FORO DE LA MEMORIA

'La gestión pública, familiares, memorialismo y la UGR: (Grupo de Trabajo Barranco de Víznar): La recuperación de los asesinados en el Barranco de Víznar, Lugar de Memoria (y III)'

Política - Rafael Gil Bracero - Sábado, 19 de Agosto de 2023
Brillante colofón a la serie publicada por el historiador e investigador Rafael Gil Bracero, referencia del memorialismo, al cumplirse los 87 años del asesinato de Federico García Lorca.
El Grupo de Trabajo Barranco de Víznar, durante el laborioso y minucioso trabajo para recuperar los restos óseos.
IndeGranada
El Grupo de Trabajo Barranco de Víznar, durante el laborioso y minucioso trabajo para recuperar los restos óseos.

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La versión del periodista Eduardo Molina Fajardo[1] apunta hacia otra ubicación de la fosa donde reposarían los restos del poeta universal y su “hipotéticos compañeros”.  Esa localización sería las proximidades del Campo de Instrucción militar del sector al mando del capitán José María Nestares Cuéllar, unos “ochocientos metros más allá en dirección a Víznar” de los lugares indicados, entre otros, por Manuel Blanco Castilla.

Esta última versión –coincide con la información que se entrega, en su nombre, a la Comisión de Encuesta impulsada por la Diputación Provincial de Granada en 1980- se sustenta en los testimonios del referido Nestares Cuéllar, el de su hijo Fernando Nestares y García Trevijano, así como en el testimonio del falangista Pedro Cuesta Hernández

Esta última versión –coincide con la información que se entrega, en su nombre, a la Comisión de Encuesta impulsada por la Diputación Provincial de Granada en 1980- se sustenta en los testimonios del referido Nestares Cuéllar, el de su hijo Fernando Nestares y García Trevijano, así como en el testimonio del falangista Pedro Cuesta Hernández. Pero sobre todo desacredita la versión de Ian Gibson puesto que ésta última se basaría en un testimonio no presencial (Manuel Castilla Blanco), contrariamente a lo que habría mantenido el escritor irlandés.[2]

Cuando Molina Fajardo recoge el testimonio de José María Nestares Cuéllar, éste le confirma, mediante un croquis del lugar, que a “Federico lo habían fusilado en el campo de instrucción; y que “de los que se enterraron, Federico era el segundo por la izquierda…”; luego confirma que el “pelotón de fusilamiento lo mandaba por orden suya Martínez Fajardo y Martínez Bueso”, ambos guardias de Asalto.[3]

El periodista y director del diario falangista de Granada Patria se acerca a Alfacar en “busca de la sepultura de García Lorca”. Le acompaña Fernando Nestares García-Trevijano y señalan una fosa próxima al campo de Instrucción de las fuerzas militares del sector:

En la tarde del 22 de noviembre de 1977 –deja escrito Molina Fajardo- subí a Víznar para que el hijo de Nestares Cuéllar, me señalase el sitio preciso en el que él creía que estaba enterrado el cadáver de Federico García Lorca. Salimos de casa a las cuatro y media de la tarde, en el coche de Nestares, los dos solos…

Por malos caminos vecinales llegamos a Alfacar, y de allí al camino donde está la Fuente Grande, y después, al campo de instrucción que años atrás me indicar José María Nestares y que, después de pasar la fuente, está situado inmediatamente antes de llegar al barranco de Víznar.

Allí, Fernando Nestarés se dirigió directamente a unas calvas del terreno, a unos metros -15 ó 20- de donde están las piedras que yo ya había localizado en una visita anterior, como señalamiento de pozos, guiándome por el croquis y la descripción que me hiciera el coronel Nestares. Esas calvas están débilmente diferenciadas de color y tienen un tono un poco más rojizo, como si la tierra hubiese estado excavada y pasado a la superficie otra de coloración distinta a la exterior. Esas calvas, posiblemente tres, corresponderían a los tres pozos que señaló Nestares a su hijo, diciéndole que estaban en el campo de instrucción y que a Federico se le enterró en el tercero, a la izquierda, el situado más en dirección a la Fuente Grande…

…Al regresar hacia Víznar, y en los alrededores del barranco, son visibles unas excavaciones, siendo la tierra totalmente roja, posiblemente igual a la del subsuelo que se presiente en el campo de instrucción.

Según Fernando Nestares, Federico fue uno de los primeros fusilados “oficialmente” en Víznar. Antes se hicieron “paseos” por “escuadras negras” llegadas de Granda. Eran el Panerillo, Blanco, Jiménez Callejas, a los cuales detuvo el entonces capitán Nestares y les dijo que, si por allí llegaba de nuevo, los fusilaba a ellos, por lo que no volvieron a aparecer por aquel frente. Las primeras ejecuciones, me dice, debieron de hacerse por la Alfaguara. Luego siguieron en los pozos de campo de instrucción, por estar ya abiertos. Después cambiaron de lugar, adentrándose en el barranco, siendo con antelación cavadas las fosas por los masones y presos políticos.[4]

