Inagra en Navidad
Primer mes de mando único del Gobierno andaluz en la desescalada

La Junta copia el modelo que tanto criticaba del Gobierno, aunque adopta pocas decisiones y con retraso

Política - J.I.P. - Sábado, 25 de Julio de 2020
Al cumplir el primer mes desde que la Junta de Andalucía asumió el mando único de la desescalada, te ofrecemos un análisis sobre su gestión de la pandemia del coronavirus, caracterizada por primar la reactivación del turismo y la hostelería y copiar el modelo del Gobierno, que tanto criticaba durante la crisis sanitaria, pero tomando las escasas decisiones con retraso.

Reunión del Consejo de Gobierno de la Junta. Portavoz del Gobierno de la Junta

Durante los 99 días que duró el estado de alarma, el Gobierno andaluz no ahorró duras críticas a la gestión de la crisis sanitaria, centralizada por el Gobierno de la nación, sin que el Ejecutivo respondiera, y pidió con reiteración asumir el control, lo que sucedió el domingo, 21 de junio, como el resto de autonomías.

Pasado el primer mes, nada ha cambiado a mejor, y la percepción generalizada apunta a que Junta de Andalucía se ha limitado a replicar el modelo que con tanta saña criticaba del Gobierno de Pedro Sánchez, pero con exasperante lentitud.

Como Pedro Sánchez, creó su propio comité asesor, aunque hasta el momento solo se ha reunido tres veces, la última, para decidir lo que que previamente había anunciado el presidente de la Junta, el uso obligatorio de la mascarilla.

En claro retroceso de la pandemia, -constatable en los hospitales que comenzaban a vaciarse de pacientes del Covid19-, el Gobierno de Juan Manuel Moreno primó con descaro la reactivación de la hostelería y el turismo, claves en la economía andaluza, y relegó la salud de la ciudadanía, amparada en la “baja” incidencia de la pandemia durante el estado de alarma en Andalucía, pese a que el coronavirus causó la muerte de 1.447 personas en la región, 288 en Granada, la más golpeada durante el confinamiento, y en este periodo

En claro retroceso de la pandemia, -constatable en los hospitales que comenzaban a vaciarse de pacientes del Covid19-, el Gobierno de Juan Manuel Moreno primó con descaro la reactivación de la hostelería y el turismo, claves en la economía andaluza, y relegó la salud de la ciudadanía, amparada en la “baja” incidencia de la pandemia durante el estado de alarma en Andalucía, pese a que el coronavirus causó la muerte de 1.447 personas en la región, 288 en Granada, la más golpeada durante el confinamiento, y en este periodo.

Pero como era previsible, en los primeros días tras asumir el control absoluto, llegaron los primeros brotes, que la Junta minimizaba hasta con la terminología, empeñada en reducirlo a focos.

Al inicio de la tercera semana en desescalada, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, descartó tras el Consejo de Gobierno del 7 de julio, -sin tan siquiera el previo conocimiento del comité de expertos de Andalucía-, el confinamiento de alguna población en la comunidad en el mes de julio. Sin embargo, Juan Manuel Moreno reconocía días después de que la Junta había valorado un confinamiento parcial de Granada, pero lo descartaba a corto plazo por no verlo necesario.

Por entonces, Andalucía acumulaba 314 casos confirmados en 18 rebrotes activos. La contundencia de los datos aportados por la Consejería de Salud y Familias dejaba en evidencia el mantra que algunos creyeron, con el que la Junta de Andalucía subiendo el tono de la crispación acusaba al Gobierno: que la permanencia de Granada y Málaga en la fase 2 eran “decisiones políticas”. Pero de aquellos 314 casos confirmados, Granada acumulaba 139 y Málaga, 117; acaparan el 81,5 por ciento de los casos de toda Andalucía.

Juan Marín y Elías Bendodo, en una comparecencia tras un Consejo de Gobierno. Portavoz del Gobierno de la Junta.

