdad", replicó después Francisco Puentedura, edil de Podemos-IU. No quedaron ahí los besos. "A usted también le he besado", le respondió a Puentedura Salvador, que como es conocido tiene fama de repartir besos y también abrazos. De esa costumbre se defendió: "con los besos se ejercita músculos y se genera afectividad y empatía".
La empatía del alcalde y su grupo, Ciudadanos, gira hacia la derecha y más allá. Porque hacia la izquierda, a los que fueron un día compañeros de partido, ese afecto se queda en palabras, no siempre afectuosas -y es mutuo-. Le dijo al edil socialista Miguel Ángel Fernández Madrid que le había expresado en muchas ocasiones su "cariño". Sí, pero la bancada socialista le afea la manera que tiene de repartir los "afectos" y el "frenesí", "que no actividad frenética", que ahora Salvador demuestra hacia Miralles y su grupo, Vox.
La ultraderecha, como le recordó una y otra vez el edil socialista José María Corpas, para desagrado de Miralles, que no termina de encajar que se dirijan a su grupo situándoles más allá de la derecha.
Miralles dice que su objetivo es hacer "políticas de derechas"
Según Miralles, Vox no tiene ahora más peso político, sino la determinación de convertirse en "oposición responsable" y el objetivo de hacer "políticas de derechas". "Bastante tenemos con la caterva ministerial para dejarles hacer", ha dicho el portavoz de Vox, que ha negado "pacto oculto" con Ciudadanos. Lo que hay está claro, gobernar juntos -aunque no estén en el gobierno-. "No vamos a quitar a los Reyes Católicos para poner a Mariana Pineda", llegó a decir en otra de sus intervenciones.
Lo cierto es que Vox ha pasado de estar instalado en el no, a presidir comisiones.
La prueba, o "pacto de Lucifer", como lo llamó el edil socialista Corpas, es que el pleno aprobó la 'metodología' que seguirá la comisión de grandes contratos -con el voto incluido de Sebastián Pérez-. Lo hizo vía moción, la presentada por Vox, el mismo día en el que, según Salvador, había firmado el decreto nombrando a Miralles responsable de ese foro que tiene en su agenda inmediata la elaboración de los pliegos del contrato de autobuses o el de la limpieza, de 40 millones, como recordó César Díaz, portavoz del PP, que una vez más demostró poco afecto por el edil de Podemos-IU Francisco Puentedura.
César Díaz junto a Manuel Olivares. vía tg7
"Vocero de medio pelo" le llegó a llamar, en una gratuita salida de tono, cuando se debatía un crédito que solicitará Emucesa, a lo que se opone la confluencia. "Lo que nunca ha aplicado mi grupo es la ruindad, como usted recurriendo al insulto personal. Pero no ofende quien quiere, sino quien puede. Y ese insulto de su boca me demuestra que estamos haciendo bien las cosas", le espetó Puentedura.
Poca empatía también la que hay entre Francisco Fuentes (PP), delegado de Personal, y Vox. No tanto por su cercanía a Sebastián Pérez -fue uno de los que Pérez mencionó alabando su lealtad-, que también lo será, como por la cruzada que Vox ha emprendido contra uno de los funcionarios de ese área. "Deje de injuriar", le pidió a Miralles, entregándole una declaración responsable firmada por el subdirector general de Personal negando que hubiera incurrido alguna vez en causa de incompatibilidad, como le acusa.
Y entre tantos afectos y distanciamientos, un despropósito: que el Ayuntamiento no pueda aprobar una declaración institucional unánime a favor de la igualdad entre hombres y mujeres con motivo del 8 de marzo. Una vez más Vox se descuelga de un texto que suscribiría, como ya ocurrió con el del 25 de noviembre, cualquier granadino o granadina.
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