Unos años antes, Eduardo Molina Fajardo recogía los recuerdos de Pedro Cuesta Hernández, falangista adscrito a la Octava Escuadra de las Milicias de Falange Española, de servicio -en 1936- en el sector que mandaba de Antonio Montes Valera. Cuesta Hernández fue designado alcalde de Guevéjar durante la dictadura franquista. En relación a las circunstancias del fusilamiento de García Lorca y su última noche en Las Colonias afirma:

…Nosotros no vimos más que a García Lorca; vamos, sé que era García Lorca porque lo han referido, no porque yo lo conociera, y a dos rateros que había allí, que eran comunistas, jovencillos, y a dos banderilleros, uno que le decía Cabezas y otro Galadí; los recuerdo perfectamente porque comentaron sus nombres y sus cosas y sé que se llamaban así y que era ésos precisamente los que estaba allí. Y después un maestro que había en Pulianas, que le decían don Dióscoro. Sé que se llamaba don Dióscoro porque vivía, o sea, tenían que pasar por donde yo vivía, porque yo me he criado frente a donde está la eso de psiquiatría, eso de los niños subnormales, a lli donde está el Polígono, ahí me he criado yo; ya te he enseñado mi carnet de Falange y habrás visto mi antiguo domicilio que era Casería de Suárez. Hemos vivido allí hasta tener yo treinta años. El maestro pasaba por allí y por eso sabía que se llamaba don Dióscoro. Tenía una pierna cortá, andaba con muletas y vivía en al Casería de Los Ángeles, por encima de nosotros.

Pedro Cuesta intervino –según testimonio facilitado a Molina Fajardo- en el enterramiento de García Lorca y resto de fusilados, en un pozo antes de llegar a Fuente Grande:

A nosotros nos llamaron, no sabíamos que íbamos de sepultureros, nada más que nos dijeron: “Vais a ir con éstos no se vayan a escapar, y les dais sepultura a unos muertos que hay antes de llegar a la Fuente Grande, a la derecha”, que fue a donde ya fuimos, y pude ver el sitio en donde estaban. Fue sobre las siete y media o las ocho cuando subimos con los masones a enterrarlos… La ejecución se realizó pasando por Víznar hacia allá, antes de llegar a la Fuente Grande, a la derecha en un sitio como un pozo; era algo así como un poco alargado, pero con forma de pozo, de haber sacado de allí tierra gris; recuerdo perfectamente el color de la tierra, que era gris; pero ya estaban los muertos en la sepultura. Los echaron ellos mismos… sería el pelotón de ejecución…Los restos de García Lorca se podrían localizar donde está el cojo, que tiene una muleta, es donde podrían sacarlo; sí, allí la muleta la tenía… encima de ellos estaba la muleta.[5]

Sin embargo, A.M. de la Fuente llegó Víznar el día 24 de agosto, y no estaba presente en “La Colonia” cuando Federico fue ejecutado. M.C. son, con toda seguridad, las iniciales de Manuel Castilla Blanco, muchacho de diecisiete años

Conviene a Eduardo Molina Fajardo superar “la aportación definitiva” del investigador Ian Gibson porque la “investigación sobre lo sucedido se basa, fundamentalmente, en las declaraciones por Antonio Mendoza de la Fuente (A.M.) y, en especial, M.C. Sin embargo, A.M. de la Fuente llegó Víznar el día 24 de agosto, y no estaba presente en “La Colonia” cuando Federico fue ejecutado. M.C. son, con toda seguridad, las iniciales de Manuel Castilla Blanco, muchacho de diecisiete años, indultado por Nestares, compadecido por su poca edad, ante las gestiones de José Pérez”.

No deja de ser un dato curioso y ciertamente esclarecedor –concluye Molina Fajardo- “la declaración jurada de este hombre, afirmando que no se encontraba en Víznar cuando fusilaron a Federico García Lorca.”[6] Repárese en contenido de dicha declaración jurada que se recoge como apéndice nº 61 en la obra de referencia, a “petición de D. José María Nestares Cuellar que fue mi capitán y después mi comandante en nuestra Guerra”:

…Respecto al fusilamiento y enterramiento de García Lorca, a él no le consta directamente nada, pues llegó a Víznar por el 21 de agosto y esto ya había sucedido entonces. Solamente sabe lo que allí contaban en Las Colonias, que había sido fusilado con el Galadí y El Cabezas y un maestro cojo, no sabiendo quienes fueron los enterradores. Que decía que había sido enterrado antes de llegar a la Fuente Granada, en el camino que va de Víznar a Fuente Grande, en un olivar que por allí había. Firmo esto en Granada, a petición de D. José María Nestares Cuéllar el 15 de julio de mil novecientos setenta y cinco. Fdo. (Manuscrito) Manuel Castilla.[7]

“No es posible asegurar con absoluta certeza la situación exacta del lugar donde descansan los restos del poeta” –admite Molina Fajardo- aunque le merezcan  de “especial credibilidad los testimonios de Nestares y Cuesta Hernández, personas que tuvieron relación directa con los trágicos hechos”; o porque algunos han “dado como cierta la zona que hoy ocupa una moderna iglesia frente a Fuente Grande”

Finalmente, “no es posible asegurar con absoluta certeza la situación exacta del lugar donde descansan los restos del poeta” –admite Molina Fajardo- aunque le merezcan  de “especial credibilidad los testimonios de Nestares y Cuesta Hernández, personas que tuvieron relación directa con los trágicos hechos”; o porque algunos han “dado como cierta la zona que hoy ocupa una moderna iglesia frente a Fuente Grande” o aquellos, como Emilio Moreno Olmedo, que han señalado un “pozo de 12 a 14 metros de profundidad, los que se hacen para encontrar agua, a unos cinco metros de camino y creo que a veinte o treinta de la Fuente Grande. El pozo tendría un metro treinta centímetros aproximadamente, y los rebordes, altos, de haberse rebajado el relleno”[8].