Ante la evidencia de relajación en la población andaluza por el aumento de casos -la mayoría, afortunadamente asintomáticos sin crear tensión en los hospitales- y con la presión autoimpuesta del sector turístico y hostelero, tardó la Junta en decretar, desde el 15 de julio pasado, la obligatoriedad del uso de la mascarilla, con sanciones de cien euros al que lo incumpliera.

Diez días después, Andalucía registra 32 brotes activos de coronavirus Covid-19 -21 en fase de investigación y once en fase de control- en las provincias de Granada, Almería, Málaga, Córdoba, Sevilla y Jaén con un total de 552 casos confirmados -15 más en 24 horas- después de sumar ocho nuevos brotes en esta jornada, tres en Granada

Diez días después, Andalucía registra 32 brotes activos de coronavirus Covid-19 -21 en fase de investigación y once en fase de control- en las provincias de Granada, Almería, Málaga, Córdoba, Sevilla y Jaén con un total de 552 casos confirmados -15 más en 24 horas- después de sumar ocho nuevos brotes en esta jornada, tres en Granada; dos en Málaga, en la Costa del Sol y en la capital; uno en la Sierra Sur de Sevilla; uno en el Levante Alto Almanzora de Almería y otro en Jaén, según informó este viernes la Consejería de Salud y Familias, que contabiliza el primer fallecido en dos semanas y 112 nuevos casos por PCR en 24 horas.

Los tres nuevos brotes detectados en Granada se localizan en el distrito Metropolitano y hay cuatro afectados en cada uno de ellos, mientras que los de Málaga se encuentran en la costa del Sol, también con cuatro afectados, y en el capital con cinco positivos. El nuevo brote del Levante-Alto Almanzora también suma cinco positivos.

Granada es la provincia con mayor número de brotes activos, once -siete en investigación y cuatro en fase de control- con 142 casos confirmados, 27 menos en 24 horas. Tras superar un brote con 39 afectados en la capital y otro con ocho en el Metropolitano. El más numeroso es el relacionado con el velatorio de Belicena.

Juan Manuel Moreno. Portavoz del Gobierno de la Junta

La tasa de incidencia del coronavirus en Granada es similar a la que registraba cuando tuvo que permanecer en fase 0. Es del 21.43 casos confirmados mediante PCR por cada 100.000 habitantes, frente al 9.09 de la media andaluza.

Ante el sentir mayoritario de que el repunte de rebrotes pueda guardar relación con el ocio nocturno, la Junta de Andalucía vuelve a recular pero no se atreve a adoptar medida alguna.

Así, como las tan criticadas conferencias semanales de los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez durante el estado de alarma, Moreno convoca para este lunes a los alcaldes de las ocho capitales andaluzas para abordar limitaciones al ocio nocturno, dados los casos de rebrotes de coronavirus que se están detectado entre jóvenes que se congregan en establecimientos cerrados de la noche

Así, como las tan criticadas conferencias semanales de los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez durante el estado de alarma, Moreno convoca para este lunes a los alcaldes de las ocho capitales andaluzas para abordar limitaciones al ocio nocturno, dados los casos de rebrotes de coronavirus que se están detectado entre jóvenes que se congregan en establecimientos cerrados de la noche.

El presidente de la Junta sobre las medidas, dijo esta semana en Tele 5 que había que tener mucha "finura" porque se ven afectados muchos trabajadores que lo han pasado mal tras varios meses sin actividad. Se estudiará, según indicó, una limitación de los horarios, algo que se analizará el lunes y el martes se tomará una decisión en la reunión del Consejo de Gobierno.

Y añadió que había que tomar una decisión que permita garantizar la salud pública y la actividad económica para ver si podían "sacar el ocio cerrado, que es el más contagioso, hacia un ocio más ordenado y el aire libre", para lo que se necesita el concurso de los ayuntamientos para posibilitar esos espacios.