Cuando se acomete la intervención arqueoforense en el paraje de Fuente Grande bajo el impulso institucional de la Junta de Andalucía en 2009, todo ello de acuerdo a un Informe Preliminar que recoge en esencia los testimonios historiográficos y las conclusiones de La Comisión de Encuesta que se ha referido, se decide que el emplazamiento y la actuación debía ser colindante al actual memorial o monolito que se encuentra en la entrada del Parque Garcia Lorca, próximo a Fuente Grande.

A la vista de lo analizado y cotejado en su momento y la producción historiográfica, se pueden señalar algunas conclusiones:

Lugar de enterramiento que tiene una finalidad única: la aniquilación del contrario y la desaparición forzosa de personas, como una práctica similar a la llevada a cabo por gobiernos autoritarios de naturaleza nazi-fascista en la Europa de los años treinta y cuarenta

Confirmamos que la zona de Víznar-Alfacar fue un lugar de enterramiento de personas contrarias a la sublevación cívico-militar que en Granada tiene lugar a partir del 20 de julio de 1936 que pretende borrar la experiencia reformista-republicana de 1931-1936. Lugar de enterramiento que tiene una finalidad única: la aniquilación del contrario y la desaparición forzosa de personas, como una práctica similar a la llevada a cabo por gobiernos autoritarios de naturaleza nazi-fascista en la Europa de los años treinta y cuarenta. Incluso nos atrevemos a afirmar –coincidiendo con lo que en su día lo apuntara Agustín Penón- que esos lugares se convirtieron en un “preludio del Campo de Concentración nazi de Auschwitz en Granada”  por cuanto aquí se eliminaron y yacen a personas –sin dejar constancia de ello y sin seguir las más mínimas garantías procesales y penales- de forma sistemática; actuaciones comparables a los procesos de exterminio y eliminación del contrario; desapariciones forzadas condenadas y tipificadas como delitos de lesa humanidad y genocidio de acuerdo con la doctrina internacional y las Resoluciones de la Organización de Naciones Unidas. (Ese entramado represor lo hemos analizado con la doctora María Isabel Brenes Sánchez, Jaque a la República. Granada 1936-1939, obra a la que remitimos por ser complementaria para entender las circunstancias históricas que envuelven a la Fosas de Víznar-Alfacar a la que nos referimos en particular). Tenemos constancia de al menos unas 5.860 víctimas provocadas o consentidas por las autoridades sublevadas en 1936 en Granada. No obstante, otros tantos miles de granadinos y granadinas fueron hechos desaparecer y asesinados y nunca se sabrán dónde están ni cuantos son los que reposan indignamente en fosas comunes diseminadas por toda la geografía provincial. De modo que el número de personas asesinadas y desaparecidas se aproximaría a las 12.000 personas[9].

 La Fosa de Alfacar, las Fosas del Barranco de Víznar son conocidas universalmente por ubicar en ella –hipotéticamente- al poeta mundialmente conocido Federico García Lorca. Por tanto, las circunstancias de ese lugar de enterramiento, están indefectiblemente ligadas a las investigaciones en torno a la figura y el asesinato del poeta de Fuente Vaqueros. Investigaciones que se han venido realizando durante los últimos sesenta años por lo que cabe recordar las obras sobre esa temática de ilustres hispanistas, escritores, periodistas e historiadores que se han acercado al tema lorquiano y al contexto de su desaparición.

"Sin olvidar que pudieran encontrarse otros finados porque según se recuerda “los fusilados aquella noche, cuando a Federico, fueron dieciocho, atados de dos en dos” 

Tras esa revisión crítica podemos confirmar que prácticamente la totalidad de las versiones escritas y documentadas apuntan una localización en donde se ubicaría el lugar del asesinato y enterramiento: en las cercanías del Paraje de Fuente Grande, en el término municipal de Alfacar. Y en ese supuesto lugar de enterramiento se encontrarían –además de Federico García Lorca- otras tres o cinco personas. Gracias –por tanto- a la desaparición de Federico García Lorca se han conocido –hipotéticamente hablando- las circunstancias y la hipotética localización del enterramiento de los banderilleros Francisco Galadí Melgar, Juan Arcoyas Cabezas y del maestro nacional con plaza en Pulianas, Dióscoro Galindo González, quienes serían enterrados con el poeta (Agustín Penón y Ian Gibson aportan el testimonio cualificado de Manuel Castilla Blanco, 1955, 1966 y 1978). Aunque también se ha apuntado la probabilidad de que le acompañarían en la fosa –además- “dos rateros” (testimonio de Pedro Cuesta Hernández a Eduardo Molina Fajardo en Granada, 1969); un betunero (relato de Emilia Llanos de una confidencia de Antonio Gallego Burín, recogido por Penón, 1955) e incluso “una prostituta” (Emilio Moreno Olmedo y Antonio Gallego Burín, testimonios recogidos por Agustín Penón, 1955). Sin olvidar que pudieran encontrarse otros finados porque según se recuerda “los fusilados aquella noche, cuando a Federico, fueron dieciocho, atados de dos en dos” (Emilio Moreno Olmedo, entrevista cedida a Eduardo Molina Fajardo, 1969).

Los testimonios recogidos por Agustín Penón (edición de Marta Osorio), Ian Gibson han sido esenciales para matizar o aproximarnos a unas áreas concretas donde se localizaría la Fosa Alfacar:

A la derecha del camino según se viene de Víznar a Alfacar, en zona donde se ha replantado de pinos, cerca de Fuente Grande y cercada con alambre de espino (Martín Recuerda a Penón, 1955); entre dos olivos y mirando a Fuente Grande (Gerardo Ruiz Castillo, a Penón, 1955),  junto a la alambrada de espino y una gran piedra (Blas Ruiz Castillo y José Requena, a Penón, 1955); en una de las dos fosas que hay en parte baja del mismo camino y enfrente de una gran fosa, donde se alzan hoy chalets de verano -que en 1955-56 se incluían dentro de una alambrada de espino- (Emilio Moreno Olmedo y Rafael Fernández Mejías a Penón, 1955).

"La fosa se localizaría a la derecha de zona alambrada, (donde se alzaron casas de verano y plantaron pinos) junto a un “barranquito”, cerca de un “olivucho” y a unos metros del camino Alfacar-Víznar en la primera curva a la izquierda"

Y, más concretamente, la fosa se localizaría a la derecha de zona alambrada, (donde se alzaron casas de verano y plantaron pinos) junto a un “barranquito”, cerca de un “olivucho” y a unos metros del camino Alfacar-Víznar en la primera curva a la izquierda, (testimonio recogido por Penón a Manuel Castilla Blanco en 1955 y testimonio coincidente aportado por el mismo interlocutor a Ian Gibson en 1966 y 1978).    

La versión de Eduardo Molina Fajardo discrepa de la ubicación más próxima a Fuente Grande, localizando el lugar de enterramiento a unos 800 metros de aquí, en una zona próxima a la carretera que comunica Alfacar dirección a Víznar, a la izquierda, en un paraje de pozos y contiguo al campo de instrucción militar utilizado por las unidades del Ejército en el sector Víznar (testimonios del coronel José María Nestares Cuéllar, 1969 y 1970; de Fernando Nestares García-Trevijano, 1977; y de Pedro Cuesta Hernández, 1969). Es el paraje denominado Almegijar, que se ha confundido recientemente con otro denominado El Caracolar –paraje situado por debajo del bloque de pisos que se construyó frente a la puerta de entrada del actual Parque de Federico García Lorca, en Alfacar-.   

Hay que advertir que el propio Molina Fajardo admite “no es posible asegurar con absoluta certeza la situación exacta del lugar donde descansan los restos del poeta” y que señala hipotéticamente dos nuevos emplazamientos, distintos al que él sugiere   

Hay que advertir que el propio Molina Fajardo admite “no es posible asegurar con absoluta certeza la situación exacta del lugar donde descansan los restos del poeta” y que señala hipotéticamente dos nuevos emplazamientos, distintos al que él sugiere: cerca de la iglesia que se alza frente a la Fuente Grande y una fosa próxima al paraje donde se construirían las casas de verano y se plantaría pinos, por debajo del camino  (testimonio de Emilio Moreno Olmedo, que es el mismo emplazamiento que ofreció a Agustín Penón, 1955).

Mención aparte merece la supuesta hipótesis de la “tierra removida” que sugirió en su momento Agustín Penón y que hace suya Marta Osorio, la editora de la investigación realizada por aquel en 1955-56. Según la cual –y en base a testimonios indirectos que recoge Penón procedentes de fuentes “de la Capitanía Militar de Granada” y referidos por Antonio Gallego Burín y Antonio Gallego Morel y Emilia Llanos- a Federico se le ejecutó cerca de un olivo en las cercanías del paraje de Fuente Grande junto a otras personas y, posteriormente y para evitar problemas políticos -(¿eliminar en la Granada de 1936 a un poeta “maldito” por la derechas sublevadas, al que se le tenía por “rojo”, “masón” y “maricón” podía haber provocado arrepentimiento en las autoridades que estaban dispuesto a eliminar indiscriminadamente?)-; en fín para evitar problemas diplomáticos fue hecho desenterrar y nuevamente enterrado a una fosa común, donde se encontrarían decenas de fusilados.

Esa probabilidad –al margen de que no aparece en ningún testimonio posterior a la investigación realizada por Penón- de ser tenida en cuenta, pese a su dificultad técnica de ejecución -(¿cuánto tiempo transcurre desde un enterramiento a otro?)- no debería ser obstáculo para el objetivo de localización y ubicación de  fosas de tiempos de la guerra civil en un paraje determinado en donde se creen que pudieran reposar restos humanos, cuyos familiares han pedido su exhumación y, en su caso, su identificación genética, una vez individualizados, de acuerdo a la ley.