El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, fue el primero en posicionarse e instó a la Junta de Andalucía a "asumir su responsabilidad" como autoridad sanitaria y mando único ante la pandemia del coronavirus y "no trasladar la responsabilidad a los ayuntamientos", a la par que exigió "claridad" sobre el riesgo que pueda suponer el ocio nocturno para los rebrotes. Además, pidió fondos para sufragar las acciones extraordinarias que la Administración regional les plantea, tal como recuerda que recoge la Ley 5/2010 de Autonomía Local de Andalucía (Laula), en referencia a las desinfecciones de colegios.

Por su parte, el alcalde de Granada, Luis Salvador, puntualizó que "el problema no es que haya ocio nocturno, el problema que en el ocio nocturno hagamos cosas distintas al resto del ocio".



Es decir, "si la gente está en mesas, si mantienen la distancia, si cuando se levantan de una mesa", se ponen "la mascarilla para recorrer las zonas comunes, para ir al servicio" o a otra parte del local, "pues no tiene por qué haber ningún problema".

El problema, según lamentó Luis Salvador, "es que en el ocio nocturno estamos cayendo, por lo que estamos viendo, en una cierta relajación", pues "parece que el Covid está durmiendo, que no nos va a afectar, y entonces pues no hay tanta autoseguridad impuesta por el propio ciudadano, que a fin de cuentas es la que realmente vale".

En consecuencia, "si la persona utiliza la mascarilla como un antídoto, si utiliza la limpieza de manos y las medidas de distancia social que se están recomendando, pues no tiene que haber mayor problema, pero es más fácil por la noche, y digamos si estás alegre y estás contento con la gente que estás compartiendo", que haya "una mínima relajación que pueda dar lugar a un contagio".

Por ello, añadió, "hay que sensibilizar mucho a la población de que la llave la tienen ellos con la autoprotección, que no se pueden relajar nunca esas medidas, que ya lo demás lo haremos nosotros".

La Junta de Andalucía no sabe explicar qué está sucediendo. Carece de un Fernando Simón o de un Salvador Illa. Y las explicaciones de los miembros del Gobierno andaluz que actúan de portavoces en la crisis sanitaria –Jesús Aguirre, Elías Bendodo, Juan Marín o Juan Manuel Moreno- no son ni claras, ni transparentes.

La Junta de Andalucía no sabe explicar qué está sucediendo. Carece de un Fernando Simón o de un Salvador Illa. Y las explicaciones de los miembros del Gobierno andaluz que actúan de portavoces en la crisis sanitaria –Jesús Aguirre, Elías Bendodo, Juan Marín o Juan Manuel Moreno- no son ni claras, ni transparentes

En la provincia de Granada, tanto el delegado de Salud, Indalecio Sánchez-Montesinos, como el delegado del Gobierno, Pablo García, permanecen desaparecidos en la crisis, lo que no ocurre con sus homólogos del resto de provincias, que detallan los lugares de los focos y ofrecen explicaciones de la evolución en sus territorios.

Hay trato discriminatorio con respecto a los municipios con brotes. Alcaldes socialistas se quejan de Salud no les avisa antes, lo que difiere de las llamadas que reciben los ayuntamientos con focos gobernados por la derecha.

Mientras, Granada no ha sido reforzada con rastreadores, y se mantienen los tres, según reveló CSIF; el Sindicato de Enfermería cifra en 219 las camas hospitalarias que se cerrarán este verano en la provincia de Granada y el SAS destina a Granada el menor número de personal de refuerzo para luchar contra el coronavirus.

Y tras recortar la productividad, la propuesta del Gobierno andaluz de una paga de 622,37 euros de media a los profesionales sanitarios y aumentar hasta cuatro los días adicionales de vacaciones al personal que ha trabajado luchando contra el coronavirus, uno por mes desde marzo a junio, parece un insulto.

En el haber de la Junta, la distribución gratuita de 7,5 millones de mascarillas para mayores de 65 años y pensionistas, pero el hecho de que el contrato de distribución haya recaído, sin concurso previo, en Bidafarma, la empresa donde trabaja como gerente de relaciones institucionales la mujer del presidente andaluz, deja una sombra duda sobre posible ‘trato de favor’, a la espera de aclaración, como así solicitaron el PSOE-A y Adelante Andalucía.