En caso que, efectivamente, se pudiera haber dado el traslado de los restos de Federico García Lorca, ello no presupone lógicamente que no se encuentren los de las personas que fueron fusiladas con él

En caso que, efectivamente, se pudiera haber dado el traslado de los restos de Federico García Lorca, ello no presupone lógicamente que no se encuentren los de las personas que fueron fusiladas con él.  Porque si los testimonios recogidos se ajustan al lugar exacto del fusilamiento y enterramiento posterior, deberíamos hallar los restos humanos tanto de Federico García Lorca y aquellos otros que también encontraron tan dramático final. Y, -si el cadáver fue trasladado mediando pocos días- encontraríamos sólo a sus compañeros de fosa.

Consideramos trascendental las revelaciones de la “Comisión de Encuesta para la localización del lugar de enterramiento de Federico García Lorca”, promovida por la Diputación Provincial a efectos de la localización de la fosa donde reposarían el poeta de Fuente Vaqueros y sus desgraciados compañeros. Trascendental es la información que se aporta –alguna ya conocida como las versiones de Ian Gibson, José Luis Vila-San Juan o Eduardo Castro- que apuntan a una localización cerca de unos “pinos y casas de veraneo, contigua un barranquillo y a 150 metros de Fuente Grande”[10].

Pero, a nuestro juicio, además de trascendente es determinante el testimonio de la Sra. Maria Luisa Illescas que presenta Eulalia Dolores de la Higuera; testimonio escrito y gráfico mediante aquella afirma que “conserva una fotografía del lugar en que debe estar enterrado García Lorca, lugar próximo a la carretera en las proximidades de Fuente Grande, ante una peña. Lo sabe porque seis de los componentes de la llamada “Escuadra Negra” estaban alojados en casa de sus tíos en Víznar y la misma persona que lo fusiló mostró a su tío el lugar donde lo hizo que fue delante del peñisco que se muestra en la fotografía por consiguiente deduce que el sitio del enterramiento lógicamente debe estar próximo".

De acuerdo con las conclusiones a la que llega la Comisión de Encuesta de la Diputación de Granada, la búsqueda de los restos humanos reclamados por su familiares, por encontrarse hipotéticamente en una fosas común, -entre los que se contarían los restos de Francisco Galadí Melgar, Juan Arcoyas Cabezas, Dióscoro Galindo González (además Federico García Lorca) y puede que otras personas- debía comenzarse en “el paraje que se viene repitiendo en los testimonios y que se ubica próximo a los olivos y peñasco reiteradamente citados".

El equipo interdisciplinar de la UGR y de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica actúa a unos 100-150 metros de Fuente Grande, en la carretera de Alfacar a Víznar, a la izquierda, cerca de un peñasco y unos olivos

Finalmente, el equipo interdisciplinar de la UGR y de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica actúa a unos 100-150 metros de Fuente Grande, en la carretera de Alfacar a Víznar, a la izquierda, cerca de un peñasco y unos olivos, vestigios únicos de un anterior olivar[11]. Precisamente aquí se erigiría, tras un concurso internacional de ideas, el Parque García Lorca enclavado en el término municipal de Alfacar. La zona de excavación se acomete en este paraje en una superficie no inferior a unos 500 m2, de acuerdo a las hipotéticas anomalías del terreno y habida cuenta de que no son concluyentes los testimonios a la hora de localizar exactamente el lugar donde se cree estaría la fosa y donde sería enterrado el poeta y aquellos otros que tuvieron el mismo destino.

Durante los últimos meses de 2009 culmina la intervención arqueológica en el Parque García Lorca. No se encontró huella alguna de ninguna fosa[12]. Por lo tanto, lejos de haber sido “un despropósito” se pudo comprobar fehacientemente que nunca se excavó una fosa que pretendidamente contuviera los cuatro cadáveres en aquel lugar indicado, entre otros, por el propio Ian Gibson.

El resultado de tales campañas (2013-2016), también autorizadas por la Junta de Andalucía, finalizaron sin localizar fosa alguna, siendo fundamentalmente el empeño de sus patrocinadores “la localización de la Fosa donde se encontrarían los restos de Federico García Lorca y otros tres asesinados con él, Dióscoro Galindo, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas Cabezas"

Posteriormente a la intervención de 2009 que realizara un equipo multidisciplinar de AGRMH (Rafael Gil Bracero-Maria Isabel Brenes Sánchez) y UGR (Francisco Carrión Méndez) bajo el patrocinio y empuje de la Junta de Andalucía se ha actuado en otros parajes del término de Alfacar -(“El Caracolar”, “Llanos de Corvera” (antigua ubicación del Campo de Instrucción de Falange Española)- todo a iniciativa de la Asociación Regreso con Honor y las indicaciones de algunos estudiosos, como Francisco González Arroyo, Miguel Caballero, Gabriel Pozo o Federico Molina Fajardo, Fernando Nestares García Trevijano. El resultado de tales campañas (2013-2016), también autorizadas por la Junta de Andalucía, finalizaron sin localizar fosa alguna, siendo fundamentalmente el empeño de sus patrocinadores “la localización de la Fosa donde se encontrarían los restos de Federico García Lorca y otros tres asesinados con él, Dióscoro Galindo, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas Cabezas[13].

A finales de 2018 resultó igualmente infructuosa la búsqueda de restos en una hipotética localización de fosa, esta vez “oculta” debajo del basamento del patio principal y central del Parque García Lorca donde “también previsiblemente se trasladaron en una bolsa de plástico negro restos óseos y un trozo de muleta de madera” cuando se construía en 1986-1987 dicho Parque. Los estudios y conclusiones del Instituto de Geofísica de la Universidad de Granada y del Departamento de Arqueología fueron explícitos: se ha desestimar existencia de fosa y, por tanto, dicha hipótesis por carecer de evidencia científica y técnica alguna[14].

Sin embargo, desde 2013-2014 se tienen pruebas fehacientes de localización de fosas con restos humanos y otros materiales (munición) que se datan en tiempos de guerra civil tras la realización de sondeos en distintas ubicaciones del Barranco de Víznar

Sin embargo, desde 2013-2014[15] se tienen pruebas fehacientes de localización de fosas con restos humanos y otros materiales (munición) que se datan en tiempos de guerra civil tras la realización de sondeos en distintas ubicaciones del Barranco de Víznar (Sondeos Zona 1, Zona 2, Zona 4, Zona 5[16]).

Estaríamos en condiciones de confirmar la hipótesis ya sugerida en 1950 por el investigador lorquiano Claude Couffon.

Aquí se han centrado las campañas de 2020-2023 bajo la iniciativa y financiación del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Ayuntamiento de Víznar y Federación Andaluza de Municipios y Provincial. La dirección recae en un equipo multidisciplinar (UGR-AGRMH) bajo la dirección de los profesores de la Universidad Francisco Carrión Méndez y Rafael Gil Bracero[17].

A fecha de mediados de agosto de 2023 la intervención en Barranco de Viznar, Lugar de Memoria Democrática, arroja una exhumación de más de noventa restos humanos y se estudia, antes de concluir la tercera campaña[18] otros emplazamientos que presumiblemente pueden albergar varias decenas de víctimas más.

A fecha de mediados de agosto de 2023 la intervención en Barranco de Viznar, Lugar de Memoria Democrática, arroja una exhumación de más de noventa restos humanos y se estudia, antes de concluir la tercera campaña[18] otros emplazamientos que presumiblemente pueden albergar varias decenas de víctimas más.

Conviene, finalmente, apuntar algunas consideraciones para que se tenga adecuada percepción de lo que nos sugieren las imágenes ya difundidas de los restos humanos exhumados en el Paraje del Barranco de Víznar:

Contemplamos una evidencia, una más, de un episodio de violencia política en una coyuntura determinada, esa que la historiografía actual ha venido en identificar con la Europa de las violencias en el seno de los regímenes fascistas, nazis o comunistas durante el primer tercio del siglo XX.

Las fosas del Barranco de Viznar se deben conectar con la implantación y desarrollo de la violencia política tras un golpe de estado filofascista que termina con el régimen democrático de la Segunda República dando paso a una guerra civil que es origen de una dictadura, la franquista, la cual no respetará los derechos humanos, cometiéndose durante décadas crímenes que se han calificado en el derecho internacional como crímenes contra la humanidad, de lesa humanidad.

En presencia de fosas como las del Barranco de Viznar podemos confirmar el terror institucionalizado, la crueldad, el exterminio del adversario, la liquidación de aquellos ciudadados a quienes los sublevados consideraron “desafectos, contrarios o peligrosos” para el triunfo del Glorioso Movimiento Nacional; terror que en términos de su tiempo se divulga como “barrer y erradicar de raíz las plantas y semillas del mal antiespañol” (esto es: partidos republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas, nacionalistas, sindicalistas de clases, burguesía liberal, masones, sectores laicistas como fuerzas de mal: “antiespañoles y antipatrióticos”).

En presencia de los restos humanos hasta ahora ocultos en fosas confirmamos la deshumanización de las acciones de sus responsables (la impunidad de los victimarios) y, por extensión, confirmamos la deshumanización del poder y de las instituciones de la dictadura franquista que hicieron todo lo posible durante décadas por ocultar las huellas y evidencias de esos crímenes

En presencia de los restos humanos hasta ahora ocultos en fosas confirmamos la deshumanización de las acciones de sus responsables (la impunidad de los victimarios) y, por extensión, confirmamos la deshumanización del poder y de las instituciones de la dictadura franquista que hicieron todo lo posible durante décadas por ocultar las huellas y evidencias de esos crímenes (ningún registro oficial de los fusilamientos sin garantías jurídicas, destrucción de archivos (los listados elaborados en la comandancia militar, o en el gobierno civil o los elaborados en los cuarteles y en las milicias, ¿dónde se conservan? ¿dónde fueron a parar toda la documentación histórica del gobierno civil de Granada desde principios del siglo XX hasta los años setenta?) se ordenaron enterramientos irregulares en cunetas y parajes rurales que han sido alterados para eliminar vestigios de los crímenes allí cometidos -plantaciones, oportunas de pinares, caso del Barranco de Víznar-; se permitieron traslados obligatorios -y sin informar a familiares de víctimas de restos en fosas- hacía al Valle de Cuelgamuros (Valle de los Caídos), exhumaciones “controladas” o simplemente se permitieron o autorizaron la destrucción pura y dura de fosas (caso de la destrucción de las fosas del Cementerio de San José de Granada o de la fosa de vecinos de Guéjar-Sierra en cementerio de Pinos Genil, por ejemplo ). Confirmamos pues actos de deshumanización que perseguían, además de anulación física del adversario político, borrar la memoria personal o pública de sus víctimas, lo que durante décadas ha dejado marcadas traumáticamente a varias generaciones de familiares que han añorado simplemente poder buscar, identificar y dar digna sepultura a sus seres queridos, mientras el luto suspendido todavía es una lacra negativa que pesa sobre la plena recuperación de los derechos ciudadanos en una democracia de primer nivel.

En suma, el Proyecto que aborda interdisciplinariamente el Grupo de Trabajo Barranco de Víznar, considera tan esencial la recuperación material de los restos arrojados en fosas como la construcción del relato del terror y la divulgación pedagógica de su naturaleza en toda su extensión 

Ante la presencia dramática de los restos humanos exhumados, ante la evidencia incómoda de las pruebas de la barbarie a la que descendió una parte de españoles en otro momento, se nos ofrece la oportunidad de poder pasar página -ahora sí, efectivamente- a esos dramáticos capítulos ocultos de nuestra contemporaneidad porque sobre esos vestigios podemos dar cuerpo al conocimiento teórico y empírico de la naturaleza de la violencia política en la que un acervo de disciplinas y metodologías aportan sus saberes -historiadores, documentalistas, memorialistas, arqueólogos, forenses, antropólogos, sociólogos, psicólogos, genetistas, juristas y otros especialistas en derechos humanos- para la definitiva superación de la memoria fragmentada o tergiversada del franquismo político o del neofranquismo (los negacionistas e equidistantes respecto al terror político en guerra y postguerra).

En suma, el Proyecto que aborda interdisciplinariamente el Grupo de Trabajo Barranco de Víznar, considera tan esencial la recuperación material de los restos arrojados en fosas como la construcción del relato del terror y la divulgación pedagógica de su naturaleza en toda su extensión (impacto mediático de las imágenes de restos de personas asesinadas y los proyectos de vida silenciados) para que esos capítulos, nunca, nunca, nunca más, se vuelvan a dar entre españoles.

Citas bibliográficas:

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  • [1] Eduardo MOLINA FAJARDO, Los últimos días de García Lorca. Ed. Plaza&Janes, Barcelona, 1983.
  • [2] Hoy sabemos que la versión de Castilla Blanco le fue transmitida a Agustín Penón, diez años antes de lo que recogió luego en 1966 Ian Gibson. Incluso éste último tuvo la oportunidad de obtener la confirmación de lugar de Fuente Grande en 1978.
  • [3] La obra de Molina Fajardo, pretende –entre otros objetivos- desvincular del asesinato de Federico a las fuerzas de Falange Española. Se deja entrever que todo obedeció a órdenes del Gobierno Civil, de la CEDA, de los Guardias de Asalto. Ocurre –sin embargo- que hoy sabemos que tanto del Gobernador Civil, José Valdés, como Nestares Cuéllar, jefe del sector o como José Martínez Fajardo, oficial del Cuerpo de Asalto son en 1936 veteranos falangistas, “camisas viejas” de Falange Española y activos militares en la conspiración y sublevación de la guarnición granadina. Debe advertirse, no obstante, la parquedad de datos e información que el propio Eduardo Molina Fajardo recoge de José María Nestares, pese a la importancia política y militar de dicho jefe de sector Víznar-Alfacar en guerra. ¿No obtuvo más información? ¿Se publicaron parcialmente las entrevistas de Nestares? ¿Por qué no hay más información sobre la represión en el sector que dirige el mismo Nestares? ¿Fue Nestares el que terminó con la represión de la “Escuadra Negra”? ¿El olvido fue intencionado? ¿Interesaba otra localización para imposibilitar una hipotética búsqueda de los restos del poeta en un futuro? ¿Estamos ante una investigación rigurosa o una versión exculpatoria de la Falange Española? Vid. MOLINA FAJARDO, Ed., Los últimos días de García Lorca. Ed. Plaza&Janes, Barcelona, 1983., pp. 262-273.
  • [4] Nos sorprende, como decíamos más arriba, la parquedad de información sobre las circunstancias últimas que recoge Molina Fajardo tratando su obra de los “últimos días de Federico García Lorca”. No solo extraña la falta de rigor en la localización de la fosa porque tanto un lugar –alrededores de Fuente Grande- como los terrenos del “campo de instrucción” se localizan en el término municipal de Alfacar y no en el de Víznar. Un investigador riguroso debe saber diferenciar un término de otro, aunque popularmente la notoriedad de Víznar como lugar de enterramientos haya eclipsado otras posibles ubicaciones. Extraña, asimismo, que se falte a la verdad: Federico no “fue uno de los primeros fusilados oficialmente en Víznar”, porque efectivamente no lo fue en Víznar y no consta un solo documento o dato que hubiese sido procesado o condenado por autoridad civil o militar de forma legal. Fue, por el contrario, uno de tantos miles “paseados” en Granada. ¿Son olvidos? ¿Qué garantías se puede tener de un testimonio que –al menos- oculta datos contrastables? ¿Cuándo se refiere a fosas en Alfaguara debemos entender Fuente Grande? Molina Fajardo admite como testimonios creíbles, testimonios que son parciales, desde luego, y que faltan a la verdad histórica.  
  • [5] Eduardo Molina Fajardo interroga convenientemente a Pedro Cuesta, vid. MOLINA FAJARDO, Ed., Los últimos días de García Lorca. Ed. Plaza & Janés, Barcelona, 1983., pp. 281-283:
-¿Participó algún falangista en el fusilamiento de García Lorca?

-No. Allí no hubo falangista ninguno. Allí fueron los guardias de Asalto y aquellos extraños hombres que llegaron que se comentaba que eran esos de la CEDA.

-¿Es cierto que los falangistas del sector de Víznar, que mandaba Antonio Montes Varela, abandonaron el frene y se fue al de la Cuesta de las Cabezas, porque Nestares quería que intervinieran en una ejecución?

-Sí, así fue, porque Antonio Montes no lo dijo a nosotros, que querían que interviniéramos, y entonces nos fuimos.
  • [6] Como se recordará, el testimonio que recoge Ian Gibson de Manuel Castilla Blanco –en 1966 y 1978- es idéntico al que ofreció en 1955 a Agustín Penón. Obviamente, Eduardo Molina Fajardo desconoce la investigación de Penón. Sin embargo, ni éste ni Gibson basaron sus investigaciones en el testimonio de Mendoza de la Fuente, que efectivamente fue trasladado, junto a otros masones, a La Colonia a partir del 24 de agosto, pero que conoció bien los detalles de la represión en Alfacar-Víznar. Por otro lado, cabría preguntarse: ¿Mintió Manuel Castilla Blanco a Penón y a Gibson en 1955, 1966 y en 1978? ¿Cambió su versión a petición del coronel Nestares en 1975? ¿Mintió a su coronel; fue consciente o no fue consciente de lo que le ponían a la firma en 1975?.
  • [7] MOLINA FAJARDO, Ed., Los últimos días de García Lorca. Ed. Plaza & Janés, Barcelona, 1983., pp. 378-379.
  • [8] MOLINA FAJARDO, Ed., op. cit.  Ed. Plaza & Janés, Barcelona, 1983, pp. 66-68 y 285-288.
  • [10] Archivo Fundación Garcia Lorca, Fuente Vaqueros, Leg. 200 del Fondo Comisión de Encuesta para localizar el lugar de enterramiento de Federico García Lorca, piezas 1-4 y Carpeta fotográfica.
  • [11] Véase CARRION MÉNDEZ, F., Informe preliminar nº º 2 de las Excavaciones ar1ueológicas de las fosas de Alfacar (Granada), 2009. El Informe preliminar histórico elaborado por el Profesor GIL BRACRO, R, en colaboración con la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica concluye en el mismo sentido: el lugar de búsqueda de la Fosa de Alfacar debía comenzarse por ese paraje sito en el Parque Federico García Lorca.
  • [12] CARRIÓN MÉNDEZ, F, (dir.) Memoria de las Excavaciones Arqueológicas en el Parque Federico García Lorca de Alfacar (Granada). Granada, 2009.
  • [14]  Instituto Andaluz de Geofísica Universidad de Granada. Gobierno de España. Ministerio de Justicia Exploración georradar, modalidad 3D, en el entorno de la fuente del Parque Federico García Lorca, Alfacar, Granada 2019.
  • [15] Proyecto Indagación, localización y delimitación de las fosas comunes de Víznar (Granada) que promueve la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía y el Excmo. Ayuntamiento de Víznar, bajo la dirección técnica de Iván Sánchez Marcos, 2013. Así mismo remitimos al Informe del Instituto Andaluz de Geofísica Universidad de Granada, Gobierno de España. Ministerio de Justicia, Exploración con tomografía eléctrica en la Zona-2 del Barranco de Víznar. Madrid, 2019.
  • [16] GRUPO INTERDISCIPLINAR DE ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA FORENSE DE LA UNVERSIDAD DE GRANADA Y ASOCIACION GRANADINA PARA LA RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTÓRICA, (GIAAF-AGRMH), Proyecto de Exhumación de la fosa común 5ºB del Barranco de Víznar, Granada, 2020.
  • [17] El equipo de investigadores vinculados a la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica estudia actualmente el legado que donó Claude Couffon a la Excma. Diputación de Granada y que se custodia en la Fundación Federico García Lorca de Fuentevaqueros. Dicho legado junto al Fondo de Eduardo Molina Fajardo -también legado en parte a la fundación referida- se presumen esenciales para el estudio de la represión desencadenada en el Barranco de Viznar y término de Alfacar. 

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Rafael Gil Bracero, referente del memorialismo histórico y democrático, profesor de Historia Contemporánea de la UGR, Rafael Gil Bracero es presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica. 

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